Comparación de industrias
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Está viendo información sobre las siguientes industrias:
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Compañías y distribuidores de gas
El sector de compañías y distribuidores de gas se compone de empresas de distribución y comercialización de gas. La distribución de gas implica la utilización de tuberías locales de baja presión para transferir el gas natural de las tuberías de transmisión más grandes a los usuarios finales. Las empresas comercializadoras de gas son agentes que incorporan el gas natural en cantidades ajustadas a las necesidades de sus diferentes clientes y luego lo suministran, generalmente a través de las líneas de transmisión y distribución de otras empresas. Por su parte, la distribución de gas propano implica a una porción relativamente más pequeña de este sector, motivo por el cual esta norma se centra en la distribución de gas natural. Ambos tipos de gas suelen utilizarse para la calefacción y las cocinas de clientes residenciales, comerciales e industriales. En los mercados regulados de forma estructural, se concede a las empresas de suministros un monopolio total sobre la distribución y venta del gas natural. Una autoridad reguladora debe aprobar las tarifas que las empresas de suministros cobran para evitar que abusen de su posición de monopolio. En los mercados desregulados, la distribución y la comercialización están diferenciadas a nivel regulatorio y los clientes pueden elegir a qué empresa comprar el gas. En este caso, la empresa de suministros tiene garantizado el monopolio únicamente sobre la distribución, y está obligada por ley a difundir todo el gas de manera equitativa a lo largo de sus tuberías con una tarifa fija. En general, las empresas del sector deben encargarse de proporcionar gas seguro, fiable y de bajo coste y, a un mismo tiempo, gestionar eficazmente sus efectos sociales y ambientales, como la seguridad de la comunidad y las emisiones de metano. -
Biocombustibles
El sector de los biocombustibles está formado por empresas que producen biocombustibles y procesan materias primas para la producción. Los biocombustibles se fabrican con materias primas orgánicas y se utilizan principalmente como combustible para el transporte. Las empresas suelen obtener las materias primas, como alimentos, cultivos oleaginosos y productos animales, de los distribuidores de productos agrícolas. El etanol y el biodiésel son los biocombustibles más producidos, también existen otros como el biogás, el biohidrógeno y los biocombustibles sintéticos que se producen a partir de diversas materias primas orgánicas. Los clientes de las empresas de biocombustibles son principalmente empresas de mezcla y suministro de combustible, entre ellas importantes petroleras integradas. Se producen biocombustibles en todo el mundo, pero las empresas del sector que cotizan en bolsa operan principalmente en Estados Unidos, aunque algunas tienen operaciones menores en el extranjero, en particular en la India, Brasil y Corea del Sur. Las regulaciones gubernamentales relacionadas con el uso de combustible renovable suponen un fuerte impulso para la demanda en el sector.
Cuestiones relevantes para ambos Industrias (8 de 26)
¿Por qué algunas cuestiones se muestran atenuadas?
Las normas SASB varían según la industria, en función de los diferentes riesgos y oportunidades de sostenibilidad de cada industria. Las cuestiones atenuadas no se identificaron durante el proceso de elaboración de normas como aquellas que pueden afectar al valor de la empresa con mayor probabilidad, por lo que no se incluyen en la norma. Con el tiempo, a medida que el Consejo de Normas SASB siga recibiendo las opiniones del mercado, es posible que se añadan o eliminen algunas cuestiones de la norma. Cada empresa determina por sí misma si una cuestión de sostenibilidad puede afectar a su capacidad de crear valor empresarial. La norma está diseñada para la empresa típica de una industria, pero las empresas individuales pueden optar por informar sobre diferentes cuestiones de sostenibilidad en función de su modelo de negocio único.-
Medio ambiente
- Emisiones de GEI
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Calidad del aire
Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente. - Gestión de la energía
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Gestión del agua y las aguas residuales
Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos. - Gestión de residuos y materiales peligrosos
- Impactos ecológicos
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Capital social
- Derechos humanos y relaciones comunitarias
- Privacidad del cliente
- Seguridad de los datos
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Acceso y asequibilidad
Esta categoría aborda la capacidad de una empresa para garantizar un amplio acceso a sus productos y servicios, específicamente en el contexto de los mercados y/o grupos de población desatendidos. Incluye la gestión de cuestiones relacionadas con las necesidades universales, tales como la accesibilidad y asequibilidad de la atención sanitaria, los servicios financieros, los servicios públicos, la educación y las telecomunicaciones. - Calidad y seguridad de los productos
- Bienestar del cliente
- Prácticas de venta y etiquetado de productos
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Capital humano
- Prácticas laborales
- Salud y seguridad de los empleados
- Compromiso de los empleados, diversidad e inclusión
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Modelo de negocio e innovación
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Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos
La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías. -
Resiliencia del modelo de negocio
La categoría aborda la capacidad de una industria para gestionar los riesgos y oportunidades asociados a la incorporación de las transiciones sociales, medioambientales y políticas en la planificación del modelo de negocio a largo plazo. Esto incluye la respuesta a la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono y con limitaciones climáticas, así como el crecimiento y la creación de nuevos mercados entre las poblaciones socioeconómicas desatendidas y subatendidas. La categoría destaca los sectores en los que la evolución de las realidades medioambientales y sociales puede obligar a las empresas a adaptarse fundamentalmente o puede poner en peligro sus modelos de negocio. -
Gestión de la cadena de suministro
Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte. - Abastecimiento y eficiencia de los materiales
- Impactos físicos del cambio climático
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Liderazgo y gobernanza
- Ética empresarial
- Comportamiento competitivo
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Gestión del entorno jurídico y reglamentario
Esta categoría aborda el enfoque de una empresa para relacionarse con los reguladores en los casos en los que los intereses corporativos y públicos en conflicto pueden tener un potencial impacto medioambiental y social adverso a largo plazo, directo o indirecto. La categoría aborda el nivel de dependencia de una empresa de la política reguladora o de los incentivos económicos (como las subvenciones y los impuestos), las acciones para influir en la política del sector (como a través de los grupos de presión), la dependencia general de un entorno regulador favorable para la competitividad de la empresa y la capacidad para cumplir la normativa pertinente. Puede estar relacionado con la alineación de los puntos de vista de la dirección y de los inversores sobre el compromiso normativo y el cumplimiento en general. -
Gestión del riesgo de incidentes críticos
Esta categoría se refiere a la utilización por parte de la empresa de sistemas de gestión y planificación de escenarios para identificar, comprender y prevenir o minimizar la ocurrencia de accidentes y emergencias de baja probabilidad y alto impacto con potenciales externalidades ambientales y sociales significativas. Se refiere a la cultura de seguridad de una empresa, a sus sistemas de gestión de la seguridad y controles tecnológicos pertinentes, a las posibles implicaciones humanas, medioambientales y sociales de la ocurrencia de estos sucesos y a los efectos a largo plazo para una organización, sus trabajadores y la sociedad en caso de que se produzcan. - Gestión del riesgo sistémico
Temas de divulgación
¿Cuál es la relación entre la categoría de cuestiones generales y los temas de divulgación?
La categoría de cuestiones generales es una versión independiente de la industria de los temas de divulgación que aparecen en cada norma del SASB. Los temas de divulgación representan los impactos específicos de la industria en las categorías de cuestiones generales. Los temas de divulgación específicos de la industria garantizan que cada norma del SASB se adapte a la industria, mientras que las categorías de cuestiones generales permiten la comparación entre industrias. Por ejemplo, Salud y nutrición es un tema de divulgación en la industria de las bebidas sin alcohol, que representa una medida específica de la industria de la cuestión general Bienestar del cliente. Sin embargo, la cuestión Bienestar del cliente se manifiesta como el tema de la divulgación Medicamentos falsificados en la industria Biotecnología y productos farmacéuticos.-
Access Standard
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Calidad del aire
Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.None -
Gestión del agua y las aguas residuales
Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.None -
Acceso y asequibilidad
Esta categoría aborda la capacidad de una empresa para garantizar un amplio acceso a sus productos y servicios, específicamente en el contexto de los mercados y/o grupos de población desatendidos. Incluye la gestión de cuestiones relacionadas con las necesidades universales, tales como la accesibilidad y asequibilidad de la atención sanitaria, los servicios financieros, los servicios públicos, la educación y las telecomunicaciones.-
Asequibilidad de la energía
Un objetivo de facto de los servicios de gas regulados es suministrar el gas natural a los clientes de una manera segura, fiable y respetuosa con el medioambiente. Las empresas del sector deben encargarse de gestionar estas prioridades, que podrían entrar en conflicto entre sí, para mantener relaciones favorables con los clientes y los organismos reguladores y, en última instancia, para obtener los beneficios adecuados para los accionistas. La asequibilidad de la energía, desde la perspectiva del cliente de los servicios públicos para clientes, es particularmente difícil de equilibrar, ya que a menudo entra en conflicto con otros objetivos fundamentales. La opinión generalizada es que las facturas de energía de los servicios públicos resultan cada vez más caras para los clientes con bajos ingresos (la asequibilidad está determinada tanto por el coste neto de las facturas de energía como por la economía subyacente de los clientes). Actuar para garantizar que las facturas de los servicios públicos sean asequibles es fundamental para que las empresas de suministros inspiren confianza (valor de los activos intangibles) en los reguladores y los clientes. La calidad de las relaciones regulatorias con reguladores es un aspecto clave para las empresas de servicios públicos a la hora de generar valor, y una de las cuestiones más estudiadas por los analistas de inversiones. La disposición de las autoridades reguladoras, o la falta de ella, a la hora de conceder solicitudes de tarifas, modificaciones de la estructura tarifaria, la recuperación de costes y los ingresos permitidos resulta determinante para el rendimiento financiero y del riesgo de las inversiones. La gestión eficaz de la asequibilidad puede dar a las empresas de servicios públicos la oportunidad de invertir más capital, revisar favorablemente las estructuras tarifarias y aumentar los ingresos permitidos. Además, los proveedores de servicios básicos que no gestionan eficazmente la asequibilidad están cada vez más expuestos a que los clientes obtengan suministros diferentes del gas natural (o a que reduzcan la energía que necesitan) buscando fuentes de energía alternativas (por ejemplo, el uso de la cogeneración de calor y electricidad por parte de los clientes industriales). La gestión de la asequibilidad implica dirigir un negocio eficiente, con una perspectiva y estrategia a largo plazo bien pensadas, y trabajar en estrecha colaboración con las autoridades reguladoras y los responsables de las políticas públicas en las estructuras tarifarias y, potencialmente, en los programas de asistencia para el pago de facturas. Si bien la naturaleza precisa de las repercusiones financieras de la asequibilidad está determinada en gran medida por los modelos de negocio de las empresas de servicios públicos y las estructuras tarifarias, la asequibilidad es un aspecto fundamental que las empresas de suministros deben gestionar en términos de mantenimiento (y crecimiento) de las bases de clientes, creación de valor de los activos intangibles, creación de oportunidades de inversión y de ganancias y, en última instancia, obtención de beneficios para los accionistas.
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Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos
La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.None -
Resiliencia del modelo de negocio
La categoría aborda la capacidad de una industria para gestionar los riesgos y oportunidades asociados a la incorporación de las transiciones sociales, medioambientales y políticas en la planificación del modelo de negocio a largo plazo. Esto incluye la respuesta a la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono y con limitaciones climáticas, así como el crecimiento y la creación de nuevos mercados entre las poblaciones socioeconómicas desatendidas y subatendidas. La categoría destaca los sectores en los que la evolución de las realidades medioambientales y sociales puede obligar a las empresas a adaptarse fundamentalmente o puede poner en peligro sus modelos de negocio.-
Eficiencia del uso final
El gas natural produce menos emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que otros combustibles fósiles. Por lo tanto, el aumento de su uso la economía es una estrategia clave para muchos gobiernos y autoridades reguladoras que se esfuerzan por reducir las emisiones de GEI. Sin embargo, a pesar de que las emisiones son relativamente menores, en conjunto, la cadena de valor del gas natural sigue produciendo niveles significativos de emisiones de GEI. A medida que los encargados de la formulación de políticas y las autoridades reguladoras tratan de abordar el cambio climático, el consumo eficiente de gas natural cobrará una gran importancia a largo plazo. Existen numerosas medidas que las empresas de servicios públicos pueden adoptar para promover la eficiencia energética entre sus clientes, entre las que se incluyen ofrecer descuentos para los electrodomésticos con un consumo eficiente de energía, climatizar las viviendas de los clientes e inculcarles métodos de ahorro de energía. La medida en que una empresa de suministro de gas puede ganar o perder a causa de la tendencia de reducir los GEI depende significativamente de su entorno normativo. Las estructuras tarifarias tradicionales generalmente no conceden incentivos por fomentar la eficiencia energética a las empresas de gas que, además, pueden sufrir económicamente a causa de la disminución de la demanda por parte de los clientes. Es por este motivo que las empresas de suministro de gas, las autoridades reguladores y los clientes muestran un creciente interés en tarificaciones alternativas. Dicha tarificación suele «disociar» los ingresos de los servicios públicos del consumo de los clientes, y también puede incorporar incentivos explícitos para el buen rendimiento de las empresas de suministro en lo que respecta a la eficiencia del uso final y la disminución de la demanda. En general, las empresas cuyo plan estratégico incluye iniciativas de eficiencia destinadas a reducir los riesgos de las fluctuaciones de la demanda, obtener ganancias de las inversiones necesarias y reducir los costes, tienen más probabilidades de estar bien posicionadas para incrementar sus beneficios ajustados al riesgo a largo plazo.
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Gestión de la cadena de suministro
Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.None -
Gestión del entorno jurídico y reglamentario
Esta categoría aborda el enfoque de una empresa para relacionarse con los reguladores en los casos en los que los intereses corporativos y públicos en conflicto pueden tener un potencial impacto medioambiental y social adverso a largo plazo, directo o indirecto. La categoría aborda el nivel de dependencia de una empresa de la política reguladora o de los incentivos económicos (como las subvenciones y los impuestos), las acciones para influir en la política del sector (como a través de los grupos de presión), la dependencia general de un entorno regulador favorable para la competitividad de la empresa y la capacidad para cumplir la normativa pertinente. Puede estar relacionado con la alineación de los puntos de vista de la dirección y de los inversores sobre el compromiso normativo y el cumplimiento en general.None -
Gestión del riesgo de incidentes críticos
Esta categoría se refiere a la utilización por parte de la empresa de sistemas de gestión y planificación de escenarios para identificar, comprender y prevenir o minimizar la ocurrencia de accidentes y emergencias de baja probabilidad y alto impacto con potenciales externalidades ambientales y sociales significativas. Se refiere a la cultura de seguridad de una empresa, a sus sistemas de gestión de la seguridad y controles tecnológicos pertinentes, a las posibles implicaciones humanas, medioambientales y sociales de la ocurrencia de estos sucesos y a los efectos a largo plazo para una organización, sus trabajadores y la sociedad en caso de que se produzcan.-
Integridad de las infraestructuras de suministro de gas
La explotación de una vasta red de gasoductos, equipos e instalaciones de almacenamiento requiere un enfoque polifacético y a largo plazo que garantice la integridad de dichas infraestructuras y la gestión de los riesgos relacionados. Mientras que los clientes dependen de suministros de gas continuamente disponibles, las empresas deben encargarse de gestionar los riesgos sustanciales —incluidos aquellos relacionados con la salud humana, la propiedad y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)— resultantes del uso de las redes de distribución de gas y las infraestructuras pertinentes. El deterioro de las infraestructuras, una supervisión y un mantenimiento inadecuados y otros factores operativos pueden dar lugar a fugas de gas. Las fugas de gas pueden ocasionar riesgos relacionados con la seguridad, como las pérdidas de contención, que, a su vez, pueden provocar incendios o explosiones que pueden ser particularmente graves en las zonas urbanas donde las empresas suelen operar. Además, las fugas de gas también causan emisiones fugitivas (metano) con efectos nocivos sobre el medioambiente. Los servicios de gas regulados no suelen incurrir en costes directos por fugas de gas, ya que el coste del gas suele repercutirse directamente en los clientes (aunque esto puede variar dependiendo de la región). Sin embargo, las fugas de gas que ocasionan riesgos relacionados con la seguridad o emisiones fugitivas pueden afectar financieramente a las empresas a través de diversos canales reglamentarios, legales y de demanda del producto. Los accidentes, en particular los mortales, pueden dar lugar a demandas por negligencia contra las empresas, lo que desencadena batallas judiciales y multas. Las emisiones de GEI pueden suscitar un mayor escrutinio reglamentario —un elemento primordial directamente relacionado con los resultados financieros, dada la importancia de las relaciones regulatorias— y posibles multas y sanciones. Es importante señalar que los servicios de gas regulados también pueden beneficiarse financieramente de las oportunidades de inversión de capital destinadas a mejorar el rendimiento y mitigar los riesgos relacionados con la seguridad y las emisiones. Estas inversiones de capital pueden provocar bases tarifarias más elevadas, lo que en última instancia beneficia a la empresa y a sus accionistas. Las empresas tratan de gestionar esos riesgos mediante la sustitución de los gasoductos, las inspecciones y la supervisión periódicas, la formación de los empleados y la preparación ante casos de emergencia, las inversiones en tecnología y otras estrategias, y todo ello normalmente en estrecha colaboración con los organismos reguladores. En muchas partes de Estados Unidos, la preocupación por el deterioro de las infraestructuras ha hecho que las empresas del sector busquen formas de agilizar el proceso de aprobación para la sustitución, especialmente en los casos en que los gasoductos se encuentran cerca de zonas con una densidad de población alta.
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Access Standard
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Calidad del aire
Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.-
Calidad del aire
Las refinerías de biocombustibles generan emisiones atmosféricas que pueden incluir contaminantes del aire peligrosos o definidos y compuestos orgánicos volátiles. Las emisiones son generadas por el equipo de manejo de grano, las calderas, el tratamiento de aguas residuales y las unidades de enfriamiento, secado, destilación y fermentación. En la mayoría de las regiones, esas emisiones suelen estar sometidas a regulaciones regionales y estatales que tratan de contener las emisiones bajo determinados umbrales. En consecuencia, las emisiones atmosféricas a menudo están sujetas a permisos de emisiones y reducirlas puede ocasionar costes operativos o gastos de capital. También pueden aumentar los costes por la obligación de cumplir la normativa y por sanciones, así como por restricciones o retrasos en la concesión de permisos por parte de los organismos estatales y locales si las instalaciones incumplen la normativa.
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Gestión del agua y las aguas residuales
Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.-
Gestión del agua en la fabricación
El refinado de biocombustibles suele consumir mucha agua. Las biorrefinerías requieren agua para el procesamiento, la fermentación, la destilación y el enfriamiento de la materia prima. Aunque el uso de agua en las biorrefinerías es modesto comparado con las cantidades consumidas en los cultivos de materias primas, está concentrado y, por tanto, puede tener repercusiones en los recursos hídricos locales. Las instalaciones también pueden generar aguas residuales que contienen sales, compuestos orgánicos, sólidos disueltos, fósforo y otras sustancias, lo que requiere un tratamiento. Las refinerías de biocombustible también pueden estar expuestas al riesgo de una reducción en la disponibilidad de agua con el consiguiente aumento del coste o la interrupción de las operaciones. La extracción de agua de ciertas zonas para las operaciones de refinado, así como la contaminación de los suministros de agua que generan dichas operaciones, también podrían generar riesgos regulatorios y tensiones con las comunidades locales. Por tanto, la eficiencia en el uso del agua en las operaciones y el tratamiento adecuado de los efluentes son factores importantes para el desempeño de las empresas de biocombustibles.
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Acceso y asequibilidad
Esta categoría aborda la capacidad de una empresa para garantizar un amplio acceso a sus productos y servicios, específicamente en el contexto de los mercados y/o grupos de población desatendidos. Incluye la gestión de cuestiones relacionadas con las necesidades universales, tales como la accesibilidad y asequibilidad de la atención sanitaria, los servicios financieros, los servicios públicos, la educación y las telecomunicaciones.None -
Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos
La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.-
Balance de emisiones durante el ciclo de vida
El rápido crecimiento de la producción mundial de biocombustibles se debe en gran parte a las políticas energéticas oficiales que tratan de reducir las emisiones netas de GEI de los combustibles para el transporte y la dependencia de los combustibles fósiles. La mayoría de las políticas sobre combustibles renovables de todo el mundo exigen que los biocombustibles reduzcan las emisiones de GEI durante el ciclo de vida en relación con los combustibles fósiles de referencia para ajustarse a los umbrales obligatorios de combustibles renovables. El cálculo de las emisiones durante el ciclo de vida de los biocombustibles puede incluir las emisiones directas e indirectas de la producción de cultivos de materias primas y del uso del suelo, el refinado del combustible, el transporte del combustible y las materias primas y las emisiones de gases de escape de los vehículos. Los productores de biocombustibles pueden influir directamente en las emisiones netas durante el proceso de refinado mediante la gestión de la energía (uso de combustible), las innovaciones en los procesos y el uso de materias primas con perfiles de emisión más bajos. Los productos de combustible que logran reducir las emisiones netas pueden calificarse como biocombustibles avanzados que, dada la normativa existente en los Estados Unidos y Europa, pueden tener mayor demanda en el futuro. Las empresas de biocombustibles que reducen de manera rentable las emisiones netas de carbono de sus productos pueden obtener una ventaja competitiva, lo que aumentaría sus ingresos y su cuota de mercado.
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Resiliencia del modelo de negocio
La categoría aborda la capacidad de una industria para gestionar los riesgos y oportunidades asociados a la incorporación de las transiciones sociales, medioambientales y políticas en la planificación del modelo de negocio a largo plazo. Esto incluye la respuesta a la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono y con limitaciones climáticas, así como el crecimiento y la creación de nuevos mercados entre las poblaciones socioeconómicas desatendidas y subatendidas. La categoría destaca los sectores en los que la evolución de las realidades medioambientales y sociales puede obligar a las empresas a adaptarse fundamentalmente o puede poner en peligro sus modelos de negocio.None -
Gestión de la cadena de suministro
Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.-
Suministro e impactos ambientales de la producción de materias primas
El sector de los biocombustibles utiliza diversas materias primas vegetales para la producción. La mayoría de las empresas adquieren las materias primas a productores y distribuidores agrícolas. Cada vez aumenta más la proporción de tierra cultivable en el mundo ocupada por cultivos para biocombustibles. Las prácticas de cultivo no sostenibles pueden causar externalidades ambientales negativas, como la deforestación y la pérdida de biodiversidad, la degradación del suelo y la contaminación del agua. Estos factores podrían afectar negativamente al rendimiento de los cultivos de materias primas a corto y largo plazo, lo que a su vez podría influir en el precio y la disponibilidad de dichas materias primas para los productores de biocombustibles. Por tanto, es importante que los productores analicen la sostenibilidad de las cadenas de suministro, por ejemplo mediante certificaciones o el compromiso con los proveedores.
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Gestión del entorno jurídico y reglamentario
Esta categoría aborda el enfoque de una empresa para relacionarse con los reguladores en los casos en los que los intereses corporativos y públicos en conflicto pueden tener un potencial impacto medioambiental y social adverso a largo plazo, directo o indirecto. La categoría aborda el nivel de dependencia de una empresa de la política reguladora o de los incentivos económicos (como las subvenciones y los impuestos), las acciones para influir en la política del sector (como a través de los grupos de presión), la dependencia general de un entorno regulador favorable para la competitividad de la empresa y la capacidad para cumplir la normativa pertinente. Puede estar relacionado con la alineación de los puntos de vista de la dirección y de los inversores sobre el compromiso normativo y el cumplimiento en general.-
Gestión del entorno jurídico y reglamentario
El sector de los biocombustibles depende en gran medida de las políticas y regulaciones oficiales, que generan demanda e incentivan la oferta con exenciones fiscales y otras ayudas a la producción de materias primas. Por ello, el sector apoya ciertas regulaciones y políticas relacionadas con los combustibles renovables, los créditos fiscales a la producción y la producción de materias primas. Aunque el apoyo regulatorio puede generar beneficios a corto plazo, los posibles efectos ambientales adversos a largo plazo de la producción de materias primas y biocombustibles pueden ocasionar un retroceso en las políticas que les benefician, lo que crearía un entorno normativo más incierto. Por consiguiente, las empresas de biocombustibles podrían sacar partido de la elaboración de una estrategia clara de colaboración con los reguladores que esté en consonancia con los resultados comerciales sostenibles a largo plazo y que tenga en cuenta las externalidades ambientales.
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Gestión del riesgo de incidentes críticos
Esta categoría se refiere a la utilización por parte de la empresa de sistemas de gestión y planificación de escenarios para identificar, comprender y prevenir o minimizar la ocurrencia de accidentes y emergencias de baja probabilidad y alto impacto con potenciales externalidades ambientales y sociales significativas. Se refiere a la cultura de seguridad de una empresa, a sus sistemas de gestión de la seguridad y controles tecnológicos pertinentes, a las posibles implicaciones humanas, medioambientales y sociales de la ocurrencia de estos sucesos y a los efectos a largo plazo para una organización, sus trabajadores y la sociedad en caso de que se produzcan.-
Seguridad operativa, preparación y respuesta ante emergencias
La producción de biocombustibles presenta riesgos de seguridad operativa debido a la presencia de sustancias inflamables y explosivas, a las altas temperaturas y al equipo presurizado. Los incidentes en la seguridad de procesos pueden dañar las instalaciones, causar lesiones a los trabajadores y afectar al medioambiente y a las comunidades locales. Aunque la frecuencia de accidentes en el sector es relativamente baja, cuando se producen, los resultados pueden ser graves y tener importantes repercusiones en los resultados financieros. Las instalaciones dañadas pueden quedar inutilizadas durante períodos prolongados, con la consiguiente pérdida de ingresos y el aumento de gastos de capital para reparaciones. Las empresas consideradas como más expuestas a incidentes relacionados con la seguridad de procesos pueden tener un coste de capital más elevado, mientras que las lesiones de los empleados pueden dar lugar a litigios y sanciones reglamentarias. Y a la inversa, las empresas con una sólida cultura de seguridad y una supervisión de la seguridad operativa pueden detectar y responder más eficazmente a esos incidentes, mitigando los posibles riesgos financieros y mejorando la eficiencia operativa.
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Calidad del aire
Las refinerías de biocombustibles generan emisiones atmosféricas que pueden incluir contaminantes del aire peligrosos o definidos y compuestos orgánicos volátiles. Las emisiones son generadas por el equipo de manejo de grano, las calderas, el tratamiento de aguas residuales y las unidades de enfriamiento, secado, destilación y fermentación. En la mayoría de las regiones, esas emisiones suelen estar sometidas a regulaciones regionales y estatales que tratan de contener las emisiones bajo determinados umbrales. En consecuencia, las emisiones atmosféricas a menudo están sujetas a permisos de emisiones y reducirlas puede ocasionar costes operativos o gastos de capital. También pueden aumentar los costes por la obligación de cumplir la normativa y por sanciones, así como por restricciones o retrasos en la concesión de permisos por parte de los organismos estatales y locales si las instalaciones incumplen la normativa.
Gestión del agua y las aguas residuales
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Gestión del agua en la fabricación
El refinado de biocombustibles suele consumir mucha agua. Las biorrefinerías requieren agua para el procesamiento, la fermentación, la destilación y el enfriamiento de la materia prima. Aunque el uso de agua en las biorrefinerías es modesto comparado con las cantidades consumidas en los cultivos de materias primas, está concentrado y, por tanto, puede tener repercusiones en los recursos hídricos locales. Las instalaciones también pueden generar aguas residuales que contienen sales, compuestos orgánicos, sólidos disueltos, fósforo y otras sustancias, lo que requiere un tratamiento. Las refinerías de biocombustible también pueden estar expuestas al riesgo de una reducción en la disponibilidad de agua con el consiguiente aumento del coste o la interrupción de las operaciones. La extracción de agua de ciertas zonas para las operaciones de refinado, así como la contaminación de los suministros de agua que generan dichas operaciones, también podrían generar riesgos regulatorios y tensiones con las comunidades locales. Por tanto, la eficiencia en el uso del agua en las operaciones y el tratamiento adecuado de los efluentes son factores importantes para el desempeño de las empresas de biocombustibles.
Acceso y asequibilidad
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Asequibilidad de la energía
Un objetivo de facto de los servicios de gas regulados es suministrar el gas natural a los clientes de una manera segura, fiable y respetuosa con el medioambiente. Las empresas del sector deben encargarse de gestionar estas prioridades, que podrían entrar en conflicto entre sí, para mantener relaciones favorables con los clientes y los organismos reguladores y, en última instancia, para obtener los beneficios adecuados para los accionistas. La asequibilidad de la energía, desde la perspectiva del cliente de los servicios públicos para clientes, es particularmente difícil de equilibrar, ya que a menudo entra en conflicto con otros objetivos fundamentales. La opinión generalizada es que las facturas de energía de los servicios públicos resultan cada vez más caras para los clientes con bajos ingresos (la asequibilidad está determinada tanto por el coste neto de las facturas de energía como por la economía subyacente de los clientes). Actuar para garantizar que las facturas de los servicios públicos sean asequibles es fundamental para que las empresas de suministros inspiren confianza (valor de los activos intangibles) en los reguladores y los clientes. La calidad de las relaciones regulatorias con reguladores es un aspecto clave para las empresas de servicios públicos a la hora de generar valor, y una de las cuestiones más estudiadas por los analistas de inversiones. La disposición de las autoridades reguladoras, o la falta de ella, a la hora de conceder solicitudes de tarifas, modificaciones de la estructura tarifaria, la recuperación de costes y los ingresos permitidos resulta determinante para el rendimiento financiero y del riesgo de las inversiones. La gestión eficaz de la asequibilidad puede dar a las empresas de servicios públicos la oportunidad de invertir más capital, revisar favorablemente las estructuras tarifarias y aumentar los ingresos permitidos. Además, los proveedores de servicios básicos que no gestionan eficazmente la asequibilidad están cada vez más expuestos a que los clientes obtengan suministros diferentes del gas natural (o a que reduzcan la energía que necesitan) buscando fuentes de energía alternativas (por ejemplo, el uso de la cogeneración de calor y electricidad por parte de los clientes industriales). La gestión de la asequibilidad implica dirigir un negocio eficiente, con una perspectiva y estrategia a largo plazo bien pensadas, y trabajar en estrecha colaboración con las autoridades reguladoras y los responsables de las políticas públicas en las estructuras tarifarias y, potencialmente, en los programas de asistencia para el pago de facturas. Si bien la naturaleza precisa de las repercusiones financieras de la asequibilidad está determinada en gran medida por los modelos de negocio de las empresas de servicios públicos y las estructuras tarifarias, la asequibilidad es un aspecto fundamental que las empresas de suministros deben gestionar en términos de mantenimiento (y crecimiento) de las bases de clientes, creación de valor de los activos intangibles, creación de oportunidades de inversión y de ganancias y, en última instancia, obtención de beneficios para los accionistas.
Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos
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Balance de emisiones durante el ciclo de vida
El rápido crecimiento de la producción mundial de biocombustibles se debe en gran parte a las políticas energéticas oficiales que tratan de reducir las emisiones netas de GEI de los combustibles para el transporte y la dependencia de los combustibles fósiles. La mayoría de las políticas sobre combustibles renovables de todo el mundo exigen que los biocombustibles reduzcan las emisiones de GEI durante el ciclo de vida en relación con los combustibles fósiles de referencia para ajustarse a los umbrales obligatorios de combustibles renovables. El cálculo de las emisiones durante el ciclo de vida de los biocombustibles puede incluir las emisiones directas e indirectas de la producción de cultivos de materias primas y del uso del suelo, el refinado del combustible, el transporte del combustible y las materias primas y las emisiones de gases de escape de los vehículos. Los productores de biocombustibles pueden influir directamente en las emisiones netas durante el proceso de refinado mediante la gestión de la energía (uso de combustible), las innovaciones en los procesos y el uso de materias primas con perfiles de emisión más bajos. Los productos de combustible que logran reducir las emisiones netas pueden calificarse como biocombustibles avanzados que, dada la normativa existente en los Estados Unidos y Europa, pueden tener mayor demanda en el futuro. Las empresas de biocombustibles que reducen de manera rentable las emisiones netas de carbono de sus productos pueden obtener una ventaja competitiva, lo que aumentaría sus ingresos y su cuota de mercado.
Resiliencia del modelo de negocio
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Eficiencia del uso final
El gas natural produce menos emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que otros combustibles fósiles. Por lo tanto, el aumento de su uso la economía es una estrategia clave para muchos gobiernos y autoridades reguladoras que se esfuerzan por reducir las emisiones de GEI. Sin embargo, a pesar de que las emisiones son relativamente menores, en conjunto, la cadena de valor del gas natural sigue produciendo niveles significativos de emisiones de GEI. A medida que los encargados de la formulación de políticas y las autoridades reguladoras tratan de abordar el cambio climático, el consumo eficiente de gas natural cobrará una gran importancia a largo plazo. Existen numerosas medidas que las empresas de servicios públicos pueden adoptar para promover la eficiencia energética entre sus clientes, entre las que se incluyen ofrecer descuentos para los electrodomésticos con un consumo eficiente de energía, climatizar las viviendas de los clientes e inculcarles métodos de ahorro de energía. La medida en que una empresa de suministro de gas puede ganar o perder a causa de la tendencia de reducir los GEI depende significativamente de su entorno normativo. Las estructuras tarifarias tradicionales generalmente no conceden incentivos por fomentar la eficiencia energética a las empresas de gas que, además, pueden sufrir económicamente a causa de la disminución de la demanda por parte de los clientes. Es por este motivo que las empresas de suministro de gas, las autoridades reguladores y los clientes muestran un creciente interés en tarificaciones alternativas. Dicha tarificación suele «disociar» los ingresos de los servicios públicos del consumo de los clientes, y también puede incorporar incentivos explícitos para el buen rendimiento de las empresas de suministro en lo que respecta a la eficiencia del uso final y la disminución de la demanda. En general, las empresas cuyo plan estratégico incluye iniciativas de eficiencia destinadas a reducir los riesgos de las fluctuaciones de la demanda, obtener ganancias de las inversiones necesarias y reducir los costes, tienen más probabilidades de estar bien posicionadas para incrementar sus beneficios ajustados al riesgo a largo plazo.
Gestión de la cadena de suministro
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Suministro e impactos ambientales de la producción de materias primas
El sector de los biocombustibles utiliza diversas materias primas vegetales para la producción. La mayoría de las empresas adquieren las materias primas a productores y distribuidores agrícolas. Cada vez aumenta más la proporción de tierra cultivable en el mundo ocupada por cultivos para biocombustibles. Las prácticas de cultivo no sostenibles pueden causar externalidades ambientales negativas, como la deforestación y la pérdida de biodiversidad, la degradación del suelo y la contaminación del agua. Estos factores podrían afectar negativamente al rendimiento de los cultivos de materias primas a corto y largo plazo, lo que a su vez podría influir en el precio y la disponibilidad de dichas materias primas para los productores de biocombustibles. Por tanto, es importante que los productores analicen la sostenibilidad de las cadenas de suministro, por ejemplo mediante certificaciones o el compromiso con los proveedores.
Gestión del entorno jurídico y reglamentario
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Gestión del entorno jurídico y reglamentario
El sector de los biocombustibles depende en gran medida de las políticas y regulaciones oficiales, que generan demanda e incentivan la oferta con exenciones fiscales y otras ayudas a la producción de materias primas. Por ello, el sector apoya ciertas regulaciones y políticas relacionadas con los combustibles renovables, los créditos fiscales a la producción y la producción de materias primas. Aunque el apoyo regulatorio puede generar beneficios a corto plazo, los posibles efectos ambientales adversos a largo plazo de la producción de materias primas y biocombustibles pueden ocasionar un retroceso en las políticas que les benefician, lo que crearía un entorno normativo más incierto. Por consiguiente, las empresas de biocombustibles podrían sacar partido de la elaboración de una estrategia clara de colaboración con los reguladores que esté en consonancia con los resultados comerciales sostenibles a largo plazo y que tenga en cuenta las externalidades ambientales.
Gestión del riesgo de incidentes críticos
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Integridad de las infraestructuras de suministro de gas
La explotación de una vasta red de gasoductos, equipos e instalaciones de almacenamiento requiere un enfoque polifacético y a largo plazo que garantice la integridad de dichas infraestructuras y la gestión de los riesgos relacionados. Mientras que los clientes dependen de suministros de gas continuamente disponibles, las empresas deben encargarse de gestionar los riesgos sustanciales —incluidos aquellos relacionados con la salud humana, la propiedad y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)— resultantes del uso de las redes de distribución de gas y las infraestructuras pertinentes. El deterioro de las infraestructuras, una supervisión y un mantenimiento inadecuados y otros factores operativos pueden dar lugar a fugas de gas. Las fugas de gas pueden ocasionar riesgos relacionados con la seguridad, como las pérdidas de contención, que, a su vez, pueden provocar incendios o explosiones que pueden ser particularmente graves en las zonas urbanas donde las empresas suelen operar. Además, las fugas de gas también causan emisiones fugitivas (metano) con efectos nocivos sobre el medioambiente. Los servicios de gas regulados no suelen incurrir en costes directos por fugas de gas, ya que el coste del gas suele repercutirse directamente en los clientes (aunque esto puede variar dependiendo de la región). Sin embargo, las fugas de gas que ocasionan riesgos relacionados con la seguridad o emisiones fugitivas pueden afectar financieramente a las empresas a través de diversos canales reglamentarios, legales y de demanda del producto. Los accidentes, en particular los mortales, pueden dar lugar a demandas por negligencia contra las empresas, lo que desencadena batallas judiciales y multas. Las emisiones de GEI pueden suscitar un mayor escrutinio reglamentario —un elemento primordial directamente relacionado con los resultados financieros, dada la importancia de las relaciones regulatorias— y posibles multas y sanciones. Es importante señalar que los servicios de gas regulados también pueden beneficiarse financieramente de las oportunidades de inversión de capital destinadas a mejorar el rendimiento y mitigar los riesgos relacionados con la seguridad y las emisiones. Estas inversiones de capital pueden provocar bases tarifarias más elevadas, lo que en última instancia beneficia a la empresa y a sus accionistas. Las empresas tratan de gestionar esos riesgos mediante la sustitución de los gasoductos, las inspecciones y la supervisión periódicas, la formación de los empleados y la preparación ante casos de emergencia, las inversiones en tecnología y otras estrategias, y todo ello normalmente en estrecha colaboración con los organismos reguladores. En muchas partes de Estados Unidos, la preocupación por el deterioro de las infraestructuras ha hecho que las empresas del sector busquen formas de agilizar el proceso de aprobación para la sustitución, especialmente en los casos en que los gasoductos se encuentran cerca de zonas con una densidad de población alta.
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Seguridad operativa, preparación y respuesta ante emergencias
La producción de biocombustibles presenta riesgos de seguridad operativa debido a la presencia de sustancias inflamables y explosivas, a las altas temperaturas y al equipo presurizado. Los incidentes en la seguridad de procesos pueden dañar las instalaciones, causar lesiones a los trabajadores y afectar al medioambiente y a las comunidades locales. Aunque la frecuencia de accidentes en el sector es relativamente baja, cuando se producen, los resultados pueden ser graves y tener importantes repercusiones en los resultados financieros. Las instalaciones dañadas pueden quedar inutilizadas durante períodos prolongados, con la consiguiente pérdida de ingresos y el aumento de gastos de capital para reparaciones. Las empresas consideradas como más expuestas a incidentes relacionados con la seguridad de procesos pueden tener un coste de capital más elevado, mientras que las lesiones de los empleados pueden dar lugar a litigios y sanciones reglamentarias. Y a la inversa, las empresas con una sólida cultura de seguridad y una supervisión de la seguridad operativa pueden detectar y responder más eficazmente a esos incidentes, mitigando los posibles riesgos financieros y mejorando la eficiencia operativa.