Comparación de industrias

Está viendo información sobre las siguientes industrias:

  • Asistencia sanitaria administrada El sector de la asistencia sanitaria administrada ofrece productos de seguro médicos para miembros individuales o comerciales de programas de cobertura de seguridad social (como los programas Medicare y Medicaid de los Estados Unidos). Estas empresas también proporcionan servicios administrativos y de acceso a redes de planes de seguro autofinanciados, y gestionan las prestaciones farmacéuticas. Tradicionalmente, la afiliación en la asistencia sanitaria administrada se ha correlacionado con las tasas de empleo, mientras que los ingresos vienen determinados por la inflación de los costes médicos. La Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible de los Estados Unidos redujo el porcentaje de adultos no asegurados y acrecentó la demanda de los planes del sector. Sin embargo, la incertidumbre legislativa y el interés en reducir los costes de la asistencia sanitaria pueden crear una presión a la baja sobre los precios y seguir impulsando la consolidación dentro de la industria. Además, la atención en los resultados de los pacientes y el rendimiento de los planes siguen determinando los riesgos y las oportunidades de sostenibilidad del sector.
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  • Envases y embalajes La industria de envases y embalajes convierte las materias primas, incluidos el metal, el plástico, el papel y el vidrio, en productos de embalaje semiterminados o terminados. Las empresas producen una amplia gama de productos, incluidos: envases de cartón corrugado, envases de alimentos y bebidas, botellas para productos domésticos, latas de aluminio, tambores de acero y otras formas de embalaje. Las empresas del sector suelen funcionar como entidades de empresa a empresa y muchas de ellas operan a nivel mundial.
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Cuestiones relevantes para ambos Industrias (12 de 26)

¿Por qué algunas cuestiones se muestran atenuadas? Las normas SASB varían según la industria, en función de los diferentes riesgos y oportunidades de sostenibilidad de cada industria. Las cuestiones atenuadas no se identificaron durante el proceso de elaboración de normas como aquellas que pueden afectar al valor de la empresa con mayor probabilidad, por lo que no se incluyen en la norma. Con el tiempo, a medida que el Consejo de Normas SASB siga recibiendo las opiniones del mercado, es posible que se añadan o eliminen algunas cuestiones de la norma. Cada empresa determina por sí misma si una cuestión de sostenibilidad puede afectar a su capacidad de crear valor empresarial. La norma está diseñada para la empresa típica de una industria, pero las empresas individuales pueden optar por informar sobre diferentes cuestiones de sostenibilidad en función de su modelo de negocio único.

Temas de divulgación

¿Cuál es la relación entre la categoría de cuestiones generales y los temas de divulgación? La categoría de cuestiones generales es una versión independiente de la industria de los temas de divulgación que aparecen en cada norma del SASB. Los temas de divulgación representan los impactos específicos de la industria en las categorías de cuestiones generales. Los temas de divulgación específicos de la industria garantizan que cada norma del SASB se adapte a la industria, mientras que las categorías de cuestiones generales permiten la comparación entre industrias. Por ejemplo, Salud y nutrición es un tema de divulgación en la industria de las bebidas sin alcohol, que representa una medida específica de la industria de la cuestión general Bienestar del cliente. Sin embargo, la cuestión Bienestar del cliente se manifiesta como el tema de la divulgación Medicamentos falsificados en la industria Biotecnología y productos farmacéuticos.
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    • Emisiones de GEI Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).
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    • Calidad del aire Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.
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    • Gestión de la energía La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.
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    • Gestión del agua y las aguas residuales Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.
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    • Gestión de residuos y materiales peligrosos Esta categoría se ocupa de las cuestiones medioambientales relacionadas con los residuos peligrosos y no peligrosos generados por las empresas. Aborda la gestión de los residuos sólidos de una empresa en la fabricación, la agricultura y otros procesos industriales. Abarca el tratamiento, la manipulación, el almacenamiento, la eliminación y el cumplimiento de la normativa. Esta categoría no incluye las emisiones a la atmósfera ni a las aguas residuales, ni tampoco los residuos del final de la vida útil de los productos, que se tratan en categorías distintas.
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    • Seguridad de los datos Esta categoría aborda la gestión de los riesgos relacionados con la recopilación, retención y uso de datos sensibles, confidenciales y/o de propiedad de los clientes o usuarios. Incluye los problemas sociales que pueden surgir de incidentes como las violaciones de datos en las que la información personal identificable (IPI) y otros datos de los usuarios o clientes pueden estar expuestos. Aborda la estrategia, las políticas y las prácticas de una empresa relacionadas con la infraestructura informática, la formación del personal, el mantenimiento de registros, la cooperación con las fuerzas del orden y otros mecanismos utilizados para garantizar la seguridad de los datos de los clientes o usuarios.
      • Privacidad del cliente y estándares tecnológicas Las regulaciones, como la Ley de Transferencia y Responsabilidad de los Seguros Médicos de los Estados Unidos (HIPAA), pueden exigir que los planes de seguros médicos cumplan diversos requisitos relativos al uso, la divulgación, el almacenamiento y la transmisión de la información médica de los pacientes. Las empresas de este sector están obligadas a elaborar políticas y medidas técnicas para proteger la información médica de los pacientes. El incumplimiento de estas normas, en constante evolución y que en los Estados Unidos incluyen disposiciones establecidas en virtud de la Ley de Tecnología de la Información de Salud Clínica y Económica (HITECH), puede dar lugar a importantes sanciones civiles y penales. Esos riesgos se intensifican por el aumento de los ataques cibernéticos dirigidos contra las empresas de asistencia sanitaria administrada.
    • Acceso y asequibilidad Esta categoría aborda la capacidad de una empresa para garantizar un amplio acceso a sus productos y servicios, específicamente en el contexto de los mercados y/o grupos de población desatendidos. Incluye la gestión de cuestiones relacionadas con las necesidades universales, tales como la accesibilidad y asequibilidad de la atención sanitaria, los servicios financieros, los servicios públicos, la educación y las telecomunicaciones.
      • Acceso a las coberturas Aunque la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible de los Estados Unidos redujo el número de personas sin seguro, más del 10 % de los adultos de dicho país siguen sin estar asegurados. El porcentaje de no asegurados es significativamente mayor entre las personas que se encuentran en el nivel de pobreza federal o cerca de él. Las empresas de asistencia sanitaria administrada pueden desempeñar un importante papel en la mejora del acceso a la atención médica limitando los costes de los planes y los incrementos de las tasas. Por otro lado, las empresas también deben cumplir las regulaciones destinadas a controlar los costes de los planes, incluidas las tasas de pérdidas médicas y, al mismo tiempo, garantizar la cobertura de todos los solicitantes, independientemente de su estado de salud, género o afecciones previas. La creciente atención de las regulaciones a los costes de la asistencia sanitaria y la necesidad de cumplir con las normativas, en constante evolución, siguen siendo desafíos a los que el sector tiene que enfrentarse.
    • Calidad y seguridad de los productos Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con las características no deseadas de los productos vendidos o los servicios prestados que pueden crear riesgos para la salud o la seguridad de los usuarios finales. Se refiere a la capacidad de una empresa para ofrecer productos y/o servicios manufacturados que cumplan las expectativas de los clientes con respecto a sus características de salud y seguridad. Incluye, entre otras, cuestiones relacionadas con la responsabilidad, la gestión de las retiradas del mercado, las pruebas de los productos y la gestión de las sustancias químicas/contenidos/ingredientes de los productos.
      • Rendimiento de los planes Las empresas de asistencia sanitaria administrada gestionan las actividades de áreas como la capacidad de respuesta, las reclamaciones, la baja voluntaria y el servicio de atención al cliente con el objetivo de mantener la competitividad. Bajo el sistema de calificación de calidad de cinco estrellas para los planes de Medicare Advantage de los Estados Unidos, el rendimiento en los factores fundamentales se incluye en las tasas de reembolso federal y en los pagos de bonificaciones para las aseguradoras de Medicare Advantage. La divulgación de los indicadores clave relacionados con el rendimiento del plan puede ayudar a los accionistas a comprender cómo pueden proteger el valor corporativo las empresas asistencia sanitaria administrada.
    • Bienestar del cliente La categoría aborda las preocupaciones del bienestar de los clientes sobre cuestiones que incluyen, entre otras, la salud y la nutrición de los alimentos y las bebidas, el uso de antibióticos en la producción animal y la gestión de sustancias controladas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para ofrecer a los consumidores productos y servicios manufacturados que se ajusten a las expectativas de la sociedad. No incluye cuestiones directamente relacionadas con la calidad y los fallos de seguridad de los productos y servicios fabricados, sino que aborda cualidades inherentes al diseño y la prestación de productos y servicios en los que el bienestar del cliente puede estar en entredicho. El alcance de la categoría también capta la capacidad de las empresas para evitar los productos falsificados.
      • Mejora de los resultados Las empresas de asistencia sanitaria administrada pueden desempeñar un papel fundamental en el mantenimiento y la mejora de la salud de los afiliados. Además, la legislación sigue haciendo hincapié en la mejora de los resultados, incluidas las disposiciones que exigen que los seguros médicos ofrezcan cobertura para los servicios preventivos sin coste alguno para los miembros. Por ejemplo, el desarrollo del sistema de calificación de calidad de cinco estrellas para los planes Medicare Advantage de los Estados Unidos contribuye a estrechar la relación entre la salud y el valor de los afiliados al vincular las tasas de reembolso y los pagos de bonificaciones con el rendimiento en cinco áreas, e incluye medidas específicas basadas en los resultados. En consecuencia, las empresas capaces de mejorar la salud de los afiliados podrán estar en mejores condiciones de proteger el valor para los accionistas.
    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
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    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
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    • Impactos físicos del cambio climático Esta categoría aborda la capacidad de la empresa para gestionar los riesgos y las oportunidades asociados a la exposición directa de los activos y operaciones que posee o controla a los impactos físicos reales o potenciales del cambio climático. Recoge los problemas medioambientales y sociales que pueden surgir de las interrupciones operativas debidas a los impactos físicos del cambio climático. Además, recoge los problemas socioeconómicos derivados de que las empresas no incorporen la consideración del cambio climático en los productos y servicios que venden, como el caso de las pólizas de seguros y las hipotecas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para adaptarse a la mayor frecuencia y gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos, los cambios climáticos, el riesgo del nivel del mar y otros impactos físicos previstos del cambio climático. La gestión puede implicar la mejora de la resiliencia de los activos físicos y/o de las infraestructuras circundantes, así como la incorporación de consideraciones relacionadas con el cambio climático en las principales actividades empresariales (por ejemplo, la suscripción de hipotecas y seguros, la planificación y el desarrollo de proyectos inmobiliarios).
      • Efectos del cambio climático en la salud humana El aumento de los fenómenos meteorológicos extremos asociados al cambio climático podría tener importantes repercusiones sobre la salud. Estos acontecimientos, junto con la posible propagación de enfermedades infecciosas y la escasez de alimentos y agua, probablemente tengan importantes consecuencias para el sector de la asistencia sanitaria administrada, puesto que se producirá un aumento de las visitas al sistema de atención médica. Por ello, las empresas capaces de hacer frente a los riesgos que plantean los fenómenos meteorológicos extremos y los posibles cambios en la incidencia, morbilidad y mortalidad de las enfermedades y dolencias podrán estar en mejores condiciones de proteger el valor para los accionistas.
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    • Emisiones de GEI Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).
      • Emisión de gases de efecto invernadero El sector de los envases y embalajes genera emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) procedentes de la combustión de combustibles fósiles en los procesos de fabricación y cogeneración. Las emisiones de GEI pueden acarrear costes de cumplimiento de la normativa o sanciones y riesgos operativos para las empresas del sector. Sin embargo, las repercusiones financieras resultantes variarán en función de la magnitud de las emisiones y de la normativa vigente en materia de emisiones. El sector puede estar sujeto a reglamentos cada vez más estrictos a medida que las naciones tratan de limitar o reducir las emisiones. Las empresas que gestionan de forma rentable las emisiones de GEI mediante una mayor eficiencia energética, el uso de combustibles alternativos o los avances en los procesos de fabricación podrían beneficiarse de una mayor eficiencia operativa y de la reducción del riesgo normativo, entre otros beneficios económicos.
    • Calidad del aire Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.
      • Calidad del aire Además de los gases de efecto invernadero (GEI), los envases y la fabricación de embalajes pueden producir emisiones atmosféricas, incluidas, por ejemplo, dióxido de azufre (SOx), óxidos de nitrógeno (NOx), y material particulado (PM). Como en el caso de los GEI, estas emisiones por lo general provienen de la combustión de combustibles para producir energía. En relación con otros sectores, el sector de envases y embalajes es una fuente importante de algunas de estas emisiones. Las empresas se enfrentan a costes operativos, costes de cumplimiento de la normativa, sanciones reglamentarias en caso de incumplimiento y gastos de capital relacionados con la gestión de las emisiones, mientras que los efectos financieros relacionados variarán en función de la magnitud de las emisiones y de la normativa vigente. Por ello, la gestión activa de la cuestión mediante mejoras en los procesos tecnológicos u otras estrategias puede mitigar esos efectos, mejorando el desempeño económico y aumentando el valor de la marca.
    • Gestión de la energía La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.
      • Gestión de la energía La fabricación de envases y embalajes requiere mucha energía, que se utiliza para alimentar las unidades de procesamiento, las plantas de cogeneración, la maquinaria y las instalaciones no manufactureras. El tipo de energía utilizada, la magnitud del consumo y las estrategias de gestión de la energía dependen del tipo de productos fabricados. Normalmente, los combustibles fósiles como el gas natural y la biomasa son la forma predominante de energía utilizada, mientras que la electricidad comprada también puede representar una parte importante. Por lo tanto, las compras de energía pueden representar una parte importante de los costes de producción. La combinación de energías de una empresa puede incluir la energía generada in situ, la electricidad comprada de la red y los combustibles fósiles, y la energía renovable y alternativa. Las compensaciones en el uso de esas fuentes de energía incluyen el coste, la fiabilidad del suministro, el uso de agua y las emisiones atmosféricas relacionadas, y el cumplimiento de la normativa y los riesgos. Como tal, la intensidad energética de una empresa y las decisiones de aprovisionamiento de energía pueden afectar a su eficiencia operativa y a su perfil de riesgo a lo largo del tiempo.
    • Gestión del agua y las aguas residuales Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.
      • Gestión del agua La fabricación de envases y embalajes requiere agua para las diversas etapas de la producción, incluso para el procesamiento de las materias primas, la refrigeración de los procesos y la generación de vapor en las plantas de cogeneración in situ. Los aumentos históricos a largo plazo de la escasez y el coste del agua, y las expectativas de aumentos continuos (debido al consumo excesivo y a la limitación de los suministros, resultantes del crecimiento y los cambios de la población, la contaminación y el cambio climático) indican la mayor importancia de la correcta gestión de los recursos hídricos. La escasez de agua puede dar lugar a un mayor riesgo de perturbación de las operaciones de las empresas que realizan operaciones de gran consumo de agua y también puede aumentar los costes de adquisición de agua y los gastos de capital. Mientras tanto, la fabricación de envases y embalajes puede generar aguas residuales de proceso que deben ser tratadas antes de su eliminación. El incumplimiento de las normas de calidad del agua puede dar lugar al cumplimiento de la normativa y a costes de mitigación o gastos legales derivados de los litigios. La reducción del uso y el consumo de agua mediante el aumento de la eficiencia y otras estrategias de gestión del agua puede dar lugar a la disminución de los costes de explotación con el tiempo y puede mitigar los efectos financieros de los reglamentos, la escasez de suministro de agua y las perturbaciones de las operaciones relacionadas con la comunidad.
    • Gestión de residuos y materiales peligrosos Esta categoría se ocupa de las cuestiones medioambientales relacionadas con los residuos peligrosos y no peligrosos generados por las empresas. Aborda la gestión de los residuos sólidos de una empresa en la fabricación, la agricultura y otros procesos industriales. Abarca el tratamiento, la manipulación, el almacenamiento, la eliminación y el cumplimiento de la normativa. Esta categoría no incluye las emisiones a la atmósfera ni a las aguas residuales, ni tampoco los residuos del final de la vida útil de los productos, que se tratan en categorías distintas.
      • Gestión de residuos La fabricación de envases y embalajes puede generar residuos de procesos peligrosos, incluidos, entre otros, metales pesados, ácidos gastados, catalizadores y lodos de tratamiento de aguas residuales. Las empresas se enfrentan a problemas normativos y operacionales en la gestión de los desechos, ya que algunos de ellos están sujetos a reglamentos relativos a su transporte, tratamiento, almacenamiento y eliminación. Las estrategias de gestión de desechos incluyen la reducción de la generación, el tratamiento y la eliminación eficaces, y el reciclado y la recuperación, siempre que sea posible. Esas actividades, si bien requieren una inversión inicial o gastos de funcionamiento, pueden reducir la estructura de costes a largo plazo de las empresas y mitigar el riesgo de responsabilidades de reparación o de sanciones reglamentarias.
    • Seguridad de los datos Esta categoría aborda la gestión de los riesgos relacionados con la recopilación, retención y uso de datos sensibles, confidenciales y/o de propiedad de los clientes o usuarios. Incluye los problemas sociales que pueden surgir de incidentes como las violaciones de datos en las que la información personal identificable (IPI) y otros datos de los usuarios o clientes pueden estar expuestos. Aborda la estrategia, las políticas y las prácticas de una empresa relacionadas con la infraestructura informática, la formación del personal, el mantenimiento de registros, la cooperación con las fuerzas del orden y otros mecanismos utilizados para garantizar la seguridad de los datos de los clientes o usuarios.
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    • Acceso y asequibilidad Esta categoría aborda la capacidad de una empresa para garantizar un amplio acceso a sus productos y servicios, específicamente en el contexto de los mercados y/o grupos de población desatendidos. Incluye la gestión de cuestiones relacionadas con las necesidades universales, tales como la accesibilidad y asequibilidad de la atención sanitaria, los servicios financieros, los servicios públicos, la educación y las telecomunicaciones.
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    • Calidad y seguridad de los productos Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con las características no deseadas de los productos vendidos o los servicios prestados que pueden crear riesgos para la salud o la seguridad de los usuarios finales. Se refiere a la capacidad de una empresa para ofrecer productos y/o servicios manufacturados que cumplan las expectativas de los clientes con respecto a sus características de salud y seguridad. Incluye, entre otras, cuestiones relacionadas con la responsabilidad, la gestión de las retiradas del mercado, las pruebas de los productos y la gestión de las sustancias químicas/contenidos/ingredientes de los productos.
      • Seguridad de los productos La seguridad de los envases y embalajes es un factor crítico para el sector, ya que muchos productos se utilizan en aplicaciones destinadas al consumidor, como en el caso de las industrias alimentaria y de atención sanitaria. Entre los aspectos de la seguridad de los envases figuran los peligros físicos y la presencia de sustancias químicas. En el caso de un incidente de seguridad de un producto, puede ser necesaria su retirada del mercado o requerir un nuevo diseño, lo que posiblemente aumente los costes para el fabricante y dé lugar a una reducción de los ingresos y a efectos adversos para el valor de la marca. Por ello, las empresas que gestionan proactivamente los riesgos para la seguridad de los productos pueden mejorar la reputación de su marca y reducir el riesgo de repercusiones financieras adversas.
    • Bienestar del cliente La categoría aborda las preocupaciones del bienestar de los clientes sobre cuestiones que incluyen, entre otras, la salud y la nutrición de los alimentos y las bebidas, el uso de antibióticos en la producción animal y la gestión de sustancias controladas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para ofrecer a los consumidores productos y servicios manufacturados que se ajusten a las expectativas de la sociedad. No incluye cuestiones directamente relacionadas con la calidad y los fallos de seguridad de los productos y servicios fabricados, sino que aborda cualidades inherentes al diseño y la prestación de productos y servicios en los que el bienestar del cliente puede estar en entredicho. El alcance de la categoría también capta la capacidad de las empresas para evitar los productos falsificados.
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    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
      • Gestión del ciclo de vida del producto Las empresas de envases y embalajes se enfrentan a oportunidades y retos asociados con los posibles efectos ambientales de sus productos a lo largo de su ciclo de vida. El diseño de productos con efectos ambientales reducidos en la fase de uso y al final de la vida útil es una oportunidad importante para los fabricantes. La demanda de envases producidos con productos químicos seguros y utilizando materiales reciclados y renovables sigue creciendo, junto con la demanda de productos reciclables, reutilizables y compostables. Si bien el impacto de los productos durante su ciclo de vida depende en gran medida de su uso y eliminación, las empresas que pueden optimizar eficazmente esas características durante la fase de diseño pueden obtener una gran ventaja competitiva.
    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
      • Gestión de la cadena de suministro La fabricación de envases y embalajes utiliza grandes cantidades de materias primas, incluida la fibra de madera y aluminio. La producción sostenible de estos materiales es una consideración importante de la cadena de suministro para las empresas del sector, ya que los efectos ambientales adversos podrían aumentar los costes de los materiales y afectar al valor de la marca de las empresas de envases y embalajes. A fin de mitigar esos riesgos, las empresas pueden aplicar prácticas de revisión de la cadena de suministro y aplicar estándares de terceros en las operaciones internas y los proveedores que certifiquen que los materiales que adquieren se produjeron de manera sostenible. Además, esas medidas pueden aumentar el valor de la marca y satisfacer la demanda de los clientes de productos de embalaje producidos de manera sostenible, proporcionando acceso a nuevos mercados y oportunidades de crecimiento.
    • Impactos físicos del cambio climático Esta categoría aborda la capacidad de la empresa para gestionar los riesgos y las oportunidades asociados a la exposición directa de los activos y operaciones que posee o controla a los impactos físicos reales o potenciales del cambio climático. Recoge los problemas medioambientales y sociales que pueden surgir de las interrupciones operativas debidas a los impactos físicos del cambio climático. Además, recoge los problemas socioeconómicos derivados de que las empresas no incorporen la consideración del cambio climático en los productos y servicios que venden, como el caso de las pólizas de seguros y las hipotecas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para adaptarse a la mayor frecuencia y gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos, los cambios climáticos, el riesgo del nivel del mar y otros impactos físicos previstos del cambio climático. La gestión puede implicar la mejora de la resiliencia de los activos físicos y/o de las infraestructuras circundantes, así como la incorporación de consideraciones relacionadas con el cambio climático en las principales actividades empresariales (por ejemplo, la suscripción de hipotecas y seguros, la planificación y el desarrollo de proyectos inmobiliarios).
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