Comparación de industrias

Está viendo información sobre las siguientes industrias:

  • Distribuidores y minoristas especializados y multilínea El sector de los distribuidores y minoristas especializados y multilínea abarca una variedad de categorías de venta minorista, como grandes almacenes, grandes comerciantes, tiendas de productos para el hogar y clubes de almacenes, así como un segmento más pequeño de distribuidores como mayoristas de productos electrónicos y automóviles. Lo que tienen en común estas empresas (excepto el segmento de la distribución) es que gestionan las cadenas de suministro globales para anticiparse a la demanda del consumidor, mantener los costes bajos y conservar los productos almacenados en sus tiendas físicas. Se trata de un sector con mucha competencia donde cada categoría empresarial suele tener un número reducido de actores clave y se caracteriza por márgenes normalmente bajos. La naturaleza relativamente sustituible de la venta al por menor hace que las empresas de este sector sean especialmente susceptibles a los riesgos de reputación.
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  • Maquinaria y bienes industriales El sector de la maquinaria y los bienes industriales fabrica equipos para una serie de sectores, como la construcción, la agricultura, la energía, los servicios públicos, la minería, la fabricación, la automoción y el transporte. Los productos incluyen motores, maquinaria para el movimiento de tierras, camiones, tractores, barcos, bombas industriales, locomotoras y turbinas. Los fabricantes de maquinaria utilizan para la producción grandes cantidades de materias primas, como acero, plásticos, caucho, pinturas y vidrio. Los fabricantes también pueden mecanizar y fundir las piezas antes del montaje final. La demanda del sector está estrechamente vinculada a la producción industrial, aunque los estándares estatales sobre las emisiones y la demanda de los clientes están impulsando innovaciones para mejorar la eficiencia energética y limitar las emisiones a la atmósfera durante el uso de los productos.
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Cuestiones relevantes para ambos Industrias (7 de 26)

¿Por qué algunas cuestiones se muestran atenuadas? Las normas SASB varían según la industria, en función de los diferentes riesgos y oportunidades de sostenibilidad de cada industria. Las cuestiones atenuadas no se identificaron durante el proceso de elaboración de normas como aquellas que pueden afectar al valor de la empresa con mayor probabilidad, por lo que no se incluyen en la norma. Con el tiempo, a medida que el Consejo de Normas SASB siga recibiendo las opiniones del mercado, es posible que se añadan o eliminen algunas cuestiones de la norma. Cada empresa determina por sí misma si una cuestión de sostenibilidad puede afectar a su capacidad de crear valor empresarial. La norma está diseñada para la empresa típica de una industria, pero las empresas individuales pueden optar por informar sobre diferentes cuestiones de sostenibilidad en función de su modelo de negocio único.

Temas de divulgación

¿Cuál es la relación entre la categoría de cuestiones generales y los temas de divulgación? La categoría de cuestiones generales es una versión independiente de la industria de los temas de divulgación que aparecen en cada norma del SASB. Los temas de divulgación representan los impactos específicos de la industria en las categorías de cuestiones generales. Los temas de divulgación específicos de la industria garantizan que cada norma del SASB se adapte a la industria, mientras que las categorías de cuestiones generales permiten la comparación entre industrias. Por ejemplo, Salud y nutrición es un tema de divulgación en la industria de las bebidas sin alcohol, que representa una medida específica de la industria de la cuestión general Bienestar del cliente. Sin embargo, la cuestión Bienestar del cliente se manifiesta como el tema de la divulgación Medicamentos falsificados en la industria Biotecnología y productos farmacéuticos.
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    • Gestión de la energía La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.
      • Gestión de la energía en el comercio minorista y la distribución Las empresas de este sector requieren cantidades importantes de energía para sus almacenes e instalaciones de venta al por menor. Los factores de sostenibilidad (como el creciente número de regulaciones sobre emisiones de GEI o los incentivos para la eficiencia energética y el uso de energía renovable) están aumentando los precios de las fuentes de electricidad convencionales y reduciendo el de las fuentes alternativas. La producción y el consumo de energía procedente de combustibles fósiles tienen un impacto ambiental importante, como en el cambio climático y la contaminación. Las decisiones sobre la fuente y el tipo de energía, así como el uso de energías alternativas, pueden crear un equilibrio entre el coste del suministro de energía y la fiabilidad de las operaciones. Cada vez es más importante que las empresas gestionen su eficiencia energética general y su acceso a fuentes de energía alternativas. La eficiencia en este campo puede conllevar ventajas financieras, como el ahorro en costes directos, lo que es especialmente beneficioso para este sector de márgenes bajos.
    • Seguridad de los datos Esta categoría aborda la gestión de los riesgos relacionados con la recopilación, retención y uso de datos sensibles, confidenciales y/o de propiedad de los clientes o usuarios. Incluye los problemas sociales que pueden surgir de incidentes como las violaciones de datos en las que la información personal identificable (IPI) y otros datos de los usuarios o clientes pueden estar expuestos. Aborda la estrategia, las políticas y las prácticas de una empresa relacionadas con la infraestructura informática, la formación del personal, el mantenimiento de registros, la cooperación con las fuerzas del orden y otros mecanismos utilizados para garantizar la seguridad de los datos de los clientes o usuarios.
      • Seguridad de los datos Los consumidores confían a las empresas minoristas sus datos financieros y personales cada vez que realizan una transacción no monetaria. Las tarjetas de crédito y de débito han ido sustituyendo al dinero en efectivo y los cheques como método de pago preferido. En estas transacciones no monetarias, los minoristas establecen una relación de confianza con los consumidores, garantizándoles la seguridad de su información personal. La filtración de datos puede producirse tanto en las tecnologías de pago físico, lo que se denomina filtración en el punto de venta, como por ataques cibernéticos. A medida que los consumidores se van informando sobre las amenazas de la ciberdelincuencia, sobre todo a consecuencia de los continuos ataques de alto perfil, aumenta la importancia de mantener una reputación de empresa segura para ganar cuota de mercado. Los minoristas que impiden la filtración de datos también pueden evitar el daño al valor de la marca y reducir pérdidas.
    • Prácticas laborales Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para mantener las normas laborales comúnmente aceptadas en el lugar de trabajo, incluido el cumplimiento de la legislación laboral y de las normas internacionalmente aceptadas. Esto incluye, entre otras cosas, garantizar los derechos humanos básicos relacionados con el trabajo infantil, el trabajo forzoso o en régimen de servidumbre, la explotación laboral, los salarios justos y el pago de horas extras, y otros derechos básicos de los trabajadores. También incluye las políticas de salario mínimo y la provisión de beneficios, que pueden influir en la forma de atraer, retener y motivar a la mano de obra. La categoría también aborda la relación de la empresa con el trabajo organizado y la libertad de asociación.
      • Prácticas laborales La importancia del comercio minorista para la economía de EE. UU. como gran empleador con frecuencia sitúa al país en el centro de las discusiones públicas sobre prácticas laborales. Esto puede tener serias implicaciones para la reputación de las empresas con malas condiciones laborales. Los bajos salarios medios del sector, que ayudan a las empresas a mantener bajos los precios de los productos, pueden aumentar estos riesgos relacionados con el trabajo. Dado que los clientes interactúan regularmente de forma directa con los empleados, las empresas pueden enfrentarse a una disminución de la cuota de mercado y de los ingresos por el sentimiento negativo de los consumidores debido al desacuerdo público entre las empresas y sus trabajadores. Las empresas pueden mejorar su productividad laboral y el compromiso de sus empleados adoptando un enfoque a largo plazo para la gestión de asuntos como las indemnizaciones y los derechos de los trabajadores. Además de mitigar los riesgos, las mejoras en la productividad laboral pueden ayudar a fortalecer la reputación de una empresa y reducir su coste de capital.
    • Salud y seguridad de los empleados Esta categoría se refiere a la capacidad de una empresa para crear y mantener un entorno de trabajo seguro y saludable, libre de lesiones, muertes y enfermedades (tanto crónicas como graves). Tradicionalmente se consigue mediante la aplicación de planes de gestión de la seguridad, el desarrollo de requisitos de formación para empleados y contratistas, y la realización de auditorías periódicas de sus propias prácticas y de las de sus subcontratistas. La categoría también recoge cómo las empresas garantizan la salud física y mental de los trabajadores a través de la tecnología, la formación, la cultura corporativa, el cumplimiento de la normativa, la supervisión y las pruebas, y los equipos de protección personal.
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    • Compromiso de los empleados, diversidad e inclusión Esta categoría se refiere a la capacidad de una empresa para garantizar que su cultura y sus prácticas de contratación y promoción promuevan la creación de una plantilla diversa e inclusiva que refleje la composición de las reservas de talento locales y su base de clientes. Aborda los problemas de las prácticas discriminatorias por motivos de raza, género, etnia, religión, orientación sexual y otros factores.
      • Diversidad e inclusión en la fuerza laboral El sector de distribuidores y minoristas especializados y multilínea está orientado al consumidor y se basa en la capacidad de comunicarse eficazmente con los clientes durante el proceso de venta y de adaptarse a los cambios en la demanda de productos. Las empresas de este sector pueden beneficiarse de los importantes cambios demográficos en muchos mercados desarrollados, como el aumento de poblaciones minoritarias, orientando su cultura y sus prácticas de contratación y promoción hacia una fuerza laboral diversa tanto en los puestos directivos como de nivel inferior. Los minoristas que respondan a este cambio demográfico y contraten personal que sepa reconocer las necesidades de las diversas comunidades pueden estar mejor situadas para captar la demanda de los segmentos que tradicionalmente se han pasado por alto, lo que puede proporcionar una ventaja competitiva. Además, estas empresas pueden beneficiarse de la disminución de los riesgos jurídicos y regulatorios y mejorar el valor de su reputación.
    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
      • Abastecimiento, embalaje y marketing de productos Las empresas del sector de distribuidores y minoristas especializados y multilínea venden una amplia gama de artículos, como productos electrónicos, ropa, muebles o cosméticos, que tienen diversos impactos ambientales y sociales a lo largo de sus ciclos de vida. El tamaño y el consiguiente poder de adquisición de muchas empresas de este sector les permite colaborar con sus proveedores para obtener productos y embalajes con un menor impacto ambiental y social a lo largo del ciclo de vida. Las empresas con buena gestión en este sentido pueden beneficiarse del aumento de la demanda de los clientes y la mejora de márgenes. La adopción de un enfoque proactivo para involucrar a los proveedores, el uso de estándares de certificación y la reducción del impacto ambiental de los embalajes, son estrategias que las empresas de este sector emplean habitualmente.
    • Abastecimiento y eficiencia de los materiales Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con la resistencia de las cadenas de suministro de materiales a los impactos del cambio climático y otros factores ambientales y sociales externos. Plasma las repercusiones de estos factores externos en la actividad operativa de los proveedores, que pueden afectar además a la disponibilidad y el precio de los recursos clave. Aborda la capacidad de una empresa para gestionar estos riesgos a través del diseño, la fabricación y la gestión del final de la vida útil del producto, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de materiales clave (desmaterialización), la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación y la realización de inversiones en I+D en materiales sustitutivos. Además, las empresas pueden gestionar estas cuestiones mediante la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores para garantizar su resistencia a los riesgos externos. No aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por la actividad operativa de los proveedores individuales, que se tratan en una categoría aparte.
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    • Gestión de la energía La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.
      • Gestión de la energía La energía es un insumo esencial para la fabricación de maquinaria industrial. La compra de electricidad representa la mayor parte de los gastos energéticos del sector, seguida de la compra de combustibles. El tipo de energía utilizada, la magnitud del consumo y las estrategias de gestión energética dependen del tipo de productos que se fabrica. La combinación energética de una compañía, incluido el uso de la electricidad generada in situ, la electricidad de la red y el uso de energías alternativas, puede desempeñar un papel importante que influya sobre el coste y la fiabilidad del suministro de energía y, en última instancia, afecte a la estructura de costes de la compañía y al riesgo de incumplimiento de la normativa.
    • Seguridad de los datos Esta categoría aborda la gestión de los riesgos relacionados con la recopilación, retención y uso de datos sensibles, confidenciales y/o de propiedad de los clientes o usuarios. Incluye los problemas sociales que pueden surgir de incidentes como las violaciones de datos en las que la información personal identificable (IPI) y otros datos de los usuarios o clientes pueden estar expuestos. Aborda la estrategia, las políticas y las prácticas de una empresa relacionadas con la infraestructura informática, la formación del personal, el mantenimiento de registros, la cooperación con las fuerzas del orden y otros mecanismos utilizados para garantizar la seguridad de los datos de los clientes o usuarios.
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    • Prácticas laborales Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para mantener las normas laborales comúnmente aceptadas en el lugar de trabajo, incluido el cumplimiento de la legislación laboral y de las normas internacionalmente aceptadas. Esto incluye, entre otras cosas, garantizar los derechos humanos básicos relacionados con el trabajo infantil, el trabajo forzoso o en régimen de servidumbre, la explotación laboral, los salarios justos y el pago de horas extras, y otros derechos básicos de los trabajadores. También incluye las políticas de salario mínimo y la provisión de beneficios, que pueden influir en la forma de atraer, retener y motivar a la mano de obra. La categoría también aborda la relación de la empresa con el trabajo organizado y la libertad de asociación.
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    • Salud y seguridad de los empleados Esta categoría se refiere a la capacidad de una empresa para crear y mantener un entorno de trabajo seguro y saludable, libre de lesiones, muertes y enfermedades (tanto crónicas como graves). Tradicionalmente se consigue mediante la aplicación de planes de gestión de la seguridad, el desarrollo de requisitos de formación para empleados y contratistas, y la realización de auditorías periódicas de sus propias prácticas y de las de sus subcontratistas. La categoría también recoge cómo las empresas garantizan la salud física y mental de los trabajadores a través de la tecnología, la formación, la cultura corporativa, el cumplimiento de la normativa, la supervisión y las pruebas, y los equipos de protección personal.
      • Salud y seguridad de los empleados Los empleados de las plantas de fabricación de maquinaria industrial se enfrentan a riesgos para la salud y la seguridad generados por la exposición a maquinaria pesada, maquinaria en movimiento y riesgos eléctricos, entre otros. La creación de una eficaz cultura de la seguridad es fundamental para mitigar de forma proactiva los incidentes de seguridad, que podrían incrementar los costes de la atención médica, los litigios y la interrupción del trabajo. Mediante la aplicación de sólidos protocolos de seguridad, como la notificación e investigación de los incidentes, así como la promoción de una cultura de la seguridad, las compañías podrán minimizar los gastos relacionados con la seguridad y mejorar potencialmente la productividad a largo plazo.
    • Compromiso de los empleados, diversidad e inclusión Esta categoría se refiere a la capacidad de una empresa para garantizar que su cultura y sus prácticas de contratación y promoción promuevan la creación de una plantilla diversa e inclusiva que refleje la composición de las reservas de talento locales y su base de clientes. Aborda los problemas de las prácticas discriminatorias por motivos de raza, género, etnia, religión, orientación sexual y otros factores.
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    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
      • Ahorro de combustible y emisiones en fase de uso Muchos de los productos del sector de la maquinaria y los bienes industriales funcionan con combustibles fósiles y, durante su uso, por lo tanto, liberan gases de efecto invernadero (GEI) y otras emisiones a la atmósfera. Las preferencias de los clientes por un mayor ahorro del combustible, combinadas con las reglamentaciones que abordan las emisiones, están aumentando la demanda de productos de bajo consumo y bajas emisiones en el sector. Por ello, las compañías que fabriquen productos que tengan estas características podrán estar bien posicionadas para captar la creciente cuota de mercado, reducir el riesgo de incumplimiento de la normativa y mejorar el valor de la marca.
    • Abastecimiento y eficiencia de los materiales Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con la resistencia de las cadenas de suministro de materiales a los impactos del cambio climático y otros factores ambientales y sociales externos. Plasma las repercusiones de estos factores externos en la actividad operativa de los proveedores, que pueden afectar además a la disponibilidad y el precio de los recursos clave. Aborda la capacidad de una empresa para gestionar estos riesgos a través del diseño, la fabricación y la gestión del final de la vida útil del producto, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de materiales clave (desmaterialización), la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación y la realización de inversiones en I+D en materiales sustitutivos. Además, las empresas pueden gestionar estas cuestiones mediante la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores para garantizar su resistencia a los riesgos externos. No aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por la actividad operativa de los proveedores individuales, que se tratan en una categoría aparte.
      • Suministro de materiales Las compañías de maquinaria industrial están expuestas a riesgos en la cadena de suministro cuando se utilizan materiales críticos en los productos. Las compañías del sector fabrican productos utilizando materiales críticos con pocos o ningún sustituto disponible, muchos de los cuales proceden de depósitos concentrados en unos pocos países que están sujetos a la incertidumbre geopolítica. Las compañías de este sector también se enfrentan a la competencia, debido a la creciente demanda mundial de estos materiales por parte de otros sectores, lo que puede dar lugar al incremento de los precios y a riesgos de suministro. Las compañías que puedan limitar el uso de materiales críticos utilizando alternativas y garantizarse el suministro, podrán mitigar las posibles repercusiones financieras derivadas de las interrupciones de la oferta y la volatilidad de los precios de los insumos.
      • Diseño y servicios de refabricación La maquinaria industrial y la fabricación de bienes utiliza grandes cantidades de acero, hierro, aluminio, vidrio, plásticos y otros materiales. La refabricación de los sistemas de maquinaria industrial (llamados «núcleos») es una oportunidad para que las compañías de maquinaria industrial limiten la cantidad de materias primas necesarias para fabricar nueva maquinaria, así como el tiempo y otros recursos necesarios para fabricar productos acabados. Los productos refabricados también pueden crear valor a partir de productos que, de otro modo, se destinarían a la eliminación o el reciclaje. Las compañías de maquinaria industrial pueden conseguir ahorrar costes mediante la reutilización de piezas al final de su vida útil para construir máquinas refabricadas que puedan revenderse a los clientes. Así pues, la refabricación, en el proceso y el diseño, puede reducir la demanda de materias primas, reducir los costes de fabricación y crear nuevos canales de venta.

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Sector de servicios
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Sector del transporte