Comparación de industrias

Está viendo información sobre las siguientes industrias:

  • Productos de construcción y mobiliario El sector de los productos de construcción y mobiliario abarca empresas dedicadas al diseño y la fabricación de productos que introducen mejoras en el hogar, mobiliario para el hogar y la oficina, así como materiales de construcción de madera estructural. Los productos del sector incluyen suelos, tejas, muebles y accesorios para el hogar y la oficina, vigas de madera, madera contrachapada, paneles y tablas de madera. Las empresas suelen vender sus productos a través de canales de distribución a tiendas minoristas o a través de concesionarios independientes o propiedad de la empresa.
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  • Carga aérea y logística Las empresas de carga aérea y logística proporcionan servicios de carga y logística de transporte tanto a empresas como a particulares. Dentro del sector, hay tres segmentos principales: el transporte de carga aérea, los servicios postales y de mensajería y los servicios de logística de transporte. Las empresas de la industria obtienen ingresos de uno o más de dichos segmentos, e incluyen tanto a aquellas que no se basan en activos como las que cuentan con un gran capital. Los servicios de logística de transporte incluyen la selección y contratación del transporte adecuado mediante la subcontratación de empresas de transporte por carretera, ferroviario, marítimo y aéreo. Sus servicios también pueden incluir la intermediación aduanera, la gestión de la distribución, la consolidación de proveedores, el seguro de la carga, la gestión de las órdenes de compra y la información logística personalizada. Se tata de un sector fundamental para el comercio mundial, ya que aporta a la demanda un cierto grado de estabilidad.
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Cuestiones relevantes para ambos Industrias (9 de 26)

¿Por qué algunas cuestiones se muestran atenuadas? Las normas SASB varían según la industria, en función de los diferentes riesgos y oportunidades de sostenibilidad de cada industria. Las cuestiones atenuadas no se identificaron durante el proceso de elaboración de normas como aquellas que pueden afectar al valor de la empresa con mayor probabilidad, por lo que no se incluyen en la norma. Con el tiempo, a medida que el Consejo de Normas SASB siga recibiendo las opiniones del mercado, es posible que se añadan o eliminen algunas cuestiones de la norma. Cada empresa determina por sí misma si una cuestión de sostenibilidad puede afectar a su capacidad de crear valor empresarial. La norma está diseñada para la empresa típica de una industria, pero las empresas individuales pueden optar por informar sobre diferentes cuestiones de sostenibilidad en función de su modelo de negocio único.

Temas de divulgación

¿Cuál es la relación entre la categoría de cuestiones generales y los temas de divulgación? La categoría de cuestiones generales es una versión independiente de la industria de los temas de divulgación que aparecen en cada norma del SASB. Los temas de divulgación representan los impactos específicos de la industria en las categorías de cuestiones generales. Los temas de divulgación específicos de la industria garantizan que cada norma del SASB se adapte a la industria, mientras que las categorías de cuestiones generales permiten la comparación entre industrias. Por ejemplo, Salud y nutrición es un tema de divulgación en la industria de las bebidas sin alcohol, que representa una medida específica de la industria de la cuestión general Bienestar del cliente. Sin embargo, la cuestión Bienestar del cliente se manifiesta como el tema de la divulgación Medicamentos falsificados en la industria Biotecnología y productos farmacéuticos.
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    • Emisiones de GEI Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).
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    • Calidad del aire Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.
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    • Gestión de la energía La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.
      • Gestión de la energía en la fabricación El sector de los productos de construcción y mobiliario crea valor a través de procesos de fabricación que precisan de energía intensiva. La electricidad adquirida representa la mayor parte del consumo de energía en todo el sector, mientras que las empresas también pueden utilizar la energía procedente de combustibles fósiles in situ. El precio de la electricidad de la red convencional y la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles podrían aumentar como resultado de la evolución de los reglamentos sobre el cambio climático y los nuevos incentivos para la eficiencia energética y las energías renovables, entre otros factores, mientras que las fuentes de energía alternativas se hacen más competitivas en cuanto a los costes. Las decisiones relativas a la fuente energética y el tipo de energía, así como al uso de energías alternativas, pueden crear compensaciones relacionadas con el coste del suministro de energía y la fiabilidad operativa. Como el sector opera con márgenes de beneficio relativamente estrechos, las reducciones del consumo de energía pueden ejercer una influencia significativa en los resultados financieros. Es probable que la forma en que una empresa gestione la eficiencia energética, su dependencia de los diferentes tipos de energía y los riesgos de sostenibilidad asociados, así como su capacidad para acceder a fuentes de energía alternativas, influyan sobre los resultados financieros.
    • Calidad y seguridad de los productos Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con las características no deseadas de los productos vendidos o los servicios prestados que pueden crear riesgos para la salud o la seguridad de los usuarios finales. Se refiere a la capacidad de una empresa para ofrecer productos y/o servicios manufacturados que cumplan las expectativas de los clientes con respecto a sus características de salud y seguridad. Incluye, entre otras, cuestiones relacionadas con la responsabilidad, la gestión de las retiradas del mercado, las pruebas de los productos y la gestión de las sustancias químicas/contenidos/ingredientes de los productos.
      • Gestión de sustancias químicas en los productos Los productos del sector de la construcción y el mobiliario pueden contener sustancias que podrían ser perjudiciales para la salud humana, como los compuestos orgánicos volátiles y las potenciales toxinas nocivas para el sistema reproductivo, los carcinógenos y los alteradores del sistema endocrino. En general, estas sustancias se encuentran en los productos a bajas concentraciones, si es que las hay y, por lo tanto, no suponen un problema para la salud. No obstante, el sector está expuesto a un riesgo potencialmente importante en materia de reglamentación y reputación, como resultado del uso de sustancias preocupantes. Los riesgos reales o percibidos para la salud humana generan la posibilidad de que se elabore una futura reglamentación en torno al contenido químico de los productos y los posibles efectos sobre la reputación de las empresas, lo que podría afectar considerablemente a la demanda de los productos. La creciente preocupación de los consumidores por el uso de sustancias químicas está impulsando las iniciativas voluntarias del sector para eliminar esas sustancias químicas de los productos y utilizar materiales alternativos. La continua adopción de estándares de certificación de los edificios, como el Crédito LEED (Líder en Diseño Energético y Medioambiental), está impulsando la demanda de productos de bajo contenido químico. Las empresas que gestionen eficazmente las sustancias químicas nocivas de sus productos podrán disfrutar de una ventaja competitiva a largo plazo, gracias al aumento de la demanda, la reducción del riesgo de incumplimiento de la normativa y el incremento del valor de la marca.
    • Prácticas laborales Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para mantener las normas laborales comúnmente aceptadas en el lugar de trabajo, incluido el cumplimiento de la legislación laboral y de las normas internacionalmente aceptadas. Esto incluye, entre otras cosas, garantizar los derechos humanos básicos relacionados con el trabajo infantil, el trabajo forzoso o en régimen de servidumbre, la explotación laboral, los salarios justos y el pago de horas extras, y otros derechos básicos de los trabajadores. También incluye las políticas de salario mínimo y la provisión de beneficios, que pueden influir en la forma de atraer, retener y motivar a la mano de obra. La categoría también aborda la relación de la empresa con el trabajo organizado y la libertad de asociación.
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    • Salud y seguridad de los empleados Esta categoría se refiere a la capacidad de una empresa para crear y mantener un entorno de trabajo seguro y saludable, libre de lesiones, muertes y enfermedades (tanto crónicas como graves). Tradicionalmente se consigue mediante la aplicación de planes de gestión de la seguridad, el desarrollo de requisitos de formación para empleados y contratistas, y la realización de auditorías periódicas de sus propias prácticas y de las de sus subcontratistas. La categoría también recoge cómo las empresas garantizan la salud física y mental de los trabajadores a través de la tecnología, la formación, la cultura corporativa, el cumplimiento de la normativa, la supervisión y las pruebas, y los equipos de protección personal.
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    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
      • Efectos medioambientales del ciclo de vida de los productos En función del producto o mobiliario concreto utilizado en la construcción, podrían producirse importantes impactos medioambientales durante la obtención de las materias primas, el transporte, la fabricación, la fase de utilización o el final de su vida útil. El aumento de la preferencia de los consumidores y de la reglamentación por los productos de menor impacto ha dado lugar al desarrollo de productos más sostenibles, denominados en general «materiales de construcción ecológicos». Además, la certificación del ciclo de vida de los productos ha surgido como una herramienta para que las empresas y sus clientes evalúen y mejoren el impacto del ciclo de vida de un producto. Los programas de certificación suelen abordar las características específicas de sostenibilidad de una categoría de productos e incluyen el uso de materiales de circuito cerrado que ayudan a minimizar los impactos medioambientales del final del ciclo de vida de un producto y a reducir la necesidad de extraer o producir materiales vírgenes. Mediante la innovación y el diseño de productos que facilitan la recuperación de los productos al final de su vida útil y el uso de materiales de menor impacto, la adopción de programas de certificación de productos y las asociaciones con los clientes, los fabricantes de productos de construcción podrán lograr mejoras en los impactos del ciclo de vida, reducir el riesgo de incumplimiento de la normativa, satisfacer la creciente demanda de los clientes y ahorrar costes.
    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
      • Gestión de la cadena de suministro de madera El sector de los productos de construcción y mobiliario utiliza grandes cantidades de madera procedente de bosques de todo el mundo. La producción y la explotación no sostenibles de la madera pueden ejercer efectos ambientales y sociales negativos, como la pérdida de la biodiversidad y el perjuicio contra los medios de subsistencia de las comunidades que dependen de los bosques. Las empresas pueden obtener, de manera no intencionada, madera procedente de zonas susceptibles de ser objeto de prácticas forestales no sostenibles. Las denuncias de tala ilegal, contaminación medioambiental o efectos negativos para las comunidades pueden tener repercusiones sobre la reputación que podrían perjudicar el valor de la marca de una empresa y afectaría a la demanda de sus productos. Además, las reglamentaciones que se refieren a la importación de madera producida ilegalmente pueden dar lugar a sanciones y a mayores perjuicios contra el valor de la marca. Para mitigar esos riesgos, las empresas están adoptando cada vez más certificaciones de terceros que verifican que la madera se cultiva y explota de manera sostenible. La obtención de las certificaciones sobre el aprovisionamiento de la madera también puede proporcionar a las empresas un potencial canal de crecimiento, ya que pueden satisfacer la demanda de productos certificados por parte de los clientes.
    • Gestión del riesgo de incidentes críticos Esta categoría se refiere a la utilización por parte de la empresa de sistemas de gestión y planificación de escenarios para identificar, comprender y prevenir o minimizar la ocurrencia de accidentes y emergencias de baja probabilidad y alto impacto con potenciales externalidades ambientales y sociales significativas. Se refiere a la cultura de seguridad de una empresa, a sus sistemas de gestión de la seguridad y controles tecnológicos pertinentes, a las posibles implicaciones humanas, medioambientales y sociales de la ocurrencia de estos sucesos y a los efectos a largo plazo para una organización, sus trabajadores y la sociedad en caso de que se produzcan.
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    • Emisiones de GEI Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).
      • Emisión de gases de efecto invernadero Las empresas del sector de la carga aérea y la logística generan emisiones directas de gases de efecto invernadero (GEI) que contribuyen al cambio climático. Las emisiones se producen a raíz del uso de combustible en las operaciones de transporte aéreo y por carretera. Dada la altitud de las emisiones originadas por el combustible para aviones, el transporte aéreo de mercancías contribuye de manera especialmente intensa al cambio climático. Con el paso del tiempo, es probable que la gestión de las emisiones de GEI afecte a la estructura de costes de las empresas de carga aérea y logística, ya que dichas emisiones están directamente relacionadas con el uso de combustible y, por lo tanto, con los gastos de explotación. La eficiencia en el uso del combustible y el uso de combustibles alternativos ofrece a las empresas una forma de reducir los costes de combustible y de mitigar su exposición a la volatilidad de los precios del mismo, los futuros costes reglamentarios y otras consecuencias de las emisiones de GEI. Las aeronaves y los camiones más recientes suelen ser más eficientes en cuanto al consumo de combustible, pero las flotas existentes también pueden actualizarse. Las inversiones de capital en aeronaves o vehículos con un consumo de combustible más eficiente y las nuevas tecnologías de gestión del combustible pueden reducir potencialmente los gastos corrientes de combustible y mejorar la rentabilidad. También pueden ayudar a las empresas a captar la posible cuota de mercado de aquellos clientes que buscan soluciones de transporte con bajas emisiones de carbono.
    • Calidad del aire Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.
      • Calidad del aire Las empresas del sector de la carga aérea y la logística generan contaminantes atmosféricos que pueden amenazar la salud humana. Las principales emisiones del sector a la atmósfera incluyen óxidos de azufre (SOx), óxidos de nitrógeno (NOx) y material particulado (PM), con efectos negativos localizados en la calidad del aire. A medida que los organismos reguladores determinen los mecanismos más eficaces para reducir la contaminación atmosférica local procedente de la industria, las empresas pueden verse obligadas a incrementar los costes operativos o a realizar inversiones para modernizar sus flotas a causa de la presión reglamentaria, la demanda de los clientes y el coste cada vez mayor del combustible. El uso de combustibles alternativos más caros y de mecanismos que filtren las emisiones antes de su liberación a la atmósfera también puede repercutir en la estructura de costes de una empresa, ya que requiere mayores costes iniciales pero, a largo plazo, reduce la exposición a las regulaciones.
    • Gestión de la energía La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.
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    • Calidad y seguridad de los productos Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con las características no deseadas de los productos vendidos o los servicios prestados que pueden crear riesgos para la salud o la seguridad de los usuarios finales. Se refiere a la capacidad de una empresa para ofrecer productos y/o servicios manufacturados que cumplan las expectativas de los clientes con respecto a sus características de salud y seguridad. Incluye, entre otras, cuestiones relacionadas con la responsabilidad, la gestión de las retiradas del mercado, las pruebas de los productos y la gestión de las sustancias químicas/contenidos/ingredientes de los productos.
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    • Prácticas laborales Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para mantener las normas laborales comúnmente aceptadas en el lugar de trabajo, incluido el cumplimiento de la legislación laboral y de las normas internacionalmente aceptadas. Esto incluye, entre otras cosas, garantizar los derechos humanos básicos relacionados con el trabajo infantil, el trabajo forzoso o en régimen de servidumbre, la explotación laboral, los salarios justos y el pago de horas extras, y otros derechos básicos de los trabajadores. También incluye las políticas de salario mínimo y la provisión de beneficios, que pueden influir en la forma de atraer, retener y motivar a la mano de obra. La categoría también aborda la relación de la empresa con el trabajo organizado y la libertad de asociación.
      • Prácticas laborales La dependencia del sector de la carga aérea y la logística de contratistas independientes, principalmente para los servicios de mensajería, se ha convertido en objeto de un creciente escrutinio regulatorio. Los contratistas independientes pueden no estar cubiertos por las mismas leyes que protegen a los empleados, y las empresas pueden enfrentarse a sanciones regulatorias por clasificar erróneamente a los empleados como contratistas independientes. Además, también pueden verse envueltas en acciones judiciales por reclamaciones de empleados y contratistas en relación con el pago de salarios, las prestaciones y las condiciones de trabajo. Esto también puede afectar negativamente a su reputación y su capacidad para contratar y retener empleados, reduciendo la eficiencia operativa y aumentando los costes de reemplazo de trabajadores.
    • Salud y seguridad de los empleados Esta categoría se refiere a la capacidad de una empresa para crear y mantener un entorno de trabajo seguro y saludable, libre de lesiones, muertes y enfermedades (tanto crónicas como graves). Tradicionalmente se consigue mediante la aplicación de planes de gestión de la seguridad, el desarrollo de requisitos de formación para empleados y contratistas, y la realización de auditorías periódicas de sus propias prácticas y de las de sus subcontratistas. La categoría también recoge cómo las empresas garantizan la salud física y mental de los trabajadores a través de la tecnología, la formación, la cultura corporativa, el cumplimiento de la normativa, la supervisión y las pruebas, y los equipos de protección personal.
      • Salud y seguridad de los empleados Los empleados del sector de la carga y aérea y la logística pueden estar expuestos a condiciones de trabajo peligrosas, entre las que se incluyen los accidentes derivados de fallos mecánicos o errores humanos. Además, el movimiento manual de paquetes es un proceso físico que requiere de un entrenamiento especial para evitar en lo posible las lesiones. Pese a que la tasa de accidentes laborales mortales de los trabajadores de los servicios de transporte en camión es superior a la media, los problemas de seguridad de los trabajadores del sector de la aviación están muy regulados, lo que aumenta el riesgo de que se impongan multas o sanciones cuando se produce un incidente. Los incidentes relacionados con la salud y con la seguridad pueden ocasionar interrupciones del trabajo y una serie de costes, desde los gastos médicos hasta las indemnizaciones a empleados. Dichos incidentes también pueden reducir la productividad y, en consecuencia, los ingresos, si los empleados consideran que no se está dando prioridad a su seguridad y bienestar. Por último, las empresas con un historial de seguridad deficiente también pueden tener que hacer frente a un aumento de las primas de seguro y a un mayor coste del capital, así como a daños a la reputación que podrían disminuir los ingresos y la cuota de mercado. Las empresas pueden mitigar esos efectos proporcionando una protección y una formación adecuadas a los empleados, asegurándose de que el equipo mecánico funcione de manera segura y estableciendo una cultura de seguridad en el lugar de trabajo.
    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
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    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
      • Gestión de la cadena de suministro Muchas empresas del sector de la carga aérea y la logística establecen contratos con redes grandes y complejas de proveedores externos basados en activos que ofrecen servicios de transporte de carga a sus clientes. La contratación es especialmente común entre las empresas que proporcionan servicios de expedición de carga, logística, corretaje y servicios intermodales. Estos contratistas abarcan todos los modos de transporte, terrestre, ferroviario, aéreo y marítimo. Las empresas deben gestionar las relaciones con sus contratistas para asegurarse de que las acciones de estos que tengan repercusiones ambientales o sociales no originen efectos adversos importantes en sus propias operaciones, como la disminución del valor de la marca. Al mismo tiempo, las empresas en condiciones de ofrecer soluciones logísticas con bajas emisiones de carbono pueden captar la cuota de mercado de aquellos clientes que busquen disminuir la huella de carbono de sus envíos.
    • Gestión del riesgo de incidentes críticos Esta categoría se refiere a la utilización por parte de la empresa de sistemas de gestión y planificación de escenarios para identificar, comprender y prevenir o minimizar la ocurrencia de accidentes y emergencias de baja probabilidad y alto impacto con potenciales externalidades ambientales y sociales significativas. Se refiere a la cultura de seguridad de una empresa, a sus sistemas de gestión de la seguridad y controles tecnológicos pertinentes, a las posibles implicaciones humanas, medioambientales y sociales de la ocurrencia de estos sucesos y a los efectos a largo plazo para una organización, sus trabajadores y la sociedad en caso de que se produzcan.
      • Gestión de accidentes y seguridad Todos los medios de transporte plantean riesgos de seguridad. En algunos casos, los fallos mecánicos o los errores humanos pueden provocar accidentes con importantes consecuencias ambientales o sociales, incluidas las medidas regulatorias y las demandas judiciales por parte de las comunidades o los clientes afectados. Si bien la exigencia de los requisitos regulatorios puede variar dependiendo de la región en que se realicen las operaciones, las empresas que mantengan las normas de seguridad más estrictas en todas sus operaciones mundiales pueden reducir al mínimo los riesgos de incidentes de seguridad que afectan a su reputación y a su rentabilidad.

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