Comparación de industrias

Está viendo información sobre las siguientes industrias:

  • Tabaco El sector tabacalero está compuesto por compañías que fabrican productos de tabaco, como cigarrillos, cigarros y productos de tabaco sin humo. Muchas grandes compañías tabacaleras realizan sus actividades a nivel mundial. Las compañías pueden obtener o vender derechos exclusivos para vender ciertas marcas de cigarrillos en diversos mercados. La mayor parte del tabaco es cultivado por cultivadores de tabaco independientes, que suelen vender sus cosechas a comerciantes de tabaco o a fabricantes contratados.
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  • Carga aérea y logística Las empresas de carga aérea y logística proporcionan servicios de carga y logística de transporte tanto a empresas como a particulares. Dentro del sector, hay tres segmentos principales: el transporte de carga aérea, los servicios postales y de mensajería y los servicios de logística de transporte. Las empresas de la industria obtienen ingresos de uno o más de dichos segmentos, e incluyen tanto a aquellas que no se basan en activos como las que cuentan con un gran capital. Los servicios de logística de transporte incluyen la selección y contratación del transporte adecuado mediante la subcontratación de empresas de transporte por carretera, ferroviario, marítimo y aéreo. Sus servicios también pueden incluir la intermediación aduanera, la gestión de la distribución, la consolidación de proveedores, el seguro de la carga, la gestión de las órdenes de compra y la información logística personalizada. Se tata de un sector fundamental para el comercio mundial, ya que aporta a la demanda un cierto grado de estabilidad.
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Cuestiones relevantes para ambos Industrias (8 de 26)

¿Por qué algunas cuestiones se muestran atenuadas? Las normas SASB varían según la industria, en función de los diferentes riesgos y oportunidades de sostenibilidad de cada industria. Las cuestiones atenuadas no se identificaron durante el proceso de elaboración de normas como aquellas que pueden afectar al valor de la empresa con mayor probabilidad, por lo que no se incluyen en la norma. Con el tiempo, a medida que el Consejo de Normas SASB siga recibiendo las opiniones del mercado, es posible que se añadan o eliminen algunas cuestiones de la norma. Cada empresa determina por sí misma si una cuestión de sostenibilidad puede afectar a su capacidad de crear valor empresarial. La norma está diseñada para la empresa típica de una industria, pero las empresas individuales pueden optar por informar sobre diferentes cuestiones de sostenibilidad en función de su modelo de negocio único.

Temas de divulgación

¿Cuál es la relación entre la categoría de cuestiones generales y los temas de divulgación? La categoría de cuestiones generales es una versión independiente de la industria de los temas de divulgación que aparecen en cada norma del SASB. Los temas de divulgación representan los impactos específicos de la industria en las categorías de cuestiones generales. Los temas de divulgación específicos de la industria garantizan que cada norma del SASB se adapte a la industria, mientras que las categorías de cuestiones generales permiten la comparación entre industrias. Por ejemplo, Salud y nutrición es un tema de divulgación en la industria de las bebidas sin alcohol, que representa una medida específica de la industria de la cuestión general Bienestar del cliente. Sin embargo, la cuestión Bienestar del cliente se manifiesta como el tema de la divulgación Medicamentos falsificados en la industria Biotecnología y productos farmacéuticos.
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    • Emisiones de GEI Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).
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    • Calidad del aire Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.
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    • Bienestar del cliente La categoría aborda las preocupaciones del bienestar de los clientes sobre cuestiones que incluyen, entre otras, la salud y la nutrición de los alimentos y las bebidas, el uso de antibióticos en la producción animal y la gestión de sustancias controladas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para ofrecer a los consumidores productos y servicios manufacturados que se ajusten a las expectativas de la sociedad. No incluye cuestiones directamente relacionadas con la calidad y los fallos de seguridad de los productos y servicios fabricados, sino que aborda cualidades inherentes al diseño y la prestación de productos y servicios en los que el bienestar del cliente puede estar en entredicho. El alcance de la categoría también capta la capacidad de las empresas para evitar los productos falsificados.
      • Salud pública El consumo de tabaco puede entrañar graves riesgos para la salud, como se ha establecido en numerosos estudios científicos realizados en las últimas décadas. Los problemas de salud asociados al tabaco incluyen enfermedades pulmonares, cáncer y enfermedades cardíacas. Los fabricantes de productos de tabaco se han enfrentado a demandas de particulares, gobiernos, corporaciones y otros grupos. En algunos casos, estas han dado lugar a acuerdos multimillonarios. La creciente conciencia pública de los riesgos para la salud asociados al tabaco ha provocado que el consumo de tabaco disminuya drásticamente en muchos países. Los fabricantes de productos de tabaco están introduciendo una serie de productos que tienen un riesgo reducido, como los productos no derivados del tabaco que contienen nicotina y los productos de tabaco calentado, con el fin de reducir al mínimo los efectos del consumo de tabaco sobre la salud, al tiempo que acceden a nuevos mercados. Los futuros estudios científicos podrían alcanzar nuevas conclusiones sobre estas afirmaciones acerca de la reducción del daño, lo que generará efectos continuos en los ingresos y el potencial de crecimiento de las compañías.
    • Prácticas de venta y etiquetado de productos Esta categoría aborda los problemas sociales que pueden surgir por no gestionar la transparencia, la exactitud y la comprensibilidad de las declaraciones de marketing, la publicidad y el etiquetado de los productos y servicios. Incluye, por ejemplo, las normas y reglamentos de publicidad, las prácticas de marketing éticas y responsables, el etiquetado engañoso o confuso, así como las prácticas de venta y préstamo discriminatorias o predatorias. Esto puede incluir prácticas de venta engañosas o agresivas en las que las estructuras de incentivos para los empleados podrían fomentar la venta de productos o servicios que no son del interés de los clientes.
      • Prácticas de marketing El etiquetado y el marketing de los productos de tabaco están fuertemente regulados a nivel internacional. El Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco ha llevado a muchos países a introducir nuevos enfoques reglamentarios más estrictos, para evitar que las personas comiencen a consumir tabaco a una edad temprana, mediante una publicidad transparente sobre los riesgos del tabaco para la salud. El sector se ha enfrentado a costosas batallas legales relacionadas con el marketing y la publicidad de sus productos. El marketing de los productos combustibles y de los nuevos productos no combustibles tiene que equilibrar los requisitos reglamentarios con la necesidad de llegar a nuevos mercados. Si no se gestionan adecuadamente las externalidades sociales, la reglamentación podría resultar aún más desfavorable y erosionar la licencia social del sector para llevar a cabo su actividad. Las compañías que gestionen eficazmente este problema podrán disminuir la probabilidad de que se generen gastos extraordinarios, mejorar la cuota de mercado y reducir las responsabilidades.
    • Prácticas laborales Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para mantener las normas laborales comúnmente aceptadas en el lugar de trabajo, incluido el cumplimiento de la legislación laboral y de las normas internacionalmente aceptadas. Esto incluye, entre otras cosas, garantizar los derechos humanos básicos relacionados con el trabajo infantil, el trabajo forzoso o en régimen de servidumbre, la explotación laboral, los salarios justos y el pago de horas extras, y otros derechos básicos de los trabajadores. También incluye las políticas de salario mínimo y la provisión de beneficios, que pueden influir en la forma de atraer, retener y motivar a la mano de obra. La categoría también aborda la relación de la empresa con el trabajo organizado y la libertad de asociación.
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    • Salud y seguridad de los empleados Esta categoría se refiere a la capacidad de una empresa para crear y mantener un entorno de trabajo seguro y saludable, libre de lesiones, muertes y enfermedades (tanto crónicas como graves). Tradicionalmente se consigue mediante la aplicación de planes de gestión de la seguridad, el desarrollo de requisitos de formación para empleados y contratistas, y la realización de auditorías periódicas de sus propias prácticas y de las de sus subcontratistas. La categoría también recoge cómo las empresas garantizan la salud física y mental de los trabajadores a través de la tecnología, la formación, la cultura corporativa, el cumplimiento de la normativa, la supervisión y las pruebas, y los equipos de protección personal.
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    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
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    • Gestión del riesgo de incidentes críticos Esta categoría se refiere a la utilización por parte de la empresa de sistemas de gestión y planificación de escenarios para identificar, comprender y prevenir o minimizar la ocurrencia de accidentes y emergencias de baja probabilidad y alto impacto con potenciales externalidades ambientales y sociales significativas. Se refiere a la cultura de seguridad de una empresa, a sus sistemas de gestión de la seguridad y controles tecnológicos pertinentes, a las posibles implicaciones humanas, medioambientales y sociales de la ocurrencia de estos sucesos y a los efectos a largo plazo para una organización, sus trabajadores y la sociedad en caso de que se produzcan.
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    • Emisiones de GEI Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).
      • Emisión de gases de efecto invernadero Las empresas del sector de la carga aérea y la logística generan emisiones directas de gases de efecto invernadero (GEI) que contribuyen al cambio climático. Las emisiones se producen a raíz del uso de combustible en las operaciones de transporte aéreo y por carretera. Dada la altitud de las emisiones originadas por el combustible para aviones, el transporte aéreo de mercancías contribuye de manera especialmente intensa al cambio climático. Con el paso del tiempo, es probable que la gestión de las emisiones de GEI afecte a la estructura de costes de las empresas de carga aérea y logística, ya que dichas emisiones están directamente relacionadas con el uso de combustible y, por lo tanto, con los gastos de explotación. La eficiencia en el uso del combustible y el uso de combustibles alternativos ofrece a las empresas una forma de reducir los costes de combustible y de mitigar su exposición a la volatilidad de los precios del mismo, los futuros costes reglamentarios y otras consecuencias de las emisiones de GEI. Las aeronaves y los camiones más recientes suelen ser más eficientes en cuanto al consumo de combustible, pero las flotas existentes también pueden actualizarse. Las inversiones de capital en aeronaves o vehículos con un consumo de combustible más eficiente y las nuevas tecnologías de gestión del combustible pueden reducir potencialmente los gastos corrientes de combustible y mejorar la rentabilidad. También pueden ayudar a las empresas a captar la posible cuota de mercado de aquellos clientes que buscan soluciones de transporte con bajas emisiones de carbono.
    • Calidad del aire Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.
      • Calidad del aire Las empresas del sector de la carga aérea y la logística generan contaminantes atmosféricos que pueden amenazar la salud humana. Las principales emisiones del sector a la atmósfera incluyen óxidos de azufre (SOx), óxidos de nitrógeno (NOx) y material particulado (PM), con efectos negativos localizados en la calidad del aire. A medida que los organismos reguladores determinen los mecanismos más eficaces para reducir la contaminación atmosférica local procedente de la industria, las empresas pueden verse obligadas a incrementar los costes operativos o a realizar inversiones para modernizar sus flotas a causa de la presión reglamentaria, la demanda de los clientes y el coste cada vez mayor del combustible. El uso de combustibles alternativos más caros y de mecanismos que filtren las emisiones antes de su liberación a la atmósfera también puede repercutir en la estructura de costes de una empresa, ya que requiere mayores costes iniciales pero, a largo plazo, reduce la exposición a las regulaciones.
    • Bienestar del cliente La categoría aborda las preocupaciones del bienestar de los clientes sobre cuestiones que incluyen, entre otras, la salud y la nutrición de los alimentos y las bebidas, el uso de antibióticos en la producción animal y la gestión de sustancias controladas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para ofrecer a los consumidores productos y servicios manufacturados que se ajusten a las expectativas de la sociedad. No incluye cuestiones directamente relacionadas con la calidad y los fallos de seguridad de los productos y servicios fabricados, sino que aborda cualidades inherentes al diseño y la prestación de productos y servicios en los que el bienestar del cliente puede estar en entredicho. El alcance de la categoría también capta la capacidad de las empresas para evitar los productos falsificados.
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    • Prácticas de venta y etiquetado de productos Esta categoría aborda los problemas sociales que pueden surgir por no gestionar la transparencia, la exactitud y la comprensibilidad de las declaraciones de marketing, la publicidad y el etiquetado de los productos y servicios. Incluye, por ejemplo, las normas y reglamentos de publicidad, las prácticas de marketing éticas y responsables, el etiquetado engañoso o confuso, así como las prácticas de venta y préstamo discriminatorias o predatorias. Esto puede incluir prácticas de venta engañosas o agresivas en las que las estructuras de incentivos para los empleados podrían fomentar la venta de productos o servicios que no son del interés de los clientes.
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    • Prácticas laborales Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para mantener las normas laborales comúnmente aceptadas en el lugar de trabajo, incluido el cumplimiento de la legislación laboral y de las normas internacionalmente aceptadas. Esto incluye, entre otras cosas, garantizar los derechos humanos básicos relacionados con el trabajo infantil, el trabajo forzoso o en régimen de servidumbre, la explotación laboral, los salarios justos y el pago de horas extras, y otros derechos básicos de los trabajadores. También incluye las políticas de salario mínimo y la provisión de beneficios, que pueden influir en la forma de atraer, retener y motivar a la mano de obra. La categoría también aborda la relación de la empresa con el trabajo organizado y la libertad de asociación.
      • Prácticas laborales La dependencia del sector de la carga aérea y la logística de contratistas independientes, principalmente para los servicios de mensajería, se ha convertido en objeto de un creciente escrutinio regulatorio. Los contratistas independientes pueden no estar cubiertos por las mismas leyes que protegen a los empleados, y las empresas pueden enfrentarse a sanciones regulatorias por clasificar erróneamente a los empleados como contratistas independientes. Además, también pueden verse envueltas en acciones judiciales por reclamaciones de empleados y contratistas en relación con el pago de salarios, las prestaciones y las condiciones de trabajo. Esto también puede afectar negativamente a su reputación y su capacidad para contratar y retener empleados, reduciendo la eficiencia operativa y aumentando los costes de reemplazo de trabajadores.
    • Salud y seguridad de los empleados Esta categoría se refiere a la capacidad de una empresa para crear y mantener un entorno de trabajo seguro y saludable, libre de lesiones, muertes y enfermedades (tanto crónicas como graves). Tradicionalmente se consigue mediante la aplicación de planes de gestión de la seguridad, el desarrollo de requisitos de formación para empleados y contratistas, y la realización de auditorías periódicas de sus propias prácticas y de las de sus subcontratistas. La categoría también recoge cómo las empresas garantizan la salud física y mental de los trabajadores a través de la tecnología, la formación, la cultura corporativa, el cumplimiento de la normativa, la supervisión y las pruebas, y los equipos de protección personal.
      • Salud y seguridad de los empleados Los empleados del sector de la carga y aérea y la logística pueden estar expuestos a condiciones de trabajo peligrosas, entre las que se incluyen los accidentes derivados de fallos mecánicos o errores humanos. Además, el movimiento manual de paquetes es un proceso físico que requiere de un entrenamiento especial para evitar en lo posible las lesiones. Pese a que la tasa de accidentes laborales mortales de los trabajadores de los servicios de transporte en camión es superior a la media, los problemas de seguridad de los trabajadores del sector de la aviación están muy regulados, lo que aumenta el riesgo de que se impongan multas o sanciones cuando se produce un incidente. Los incidentes relacionados con la salud y con la seguridad pueden ocasionar interrupciones del trabajo y una serie de costes, desde los gastos médicos hasta las indemnizaciones a empleados. Dichos incidentes también pueden reducir la productividad y, en consecuencia, los ingresos, si los empleados consideran que no se está dando prioridad a su seguridad y bienestar. Por último, las empresas con un historial de seguridad deficiente también pueden tener que hacer frente a un aumento de las primas de seguro y a un mayor coste del capital, así como a daños a la reputación que podrían disminuir los ingresos y la cuota de mercado. Las empresas pueden mitigar esos efectos proporcionando una protección y una formación adecuadas a los empleados, asegurándose de que el equipo mecánico funcione de manera segura y estableciendo una cultura de seguridad en el lugar de trabajo.
    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
      • Gestión de la cadena de suministro Muchas empresas del sector de la carga aérea y la logística establecen contratos con redes grandes y complejas de proveedores externos basados en activos que ofrecen servicios de transporte de carga a sus clientes. La contratación es especialmente común entre las empresas que proporcionan servicios de expedición de carga, logística, corretaje y servicios intermodales. Estos contratistas abarcan todos los modos de transporte, terrestre, ferroviario, aéreo y marítimo. Las empresas deben gestionar las relaciones con sus contratistas para asegurarse de que las acciones de estos que tengan repercusiones ambientales o sociales no originen efectos adversos importantes en sus propias operaciones, como la disminución del valor de la marca. Al mismo tiempo, las empresas en condiciones de ofrecer soluciones logísticas con bajas emisiones de carbono pueden captar la cuota de mercado de aquellos clientes que busquen disminuir la huella de carbono de sus envíos.
    • Gestión del riesgo de incidentes críticos Esta categoría se refiere a la utilización por parte de la empresa de sistemas de gestión y planificación de escenarios para identificar, comprender y prevenir o minimizar la ocurrencia de accidentes y emergencias de baja probabilidad y alto impacto con potenciales externalidades ambientales y sociales significativas. Se refiere a la cultura de seguridad de una empresa, a sus sistemas de gestión de la seguridad y controles tecnológicos pertinentes, a las posibles implicaciones humanas, medioambientales y sociales de la ocurrencia de estos sucesos y a los efectos a largo plazo para una organización, sus trabajadores y la sociedad en caso de que se produzcan.
      • Gestión de accidentes y seguridad Todos los medios de transporte plantean riesgos de seguridad. En algunos casos, los fallos mecánicos o los errores humanos pueden provocar accidentes con importantes consecuencias ambientales o sociales, incluidas las medidas regulatorias y las demandas judiciales por parte de las comunidades o los clientes afectados. Si bien la exigencia de los requisitos regulatorios puede variar dependiendo de la región en que se realicen las operaciones, las empresas que mantengan las normas de seguridad más estrictas en todas sus operaciones mundiales pueden reducir al mínimo los riesgos de incidentes de seguridad que afectan a su reputación y a su rentabilidad.

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