Comparación de industrias

Está viendo información sobre las siguientes industrias:

  • Bebidas alcohólicas El sector de las bebidas alcohólicas incluye compañías que elaboran, destilan y manufacturan diferentes bebidas alcohólicas, incluyendo cerveza, vino y licores. Las empresas de esta industria transforman productos agrícolas, incluyendo azúcar, cebada y maíz, en bebidas alcohólicas terminadas. Las empresas más grandes operan a nivel mundial y cuentan con numerosos productos de marca en su oferta. Debido a la regulación en los diferentes mercados, los niveles de integración vertical dentro del sector varían. Las cerveceras suelen tener múltiples instalaciones de fabricación que les proporcionan acceso a diferentes mercados, mientras que los vinicultores y las destilerías suelen estar situados en lugares que cuentan con una tradición de dichas producciones.
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  • Distribuidores y minoristas especializados y multilínea El sector de los distribuidores y minoristas especializados y multilínea abarca una variedad de categorías de venta minorista, como grandes almacenes, grandes comerciantes, tiendas de productos para el hogar y clubes de almacenes, así como un segmento más pequeño de distribuidores como mayoristas de productos electrónicos y automóviles. Lo que tienen en común estas empresas (excepto el segmento de la distribución) es que gestionan las cadenas de suministro globales para anticiparse a la demanda del consumidor, mantener los costes bajos y conservar los productos almacenados en sus tiendas físicas. Se trata de un sector con mucha competencia donde cada categoría empresarial suele tener un número reducido de actores clave y se caracteriza por márgenes normalmente bajos. La naturaleza relativamente sustituible de la venta al por menor hace que las empresas de este sector sean especialmente susceptibles a los riesgos de reputación.
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Cuestiones relevantes para ambos Industrias (9 de 26)

¿Por qué algunas cuestiones se muestran atenuadas? Las normas SASB varían según la industria, en función de los diferentes riesgos y oportunidades de sostenibilidad de cada industria. Las cuestiones atenuadas no se identificaron durante el proceso de elaboración de normas como aquellas que pueden afectar al valor de la empresa con mayor probabilidad, por lo que no se incluyen en la norma. Con el tiempo, a medida que el Consejo de Normas SASB siga recibiendo las opiniones del mercado, es posible que se añadan o eliminen algunas cuestiones de la norma. Cada empresa determina por sí misma si una cuestión de sostenibilidad puede afectar a su capacidad de crear valor empresarial. La norma está diseñada para la empresa típica de una industria, pero las empresas individuales pueden optar por informar sobre diferentes cuestiones de sostenibilidad en función de su modelo de negocio único.

Temas de divulgación

¿Cuál es la relación entre la categoría de cuestiones generales y los temas de divulgación? La categoría de cuestiones generales es una versión independiente de la industria de los temas de divulgación que aparecen en cada norma del SASB. Los temas de divulgación representan los impactos específicos de la industria en las categorías de cuestiones generales. Los temas de divulgación específicos de la industria garantizan que cada norma del SASB se adapte a la industria, mientras que las categorías de cuestiones generales permiten la comparación entre industrias. Por ejemplo, Salud y nutrición es un tema de divulgación en la industria de las bebidas sin alcohol, que representa una medida específica de la industria de la cuestión general Bienestar del cliente. Sin embargo, la cuestión Bienestar del cliente se manifiesta como el tema de la divulgación Medicamentos falsificados en la industria Biotecnología y productos farmacéuticos.
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    • Gestión de la energía La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.
      • Gestión de la energía Las empresas del sector de bebidas alcohólicas dependen tanto de la electricidad adquirida como del combustible a modo de insumos fundamentales para la creación de valor. El consumo de combustible fósil y energía eléctrica puede tener consecuencias ambientales, contribuyendo al cambio climático y la contaminación. Estos efectos pueden afectar al valor de las empresas de la industria, ya que las regulaciones de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y los nuevos incentivos para la eficiencia energética y las energías renovables podrían provocar una mayor volatilidad de los precios de los combustibles fósiles y la electricidad convencional y, al mismo tiempo, favorecer la competitividad de los costes de las fuentes alternativas. Las empresas que gestionan su uso general de la energía mediante el aumento de la eficiencia y el uso de fuentes de energía alternativas pueden mejorar la rentabilidad reduciendo los gastos y mitigando los riesgos.
    • Gestión del agua y las aguas residuales Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.
      • Gestión del agua La gestión del agua está relacionada con el uso directo que una empresa hace del agua, si sus operaciones se realizan en regiones con escasez de agua y con su gestión de las aguas residuales. Las empresas del sector de bebidas alcohólicas utilizan una gran cantidad de agua en sus operaciones, ya que el agua es un insumo clave para sus productos acabados. Dada la gran dependencia de las empresas de bebidas alcohólicas de grandes volúmenes de agua salubre y el hecho de que la escasez de agua está aumentando en diferentes regiones del mundo, las empresas podrían estar expuestas a interrupciones del suministro que podrían afectar significativamente a las operaciones y aumentar los costes. Las empresas que operan en regiones con estrés hídrico y que no atienden a las preocupaciones locales al respecto pueden correr un mayor riesgo de perder su licencia social para operar. La mejora de la gestión del agua mediante el aumento de la eficiencia y el reciclaje, en particular en las regiones con niveles de estrés hídrico inicial, puede dar lugar a una reducción de los costes operativos, la reducción de los riesgos y un mayor valor de los activos intangibles.
    • Seguridad de los datos Esta categoría aborda la gestión de los riesgos relacionados con la recopilación, retención y uso de datos sensibles, confidenciales y/o de propiedad de los clientes o usuarios. Incluye los problemas sociales que pueden surgir de incidentes como las violaciones de datos en las que la información personal identificable (IPI) y otros datos de los usuarios o clientes pueden estar expuestos. Aborda la estrategia, las políticas y las prácticas de una empresa relacionadas con la infraestructura informática, la formación del personal, el mantenimiento de registros, la cooperación con las fuerzas del orden y otros mecanismos utilizados para garantizar la seguridad de los datos de los clientes o usuarios.
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    • Prácticas de venta y etiquetado de productos Esta categoría aborda los problemas sociales que pueden surgir por no gestionar la transparencia, la exactitud y la comprensibilidad de las declaraciones de marketing, la publicidad y el etiquetado de los productos y servicios. Incluye, por ejemplo, las normas y reglamentos de publicidad, las prácticas de marketing éticas y responsables, el etiquetado engañoso o confuso, así como las prácticas de venta y préstamo discriminatorias o predatorias. Esto puede incluir prácticas de venta engañosas o agresivas en las que las estructuras de incentivos para los empleados podrían fomentar la venta de productos o servicios que no son del interés de los clientes.
      • Consumo de alcohol y marketing responsables El consumo irresponsable de bebidas alcohólicas puede provocar externalidades negativas, como la conducción bajo los efectos del alcohol, la adicción, problemas de salud pública, consumo de alcohol por parte de menores de edad e incluso la muerte. Cada año, el consumo irresponsable de alcohol contribuye a que se produzcan millones de muertes en todo el mundo, buena parte de las cuales se trata de menores de edad y jóvenes. El uso nocivo del alcohol es tema de creciente preocupación, en particular en los países en vías de desarrollo, que no cuentan con leyes que luchen contra sus efectos perjudiciales. Las empresas de bebidas alcohólicas pueden verse obligadas a asumir los costes de esos factores sociales exógenos a través de impuestos, demandas judiciales o daños a la reputación, lo que puede tener importantes repercusiones en las operaciones y los resultados financieros. No gestionar adecuadamente los factores sociales exógenos puede propiciar la aplicación de regulaciones aún más desfavorable y socavar la licencia social del sector para operar. Mediante los programas educativos y de implicación, la cooperación con la comunidad y el marketing responsable, especialmente en lo tocante a los menores de edad, las empresas pueden abordar y mitigar muchos de los factores sociales exógenos asociados con el abuso de alcohol. Las empresas que gestionan eficazmente esta cuestión pueden reducir las probabilidades de incurrir en gastos extraordinarios, mejorar la cuota de mercado y reducir las responsabilidades.
    • Prácticas laborales Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para mantener las normas laborales comúnmente aceptadas en el lugar de trabajo, incluido el cumplimiento de la legislación laboral y de las normas internacionalmente aceptadas. Esto incluye, entre otras cosas, garantizar los derechos humanos básicos relacionados con el trabajo infantil, el trabajo forzoso o en régimen de servidumbre, la explotación laboral, los salarios justos y el pago de horas extras, y otros derechos básicos de los trabajadores. También incluye las políticas de salario mínimo y la provisión de beneficios, que pueden influir en la forma de atraer, retener y motivar a la mano de obra. La categoría también aborda la relación de la empresa con el trabajo organizado y la libertad de asociación.
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    • Compromiso de los empleados, diversidad e inclusión Esta categoría se refiere a la capacidad de una empresa para garantizar que su cultura y sus prácticas de contratación y promoción promuevan la creación de una plantilla diversa e inclusiva que refleje la composición de las reservas de talento locales y su base de clientes. Aborda los problemas de las prácticas discriminatorias por motivos de raza, género, etnia, religión, orientación sexual y otros factores.
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    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
      • Gestión del ciclo de vida de los envases Los materiales de embalaje representan un coste significativo para las empresas del sector de las bebidas alcohólicas. Aunque muchas empresas de bebidas alcohólicas no fabrican sus propias botellas y envases, se arriesgan a que su reputación se vea afectada como resultado de los factores exógenos negativos que los envases de sus productos puedan crear a lo largo de su ciclo de vida. También se ven directamente afectadas por la legislación relativa a la gestión de los envases de bebidas al final de su vida útil. Las empresas de bebidas alcohólicas pueden trabajar junto con los fabricantes en el diseño de los embalajes con la finalidad de ahorrar costes, mejorar la reputación de la marca y reducir los efectos ambientales. Los esfuerzos para reducir la cantidad de materiales utilizados en los envases pueden disminuir los costes de transporte, la exposición a la volatilidad de la oferta y los precios y la cantidad de materiales vírgenes extraídos. En la fase final de la vida útil, los programas y colaboraciones para la recuperación y reciclaje pueden anticiparse a las regulaciones aplicables, contribuir a ahorrar costes y mitigar los efectos sobre el medioambiente. Las empresas que gestionan eficazmente esta cuestión pueden mejorar la rentabilidad y reducir el coste de capital.
    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
      • Impactos ambientales y sociales de la cadena de suministro de ingredientes Las empresas del sector de las bebidas alcohólicas gestionan cadenas de suministro a nivel mundial para abastecerse de una amplia gama de insumos de ingredientes. La forma en que las empresas seleccionan, supervisan y se implican con los proveedores en temas ambientales y sociales afecta a su capacidad para garantizar el suministro y manejar las fluctuaciones en los precios. En caso de que las empresas no sean capaces de encontrar alternativas para los proveedores clave o se provean de ingredientes a un precio más elevado, la interrupción de la cadena de suministro puede causar la pérdida de ingresos y afectar de forma negativa a la cuota de mercado. Los problemas en la gestión de la cadena de suministro relacionados con las prácticas laborales, la responsabilidad ambiental, la ética o la corrupción también pueden dar lugar a multas reglamentarias o al aumento de los costes operativos a largo plazo. El hecho de que la industria se dirija al consumidor aumenta los riesgos para la reputación relacionados con la forma de actuar de los proveedores. Ocuparse de la exposición de una empresa a los riesgos ambientales y sociales puede motivar una mayor resiliencia de la cadena de suministro y una reputación mejor. Las empresas pueden colaborar con los principales proveedores para gestionar los riesgos ambientales y sociales a fin de mejorar la resiliencia de la cadena de suministro, mitigar los riesgos para la reputación y aumentar potencialmente la demanda de los consumidores o captar nuevas oportunidades comerciales.
    • Abastecimiento y eficiencia de los materiales Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con la resistencia de las cadenas de suministro de materiales a los impactos del cambio climático y otros factores ambientales y sociales externos. Plasma las repercusiones de estos factores externos en la actividad operativa de los proveedores, que pueden afectar además a la disponibilidad y el precio de los recursos clave. Aborda la capacidad de una empresa para gestionar estos riesgos a través del diseño, la fabricación y la gestión del final de la vida útil del producto, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de materiales clave (desmaterialización), la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación y la realización de inversiones en I+D en materiales sustitutivos. Además, las empresas pueden gestionar estas cuestiones mediante la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores para garantizar su resistencia a los riesgos externos. No aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por la actividad operativa de los proveedores individuales, que se tratan en una categoría aparte.
      • Suministro de ingredientes Las empresas del sector de bebidas alcohólicas se abastecen de una amplia gama de ingredientes, en gran parte insumos agrícolas, de proveedores de todo el mundo. La capacidad de la industria para proveerse de ingredientes y de hacerlo a determinados precios depende de la oferta disponible, que puede verse afectada por el cambio climático, la escasez de agua, la ordenación de las tierras y otras consideraciones relativas a la escasez de recursos. Esta exposición puede ocasionar la volatilidad de los precios y afectar a la rentabilidad de las empresas. En última instancia, el cambio climático, la escasez de agua y las restricciones en la utilización del suelo presentan riesgos para la capacidad a largo plazo de las empresas para abastecerse de materiales e ingredientes clave. Las empresas que se abastecen de ingredientes más productivos, cultivados con mayor eficacia y con un consumo de recursos menor o que trabajan en estrecha colaboración con los proveedores para aumentar su adaptabilidad al cambio climático y gestionar la exposición a otros riesgos de escasez de recursos estarán mejor protegidas contra la volatilidad de los precios o las interrupciones del suministro.
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    • Gestión de la energía La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.
      • Gestión de la energía en el comercio minorista y la distribución Las empresas de este sector requieren cantidades importantes de energía para sus almacenes e instalaciones de venta al por menor. Los factores de sostenibilidad (como el creciente número de regulaciones sobre emisiones de GEI o los incentivos para la eficiencia energética y el uso de energía renovable) están aumentando los precios de las fuentes de electricidad convencionales y reduciendo el de las fuentes alternativas. La producción y el consumo de energía procedente de combustibles fósiles tienen un impacto ambiental importante, como en el cambio climático y la contaminación. Las decisiones sobre la fuente y el tipo de energía, así como el uso de energías alternativas, pueden crear un equilibrio entre el coste del suministro de energía y la fiabilidad de las operaciones. Cada vez es más importante que las empresas gestionen su eficiencia energética general y su acceso a fuentes de energía alternativas. La eficiencia en este campo puede conllevar ventajas financieras, como el ahorro en costes directos, lo que es especialmente beneficioso para este sector de márgenes bajos.
    • Gestión del agua y las aguas residuales Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.
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    • Seguridad de los datos Esta categoría aborda la gestión de los riesgos relacionados con la recopilación, retención y uso de datos sensibles, confidenciales y/o de propiedad de los clientes o usuarios. Incluye los problemas sociales que pueden surgir de incidentes como las violaciones de datos en las que la información personal identificable (IPI) y otros datos de los usuarios o clientes pueden estar expuestos. Aborda la estrategia, las políticas y las prácticas de una empresa relacionadas con la infraestructura informática, la formación del personal, el mantenimiento de registros, la cooperación con las fuerzas del orden y otros mecanismos utilizados para garantizar la seguridad de los datos de los clientes o usuarios.
      • Seguridad de los datos Los consumidores confían a las empresas minoristas sus datos financieros y personales cada vez que realizan una transacción no monetaria. Las tarjetas de crédito y de débito han ido sustituyendo al dinero en efectivo y los cheques como método de pago preferido. En estas transacciones no monetarias, los minoristas establecen una relación de confianza con los consumidores, garantizándoles la seguridad de su información personal. La filtración de datos puede producirse tanto en las tecnologías de pago físico, lo que se denomina filtración en el punto de venta, como por ataques cibernéticos. A medida que los consumidores se van informando sobre las amenazas de la ciberdelincuencia, sobre todo a consecuencia de los continuos ataques de alto perfil, aumenta la importancia de mantener una reputación de empresa segura para ganar cuota de mercado. Los minoristas que impiden la filtración de datos también pueden evitar el daño al valor de la marca y reducir pérdidas.
    • Prácticas de venta y etiquetado de productos Esta categoría aborda los problemas sociales que pueden surgir por no gestionar la transparencia, la exactitud y la comprensibilidad de las declaraciones de marketing, la publicidad y el etiquetado de los productos y servicios. Incluye, por ejemplo, las normas y reglamentos de publicidad, las prácticas de marketing éticas y responsables, el etiquetado engañoso o confuso, así como las prácticas de venta y préstamo discriminatorias o predatorias. Esto puede incluir prácticas de venta engañosas o agresivas en las que las estructuras de incentivos para los empleados podrían fomentar la venta de productos o servicios que no son del interés de los clientes.
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    • Prácticas laborales Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para mantener las normas laborales comúnmente aceptadas en el lugar de trabajo, incluido el cumplimiento de la legislación laboral y de las normas internacionalmente aceptadas. Esto incluye, entre otras cosas, garantizar los derechos humanos básicos relacionados con el trabajo infantil, el trabajo forzoso o en régimen de servidumbre, la explotación laboral, los salarios justos y el pago de horas extras, y otros derechos básicos de los trabajadores. También incluye las políticas de salario mínimo y la provisión de beneficios, que pueden influir en la forma de atraer, retener y motivar a la mano de obra. La categoría también aborda la relación de la empresa con el trabajo organizado y la libertad de asociación.
      • Prácticas laborales La importancia del comercio minorista para la economía de EE. UU. como gran empleador con frecuencia sitúa al país en el centro de las discusiones públicas sobre prácticas laborales. Esto puede tener serias implicaciones para la reputación de las empresas con malas condiciones laborales. Los bajos salarios medios del sector, que ayudan a las empresas a mantener bajos los precios de los productos, pueden aumentar estos riesgos relacionados con el trabajo. Dado que los clientes interactúan regularmente de forma directa con los empleados, las empresas pueden enfrentarse a una disminución de la cuota de mercado y de los ingresos por el sentimiento negativo de los consumidores debido al desacuerdo público entre las empresas y sus trabajadores. Las empresas pueden mejorar su productividad laboral y el compromiso de sus empleados adoptando un enfoque a largo plazo para la gestión de asuntos como las indemnizaciones y los derechos de los trabajadores. Además de mitigar los riesgos, las mejoras en la productividad laboral pueden ayudar a fortalecer la reputación de una empresa y reducir su coste de capital.
    • Compromiso de los empleados, diversidad e inclusión Esta categoría se refiere a la capacidad de una empresa para garantizar que su cultura y sus prácticas de contratación y promoción promuevan la creación de una plantilla diversa e inclusiva que refleje la composición de las reservas de talento locales y su base de clientes. Aborda los problemas de las prácticas discriminatorias por motivos de raza, género, etnia, religión, orientación sexual y otros factores.
      • Diversidad e inclusión en la fuerza laboral El sector de distribuidores y minoristas especializados y multilínea está orientado al consumidor y se basa en la capacidad de comunicarse eficazmente con los clientes durante el proceso de venta y de adaptarse a los cambios en la demanda de productos. Las empresas de este sector pueden beneficiarse de los importantes cambios demográficos en muchos mercados desarrollados, como el aumento de poblaciones minoritarias, orientando su cultura y sus prácticas de contratación y promoción hacia una fuerza laboral diversa tanto en los puestos directivos como de nivel inferior. Los minoristas que respondan a este cambio demográfico y contraten personal que sepa reconocer las necesidades de las diversas comunidades pueden estar mejor situadas para captar la demanda de los segmentos que tradicionalmente se han pasado por alto, lo que puede proporcionar una ventaja competitiva. Además, estas empresas pueden beneficiarse de la disminución de los riesgos jurídicos y regulatorios y mejorar el valor de su reputación.
    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
      • Abastecimiento, embalaje y marketing de productos Las empresas del sector de distribuidores y minoristas especializados y multilínea venden una amplia gama de artículos, como productos electrónicos, ropa, muebles o cosméticos, que tienen diversos impactos ambientales y sociales a lo largo de sus ciclos de vida. El tamaño y el consiguiente poder de adquisición de muchas empresas de este sector les permite colaborar con sus proveedores para obtener productos y embalajes con un menor impacto ambiental y social a lo largo del ciclo de vida. Las empresas con buena gestión en este sentido pueden beneficiarse del aumento de la demanda de los clientes y la mejora de márgenes. La adopción de un enfoque proactivo para involucrar a los proveedores, el uso de estándares de certificación y la reducción del impacto ambiental de los embalajes, son estrategias que las empresas de este sector emplean habitualmente.
    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
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    • Abastecimiento y eficiencia de los materiales Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con la resistencia de las cadenas de suministro de materiales a los impactos del cambio climático y otros factores ambientales y sociales externos. Plasma las repercusiones de estos factores externos en la actividad operativa de los proveedores, que pueden afectar además a la disponibilidad y el precio de los recursos clave. Aborda la capacidad de una empresa para gestionar estos riesgos a través del diseño, la fabricación y la gestión del final de la vida útil del producto, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de materiales clave (desmaterialización), la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación y la realización de inversiones en I+D en materiales sustitutivos. Además, las empresas pueden gestionar estas cuestiones mediante la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores para garantizar su resistencia a los riesgos externos. No aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por la actividad operativa de los proveedores individuales, que se tratan en una categoría aparte.
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