Comparación de industrias

Está viendo información sobre las siguientes industrias:

  • Productos de cuidado personal y para el hogar El sector de productos de cuidado personal y para el hogar incluye empresas que fabrican una amplia gama de bienes para el consumo personal y comercial, como cosméticos, productos de limpieza del hogar y la industria, jabones y detergentes, papel higiénico, pilas para el hogar, cuchillas o utensilios de cocina. Las empresas de productos de cuidado personal y para el hogar operan a nivel mundial y suelen vender sus productos a mayoristas, tiendas de comestibles, tiendas de clubes de socios, farmacias, quioscos, distribuidores y minoristas de comercio electrónico. Algunas empresas venden sus productos a través de representantes independientes en lugar de establecimientos minoristas de terceros.
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  • Productos agrícolas La industria de productos agrícolas se dedica a procesar, comercializar y distribuir vegetales y frutas, y a producir y moler productos agrícolas tales como granos, azúcar, aceites consumibles, maíz, soja y alimentos para animales. Los productos agrícolas se venden directamente a los consumidores y a las empresas para su uso en productos de consumo e industriales. Las empresas del sector suelen comprar productos agrícolas a entidades que los cultivan (bien sea directa o indirectamente) para luego llevar a cabo actividades de valor añadido (por ejemplo, procesamiento, comercialización, distribución y molienda). Las empresas de productos agrícolas también participan en la venta al por mayor y la distribución. Las empresas del sector pueden abastecerse de una parte sustancial de productos agrícolas de terceros productores de diversos países. Por consiguiente, la gestión de los riesgos de sostenibilidad en la cadena de suministro es fundamental para asegurar un suministro fiable de materias primas y reducir el riesgo de aumento de los precios y la volatilidad a largo plazo.
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Cuestiones relevantes para ambos Industrias (8 de 26)

¿Por qué algunas cuestiones se muestran atenuadas? Las normas SASB varían según la industria, en función de los diferentes riesgos y oportunidades de sostenibilidad de cada industria. Las cuestiones atenuadas no se identificaron durante el proceso de elaboración de normas como aquellas que pueden afectar al valor de la empresa con mayor probabilidad, por lo que no se incluyen en la norma. Con el tiempo, a medida que el Consejo de Normas SASB siga recibiendo las opiniones del mercado, es posible que se añadan o eliminen algunas cuestiones de la norma. Cada empresa determina por sí misma si una cuestión de sostenibilidad puede afectar a su capacidad de crear valor empresarial. La norma está diseñada para la empresa típica de una industria, pero las empresas individuales pueden optar por informar sobre diferentes cuestiones de sostenibilidad en función de su modelo de negocio único.

Temas de divulgación

¿Cuál es la relación entre la categoría de cuestiones generales y los temas de divulgación? La categoría de cuestiones generales es una versión independiente de la industria de los temas de divulgación que aparecen en cada norma del SASB. Los temas de divulgación representan los impactos específicos de la industria en las categorías de cuestiones generales. Los temas de divulgación específicos de la industria garantizan que cada norma del SASB se adapte a la industria, mientras que las categorías de cuestiones generales permiten la comparación entre industrias. Por ejemplo, Salud y nutrición es un tema de divulgación en la industria de las bebidas sin alcohol, que representa una medida específica de la industria de la cuestión general Bienestar del cliente. Sin embargo, la cuestión Bienestar del cliente se manifiesta como el tema de la divulgación Medicamentos falsificados en la industria Biotecnología y productos farmacéuticos.
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    • Emisiones de GEI Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).
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    • Gestión de la energía La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.
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    • Gestión del agua y las aguas residuales Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.
      • Gestión del agua El agua es vital para el sector de los productos de cuidado personal y para el hogar, tanto como refrigerante en procesos de fabricación, como insumo principal de muchos de los productos. El agua se está convirtiendo en un recurso cada vez más escaso en todo el mundo debido al aumento del consumo por el crecimiento de la población, la rápida urbanización y la reducción de suministros debido a las sequías y al cambio climático. Muchas empresas del sector operan en regiones que se enfrentan a la escasez de agua. Sin una planificación cuidadosa, podrían enfrentarse a un aumento del coste o, lo que es peor, perder el acceso al agua en esas regiones, lo que pondría en peligro la producción. El establecimiento de controles rigurosos para garantizar un suministro constante de agua a todas las fábricas, así como la inversión en tecnología para aumentar la eficiencia en el uso del agua, ayudará a las empresas a mantener un perfil de riesgo más bajo a medida que el problema de la escasez se vaya agudizando.
    • Calidad y seguridad de los productos Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con las características no deseadas de los productos vendidos o los servicios prestados que pueden crear riesgos para la salud o la seguridad de los usuarios finales. Se refiere a la capacidad de una empresa para ofrecer productos y/o servicios manufacturados que cumplan las expectativas de los clientes con respecto a sus características de salud y seguridad. Incluye, entre otras, cuestiones relacionadas con la responsabilidad, la gestión de las retiradas del mercado, las pruebas de los productos y la gestión de las sustancias químicas/contenidos/ingredientes de los productos.
      • Desempeño del producto en materia de medioambiente, salud y seguridad El sector de los productos de cuidado personal y para el hogar se enfrenta a una creciente presión de los consumidores y de la reglamentación sobre el uso de sustancias químicas preocupantes que se han vinculado a externalidades ambientales negativas y efectos en la salud humana. Algunas de estas sustancias químicas incluyen elementos persistentes, bioacumulativos y tóxicos (PBT) y productos químicos cancerígenos, mutágenos o teratógenos, todos los cuales están siendo objeto de un mayor escrutinio reglamentario. Aislar y determinar los canales causantes de los impactos negativos sobre la salud y el medioambiente es difícil, por lo que a menudo hay un desfase importante entre el lanzamiento al mercado de un producto y el momento en que la reglamentación y la opinión pública obligan a la empresa a reformularlo. Las directivas de la Unión Europea y la legislación estadounidense imponen restricciones o sugieren alternativas al uso de sustancias químicas dañinas en el sector. Por otra parte, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) en los EE. UU. podría asegurar mayor poder regulador sobre las sustancias químicas usadas por la industria cosmética, lo que muy probablemente aumentaría los costes del sector de cuidados personales y del hogar. Los grandes minoristas han aplicado programas para prohibir las sustancias químicas preocupantes en los productos que venden, lo que ejerce una mayor presión sobre el sector. Las empresas que sean capaces de anticiparse a los cambios en el panorama normativo y aplicar procesos y pruebas más estrictos tienen más probabilidades de obtener una ventaja competitiva. Los primeros en adoptar innovaciones en la química verde y reducir las sustancias químicas preocupantes podrían mejorar su rentabilidad ya que captan mejor los cambios en la demanda y evitan las cargas regulatorias.
    • Salud y seguridad de los empleados Esta categoría se refiere a la capacidad de una empresa para crear y mantener un entorno de trabajo seguro y saludable, libre de lesiones, muertes y enfermedades (tanto crónicas como graves). Tradicionalmente se consigue mediante la aplicación de planes de gestión de la seguridad, el desarrollo de requisitos de formación para empleados y contratistas, y la realización de auditorías periódicas de sus propias prácticas y de las de sus subcontratistas. La categoría también recoge cómo las empresas garantizan la salud física y mental de los trabajadores a través de la tecnología, la formación, la cultura corporativa, el cumplimiento de la normativa, la supervisión y las pruebas, y los equipos de protección personal.
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    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
      • Gestión del ciclo de vida de los envases El sector de productos de cuidado personal y para el hogar utiliza gran cantidad de materiales para el embalaje de los productos, lo que a menudo constituye una parte importante del gasto de las empresas. Además, el diseño del embalaje, en particular su peso, tiene un impacto directo en los gastos de transporte, que pueden ser significativos. Al mismo tiempo, el sector se enfrenta a la presión tanto de los consumidores como de los grandes minoristas para ocuparse de las características ambientales del embalaje, ya que la extracción de materiales y los residuos contribuyen a las externalidades medioambientales. La sostenibilidad de los embalajes depende en gran medida del tipo, uso y eliminación final de los materiales. Sin embargo, las empresas que gestionan eficazmente la sostenibilidad del embalaje de sus productos (incluyendo la reducción del peso de los materiales, el uso de contenido reciclado y materiales reciclables y el uso de materiales de origen sostenible) pueden posicionarse mejor para captar los cambios en la demanda de los consumidores y evitar (o mitigar) los efectos de la regulación relacionada con la ampliación de la responsabilidad del productor. También tienen posibilidades de reducir los gastos en insumos y transporte.
    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
      • Impactos ambientales y sociales de la cadena de suministro del aceite de palma Debido a su bajo precio, el sector de productos de cuidado personal y para el hogar ha adoptado rápidamente el uso del aceite de palma en una amplia variedad de productos, como artículos de limpieza, velas y cosméticos. La cosecha de aceite de palma en regiones concretas del mundo puede contribuir a la deforestación, las emisiones de GEI y otros problemas sociales y ambientales. Si las empresas no actúan con responsabilidad en la obtención de materiales de aceite de palma, contribuyen a provocar externalidades medioambientales y sociales que pueden suponer un riesgo en términos regulatorios y de daño a la reputación. De hecho, las empresas de este sector se exponen a interrupciones en la cadena de suministro, aumentos en el precio de los insumos y daños a la reputación asociados a las externalidades medioambientales y sociales de la obtención del aceite de palma. Así pues, se ven presionadas a vigilar el proceso de extracción y actuar con responsabilidad. También a garantizar unas condiciones de trabajo mínimas en la cadena de suministro, ya que la producción de aceite de palma se asocia a menudo con conflictos laborales. Aplicar las estándares de abastecimiento e innovar en la fase de diseño de los productos para reducir la dependencia de materiales controvertidos como el aceite de palma puede contribuir a reducir los riesgos.
    • Abastecimiento y eficiencia de los materiales Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con la resistencia de las cadenas de suministro de materiales a los impactos del cambio climático y otros factores ambientales y sociales externos. Plasma las repercusiones de estos factores externos en la actividad operativa de los proveedores, que pueden afectar además a la disponibilidad y el precio de los recursos clave. Aborda la capacidad de una empresa para gestionar estos riesgos a través del diseño, la fabricación y la gestión del final de la vida útil del producto, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de materiales clave (desmaterialización), la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación y la realización de inversiones en I+D en materiales sustitutivos. Además, las empresas pueden gestionar estas cuestiones mediante la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores para garantizar su resistencia a los riesgos externos. No aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por la actividad operativa de los proveedores individuales, que se tratan en una categoría aparte.
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    • Emisiones de GEI Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).
      • Emisión de gases de efecto invernadero Las empresas del sector de productos agrícolas generan emisiones directas de gases de efecto invernadero (GEI) derivadas del procesamiento y el transporte de mercancías mediante operaciones de flete terrestre y marítimo. Los reglamentos sobre emisiones pueden aumentar el coste de capital, los costes operativos y afectar la eficiencia operativa de las empresas que no tienen estrategias para gestionar las emisiones de GEI. La utilización de tecnologías innovadoras que utilizan combustibles alternativos e insumos energéticos (incluidos los desechos de biomasa generados por los procesos internos) y la mejora del rendimiento del combustible son formas en que las empresas pueden limitar la exposición a la volatilidad de los precios de los combustibles, las interrupciones del suministro, los futuros costes normativos y otras posibles consecuencias de las emisiones de GEI.
    • Gestión de la energía La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.
      • Gestión de la energía El procesamiento y la molienda de los productos agrícolas requieren un aporte de energía considerable. Si bien algunas empresas de productos agrícolas generan energía in situ mediante la combustión directa de combustibles fósiles o biomasa, la mayor parte de la energía se obtiene de la red eléctrica. El consumo de energía contribuye a los efectos ambientales, incluidos el cambio climático y la contaminación. La gestión de la energía afecta a los costes operativos actuales y futuros. La regulación del clima y otros factores de sostenibilidad podrían dar lugar a precios más altos o más volátiles de la electricidad y el combustible, lo que aumentaría los costes operativos de las empresas de productos agrícolas. Por lo tanto, la eficiencia energética obtenida mediante mejoras en los procesos puede reducir los costes operativos. El equilibrio entre la electricidad in situ y la electricidad procedente de la red, así como el uso de energías alternativas, pueden desempeñar un papel importante al influir tanto en el coste y la fiabilidad a largo plazo del suministro de energía de una empresa como en el alcance de las repercusiones reglamentarias de las emisiones directas frente a las indirectas.
    • Gestión del agua y las aguas residuales Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.
      • Gestión del agua El sector de productos agrícolas depende del agua para las actividades de procesamiento, y las empresas del sector también suelen generar aguas residuales o efluentes. La disponibilidad de agua, debido a la disponibilidad física o al acceso regulatorio, afecta directamente a la capacidad de la industria para operar eficientemente las instalaciones de procesamiento. Las empresas del sector están cada vez más expuestas a riesgos y reglamentos relacionados con el agua, lo que puede aumentar los gastos de capital, los costes de explotación, los costes de reparación o las posibles multas. Las empresas pueden gestionar los riesgos y oportunidades relacionados con el agua y mitigar los costes a largo plazo mediante inversiones de capital y la evaluación de la ubicación de las instalaciones en relación con los riesgos de escasez de agua, las mejoras de la eficiencia operativa y la colaboración con los organismos reguladores y las comunidades en cuestiones relacionadas con el acceso al agua y los efluentes. Los riesgos relacionados con la producción de cultivos impulsados por la disponibilidad y el acceso al agua se abordan en un tema separado orientado a la cadena de suministro, Suministro de ingredientes.
    • Calidad y seguridad de los productos Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con las características no deseadas de los productos vendidos o los servicios prestados que pueden crear riesgos para la salud o la seguridad de los usuarios finales. Se refiere a la capacidad de una empresa para ofrecer productos y/o servicios manufacturados que cumplan las expectativas de los clientes con respecto a sus características de salud y seguridad. Incluye, entre otras, cuestiones relacionadas con la responsabilidad, la gestión de las retiradas del mercado, las pruebas de los productos y la gestión de las sustancias químicas/contenidos/ingredientes de los productos.
      • Seguridad alimentaria Los productos agrícolas se venden directamente a los consumidores sin procesar o se someten a una elaboración ulterior antes de llegar a los consumidores. Es fundamental mantener la calidad y la seguridad de los productos, ya que la contaminación por agentes patógenos, productos químicos o el deterioro de los mismos presenta graves riesgos para la salud humana y animal. La contaminación puede ser el resultado de prácticas deficientes de cultivo, transporte, almacenamiento o manipulación. Los problemas de calidad e inocuidad de los alimentos pueden dar lugar a cambios en la demanda y a medidas reglamentarias impulsadas por los consumidores. La retirada de productos puede perjudicar la reputación de la marca, reducir los ingresos y dar lugar a costosas multas. La obtención de certificaciones de seguridad alimentaria o la garantía de que los proveedores cumplen las directrices de seguridad alimentaria pueden ayudar a las empresas del sector a protegerse contra los riesgos de seguridad de los productos y a comunicar la calidad de sus productos a los compradores.
    • Salud y seguridad de los empleados Esta categoría se refiere a la capacidad de una empresa para crear y mantener un entorno de trabajo seguro y saludable, libre de lesiones, muertes y enfermedades (tanto crónicas como graves). Tradicionalmente se consigue mediante la aplicación de planes de gestión de la seguridad, el desarrollo de requisitos de formación para empleados y contratistas, y la realización de auditorías periódicas de sus propias prácticas y de las de sus subcontratistas. La categoría también recoge cómo las empresas garantizan la salud física y mental de los trabajadores a través de la tecnología, la formación, la cultura corporativa, el cumplimiento de la normativa, la supervisión y las pruebas, y los equipos de protección personal.
      • Salud y seguridad de la fuerza laboral Los procesos industriales utilizados en el sector de los productos agrícolas presentan importantes riesgos laborales. Los empleados se dedican a muchas actividades de trabajo intensivo. Los peligros más comunes incluyen caídas, accidentes de transporte, accidentes relacionados con equipos y enfermedades o lesiones relacionadas con el calor, entre otros. Las infracciones de los estándares de salud y seguridad pueden dar lugar a sanciones monetarias y a costes derivados de la implementación de medidas correctivas. Las altas tasas de lesiones, en particular la tasa de mortalidad, pueden indicar una débil estructura de gestión y una débil cultura de seguridad en el lugar de trabajo, así como conducir a un daño significativo en la reputación. Un buen desempeño en la gestión de la salud y la seguridad de la fuerza laboral puede ayudar a crear una imagen de marca y promover la moral de los trabajadores, lo que puede dar lugar a un aumento de la productividad, una reducción de la rotación de los trabajadores y una mejora de las relaciones con la comunidad.
    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
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    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
      • Impactos ambientales y sociales de la cadena de suministro de ingredientes Las empresas de productos agrícolas se abastecen de insumos agrícolas de un gran número de proveedores. La forma en que las empresas del sector examinan, supervisan y colaboran con los proveedores en cuestiones ambientales y sociales puede repercutir en la demanda de los consumidores, los riesgos para la reputación y la capacidad de las empresas para gestionar eficazmente su oferta de cultivos y responder a las fluctuaciones de los precios. Las cuestiones de gestión de la cadena de suministro relacionadas con el trabajo, las prácticas ambientales, la ética o la corrupción pueden dar lugar a sanciones reglamentarias o a un aumento de los costes operativos a largo plazo para las empresas. Del mismo modo, las empresas de productos agrícolas pueden verse perjudicadas en su reputación si sus proveedores tienen un rendimiento deficiente en cuestiones ambientales o sociales. Las empresas pueden mitigar estos riesgos y aumentar potencialmente la demanda de los consumidores o capturar nuevas oportunidades de mercado al comprometerse con los proveedores clave para implementar prácticas agrícolas sostenibles o abastecerse de proveedores certificados.
      • Gestión de los OGM Los productos agrícolas elaborados con tecnología de organismos modificados genéticamente (OGM) han suscitado un creciente interés entre los consumidores. Si bien la tecnología de los OGM ha permitido, en muchos casos, mejorar el rendimiento de los cultivos gracias al desarrollo de rasgos resistentes a las enfermedades o a la sequía en las plantas, existe una creciente preocupación de los consumidores por los efectos percibidos en la salud, el medioambiente o la sociedad relacionados con el cultivo y el consumo de OGM. Algunos países y regiones geográficas también han promulgado reglamentos que prohíben el uso o el cultivo de OGM. Las empresas de alimentos y bebidas a lo largo de la cadena de suministro de alimentos, incluidas las empresas de este sector, están buscando medios eficaces para evaluar los riesgos y oportunidades relacionados con los OGM y comunicarse con los consumidores sobre el tema. Las empresas de productos agrícolas que pueden hacer frente a los cambios de las tendencias de los consumidores y a los cambios de la reglamentación mediante su combinación de productos o mediante comunicaciones eficaces pueden reducir los posibles riesgos para la reputación y la pérdida de ingresos, así como aprovechar las nuevas oportunidades de participación en el mercado.
    • Abastecimiento y eficiencia de los materiales Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con la resistencia de las cadenas de suministro de materiales a los impactos del cambio climático y otros factores ambientales y sociales externos. Plasma las repercusiones de estos factores externos en la actividad operativa de los proveedores, que pueden afectar además a la disponibilidad y el precio de los recursos clave. Aborda la capacidad de una empresa para gestionar estos riesgos a través del diseño, la fabricación y la gestión del final de la vida útil del producto, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de materiales clave (desmaterialización), la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación y la realización de inversiones en I+D en materiales sustitutivos. Además, las empresas pueden gestionar estas cuestiones mediante la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores para garantizar su resistencia a los riesgos externos. No aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por la actividad operativa de los proveedores individuales, que se tratan en una categoría aparte.
      • Suministro de ingredientes Las empresas de productos agrícolas se abastecen de una amplia variedad de productos e ingredientes procedentes de agricultores o distribuidores intermediarios. La capacidad del sector para abastecerse de manera fiable de ingredientes a los puntos de precio deseados fluctúa con el rendimiento de los cultivos, que puede verse afectado por el cambio climático, la escasez de agua, la ordenación de la tierra y otras consideraciones relativas a la escasez de recursos. Las empresas que se abastecen de cultivos más productivos y menos intensivos en recursos, o las que colaboran estrechamente con los proveedores para aumentar su adaptabilidad al cambio climático y a otros riesgos de escasez de recursos, estarán mejor protegidas frente a la volatilidad de los precios de los cultivos y contra las interrupciones en el suministro de los mismos. Además, las empresas pueden mejorar la reputación de su marca y desarrollar nuevas oportunidades de mercado. Si no se gestionan eficazmente los riesgos de abastecimiento, se puede producir un aumento de los costes de capital, una reducción de los márgenes y una limitación del crecimiento de los ingresos.

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