Comparación de industrias

Está viendo información sobre las siguientes industrias:

  • Compañías y distribuidores de gas El sector de compañías y distribuidores de gas se compone de empresas de distribución y comercialización de gas. La distribución de gas implica la utilización de tuberías locales de baja presión para transferir el gas natural de las tuberías de transmisión más grandes a los usuarios finales. Las empresas comercializadoras de gas son agentes que incorporan el gas natural en cantidades ajustadas a las necesidades de sus diferentes clientes y luego lo suministran, generalmente a través de las líneas de transmisión y distribución de otras empresas. Por su parte, la distribución de gas propano implica a una porción relativamente más pequeña de este sector, motivo por el cual esta norma se centra en la distribución de gas natural. Ambos tipos de gas suelen utilizarse para la calefacción y las cocinas de clientes residenciales, comerciales e industriales. En los mercados regulados de forma estructural, se concede a las empresas de suministros un monopolio total sobre la distribución y venta del gas natural. Una autoridad reguladora debe aprobar las tarifas que las empresas de suministros cobran para evitar que abusen de su posición de monopolio. En los mercados desregulados, la distribución y la comercialización están diferenciadas a nivel regulatorio y los clientes pueden elegir a qué empresa comprar el gas. En este caso, la empresa de suministros tiene garantizado el monopolio únicamente sobre la distribución, y está obligada por ley a difundir todo el gas de manera equitativa a lo largo de sus tuberías con una tarifa fija. En general, las empresas del sector deben encargarse de proporcionar gas seguro, fiable y de bajo coste y, a un mismo tiempo, gestionar eficazmente sus efectos sociales y ambientales, como la seguridad de la comunidad y las emisiones de metano.
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  • Bebidas sin alcohol La industria de las bebidas sin alcohol produce una amplia gama de productos de bebidas, incluidos diversos refrescos carbonatados, concentrados de jarabe, zumos, bebidas energéticas y deportivas, tés, café y productos de agua. La industria está dominada por grandes empresas internacionales. Las empresas participan en la fabricación, comercialización, operaciones de embotellamiento y distribución de jarabe, mientras que las empresas más grandes suelen estar más integradas verticalmente en las operaciones de embotellamiento, venta y distribución de los productos acabados.
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Cuestiones relevantes para ambos Industrias (11 de 26)

¿Por qué algunas cuestiones se muestran atenuadas? Las normas SASB varían según la industria, en función de los diferentes riesgos y oportunidades de sostenibilidad de cada industria. Las cuestiones atenuadas no se identificaron durante el proceso de elaboración de normas como aquellas que pueden afectar al valor de la empresa con mayor probabilidad, por lo que no se incluyen en la norma. Con el tiempo, a medida que el Consejo de Normas SASB siga recibiendo las opiniones del mercado, es posible que se añadan o eliminen algunas cuestiones de la norma. Cada empresa determina por sí misma si una cuestión de sostenibilidad puede afectar a su capacidad de crear valor empresarial. La norma está diseñada para la empresa típica de una industria, pero las empresas individuales pueden optar por informar sobre diferentes cuestiones de sostenibilidad en función de su modelo de negocio único.

Temas de divulgación

¿Cuál es la relación entre la categoría de cuestiones generales y los temas de divulgación? La categoría de cuestiones generales es una versión independiente de la industria de los temas de divulgación que aparecen en cada norma del SASB. Los temas de divulgación representan los impactos específicos de la industria en las categorías de cuestiones generales. Los temas de divulgación específicos de la industria garantizan que cada norma del SASB se adapte a la industria, mientras que las categorías de cuestiones generales permiten la comparación entre industrias. Por ejemplo, Salud y nutrición es un tema de divulgación en la industria de las bebidas sin alcohol, que representa una medida específica de la industria de la cuestión general Bienestar del cliente. Sin embargo, la cuestión Bienestar del cliente se manifiesta como el tema de la divulgación Medicamentos falsificados en la industria Biotecnología y productos farmacéuticos.
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    • Emisiones de GEI Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).
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    • Gestión de la energía La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.
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    • Gestión del agua y las aguas residuales Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.
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    • Acceso y asequibilidad Esta categoría aborda la capacidad de una empresa para garantizar un amplio acceso a sus productos y servicios, específicamente en el contexto de los mercados y/o grupos de población desatendidos. Incluye la gestión de cuestiones relacionadas con las necesidades universales, tales como la accesibilidad y asequibilidad de la atención sanitaria, los servicios financieros, los servicios públicos, la educación y las telecomunicaciones.
      • Asequibilidad de la energía Un objetivo de facto de los servicios de gas regulados es suministrar el gas natural a los clientes de una manera segura, fiable y respetuosa con el medioambiente. Las empresas del sector deben encargarse de gestionar estas prioridades, que podrían entrar en conflicto entre sí, para mantener relaciones favorables con los clientes y los organismos reguladores y, en última instancia, para obtener los beneficios adecuados para los accionistas. La asequibilidad de la energía, desde la perspectiva del cliente de los servicios públicos para clientes, es particularmente difícil de equilibrar, ya que a menudo entra en conflicto con otros objetivos fundamentales. La opinión generalizada es que las facturas de energía de los servicios públicos resultan cada vez más caras para los clientes con bajos ingresos (la asequibilidad está determinada tanto por el coste neto de las facturas de energía como por la economía subyacente de los clientes). Actuar para garantizar que las facturas de los servicios públicos sean asequibles es fundamental para que las empresas de suministros inspiren confianza (valor de los activos intangibles) en los reguladores y los clientes. La calidad de las relaciones regulatorias con reguladores es un aspecto clave para las empresas de servicios públicos a la hora de generar valor, y una de las cuestiones más estudiadas por los analistas de inversiones. La disposición de las autoridades reguladoras, o la falta de ella, a la hora de conceder solicitudes de tarifas, modificaciones de la estructura tarifaria, la recuperación de costes y los ingresos permitidos resulta determinante para el rendimiento financiero y del riesgo de las inversiones. La gestión eficaz de la asequibilidad puede dar a las empresas de servicios públicos la oportunidad de invertir más capital, revisar favorablemente las estructuras tarifarias y aumentar los ingresos permitidos. Además, los proveedores de servicios básicos que no gestionan eficazmente la asequibilidad están cada vez más expuestos a que los clientes obtengan suministros diferentes del gas natural (o a que reduzcan la energía que necesitan) buscando fuentes de energía alternativas (por ejemplo, el uso de la cogeneración de calor y electricidad por parte de los clientes industriales). La gestión de la asequibilidad implica dirigir un negocio eficiente, con una perspectiva y estrategia a largo plazo bien pensadas, y trabajar en estrecha colaboración con las autoridades reguladoras y los responsables de las políticas públicas en las estructuras tarifarias y, potencialmente, en los programas de asistencia para el pago de facturas. Si bien la naturaleza precisa de las repercusiones financieras de la asequibilidad está determinada en gran medida por los modelos de negocio de las empresas de servicios públicos y las estructuras tarifarias, la asequibilidad es un aspecto fundamental que las empresas de suministros deben gestionar en términos de mantenimiento (y crecimiento) de las bases de clientes, creación de valor de los activos intangibles, creación de oportunidades de inversión y de ganancias y, en última instancia, obtención de beneficios para los accionistas.
    • Bienestar del cliente La categoría aborda las preocupaciones del bienestar de los clientes sobre cuestiones que incluyen, entre otras, la salud y la nutrición de los alimentos y las bebidas, el uso de antibióticos en la producción animal y la gestión de sustancias controladas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para ofrecer a los consumidores productos y servicios manufacturados que se ajusten a las expectativas de la sociedad. No incluye cuestiones directamente relacionadas con la calidad y los fallos de seguridad de los productos y servicios fabricados, sino que aborda cualidades inherentes al diseño y la prestación de productos y servicios en los que el bienestar del cliente puede estar en entredicho. El alcance de la categoría también capta la capacidad de las empresas para evitar los productos falsificados.
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    • Prácticas de venta y etiquetado de productos Esta categoría aborda los problemas sociales que pueden surgir por no gestionar la transparencia, la exactitud y la comprensibilidad de las declaraciones de marketing, la publicidad y el etiquetado de los productos y servicios. Incluye, por ejemplo, las normas y reglamentos de publicidad, las prácticas de marketing éticas y responsables, el etiquetado engañoso o confuso, así como las prácticas de venta y préstamo discriminatorias o predatorias. Esto puede incluir prácticas de venta engañosas o agresivas en las que las estructuras de incentivos para los empleados podrían fomentar la venta de productos o servicios que no son del interés de los clientes.
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    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
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    • Resiliencia del modelo de negocio La categoría aborda la capacidad de una industria para gestionar los riesgos y oportunidades asociados a la incorporación de las transiciones sociales, medioambientales y políticas en la planificación del modelo de negocio a largo plazo. Esto incluye la respuesta a la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono y con limitaciones climáticas, así como el crecimiento y la creación de nuevos mercados entre las poblaciones socioeconómicas desatendidas y subatendidas. La categoría destaca los sectores en los que la evolución de las realidades medioambientales y sociales puede obligar a las empresas a adaptarse fundamentalmente o puede poner en peligro sus modelos de negocio.
      • Eficiencia del uso final El gas natural produce menos emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que otros combustibles fósiles. Por lo tanto, el aumento de su uso la economía es una estrategia clave para muchos gobiernos y autoridades reguladoras que se esfuerzan por reducir las emisiones de GEI. Sin embargo, a pesar de que las emisiones son relativamente menores, en conjunto, la cadena de valor del gas natural sigue produciendo niveles significativos de emisiones de GEI. A medida que los encargados de la formulación de políticas y las autoridades reguladoras tratan de abordar el cambio climático, el consumo eficiente de gas natural cobrará una gran importancia a largo plazo. Existen numerosas medidas que las empresas de servicios públicos pueden adoptar para promover la eficiencia energética entre sus clientes, entre las que se incluyen ofrecer descuentos para los electrodomésticos con un consumo eficiente de energía, climatizar las viviendas de los clientes e inculcarles métodos de ahorro de energía. La medida en que una empresa de suministro de gas puede ganar o perder a causa de la tendencia de reducir los GEI depende significativamente de su entorno normativo. Las estructuras tarifarias tradicionales generalmente no conceden incentivos por fomentar la eficiencia energética a las empresas de gas que, además, pueden sufrir económicamente a causa de la disminución de la demanda por parte de los clientes. Es por este motivo que las empresas de suministro de gas, las autoridades reguladores y los clientes muestran un creciente interés en tarificaciones alternativas. Dicha tarificación suele «disociar» los ingresos de los servicios públicos del consumo de los clientes, y también puede incorporar incentivos explícitos para el buen rendimiento de las empresas de suministro en lo que respecta a la eficiencia del uso final y la disminución de la demanda. En general, las empresas cuyo plan estratégico incluye iniciativas de eficiencia destinadas a reducir los riesgos de las fluctuaciones de la demanda, obtener ganancias de las inversiones necesarias y reducir los costes, tienen más probabilidades de estar bien posicionadas para incrementar sus beneficios ajustados al riesgo a largo plazo.
    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
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    • Abastecimiento y eficiencia de los materiales Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con la resistencia de las cadenas de suministro de materiales a los impactos del cambio climático y otros factores ambientales y sociales externos. Plasma las repercusiones de estos factores externos en la actividad operativa de los proveedores, que pueden afectar además a la disponibilidad y el precio de los recursos clave. Aborda la capacidad de una empresa para gestionar estos riesgos a través del diseño, la fabricación y la gestión del final de la vida útil del producto, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de materiales clave (desmaterialización), la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación y la realización de inversiones en I+D en materiales sustitutivos. Además, las empresas pueden gestionar estas cuestiones mediante la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores para garantizar su resistencia a los riesgos externos. No aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por la actividad operativa de los proveedores individuales, que se tratan en una categoría aparte.
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    • Gestión del riesgo de incidentes críticos Esta categoría se refiere a la utilización por parte de la empresa de sistemas de gestión y planificación de escenarios para identificar, comprender y prevenir o minimizar la ocurrencia de accidentes y emergencias de baja probabilidad y alto impacto con potenciales externalidades ambientales y sociales significativas. Se refiere a la cultura de seguridad de una empresa, a sus sistemas de gestión de la seguridad y controles tecnológicos pertinentes, a las posibles implicaciones humanas, medioambientales y sociales de la ocurrencia de estos sucesos y a los efectos a largo plazo para una organización, sus trabajadores y la sociedad en caso de que se produzcan.
      • Integridad de las infraestructuras de suministro de gas La explotación de una vasta red de gasoductos, equipos e instalaciones de almacenamiento requiere un enfoque polifacético y a largo plazo que garantice la integridad de dichas infraestructuras y la gestión de los riesgos relacionados. Mientras que los clientes dependen de suministros de gas continuamente disponibles, las empresas deben encargarse de gestionar los riesgos sustanciales —incluidos aquellos relacionados con la salud humana, la propiedad y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)— resultantes del uso de las redes de distribución de gas y las infraestructuras pertinentes. El deterioro de las infraestructuras, una supervisión y un mantenimiento inadecuados y otros factores operativos pueden dar lugar a fugas de gas. Las fugas de gas pueden ocasionar riesgos relacionados con la seguridad, como las pérdidas de contención, que, a su vez, pueden provocar incendios o explosiones que pueden ser particularmente graves en las zonas urbanas donde las empresas suelen operar. Además, las fugas de gas también causan emisiones fugitivas (metano) con efectos nocivos sobre el medioambiente. Los servicios de gas regulados no suelen incurrir en costes directos por fugas de gas, ya que el coste del gas suele repercutirse directamente en los clientes (aunque esto puede variar dependiendo de la región). Sin embargo, las fugas de gas que ocasionan riesgos relacionados con la seguridad o emisiones fugitivas pueden afectar financieramente a las empresas a través de diversos canales reglamentarios, legales y de demanda del producto. Los accidentes, en particular los mortales, pueden dar lugar a demandas por negligencia contra las empresas, lo que desencadena batallas judiciales y multas. Las emisiones de GEI pueden suscitar un mayor escrutinio reglamentario —un elemento primordial directamente relacionado con los resultados financieros, dada la importancia de las relaciones regulatorias— y posibles multas y sanciones. Es importante señalar que los servicios de gas regulados también pueden beneficiarse financieramente de las oportunidades de inversión de capital destinadas a mejorar el rendimiento y mitigar los riesgos relacionados con la seguridad y las emisiones. Estas inversiones de capital pueden provocar bases tarifarias más elevadas, lo que en última instancia beneficia a la empresa y a sus accionistas. Las empresas tratan de gestionar esos riesgos mediante la sustitución de los gasoductos, las inspecciones y la supervisión periódicas, la formación de los empleados y la preparación ante casos de emergencia, las inversiones en tecnología y otras estrategias, y todo ello normalmente en estrecha colaboración con los organismos reguladores. En muchas partes de Estados Unidos, la preocupación por el deterioro de las infraestructuras ha hecho que las empresas del sector busquen formas de agilizar el proceso de aprobación para la sustitución, especialmente en los casos en que los gasoductos se encuentran cerca de zonas con una densidad de población alta.
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    • Emisiones de GEI Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).
      • Gestión del combustible de la flota Las empresas de bebidas sin alcohol generan emisiones directas de gases de efecto invernadero (GEI) de alcance 1 procedentes de grandes flotas de vehículos para su distribución y de instalaciones de fabricación. Específicamente, la refrigeración utilizada en las instalaciones manufactureras y en los vehículos de transporte contribuye a una gran parte de las emisiones totales de la industria. Las eficiencias obtenidas en el uso de combustibles pueden reducir los costes, mitigar la exposición a la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles y limitar las emisiones procedentes de la producción, el almacenamiento y el transporte de los productos. Los gastos de capital a corto plazo en flotas eficientes en el uso de combustibles y en tecnologías de mayor eficiencia energética pueden verse superados por los ahorros operativos a largo plazo y la mitigación de los riesgos normativos.
    • Gestión de la energía La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.
      • Gestión de la energía Las empresas de la industria de las bebidas sin alcohol utilizan una cantidad significativa de energía para operar las instalaciones de fabricación, centros de distribución y almacenes. Las compañías en la industria generalmente compran electricidad de la red. La generación de energía contribuye a los impactos ambientales, incluyendo el cambio climático y la contaminación, que tienen el potencial de afectar indirectamente, aunque materialmente, las operaciones de las compañías de bebidas sin alcohol. Las empresas pueden reducir el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas a sus operaciones mediante la aplicación de tecnologías y procesos más eficientes. Las decisiones relativas al uso de combustibles alternativos, energía renovable y generación de electricidad in situ frente a la energía de red comprada, pueden desempeñar un papel importante para influir tanto en los costes como en la fiabilidad del suministro de energía.
    • Gestión del agua y las aguas residuales Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.
      • Gestión del agua La gestión del agua está relacionada con el uso directo de esta por una empresa, la exposición de sus operaciones a regiones con estrés hídrico y su gestión de las aguas residuales. Las empresas de la industria de bebidas sin alcohol utilizan una gran cantidad de agua en sus operaciones, ya que el agua es un insumo clave para los productos terminados. Dada la gran dependencia de las empresas de bebidas sin alcohol de grandes volúmenes de agua limpia y el hecho de que el estrés hídrico está aumentando en diferentes regiones del mundo, las empresas pueden estar expuestas a interrupciones del suministro que podrían afectar significativamente a las operaciones y aumentar los costes. Las empresas que operan en regiones con estrés hídrico y que no atienden a las preocupaciones locales en materia de agua pueden correr un mayor riesgo de perder su licencia social para operar. Además, el tratamiento adecuado de las aguas residuales es un elemento importante de la gestión de las cuestiones relativas al agua en las operaciones, porque las plantas embotelladoras liberan grandes cantidades de efluentes. La mejora de la gestión del agua mediante el aumento de la eficiencia, el reciclaje y la eliminación adecuada, en particular en las regiones con estrés hídrico inicial, puede dar lugar a una reducción de los costes de explotación, a una disminución de los riesgos y a un mayor valor de los activos intangibles.
    • Acceso y asequibilidad Esta categoría aborda la capacidad de una empresa para garantizar un amplio acceso a sus productos y servicios, específicamente en el contexto de los mercados y/o grupos de población desatendidos. Incluye la gestión de cuestiones relacionadas con las necesidades universales, tales como la accesibilidad y asequibilidad de la atención sanitaria, los servicios financieros, los servicios públicos, la educación y las telecomunicaciones.
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    • Bienestar del cliente La categoría aborda las preocupaciones del bienestar de los clientes sobre cuestiones que incluyen, entre otras, la salud y la nutrición de los alimentos y las bebidas, el uso de antibióticos en la producción animal y la gestión de sustancias controladas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para ofrecer a los consumidores productos y servicios manufacturados que se ajusten a las expectativas de la sociedad. No incluye cuestiones directamente relacionadas con la calidad y los fallos de seguridad de los productos y servicios fabricados, sino que aborda cualidades inherentes al diseño y la prestación de productos y servicios en los que el bienestar del cliente puede estar en entredicho. El alcance de la categoría también capta la capacidad de las empresas para evitar los productos falsificados.
      • Salud y nutrición Las principales preocupaciones en materia de nutrición y salud, como la obesidad, la seguridad de los ingredientes, el contenido nutricional y las graves repercusiones en la salud que se derivan del consumo de bebidas sin alcohol están configurando el panorama competitivo de la industria. Los estudios indican que el consumo de bebidas edulcoradas con alto contenido calórico y de azúcar puede tener consecuencias adversas para la salud, como niveles más altos de colesterol, mayor riesgo de enfermedades cardíacas y obesidad. Hallazgos como estos pueden alterar la percepción de los consumidores sobre los productos de la industria, lo que conduce a cambios a largo plazo en las decisiones de compra. Además, los esfuerzos por reducir la obesidad, en forma de nuevas regulaciones o impuestos a las bebidas edulcoradas con azúcar, tienen la capacidad de influir en la rentabilidad de la industria y en la futura demanda. La posibilidad de que otros ingredientes de uso común, como los edulcorantes artificiales, tengan efectos adversos para la salud puede plantear preocupaciones adicionales y las empresas pueden enfrentarse a litigios o regulaciones al respecto. Existen oportunidades en nuevos segmentos del mercado de las bebidas para atender la demanda de los consumidores de un mayor valor nutritivo. Las empresas que se adaptan a las cambiantes preferencias de los consumidores y a un entorno reglamentario en evolución ofreciendo alternativas más saludables pueden captar una cuota de mercado adicional y limitar su exposición a la reglamentación y los litigios.
    • Prácticas de venta y etiquetado de productos Esta categoría aborda los problemas sociales que pueden surgir por no gestionar la transparencia, la exactitud y la comprensibilidad de las declaraciones de marketing, la publicidad y el etiquetado de los productos y servicios. Incluye, por ejemplo, las normas y reglamentos de publicidad, las prácticas de marketing éticas y responsables, el etiquetado engañoso o confuso, así como las prácticas de venta y préstamo discriminatorias o predatorias. Esto puede incluir prácticas de venta engañosas o agresivas en las que las estructuras de incentivos para los empleados podrían fomentar la venta de productos o servicios que no son del interés de los clientes.
      • Etiquetado y marketing de productos La comunicación con los consumidores mediante el etiquetado y la comercialización de los productos es una faceta importante de las empresas de bebidas sin alcohol. La exactitud y la exhaustividad de la información presentada en las etiquetas de los productos es importante para los reguladores y los consumidores. Las regulaciones sobre etiquetado requieren una información específica y detallada del producto para garantizar la seguridad alimentaria e informar a los consumidores sobre el contenido nutricional. Además, para ayudar a informar las decisiones de compra, los consumidores están cada vez más interesados en obtener más información sobre los ingredientes de los productos, como el contenido de organismos genéticamente modificados (OGM) u otras repercusiones en la salud y la nutrición. Otro ámbito de preocupación pública son las prácticas de mercado de las empresas de bebidas sin alcohol, especialmente las dirigidas a los niños o las que se refieren a las declaraciones nutricionales, y si presentan información potencialmente falsa o engañosa. Las cuestiones relacionadas con el etiquetado y la comercialización de los productos pueden afectar al panorama competitivo de la industria, ya que las empresas pueden ser objeto de litigios o críticas como consecuencia de la formulación de declaraciones engañosas o de la falta de adaptación a la demanda de los consumidores de una mayor transparencia en el etiquetado. Estos factores pueden repercutir en el valor de la marca y el crecimiento de los ingresos de las empresas. Además, las regulaciones sobre el etiquetado y la comercialización de los productos presentan el riesgo de sanciones o litigios.
    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
      • Gestión del ciclo de vida de los envases Los materiales de embalaje representan un coste significativo para las empresas de la industria de las bebidas sin alcohol. Aunque muchas empresas de bebidas sin alcohol no fabrican sus propias botellas y envases, se enfrentan a riesgos de reputación asociados a las externalidades negativas que los envases de sus productos pueden crear a lo largo de su ciclo de vida. Las empresas también se ven directamente afectadas por la legislación relativa a la gestión de los envases de bebidas al final de su vida útil. Las empresas de bebidas sin alcohol pueden trabajar con los fabricantes de envases en el diseño de los mismos para generar ahorros de costes, mejorar la reputación de la marca y reducir el impacto ambiental. Los esfuerzos para reducir la cantidad de materiales utilizados en los envases pueden reducir los costes de transporte, la exposición a la volatilidad de la oferta y el precio de los materiales clave, así como la cantidad de materiales vírgenes extraídos. En la fase final de la vida útil, los programas de recuperación y reciclaje y las asociaciones pueden adelantarse a la regulación, ayudar a conseguir ahorros de costes y reducir el impacto medioambiental. Las empresas que gestionan eficazmente esta cuestión pueden mejorar la rentabilidad y reducir el coste de capital.
    • Resiliencia del modelo de negocio La categoría aborda la capacidad de una industria para gestionar los riesgos y oportunidades asociados a la incorporación de las transiciones sociales, medioambientales y políticas en la planificación del modelo de negocio a largo plazo. Esto incluye la respuesta a la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono y con limitaciones climáticas, así como el crecimiento y la creación de nuevos mercados entre las poblaciones socioeconómicas desatendidas y subatendidas. La categoría destaca los sectores en los que la evolución de las realidades medioambientales y sociales puede obligar a las empresas a adaptarse fundamentalmente o puede poner en peligro sus modelos de negocio.
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    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
      • Impactos ambientales y sociales de la cadena de suministro de ingredientes Las empresas de la industria de las bebidas sin alcohol gestionan las cadenas de suministro mundiales para abastecerse de una amplia gama de insumos de ingredientes. La forma en que las empresas seleccionan, supervisan y se comprometen con los proveedores en temas ambientales y sociales afecta a la capacidad de las empresas para asegurar el suministro y gestionar las fluctuaciones de los precios. La interrupción de la cadena de suministro puede causar la pérdida de ingresos y tener un impacto negativo en la cuota de mercado si las empresas no son capaces de encontrar alternativas para los proveedores clave o tienen que abastecerse de ingredientes a un costo más alto. Las cuestiones de gestión de la cadena de suministro relacionadas con las prácticas laborales, la responsabilidad ambiental, la ética o la corrupción también pueden dar lugar a multas reglamentarias o a un aumento de los costes operacionales a largo plazo para las empresas. La gestión de la exposición de una empresa a los riesgos ambientales y sociales puede dar lugar a una mayor resistencia de la cadena de suministro y a una mejor reputación, lo que proporciona valor a los accionistas. Las empresas pueden colaborar con los principales proveedores para gestionar los riesgos ambientales y sociales a fin de mejorar la resistencia de la cadena de suministro, mitigar los riesgos para la reputación y aumentar potencialmente la demanda de los consumidores o captar nuevas oportunidades de mercado.
    • Abastecimiento y eficiencia de los materiales Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con la resistencia de las cadenas de suministro de materiales a los impactos del cambio climático y otros factores ambientales y sociales externos. Plasma las repercusiones de estos factores externos en la actividad operativa de los proveedores, que pueden afectar además a la disponibilidad y el precio de los recursos clave. Aborda la capacidad de una empresa para gestionar estos riesgos a través del diseño, la fabricación y la gestión del final de la vida útil del producto, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de materiales clave (desmaterialización), la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación y la realización de inversiones en I+D en materiales sustitutivos. Además, las empresas pueden gestionar estas cuestiones mediante la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores para garantizar su resistencia a los riesgos externos. No aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por la actividad operativa de los proveedores individuales, que se tratan en una categoría aparte.
      • Suministro de ingredientes Las empresas de la industria de las bebidas sin alcohol se abastecen de una amplia gama de ingredientes de proveedores de todo el mundo. La capacidad de la industria para abastecerse de ingredientes y en ciertos puntos de precio fluctúa con la disponibilidad de la oferta, que puede verse afectada por el cambio climático, la escasez de agua, la ordenación de la tierra y otras consideraciones relativas a la escasez de recursos. Esta exposición puede dar lugar a una volatilidad de los precios que puede afectar a la rentabilidad de las empresas. En última instancia, el cambio climático, la escasez de agua y las restricciones en el uso de la tierra presentan riesgos para la capacidad a largo plazo de una empresa de abastecerse de materiales e ingredientes clave. Las empresas que se abastecen de ingredientes más productivos y menos intensivos en recursos, o que trabajan en estrecha colaboración con los proveedores para aumentar su adaptabilidad al cambio climático y a otros riesgos de escasez de recursos, estarán mejor protegidas contra la volatilidad de los precios o las interrupciones del suministro.
    • Gestión del riesgo de incidentes críticos Esta categoría se refiere a la utilización por parte de la empresa de sistemas de gestión y planificación de escenarios para identificar, comprender y prevenir o minimizar la ocurrencia de accidentes y emergencias de baja probabilidad y alto impacto con potenciales externalidades ambientales y sociales significativas. Se refiere a la cultura de seguridad de una empresa, a sus sistemas de gestión de la seguridad y controles tecnológicos pertinentes, a las posibles implicaciones humanas, medioambientales y sociales de la ocurrencia de estos sucesos y a los efectos a largo plazo para una organización, sus trabajadores y la sociedad en caso de que se produzcan.
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