Comparación de industrias
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Está viendo información sobre las siguientes industrias:
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Minoristas y distribuidores de alimentos
El sector de minoristas y distribuidores de alimentos consiste en empresas dedicadas a la venta mayorista y minorista de alimentos, bebidas y productos agrícolas. La venta se produce en supermercados minoristas, tiendas de ultramarinos, supermercados de almacén, tiendas de licores, panaderías, tiendas de alimentos naturales, tiendas de alimentos especializados, pescaderías y centros de distribución. Las empresas pueden especializarse en un tipo de formato de tienda o tener instalaciones de diversos formatos. Los productos suelen proceder de todo el mundo e incluyen carne y productos frescos, alimentos preparados, alimentos precocinados, alimentos procesados, productos de panadería, alimentos congelados y enlatados, bebidas con y sin alcohol y una amplia gama de artículos para el hogar y de cuidado personal. -
Alimentos procesados
El sector de los alimentos procesados incluye compañías que procesan y envasan alimentos como el pan, los alimentos congelados, los tentempiés, los alimentos para mascotas y los condimentos para el consumo minorista. Normalmente, estos productos se preparan para el consumo, se comercializan para los consumidores minoristas y pueden encontrarse en los estantes de tiendas de alimentación. El sector se caracteriza por las grandes y complejas cadenas de suministro de los ingredientes, ya que muchas compañías se abastecen de ingredientes procedentes de todo el mundo. Las grandes compañías trabajan a nivel mundial, y las oportunidades internacionales están impulsando el crecimiento.
Cuestiones relevantes para ambos Industrias (12 de 26)
¿Por qué algunas cuestiones se muestran atenuadas?
Las normas SASB varían según la industria, en función de los diferentes riesgos y oportunidades de sostenibilidad de cada industria. Las cuestiones atenuadas no se identificaron durante el proceso de elaboración de normas como aquellas que pueden afectar al valor de la empresa con mayor probabilidad, por lo que no se incluyen en la norma. Con el tiempo, a medida que el Consejo de Normas SASB siga recibiendo las opiniones del mercado, es posible que se añadan o eliminen algunas cuestiones de la norma. Cada empresa determina por sí misma si una cuestión de sostenibilidad puede afectar a su capacidad de crear valor empresarial. La norma está diseñada para la empresa típica de una industria, pero las empresas individuales pueden optar por informar sobre diferentes cuestiones de sostenibilidad en función de su modelo de negocio único.-
Medio ambiente
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Emisiones de GEI
Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3). - Calidad del aire
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Gestión de la energía
La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación. -
Gestión del agua y las aguas residuales
Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos. -
Gestión de residuos y materiales peligrosos
Esta categoría se ocupa de las cuestiones medioambientales relacionadas con los residuos peligrosos y no peligrosos generados por las empresas. Aborda la gestión de los residuos sólidos de una empresa en la fabricación, la agricultura y otros procesos industriales. Abarca el tratamiento, la manipulación, el almacenamiento, la eliminación y el cumplimiento de la normativa. Esta categoría no incluye las emisiones a la atmósfera ni a las aguas residuales, ni tampoco los residuos del final de la vida útil de los productos, que se tratan en categorías distintas. - Impactos ecológicos
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Capital social
- Derechos humanos y relaciones comunitarias
- Privacidad del cliente
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Seguridad de los datos
Esta categoría aborda la gestión de los riesgos relacionados con la recopilación, retención y uso de datos sensibles, confidenciales y/o de propiedad de los clientes o usuarios. Incluye los problemas sociales que pueden surgir de incidentes como las violaciones de datos en las que la información personal identificable (IPI) y otros datos de los usuarios o clientes pueden estar expuestos. Aborda la estrategia, las políticas y las prácticas de una empresa relacionadas con la infraestructura informática, la formación del personal, el mantenimiento de registros, la cooperación con las fuerzas del orden y otros mecanismos utilizados para garantizar la seguridad de los datos de los clientes o usuarios. - Acceso y asequibilidad
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Calidad y seguridad de los productos
Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con las características no deseadas de los productos vendidos o los servicios prestados que pueden crear riesgos para la salud o la seguridad de los usuarios finales. Se refiere a la capacidad de una empresa para ofrecer productos y/o servicios manufacturados que cumplan las expectativas de los clientes con respecto a sus características de salud y seguridad. Incluye, entre otras, cuestiones relacionadas con la responsabilidad, la gestión de las retiradas del mercado, las pruebas de los productos y la gestión de las sustancias químicas/contenidos/ingredientes de los productos. -
Bienestar del cliente
La categoría aborda las preocupaciones del bienestar de los clientes sobre cuestiones que incluyen, entre otras, la salud y la nutrición de los alimentos y las bebidas, el uso de antibióticos en la producción animal y la gestión de sustancias controladas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para ofrecer a los consumidores productos y servicios manufacturados que se ajusten a las expectativas de la sociedad. No incluye cuestiones directamente relacionadas con la calidad y los fallos de seguridad de los productos y servicios fabricados, sino que aborda cualidades inherentes al diseño y la prestación de productos y servicios en los que el bienestar del cliente puede estar en entredicho. El alcance de la categoría también capta la capacidad de las empresas para evitar los productos falsificados. -
Prácticas de venta y etiquetado de productos
Esta categoría aborda los problemas sociales que pueden surgir por no gestionar la transparencia, la exactitud y la comprensibilidad de las declaraciones de marketing, la publicidad y el etiquetado de los productos y servicios. Incluye, por ejemplo, las normas y reglamentos de publicidad, las prácticas de marketing éticas y responsables, el etiquetado engañoso o confuso, así como las prácticas de venta y préstamo discriminatorias o predatorias. Esto puede incluir prácticas de venta engañosas o agresivas en las que las estructuras de incentivos para los empleados podrían fomentar la venta de productos o servicios que no son del interés de los clientes.
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Capital humano
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Prácticas laborales
Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para mantener las normas laborales comúnmente aceptadas en el lugar de trabajo, incluido el cumplimiento de la legislación laboral y de las normas internacionalmente aceptadas. Esto incluye, entre otras cosas, garantizar los derechos humanos básicos relacionados con el trabajo infantil, el trabajo forzoso o en régimen de servidumbre, la explotación laboral, los salarios justos y el pago de horas extras, y otros derechos básicos de los trabajadores. También incluye las políticas de salario mínimo y la provisión de beneficios, que pueden influir en la forma de atraer, retener y motivar a la mano de obra. La categoría también aborda la relación de la empresa con el trabajo organizado y la libertad de asociación. - Salud y seguridad de los empleados
- Compromiso de los empleados, diversidad e inclusión
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Modelo de negocio e innovación
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Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos
La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías. - Resiliencia del modelo de negocio
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Gestión de la cadena de suministro
Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte. -
Abastecimiento y eficiencia de los materiales
Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con la resistencia de las cadenas de suministro de materiales a los impactos del cambio climático y otros factores ambientales y sociales externos. Plasma las repercusiones de estos factores externos en la actividad operativa de los proveedores, que pueden afectar además a la disponibilidad y el precio de los recursos clave. Aborda la capacidad de una empresa para gestionar estos riesgos a través del diseño, la fabricación y la gestión del final de la vida útil del producto, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de materiales clave (desmaterialización), la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación y la realización de inversiones en I+D en materiales sustitutivos. Además, las empresas pueden gestionar estas cuestiones mediante la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores para garantizar su resistencia a los riesgos externos. No aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por la actividad operativa de los proveedores individuales, que se tratan en una categoría aparte. - Impactos físicos del cambio climático
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Liderazgo y gobernanza
- Ética empresarial
- Comportamiento competitivo
- Gestión del entorno jurídico y reglamentario
- Gestión del riesgo de incidentes críticos
- Gestión del riesgo sistémico
Temas de divulgación
¿Cuál es la relación entre la categoría de cuestiones generales y los temas de divulgación?
La categoría de cuestiones generales es una versión independiente de la industria de los temas de divulgación que aparecen en cada norma del SASB. Los temas de divulgación representan los impactos específicos de la industria en las categorías de cuestiones generales. Los temas de divulgación específicos de la industria garantizan que cada norma del SASB se adapte a la industria, mientras que las categorías de cuestiones generales permiten la comparación entre industrias. Por ejemplo, Salud y nutrición es un tema de divulgación en la industria de las bebidas sin alcohol, que representa una medida específica de la industria de la cuestión general Bienestar del cliente. Sin embargo, la cuestión Bienestar del cliente se manifiesta como el tema de la divulgación Medicamentos falsificados en la industria Biotecnología y productos farmacéuticos.-
Access Standard
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Emisiones de GEI
Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).-
Gestión del combustible de la flota
Las empresas del sector de minoristas y distribuidores de alimentos poseen y operan flotas de vehículos para transportar los productos desde el punto de distribución al de venta al por menor. El consumo de combustible de dichas flotas supone un gasto importante, tanto en términos de costes operativos como de gastos de capital. El consumo de combustibles fósiles puede provocar impactos ambientales, como el cambio climático y la contaminación. Esos impactos ambientales pueden exponer a minoristas y distribuidores de alimentos al riesgo de las regulaciones. La eficiencia lograda por el uso de combustibles puede reducir los costes, mitigar la exposición a la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles y limitar la huella de carbono asociada al almacenamiento y el transporte. A largo plazo, el ahorro operativo y la menor exposición a los riesgos regulatorios pueden compensar los gastos de capital invertidos a corto plazo en flotas de bajo consumo de combustible y en tecnologías más eficientes desde el punto de vista energético. -
Emisiones atmosféricas por la refrigeración
Las emisiones de las sustancias químicas de refrigeración de los equipos utilizados para almacenar y exhibir alimentos perecederos plantean riesgos regulatorios exclusivos para el sector de los minoristas y distribuidores de alimentos. Las regulaciones internacionales sobre los hidroclorofluorocarbonos (HCFC) tienen por objeto mitigar el daño que causan a la capa de ozono. Además, muchos de los HCFC e hidrofluorocarbonos (HFC) comunes son gases de efecto invernadero (GEI) muy potentes, lo que aumenta la exposición del sector a las regulaciones relacionadas con el cambio climático. Los reguladores pueden considerar la imposición de sanciones a empresas que infrinjan la normativa sobre emisiones y obligarlas a actualizar o sustituir los equipos, lo que supone gastos de capital para reducir sus emisiones o sustituir los refrigerantes existentes con alternativas posiblemente más caras, pero menos perjudiciales para el medioambiente.
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Gestión de la energía
La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.-
Gestión de la energía
Las instalaciones de venta minorista y distribución de alimentos suelen consumir más energía que otros tipos de espacios comerciales. La energía se utiliza sobre todo para la refrigeración, la calefacción, la ventilación y el aire acondicionado (HVAC), así como para la iluminación. Las empresas del sector suelen comprar la mayor parte de la electricidad que consumen, aunque algunas están empezando a generar energía propia o añadir energía renovable a su combinación energética. La producción y el consumo de energía tienen impactos ambientales, como el cambio climático y la contaminación, que pueden repercutir indirecta, pero sustancialmente, en las operaciones de los minoristas y distribuidores de alimentos. Las empresas que gestionan su uso general de energía aumentando la eficiencia y el uso de fuentes de energía alternativas pueden aumentar su rentabilidad reduciendo los gastos y disminuyendo el riesgo.
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Gestión del agua y las aguas residuales
Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.None -
Gestión de residuos y materiales peligrosos
Esta categoría se ocupa de las cuestiones medioambientales relacionadas con los residuos peligrosos y no peligrosos generados por las empresas. Aborda la gestión de los residuos sólidos de una empresa en la fabricación, la agricultura y otros procesos industriales. Abarca el tratamiento, la manipulación, el almacenamiento, la eliminación y el cumplimiento de la normativa. Esta categoría no incluye las emisiones a la atmósfera ni a las aguas residuales, ni tampoco los residuos del final de la vida útil de los productos, que se tratan en categorías distintas.-
Gestión de residuos alimentarios
El sector de minoristas y distribuidores de alimentos genera residuos alimentarios en diversas etapas de su actividad. Entre esos residuos están los alimentos comestibles o útiles que no llegan a los consumidores, así como los que se estropean o se dañan durante el transporte o el almacenamiento o en los estantes de las tiendas. La pérdida de alimentos y los residuos alimentarios representan una derroche de mercancías vendibles para las empresas del sector y, en términos más generales, de los recursos utilizados para la producción, como la tierra, el agua, la mano de obra, la energía y las sustancias químicas agrícolas, aparte de contribuir a la inseguridad alimentaria. Además, los residuos de alimentos pueden generar emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) durante su descomposición en los vertederos. La gestión eficaz de los residuos de alimentos puede representar una oportunidad financiera para reducir los costes asociados a la pérdida de existencias, así como ayudar a mejorar la seguridad alimentaria desviando con mayor eficacia los recursos alimentarios hacia fines benéficos.
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Seguridad de los datos
Esta categoría aborda la gestión de los riesgos relacionados con la recopilación, retención y uso de datos sensibles, confidenciales y/o de propiedad de los clientes o usuarios. Incluye los problemas sociales que pueden surgir de incidentes como las violaciones de datos en las que la información personal identificable (IPI) y otros datos de los usuarios o clientes pueden estar expuestos. Aborda la estrategia, las políticas y las prácticas de una empresa relacionadas con la infraestructura informática, la formación del personal, el mantenimiento de registros, la cooperación con las fuerzas del orden y otros mecanismos utilizados para garantizar la seguridad de los datos de los clientes o usuarios.-
Seguridad de los datos
Mediante las transacciones de pago electrónico y el intercambio de datos financieros personales, los minoristas de alimentos establecen una relación de confianza con los consumidores. Se pueden producir filtraciones de datos mediante infracciones en la tecnología de pago físico, denominadas infracciones de los puntos de venta, o mediante ataques a la ciberseguridad. Las filtraciones de datos que ocasionan el robo o la pérdida de los datos privados de los clientes pueden socavar su confianza en la capacidad de una empresa para gestionar con seguridad su información privada. Esta pérdida de confianza podría dar lugar a una reducción del número de visitas de clientes, de ingresos y del valor de la marca. Los minoristas que cuentan con sistemas tecnológicos y de gestión sólidos para evitar o responder a las filtraciones de datos pueden posicionarse favorablemente respecto a los clientes y reducir los posibles litigios y costes consiguientes.
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Calidad y seguridad de los productos
Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con las características no deseadas de los productos vendidos o los servicios prestados que pueden crear riesgos para la salud o la seguridad de los usuarios finales. Se refiere a la capacidad de una empresa para ofrecer productos y/o servicios manufacturados que cumplan las expectativas de los clientes con respecto a sus características de salud y seguridad. Incluye, entre otras, cuestiones relacionadas con la responsabilidad, la gestión de las retiradas del mercado, las pruebas de los productos y la gestión de las sustancias químicas/contenidos/ingredientes de los productos.-
Seguridad alimentaria
Mantener la calidad y la seguridad de los productos es crucial para el sector de la venta de minoristas y distribuidores de alimentos, ya que la contaminación por agentes patógenos, sustancias peligrosas o el deterioro, puede suponer riesgos para la salud humana. La contaminación puede suceder en cualquier etapa de la cadena de valor de los alimentos, como la producción, el procesamiento, el transporte, la distribución y la venta al por menor. Aunque es posible que las empresas de venta de alimentos al por menor no sean directamente responsables de todos los incidentes relacionados con la seguridad alimentaria y la retirada de productos, participan en el proceso y pueden sufrir ramificaciones financieras, daños al valor de la marca, reducción de ingresos y aumento de costes por retiradas de productos, pérdidas de existencias o litigios. Las medidas para evitar el deterioro y la contaminación incluyen el control de la temperatura, la inspección frecuente de los alimentos y la selección de proveedores.
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Bienestar del cliente
La categoría aborda las preocupaciones del bienestar de los clientes sobre cuestiones que incluyen, entre otras, la salud y la nutrición de los alimentos y las bebidas, el uso de antibióticos en la producción animal y la gestión de sustancias controladas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para ofrecer a los consumidores productos y servicios manufacturados que se ajusten a las expectativas de la sociedad. No incluye cuestiones directamente relacionadas con la calidad y los fallos de seguridad de los productos y servicios fabricados, sino que aborda cualidades inherentes al diseño y la prestación de productos y servicios en los que el bienestar del cliente puede estar en entredicho. El alcance de la categoría también capta la capacidad de las empresas para evitar los productos falsificados.-
Salud y nutrición de los productos
La mayor concienciación de los consumidores sobre el contenido y valor nutricional de alimentos y su posible impacto en la salud está conformando el panorama competitivo del sector de minoristas y distribuidores de alimentos. La demanda de productos alimenticios que se elaboran con ingredientes naturales o que están certificados como ecológicos, con bajo contenido en grasa y azúcar, o elaborados sin organismos genéticamente modificados (OGM), ha impulsado el crecimiento del sector en los últimos años. Aunque los vínculos entre la salud de los consumidores y ciertos alimentos no están bien establecidos, los consumidores muestran preferencia por categorías de alimentos que perciben como más saludables. Los minoristas de alimentos que reconocen los riesgos y oportunidades que representa este cambio en las preferencias y se adaptan a la demanda están en mejores condiciones de aprovechar la oportunidad de obtener ingresos y cuotas de mercado adicionales.
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Prácticas de venta y etiquetado de productos
Esta categoría aborda los problemas sociales que pueden surgir por no gestionar la transparencia, la exactitud y la comprensibilidad de las declaraciones de marketing, la publicidad y el etiquetado de los productos y servicios. Incluye, por ejemplo, las normas y reglamentos de publicidad, las prácticas de marketing éticas y responsables, el etiquetado engañoso o confuso, así como las prácticas de venta y préstamo discriminatorias o predatorias. Esto puede incluir prácticas de venta engañosas o agresivas en las que las estructuras de incentivos para los empleados podrían fomentar la venta de productos o servicios que no son del interés de los clientes.-
Etiquetado y marketing de productos
La comunicación con los consumidores mediante el etiquetado y el marketing de los productos es una faceta importante de la venta al por menor de alimentos. La exactitud y minuciosidad de la información presentada en el etiquetado de los alimentos cada vez tiene más importancia tanto para los compradores como para los reguladores. Sobre todo para la venta de productos de marca propia fabricados para minoristas de alimentos, habida cuenta de las repercusiones directas en la reputación de la marca. Para fundamentar las decisiones de compra, los consumidores buscan hoy en día información adicional sobre los ingredientes de los productos, como el contenido de organismos genéticamente modificados (OGM) y las repercusiones en la salud y la nutrición. Estas cuestiones pueden afectar al panorama competitivo del sector, ya que las empresas pueden enfrentarse a litigios o críticas por formular con declaraciones engañosas o no adaptarse a la exigencia de los consumidores de una mayor transparencia en el etiquetado. Estos factores pueden repercutir en el valor de la marca y el crecimiento de los ingresos de los minoristas. Además, las regulaciones sobre al etiquetado preciso de los productos y sus ingredientes suponen un riesgo de sanciones o litigios para las empresas de venta de alimentos al por menor.
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Prácticas laborales
Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para mantener las normas laborales comúnmente aceptadas en el lugar de trabajo, incluido el cumplimiento de la legislación laboral y de las normas internacionalmente aceptadas. Esto incluye, entre otras cosas, garantizar los derechos humanos básicos relacionados con el trabajo infantil, el trabajo forzoso o en régimen de servidumbre, la explotación laboral, los salarios justos y el pago de horas extras, y otros derechos básicos de los trabajadores. También incluye las políticas de salario mínimo y la provisión de beneficios, que pueden influir en la forma de atraer, retener y motivar a la mano de obra. La categoría también aborda la relación de la empresa con el trabajo organizado y la libertad de asociación.-
Prácticas laborales
El sector de minoristas y distribuidores de alimentos tiene muchos empleados que trabajan por horas. Los bajos salarios medios del sector, que ayudan a las empresas a mantener bajos los precios de los productos, pueden ocasionar riesgos laborales. La insatisfacción de los trabajadores respecto a los salarios y ventajas, junto con las altas tasas de sindicalización, han provocado huelgas en las principales empresas de venta de alimentos al por menor, lo que ocasiona interrupciones del negocio y daños a la reputación. Además, las empresas se han visto involucradas en casos de discriminación racial y de género, lo que a veces ha dado lugar a costosos acuerdos financieros. Las empresas pueden beneficiarse de la adopción de una perspectiva a largo plazo en la gestión de los trabajadores, incluida su remuneración y prestaciones, para proteger así los derechos de los trabajadores y aumentar su productividad, al tiempo que fortalecen su reputación y su valor de marca.
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Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos
La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.None -
Gestión de la cadena de suministro
Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.-
Gestión de los impactos ambientales y sociales en la cadena de suministro
Los minoristas y distribuidores de alimentos disponen de una amplia variedad de proveedores que se enfrentan a un sinfín de desafíos en materia de sostenibilidad, como la conservación de recursos, la escasez de agua, el bienestar animal, las prácticas laborales justas o el cambio climático. Si se gestionan de forma deficiente, estos problemas pueden afectar al precio y a la disponibilidad de alimentos. Además, los consumidores están cada vez más preocupados por los métodos de producción, los orígenes y las externalidades asociadas a los alimentos que compran, lo que puede afectar a la reputación de una empresa. Los minoristas y distribuidores de alimentos también pueden colaborar con los proveedores en el diseño del embalaje para ahorrar en los costes de transporte, mejorar la reputación de la marca y reducir el impacto ambiental. Las empresas que puedan hacer frente a los riesgos de abastecimiento mediante la evaluación y el compromiso con los proveedores, la aplicación de directrices de abastecimiento sostenible y el aumento de la transparencia en la cadena de suministro, probablemente estarán mejor posicionadas para fortalecer la cadena de suministro, mitigar los riesgos de reputación y aumentar la demanda de los consumidores o captar nuevas oportunidades de mercado.
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Abastecimiento y eficiencia de los materiales
Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con la resistencia de las cadenas de suministro de materiales a los impactos del cambio climático y otros factores ambientales y sociales externos. Plasma las repercusiones de estos factores externos en la actividad operativa de los proveedores, que pueden afectar además a la disponibilidad y el precio de los recursos clave. Aborda la capacidad de una empresa para gestionar estos riesgos a través del diseño, la fabricación y la gestión del final de la vida útil del producto, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de materiales clave (desmaterialización), la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación y la realización de inversiones en I+D en materiales sustitutivos. Además, las empresas pueden gestionar estas cuestiones mediante la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores para garantizar su resistencia a los riesgos externos. No aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por la actividad operativa de los proveedores individuales, que se tratan en una categoría aparte.None
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Access Standard
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Emisiones de GEI
Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).None -
Gestión de la energía
La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.-
Gestión de la energía
El sector de los alimentos procesados depende, en gran medida, de la energía y el combustible como principales insumos para crear valor durante la fabricación de productos alimenticios. La energía es necesaria para hacer funcionar grandes instalaciones de fabricación para la cocción, la refrigeración y el envasado. La producción y el consumo energéticos provocan importantes efectos medioambientales, como el cambio climático y la contaminación, que pueden repercutir indirectamente, aunque sustancialmente, sobre los resultados de explotación de las compañías procesadoras de alimentos. La eficiencia energética durante la producción y la distribución podrá mitigar la exposición a la volatilidad de los costes energéticos y limitar la contribución de las compañías a las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero (GEI). Los productores podrán reducir aún más el riesgo que suponen los costes volátiles de la energía procedente de los combustibles fósiles (en particular, el gas natural, que se utiliza mucho en el sector) diversificando su cartera energética entre distintas fuentes. Las decisiones relativas al uso de combustibles alternativos, energías renovables y generación de electricidad in situ frente a la compra a la red, podrán desempeñar un papel importante que influya tanto en los costes como en la fiabilidad del suministro de energía.
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Gestión del agua y las aguas residuales
Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.-
Gestión del agua
Las compañías procesadoras de alimentos dependen de un gran suministro de agua para cocinar, procesar y limpiar los productos acabados. Además, las compañías del sector generan y deben gestionar sus descargas de aguas residuales procedentes de las actividades de procesamiento. A medida que la escasez de agua se convierte en un tema de creciente importancia, las compañías procesadoras de alimentos, especialmente las que trabajan en regiones en las que hay estrés hídrico, podrían enfrentarse a riesgos operativos cada vez mayores. Las compañías del sector podrían afrontar superiores costes operativos así como la escasez de agua, debido a la disponibilidad física o a los reglamentos. Las compañías podrán gestionar los riesgos y las oportunidades relacionados con el agua mediante inversiones de capital y evaluando la ubicación de las instalaciones en cuanto a los riesgos de escasez de agua, las mejoras de la eficiencia operativa y las asociaciones con los organismos reguladores y las comunidades en cuestiones relacionadas con el acceso al agua y los efluentes.
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Gestión de residuos y materiales peligrosos
Esta categoría se ocupa de las cuestiones medioambientales relacionadas con los residuos peligrosos y no peligrosos generados por las empresas. Aborda la gestión de los residuos sólidos de una empresa en la fabricación, la agricultura y otros procesos industriales. Abarca el tratamiento, la manipulación, el almacenamiento, la eliminación y el cumplimiento de la normativa. Esta categoría no incluye las emisiones a la atmósfera ni a las aguas residuales, ni tampoco los residuos del final de la vida útil de los productos, que se tratan en categorías distintas.None -
Seguridad de los datos
Esta categoría aborda la gestión de los riesgos relacionados con la recopilación, retención y uso de datos sensibles, confidenciales y/o de propiedad de los clientes o usuarios. Incluye los problemas sociales que pueden surgir de incidentes como las violaciones de datos en las que la información personal identificable (IPI) y otros datos de los usuarios o clientes pueden estar expuestos. Aborda la estrategia, las políticas y las prácticas de una empresa relacionadas con la infraestructura informática, la formación del personal, el mantenimiento de registros, la cooperación con las fuerzas del orden y otros mecanismos utilizados para garantizar la seguridad de los datos de los clientes o usuarios.None -
Calidad y seguridad de los productos
Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con las características no deseadas de los productos vendidos o los servicios prestados que pueden crear riesgos para la salud o la seguridad de los usuarios finales. Se refiere a la capacidad de una empresa para ofrecer productos y/o servicios manufacturados que cumplan las expectativas de los clientes con respecto a sus características de salud y seguridad. Incluye, entre otras, cuestiones relacionadas con la responsabilidad, la gestión de las retiradas del mercado, las pruebas de los productos y la gestión de las sustancias químicas/contenidos/ingredientes de los productos.-
Seguridad alimentaria
La seguridad alimentaria, en lo que respecta a la calidad de la producción, los desperdicios, la contaminación, la trazabilidad de la cadena de suministro y el etiquetado de las alergias, puede afectar sustancialmente a las compañías procesadoras de alimentos. Las retiradas del mercado por seguridad alimentaria pueden producirse por numerosas razones, entre ellas, los defectos del envasado, la contaminación de los alimentos, los desperdicios y el etiquetado erróneo. Los problemas de seguridad alimentaria que surgen en la cadena de suministro de una compañía suelen dar lugar a retiradas de productos finales y también pueden influir en la reputación de la marca, las operaciones y los ingresos de las compañías procesadoras de alimentos. La trazabilidad de la cadena de suministro es una gran preocupación para las compañías del sector, en particular, a raíz de las nuevas reglamentaciones. Una gestión deficiente de la calidad y la seguridad de los alimentos puede perjudicar el valor de la marca, disminuir los ingresos y aumentar los costes asociados a las retiradas de los productos, las multas, las pérdidas de inventario o los litigios. Obtener certificaciones de seguridad alimentaria o garantizar que los proveedores cumplan las directrices de seguridad alimentaria podrá ayudar a las compañías del sector a salvaguardar la seguridad de los productos y a comunicar la calidad de sus productos a los minoristas y los consumidores.
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Bienestar del cliente
La categoría aborda las preocupaciones del bienestar de los clientes sobre cuestiones que incluyen, entre otras, la salud y la nutrición de los alimentos y las bebidas, el uso de antibióticos en la producción animal y la gestión de sustancias controladas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para ofrecer a los consumidores productos y servicios manufacturados que se ajusten a las expectativas de la sociedad. No incluye cuestiones directamente relacionadas con la calidad y los fallos de seguridad de los productos y servicios fabricados, sino que aborda cualidades inherentes al diseño y la prestación de productos y servicios en los que el bienestar del cliente puede estar en entredicho. El alcance de la categoría también capta la capacidad de las empresas para evitar los productos falsificados.-
Salud y nutrición
Los problemas nutricionales y sanitarios importantes, como la obesidad, la seguridad de los ingredientes y el valor nutricional están conformando el panorama competitivo del sector de los alimentos procesados. Las características sanitarias y nutricionales de los productos e ingredientes del sector son motivo de creciente preocupación tanto para los consumidores como para los organismos reguladores, lo que crea la posibilidad de que estas cuestiones afecten a la reputación de una compañía procesadora de alimentos y a su licencia de explotación. Las nuevas reglamentaciones, incluidos los impuestos sobre los alimentos procesados, pueden afectar a la rentabilidad del sector y plantear riesgos a largo plazo en forma de reducción de la demanda de los productos del sector. Las compañías que se adapten a las cambiantes preferencias de los consumidores para promover ofertas más saludables y nutritivas podrán estar mejor posicionadas para ganar cuota de mercado en un segmento cada vez más amplio, lo que evitará, al mismo tiempo, los riesgos asociados a la posible reglamentación y a las fluctuaciones de la demanda.
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Prácticas de venta y etiquetado de productos
Esta categoría aborda los problemas sociales que pueden surgir por no gestionar la transparencia, la exactitud y la comprensibilidad de las declaraciones de marketing, la publicidad y el etiquetado de los productos y servicios. Incluye, por ejemplo, las normas y reglamentos de publicidad, las prácticas de marketing éticas y responsables, el etiquetado engañoso o confuso, así como las prácticas de venta y préstamo discriminatorias o predatorias. Esto puede incluir prácticas de venta engañosas o agresivas en las que las estructuras de incentivos para los empleados podrían fomentar la venta de productos o servicios que no son del interés de los clientes.-
Etiquetado y marketing de productos
La comunicación con los consumidores mediante el etiquetado y la comercialización de los productos es una faceta importante de las compañías procesadoras de alimentos. La exactitud y la profundidad de la información presentada en el etiquetado de los alimentos es importante para los reguladores y los consumidores. Las reglamentaciones sobre el etiquetado obligan a proporcionar una información específica y detallada del producto, para garantizar la seguridad alimentaria e informar a los consumidores sobre el contenido nutricional. Además, para ayudarse a tomar decisiones de compra, los consumidores están cada vez más interesados en obtener más información sobre los ingredientes utilizados en los alimentos procesados, como el contenido de organismos modificados genéticamente (OMG), así como los métodos de producción que se han utilizado. Otra esfera de preocupación pública son las prácticas de marketing de las compañías procesadoras de alimentos, especialmente las dirigidas a los niños o las que se refieren a las alegaciones nutricionales, y si ofrecen información potencialmente falsa o engañosa. Las cuestiones relativas al etiquetado y el marketing de los productos pueden afectar al panorama competitivo del sector, ya que las compañías pueden ser objeto de litigios o críticas a causa de declaraciones engañosas o por no adaptarse a la demanda de los consumidores de una mayor transparencia en el etiquetado. Además, los reglamentos sobre el etiquetado y el marketing de productos introducen costes a corto plazo para su cumplimiento y entrañan el riesgo de sanciones o litigios. Todos estos factores pueden repercutir en el valor de la marca de una compañía, los costes de explotación y el crecimiento de los ingresos.
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Prácticas laborales
Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para mantener las normas laborales comúnmente aceptadas en el lugar de trabajo, incluido el cumplimiento de la legislación laboral y de las normas internacionalmente aceptadas. Esto incluye, entre otras cosas, garantizar los derechos humanos básicos relacionados con el trabajo infantil, el trabajo forzoso o en régimen de servidumbre, la explotación laboral, los salarios justos y el pago de horas extras, y otros derechos básicos de los trabajadores. También incluye las políticas de salario mínimo y la provisión de beneficios, que pueden influir en la forma de atraer, retener y motivar a la mano de obra. La categoría también aborda la relación de la empresa con el trabajo organizado y la libertad de asociación.None -
Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos
La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.-
Gestión del ciclo de vida de los envases
Los materiales de embalaje representan un importante coste comercial e intervienen en la huella ambiental de las compañías procesadoras de alimentos. Cada etapa del ciclo de vida de un paquete, como el diseño, el transporte y la eliminación, plantea sus propios y únicos desafíos y oportunidades medioambientales. Las empresas pueden verse afectadas por las reglamentaciones sobre los materiales de envasado permitidos o la gestión del final de la vida útil de los envases. Las compañías procesadoras de alimentos pueden trabajar con los fabricantes de envases en el diseño de los mismos para ahorrar costes, mejorar la reputación de la marca y reducir el impacto medioambiental. Innovaciones como los materiales ligeros también pueden generar beneficios en el coste del transporte de mercancías. Otras innovaciones pueden mejorar la gestión de los productos al final de su vida útil, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclables o compostables, que pueden mitigar los posibles riesgos relacionados con los costes y el cumplimiento.
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Gestión de la cadena de suministro
Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.-
Impactos ambientales y sociales de la cadena de suministro de ingredientes
Las compañías del sector de los alimentos procesados gestionan las cadenas de suministro mundiales para abastecerse de una amplia gama de insumos de ingredientes. La forma en que las compañías seleccionan, supervisan y se comprometen con los proveedores en temas medioambientales y sociales afecta a la capacidad de las compañías para mantener un suministro constante y gestionar las fluctuaciones de los precios. Los problemas de gestión de la cadena de suministro relacionados con las prácticas laborales y medioambientales, la ética o la corrupción también pueden derivar en multas reglamentarias o en el aumento de los costes de explotación a largo plazo para las compañías. La naturaleza del sector, orientada al consumidor, aumenta los riesgos de reputación asociados al la actuación de los proveedores. Las compañías podrán colaborar con los proveedores clave para gestionar los riesgos medioambientales y sociales, para mejorar la resistencia de la cadena de suministro, mitigar los riesgos de reputación y aumentar potencialmente la demanda de los consumidores o captar nuevas oportunidades de mercado.
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Abastecimiento y eficiencia de los materiales
Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con la resistencia de las cadenas de suministro de materiales a los impactos del cambio climático y otros factores ambientales y sociales externos. Plasma las repercusiones de estos factores externos en la actividad operativa de los proveedores, que pueden afectar además a la disponibilidad y el precio de los recursos clave. Aborda la capacidad de una empresa para gestionar estos riesgos a través del diseño, la fabricación y la gestión del final de la vida útil del producto, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de materiales clave (desmaterialización), la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación y la realización de inversiones en I+D en materiales sustitutivos. Además, las empresas pueden gestionar estas cuestiones mediante la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores para garantizar su resistencia a los riesgos externos. No aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por la actividad operativa de los proveedores individuales, que se tratan en una categoría aparte.-
Suministro de ingredientes
Las compañías del sector de los alimentos procesados se abastecen de una amplia gama de ingredientes, en gran parte insumos agrícolas, suministrados por proveedores mundiales. La capacidad del sector para abastecerse de ingredientes y a ciertos niveles de precios fluctúa con la disponibilidad de la oferta, que puede verse afectada por el cambio climático, la escasez de agua, la ordenación de la tierra y otras consideraciones relativas a la escasez de recursos. Esta exposición puede dar lugar a una volatilidad de los precios que a su vez afecta a la rentabilidad de las compañías. El cambio climático, la escasez de agua y las restricciones para el uso de la tierra presentan riesgos para la capacidad a largo plazo de una compañía de abastecerse de materiales e ingredientes esenciales. Las compañías que se abastezcan de ingredientes que sean más productivos y menos intensivos en recursos, o que trabajen en estrecha colaboración con los proveedores para aumentar su adaptabilidad al cambio climático y a otros riesgos de escasez de recursos, estarán mejor protegidas contra la volatilidad de los precios o las interrupciones del suministro.
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Categoría de cuestiones generales
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Minoristas y distribuidores de alimentos
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Alimentos procesados
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Emisiones de GEI
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Gestión del combustible de la flota
Las empresas del sector de minoristas y distribuidores de alimentos poseen y operan flotas de vehículos para transportar los productos desde el punto de distribución al de venta al por menor. El consumo de combustible de dichas flotas supone un gasto importante, tanto en términos de costes operativos como de gastos de capital. El consumo de combustibles fósiles puede provocar impactos ambientales, como el cambio climático y la contaminación. Esos impactos ambientales pueden exponer a minoristas y distribuidores de alimentos al riesgo de las regulaciones. La eficiencia lograda por el uso de combustibles puede reducir los costes, mitigar la exposición a la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles y limitar la huella de carbono asociada al almacenamiento y el transporte. A largo plazo, el ahorro operativo y la menor exposición a los riesgos regulatorios pueden compensar los gastos de capital invertidos a corto plazo en flotas de bajo consumo de combustible y en tecnologías más eficientes desde el punto de vista energético. -
Emisiones atmosféricas por la refrigeración
Las emisiones de las sustancias químicas de refrigeración de los equipos utilizados para almacenar y exhibir alimentos perecederos plantean riesgos regulatorios exclusivos para el sector de los minoristas y distribuidores de alimentos. Las regulaciones internacionales sobre los hidroclorofluorocarbonos (HCFC) tienen por objeto mitigar el daño que causan a la capa de ozono. Además, muchos de los HCFC e hidrofluorocarbonos (HFC) comunes son gases de efecto invernadero (GEI) muy potentes, lo que aumenta la exposición del sector a las regulaciones relacionadas con el cambio climático. Los reguladores pueden considerar la imposición de sanciones a empresas que infrinjan la normativa sobre emisiones y obligarlas a actualizar o sustituir los equipos, lo que supone gastos de capital para reducir sus emisiones o sustituir los refrigerantes existentes con alternativas posiblemente más caras, pero menos perjudiciales para el medioambiente.
Gestión de la energía
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Gestión de la energía
Las instalaciones de venta minorista y distribución de alimentos suelen consumir más energía que otros tipos de espacios comerciales. La energía se utiliza sobre todo para la refrigeración, la calefacción, la ventilación y el aire acondicionado (HVAC), así como para la iluminación. Las empresas del sector suelen comprar la mayor parte de la electricidad que consumen, aunque algunas están empezando a generar energía propia o añadir energía renovable a su combinación energética. La producción y el consumo de energía tienen impactos ambientales, como el cambio climático y la contaminación, que pueden repercutir indirecta, pero sustancialmente, en las operaciones de los minoristas y distribuidores de alimentos. Las empresas que gestionan su uso general de energía aumentando la eficiencia y el uso de fuentes de energía alternativas pueden aumentar su rentabilidad reduciendo los gastos y disminuyendo el riesgo.
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Gestión de la energía
El sector de los alimentos procesados depende, en gran medida, de la energía y el combustible como principales insumos para crear valor durante la fabricación de productos alimenticios. La energía es necesaria para hacer funcionar grandes instalaciones de fabricación para la cocción, la refrigeración y el envasado. La producción y el consumo energéticos provocan importantes efectos medioambientales, como el cambio climático y la contaminación, que pueden repercutir indirectamente, aunque sustancialmente, sobre los resultados de explotación de las compañías procesadoras de alimentos. La eficiencia energética durante la producción y la distribución podrá mitigar la exposición a la volatilidad de los costes energéticos y limitar la contribución de las compañías a las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero (GEI). Los productores podrán reducir aún más el riesgo que suponen los costes volátiles de la energía procedente de los combustibles fósiles (en particular, el gas natural, que se utiliza mucho en el sector) diversificando su cartera energética entre distintas fuentes. Las decisiones relativas al uso de combustibles alternativos, energías renovables y generación de electricidad in situ frente a la compra a la red, podrán desempeñar un papel importante que influya tanto en los costes como en la fiabilidad del suministro de energía.
Gestión del agua y las aguas residuales
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Gestión del agua
Las compañías procesadoras de alimentos dependen de un gran suministro de agua para cocinar, procesar y limpiar los productos acabados. Además, las compañías del sector generan y deben gestionar sus descargas de aguas residuales procedentes de las actividades de procesamiento. A medida que la escasez de agua se convierte en un tema de creciente importancia, las compañías procesadoras de alimentos, especialmente las que trabajan en regiones en las que hay estrés hídrico, podrían enfrentarse a riesgos operativos cada vez mayores. Las compañías del sector podrían afrontar superiores costes operativos así como la escasez de agua, debido a la disponibilidad física o a los reglamentos. Las compañías podrán gestionar los riesgos y las oportunidades relacionados con el agua mediante inversiones de capital y evaluando la ubicación de las instalaciones en cuanto a los riesgos de escasez de agua, las mejoras de la eficiencia operativa y las asociaciones con los organismos reguladores y las comunidades en cuestiones relacionadas con el acceso al agua y los efluentes.
Gestión de residuos y materiales peligrosos
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Gestión de residuos alimentarios
El sector de minoristas y distribuidores de alimentos genera residuos alimentarios en diversas etapas de su actividad. Entre esos residuos están los alimentos comestibles o útiles que no llegan a los consumidores, así como los que se estropean o se dañan durante el transporte o el almacenamiento o en los estantes de las tiendas. La pérdida de alimentos y los residuos alimentarios representan una derroche de mercancías vendibles para las empresas del sector y, en términos más generales, de los recursos utilizados para la producción, como la tierra, el agua, la mano de obra, la energía y las sustancias químicas agrícolas, aparte de contribuir a la inseguridad alimentaria. Además, los residuos de alimentos pueden generar emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) durante su descomposición en los vertederos. La gestión eficaz de los residuos de alimentos puede representar una oportunidad financiera para reducir los costes asociados a la pérdida de existencias, así como ayudar a mejorar la seguridad alimentaria desviando con mayor eficacia los recursos alimentarios hacia fines benéficos.
Seguridad de los datos
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Seguridad de los datos
Mediante las transacciones de pago electrónico y el intercambio de datos financieros personales, los minoristas de alimentos establecen una relación de confianza con los consumidores. Se pueden producir filtraciones de datos mediante infracciones en la tecnología de pago físico, denominadas infracciones de los puntos de venta, o mediante ataques a la ciberseguridad. Las filtraciones de datos que ocasionan el robo o la pérdida de los datos privados de los clientes pueden socavar su confianza en la capacidad de una empresa para gestionar con seguridad su información privada. Esta pérdida de confianza podría dar lugar a una reducción del número de visitas de clientes, de ingresos y del valor de la marca. Los minoristas que cuentan con sistemas tecnológicos y de gestión sólidos para evitar o responder a las filtraciones de datos pueden posicionarse favorablemente respecto a los clientes y reducir los posibles litigios y costes consiguientes.
Calidad y seguridad de los productos
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Seguridad alimentaria
Mantener la calidad y la seguridad de los productos es crucial para el sector de la venta de minoristas y distribuidores de alimentos, ya que la contaminación por agentes patógenos, sustancias peligrosas o el deterioro, puede suponer riesgos para la salud humana. La contaminación puede suceder en cualquier etapa de la cadena de valor de los alimentos, como la producción, el procesamiento, el transporte, la distribución y la venta al por menor. Aunque es posible que las empresas de venta de alimentos al por menor no sean directamente responsables de todos los incidentes relacionados con la seguridad alimentaria y la retirada de productos, participan en el proceso y pueden sufrir ramificaciones financieras, daños al valor de la marca, reducción de ingresos y aumento de costes por retiradas de productos, pérdidas de existencias o litigios. Las medidas para evitar el deterioro y la contaminación incluyen el control de la temperatura, la inspección frecuente de los alimentos y la selección de proveedores.
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Seguridad alimentaria
La seguridad alimentaria, en lo que respecta a la calidad de la producción, los desperdicios, la contaminación, la trazabilidad de la cadena de suministro y el etiquetado de las alergias, puede afectar sustancialmente a las compañías procesadoras de alimentos. Las retiradas del mercado por seguridad alimentaria pueden producirse por numerosas razones, entre ellas, los defectos del envasado, la contaminación de los alimentos, los desperdicios y el etiquetado erróneo. Los problemas de seguridad alimentaria que surgen en la cadena de suministro de una compañía suelen dar lugar a retiradas de productos finales y también pueden influir en la reputación de la marca, las operaciones y los ingresos de las compañías procesadoras de alimentos. La trazabilidad de la cadena de suministro es una gran preocupación para las compañías del sector, en particular, a raíz de las nuevas reglamentaciones. Una gestión deficiente de la calidad y la seguridad de los alimentos puede perjudicar el valor de la marca, disminuir los ingresos y aumentar los costes asociados a las retiradas de los productos, las multas, las pérdidas de inventario o los litigios. Obtener certificaciones de seguridad alimentaria o garantizar que los proveedores cumplan las directrices de seguridad alimentaria podrá ayudar a las compañías del sector a salvaguardar la seguridad de los productos y a comunicar la calidad de sus productos a los minoristas y los consumidores.
Bienestar del cliente
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Salud y nutrición de los productos
La mayor concienciación de los consumidores sobre el contenido y valor nutricional de alimentos y su posible impacto en la salud está conformando el panorama competitivo del sector de minoristas y distribuidores de alimentos. La demanda de productos alimenticios que se elaboran con ingredientes naturales o que están certificados como ecológicos, con bajo contenido en grasa y azúcar, o elaborados sin organismos genéticamente modificados (OGM), ha impulsado el crecimiento del sector en los últimos años. Aunque los vínculos entre la salud de los consumidores y ciertos alimentos no están bien establecidos, los consumidores muestran preferencia por categorías de alimentos que perciben como más saludables. Los minoristas de alimentos que reconocen los riesgos y oportunidades que representa este cambio en las preferencias y se adaptan a la demanda están en mejores condiciones de aprovechar la oportunidad de obtener ingresos y cuotas de mercado adicionales.
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Salud y nutrición
Los problemas nutricionales y sanitarios importantes, como la obesidad, la seguridad de los ingredientes y el valor nutricional están conformando el panorama competitivo del sector de los alimentos procesados. Las características sanitarias y nutricionales de los productos e ingredientes del sector son motivo de creciente preocupación tanto para los consumidores como para los organismos reguladores, lo que crea la posibilidad de que estas cuestiones afecten a la reputación de una compañía procesadora de alimentos y a su licencia de explotación. Las nuevas reglamentaciones, incluidos los impuestos sobre los alimentos procesados, pueden afectar a la rentabilidad del sector y plantear riesgos a largo plazo en forma de reducción de la demanda de los productos del sector. Las compañías que se adapten a las cambiantes preferencias de los consumidores para promover ofertas más saludables y nutritivas podrán estar mejor posicionadas para ganar cuota de mercado en un segmento cada vez más amplio, lo que evitará, al mismo tiempo, los riesgos asociados a la posible reglamentación y a las fluctuaciones de la demanda.
Prácticas de venta y etiquetado de productos
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Etiquetado y marketing de productos
La comunicación con los consumidores mediante el etiquetado y el marketing de los productos es una faceta importante de la venta al por menor de alimentos. La exactitud y minuciosidad de la información presentada en el etiquetado de los alimentos cada vez tiene más importancia tanto para los compradores como para los reguladores. Sobre todo para la venta de productos de marca propia fabricados para minoristas de alimentos, habida cuenta de las repercusiones directas en la reputación de la marca. Para fundamentar las decisiones de compra, los consumidores buscan hoy en día información adicional sobre los ingredientes de los productos, como el contenido de organismos genéticamente modificados (OGM) y las repercusiones en la salud y la nutrición. Estas cuestiones pueden afectar al panorama competitivo del sector, ya que las empresas pueden enfrentarse a litigios o críticas por formular con declaraciones engañosas o no adaptarse a la exigencia de los consumidores de una mayor transparencia en el etiquetado. Estos factores pueden repercutir en el valor de la marca y el crecimiento de los ingresos de los minoristas. Además, las regulaciones sobre al etiquetado preciso de los productos y sus ingredientes suponen un riesgo de sanciones o litigios para las empresas de venta de alimentos al por menor.
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Etiquetado y marketing de productos
La comunicación con los consumidores mediante el etiquetado y la comercialización de los productos es una faceta importante de las compañías procesadoras de alimentos. La exactitud y la profundidad de la información presentada en el etiquetado de los alimentos es importante para los reguladores y los consumidores. Las reglamentaciones sobre el etiquetado obligan a proporcionar una información específica y detallada del producto, para garantizar la seguridad alimentaria e informar a los consumidores sobre el contenido nutricional. Además, para ayudarse a tomar decisiones de compra, los consumidores están cada vez más interesados en obtener más información sobre los ingredientes utilizados en los alimentos procesados, como el contenido de organismos modificados genéticamente (OMG), así como los métodos de producción que se han utilizado. Otra esfera de preocupación pública son las prácticas de marketing de las compañías procesadoras de alimentos, especialmente las dirigidas a los niños o las que se refieren a las alegaciones nutricionales, y si ofrecen información potencialmente falsa o engañosa. Las cuestiones relativas al etiquetado y el marketing de los productos pueden afectar al panorama competitivo del sector, ya que las compañías pueden ser objeto de litigios o críticas a causa de declaraciones engañosas o por no adaptarse a la demanda de los consumidores de una mayor transparencia en el etiquetado. Además, los reglamentos sobre el etiquetado y el marketing de productos introducen costes a corto plazo para su cumplimiento y entrañan el riesgo de sanciones o litigios. Todos estos factores pueden repercutir en el valor de la marca de una compañía, los costes de explotación y el crecimiento de los ingresos.
Prácticas laborales
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Prácticas laborales
El sector de minoristas y distribuidores de alimentos tiene muchos empleados que trabajan por horas. Los bajos salarios medios del sector, que ayudan a las empresas a mantener bajos los precios de los productos, pueden ocasionar riesgos laborales. La insatisfacción de los trabajadores respecto a los salarios y ventajas, junto con las altas tasas de sindicalización, han provocado huelgas en las principales empresas de venta de alimentos al por menor, lo que ocasiona interrupciones del negocio y daños a la reputación. Además, las empresas se han visto involucradas en casos de discriminación racial y de género, lo que a veces ha dado lugar a costosos acuerdos financieros. Las empresas pueden beneficiarse de la adopción de una perspectiva a largo plazo en la gestión de los trabajadores, incluida su remuneración y prestaciones, para proteger así los derechos de los trabajadores y aumentar su productividad, al tiempo que fortalecen su reputación y su valor de marca.
Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos
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Gestión del ciclo de vida de los envases
Los materiales de embalaje representan un importante coste comercial e intervienen en la huella ambiental de las compañías procesadoras de alimentos. Cada etapa del ciclo de vida de un paquete, como el diseño, el transporte y la eliminación, plantea sus propios y únicos desafíos y oportunidades medioambientales. Las empresas pueden verse afectadas por las reglamentaciones sobre los materiales de envasado permitidos o la gestión del final de la vida útil de los envases. Las compañías procesadoras de alimentos pueden trabajar con los fabricantes de envases en el diseño de los mismos para ahorrar costes, mejorar la reputación de la marca y reducir el impacto medioambiental. Innovaciones como los materiales ligeros también pueden generar beneficios en el coste del transporte de mercancías. Otras innovaciones pueden mejorar la gestión de los productos al final de su vida útil, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclables o compostables, que pueden mitigar los posibles riesgos relacionados con los costes y el cumplimiento.
Gestión de la cadena de suministro
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Gestión de los impactos ambientales y sociales en la cadena de suministro
Los minoristas y distribuidores de alimentos disponen de una amplia variedad de proveedores que se enfrentan a un sinfín de desafíos en materia de sostenibilidad, como la conservación de recursos, la escasez de agua, el bienestar animal, las prácticas laborales justas o el cambio climático. Si se gestionan de forma deficiente, estos problemas pueden afectar al precio y a la disponibilidad de alimentos. Además, los consumidores están cada vez más preocupados por los métodos de producción, los orígenes y las externalidades asociadas a los alimentos que compran, lo que puede afectar a la reputación de una empresa. Los minoristas y distribuidores de alimentos también pueden colaborar con los proveedores en el diseño del embalaje para ahorrar en los costes de transporte, mejorar la reputación de la marca y reducir el impacto ambiental. Las empresas que puedan hacer frente a los riesgos de abastecimiento mediante la evaluación y el compromiso con los proveedores, la aplicación de directrices de abastecimiento sostenible y el aumento de la transparencia en la cadena de suministro, probablemente estarán mejor posicionadas para fortalecer la cadena de suministro, mitigar los riesgos de reputación y aumentar la demanda de los consumidores o captar nuevas oportunidades de mercado.
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Impactos ambientales y sociales de la cadena de suministro de ingredientes
Las compañías del sector de los alimentos procesados gestionan las cadenas de suministro mundiales para abastecerse de una amplia gama de insumos de ingredientes. La forma en que las compañías seleccionan, supervisan y se comprometen con los proveedores en temas medioambientales y sociales afecta a la capacidad de las compañías para mantener un suministro constante y gestionar las fluctuaciones de los precios. Los problemas de gestión de la cadena de suministro relacionados con las prácticas laborales y medioambientales, la ética o la corrupción también pueden derivar en multas reglamentarias o en el aumento de los costes de explotación a largo plazo para las compañías. La naturaleza del sector, orientada al consumidor, aumenta los riesgos de reputación asociados al la actuación de los proveedores. Las compañías podrán colaborar con los proveedores clave para gestionar los riesgos medioambientales y sociales, para mejorar la resistencia de la cadena de suministro, mitigar los riesgos de reputación y aumentar potencialmente la demanda de los consumidores o captar nuevas oportunidades de mercado.
Abastecimiento y eficiencia de los materiales
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Suministro de ingredientes
Las compañías del sector de los alimentos procesados se abastecen de una amplia gama de ingredientes, en gran parte insumos agrícolas, suministrados por proveedores mundiales. La capacidad del sector para abastecerse de ingredientes y a ciertos niveles de precios fluctúa con la disponibilidad de la oferta, que puede verse afectada por el cambio climático, la escasez de agua, la ordenación de la tierra y otras consideraciones relativas a la escasez de recursos. Esta exposición puede dar lugar a una volatilidad de los precios que a su vez afecta a la rentabilidad de las compañías. El cambio climático, la escasez de agua y las restricciones para el uso de la tierra presentan riesgos para la capacidad a largo plazo de una compañía de abastecerse de materiales e ingredientes esenciales. Las compañías que se abastezcan de ingredientes que sean más productivos y menos intensivos en recursos, o que trabajen en estrecha colaboración con los proveedores para aumentar su adaptabilidad al cambio climático y a otros riesgos de escasez de recursos, estarán mejor protegidas contra la volatilidad de los precios o las interrupciones del suministro.