Comparación de industrias
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Current language: Español (2018)
Está viendo información sobre las siguientes industrias:
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Servicios y suministros de agua
Las empresas del sector de servicios y suministros de agua poseen o explotan sistemas de abastecimiento de agua y de tratamiento de aguas residuales (por lo general, estructuradas como empresas de servicios regulados), o prestan servicios operativos y especializados de otro tipo a los propietarios de los sistemas (normalmente, operaciones basadas en el mercado). Los sistemas de suministro de agua incluyen la obtención, el tratamiento y la distribución de agua a residencias, empresas y otras entidades, como los gobiernos. Los sistemas de aguas residuales recogen y tratan las aguas residuales, incluidas las aguas negras, las aguas grises, los residuos líquidos industriales y las escorrentías de aguas pluviales, antes de verter el efluente resultante de nuevo en el medioambiente. -
Minoristas y distribuidores de alimentos
El sector de minoristas y distribuidores de alimentos consiste en empresas dedicadas a la venta mayorista y minorista de alimentos, bebidas y productos agrícolas. La venta se produce en supermercados minoristas, tiendas de ultramarinos, supermercados de almacén, tiendas de licores, panaderías, tiendas de alimentos naturales, tiendas de alimentos especializados, pescaderías y centros de distribución. Las empresas pueden especializarse en un tipo de formato de tienda o tener instalaciones de diversos formatos. Los productos suelen proceder de todo el mundo e incluyen carne y productos frescos, alimentos preparados, alimentos precocinados, alimentos procesados, productos de panadería, alimentos congelados y enlatados, bebidas con y sin alcohol y una amplia gama de artículos para el hogar y de cuidado personal.
Cuestiones relevantes para ambos Industrias (14 de 26)
¿Por qué algunas cuestiones se muestran atenuadas?
Las normas SASB varían según la industria, en función de los diferentes riesgos y oportunidades de sostenibilidad de cada industria. Las cuestiones atenuadas no se identificaron durante el proceso de elaboración de normas como aquellas que pueden afectar al valor de la empresa con mayor probabilidad, por lo que no se incluyen en la norma. Con el tiempo, a medida que el Consejo de Normas SASB siga recibiendo las opiniones del mercado, es posible que se añadan o eliminen algunas cuestiones de la norma. Cada empresa determina por sí misma si una cuestión de sostenibilidad puede afectar a su capacidad de crear valor empresarial. La norma está diseñada para la empresa típica de una industria, pero las empresas individuales pueden optar por informar sobre diferentes cuestiones de sostenibilidad en función de su modelo de negocio único.-
Medio ambiente
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Emisiones de GEI
Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3). - Calidad del aire
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Gestión de la energía
La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación. -
Gestión del agua y las aguas residuales
Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos. -
Gestión de residuos y materiales peligrosos
Esta categoría se ocupa de las cuestiones medioambientales relacionadas con los residuos peligrosos y no peligrosos generados por las empresas. Aborda la gestión de los residuos sólidos de una empresa en la fabricación, la agricultura y otros procesos industriales. Abarca el tratamiento, la manipulación, el almacenamiento, la eliminación y el cumplimiento de la normativa. Esta categoría no incluye las emisiones a la atmósfera ni a las aguas residuales, ni tampoco los residuos del final de la vida útil de los productos, que se tratan en categorías distintas. - Impactos ecológicos
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Capital social
- Derechos humanos y relaciones comunitarias
- Privacidad del cliente
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Seguridad de los datos
Esta categoría aborda la gestión de los riesgos relacionados con la recopilación, retención y uso de datos sensibles, confidenciales y/o de propiedad de los clientes o usuarios. Incluye los problemas sociales que pueden surgir de incidentes como las violaciones de datos en las que la información personal identificable (IPI) y otros datos de los usuarios o clientes pueden estar expuestos. Aborda la estrategia, las políticas y las prácticas de una empresa relacionadas con la infraestructura informática, la formación del personal, el mantenimiento de registros, la cooperación con las fuerzas del orden y otros mecanismos utilizados para garantizar la seguridad de los datos de los clientes o usuarios. -
Acceso y asequibilidad
Esta categoría aborda la capacidad de una empresa para garantizar un amplio acceso a sus productos y servicios, específicamente en el contexto de los mercados y/o grupos de población desatendidos. Incluye la gestión de cuestiones relacionadas con las necesidades universales, tales como la accesibilidad y asequibilidad de la atención sanitaria, los servicios financieros, los servicios públicos, la educación y las telecomunicaciones. -
Calidad y seguridad de los productos
Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con las características no deseadas de los productos vendidos o los servicios prestados que pueden crear riesgos para la salud o la seguridad de los usuarios finales. Se refiere a la capacidad de una empresa para ofrecer productos y/o servicios manufacturados que cumplan las expectativas de los clientes con respecto a sus características de salud y seguridad. Incluye, entre otras, cuestiones relacionadas con la responsabilidad, la gestión de las retiradas del mercado, las pruebas de los productos y la gestión de las sustancias químicas/contenidos/ingredientes de los productos. -
Bienestar del cliente
La categoría aborda las preocupaciones del bienestar de los clientes sobre cuestiones que incluyen, entre otras, la salud y la nutrición de los alimentos y las bebidas, el uso de antibióticos en la producción animal y la gestión de sustancias controladas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para ofrecer a los consumidores productos y servicios manufacturados que se ajusten a las expectativas de la sociedad. No incluye cuestiones directamente relacionadas con la calidad y los fallos de seguridad de los productos y servicios fabricados, sino que aborda cualidades inherentes al diseño y la prestación de productos y servicios en los que el bienestar del cliente puede estar en entredicho. El alcance de la categoría también capta la capacidad de las empresas para evitar los productos falsificados. -
Prácticas de venta y etiquetado de productos
Esta categoría aborda los problemas sociales que pueden surgir por no gestionar la transparencia, la exactitud y la comprensibilidad de las declaraciones de marketing, la publicidad y el etiquetado de los productos y servicios. Incluye, por ejemplo, las normas y reglamentos de publicidad, las prácticas de marketing éticas y responsables, el etiquetado engañoso o confuso, así como las prácticas de venta y préstamo discriminatorias o predatorias. Esto puede incluir prácticas de venta engañosas o agresivas en las que las estructuras de incentivos para los empleados podrían fomentar la venta de productos o servicios que no son del interés de los clientes.
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Capital humano
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Prácticas laborales
Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para mantener las normas laborales comúnmente aceptadas en el lugar de trabajo, incluido el cumplimiento de la legislación laboral y de las normas internacionalmente aceptadas. Esto incluye, entre otras cosas, garantizar los derechos humanos básicos relacionados con el trabajo infantil, el trabajo forzoso o en régimen de servidumbre, la explotación laboral, los salarios justos y el pago de horas extras, y otros derechos básicos de los trabajadores. También incluye las políticas de salario mínimo y la provisión de beneficios, que pueden influir en la forma de atraer, retener y motivar a la mano de obra. La categoría también aborda la relación de la empresa con el trabajo organizado y la libertad de asociación. - Salud y seguridad de los empleados
- Compromiso de los empleados, diversidad e inclusión
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Modelo de negocio e innovación
- Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos
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Resiliencia del modelo de negocio
La categoría aborda la capacidad de una industria para gestionar los riesgos y oportunidades asociados a la incorporación de las transiciones sociales, medioambientales y políticas en la planificación del modelo de negocio a largo plazo. Esto incluye la respuesta a la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono y con limitaciones climáticas, así como el crecimiento y la creación de nuevos mercados entre las poblaciones socioeconómicas desatendidas y subatendidas. La categoría destaca los sectores en los que la evolución de las realidades medioambientales y sociales puede obligar a las empresas a adaptarse fundamentalmente o puede poner en peligro sus modelos de negocio. -
Gestión de la cadena de suministro
Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte. -
Abastecimiento y eficiencia de los materiales
Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con la resistencia de las cadenas de suministro de materiales a los impactos del cambio climático y otros factores ambientales y sociales externos. Plasma las repercusiones de estos factores externos en la actividad operativa de los proveedores, que pueden afectar además a la disponibilidad y el precio de los recursos clave. Aborda la capacidad de una empresa para gestionar estos riesgos a través del diseño, la fabricación y la gestión del final de la vida útil del producto, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de materiales clave (desmaterialización), la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación y la realización de inversiones en I+D en materiales sustitutivos. Además, las empresas pueden gestionar estas cuestiones mediante la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores para garantizar su resistencia a los riesgos externos. No aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por la actividad operativa de los proveedores individuales, que se tratan en una categoría aparte. -
Impactos físicos del cambio climático
Esta categoría aborda la capacidad de la empresa para gestionar los riesgos y las oportunidades asociados a la exposición directa de los activos y operaciones que posee o controla a los impactos físicos reales o potenciales del cambio climático. Recoge los problemas medioambientales y sociales que pueden surgir de las interrupciones operativas debidas a los impactos físicos del cambio climático. Además, recoge los problemas socioeconómicos derivados de que las empresas no incorporen la consideración del cambio climático en los productos y servicios que venden, como el caso de las pólizas de seguros y las hipotecas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para adaptarse a la mayor frecuencia y gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos, los cambios climáticos, el riesgo del nivel del mar y otros impactos físicos previstos del cambio climático. La gestión puede implicar la mejora de la resiliencia de los activos físicos y/o de las infraestructuras circundantes, así como la incorporación de consideraciones relacionadas con el cambio climático en las principales actividades empresariales (por ejemplo, la suscripción de hipotecas y seguros, la planificación y el desarrollo de proyectos inmobiliarios).
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Liderazgo y gobernanza
- Ética empresarial
- Comportamiento competitivo
- Gestión del entorno jurídico y reglamentario
- Gestión del riesgo de incidentes críticos
- Gestión del riesgo sistémico
Temas de divulgación
¿Cuál es la relación entre la categoría de cuestiones generales y los temas de divulgación?
La categoría de cuestiones generales es una versión independiente de la industria de los temas de divulgación que aparecen en cada norma del SASB. Los temas de divulgación representan los impactos específicos de la industria en las categorías de cuestiones generales. Los temas de divulgación específicos de la industria garantizan que cada norma del SASB se adapte a la industria, mientras que las categorías de cuestiones generales permiten la comparación entre industrias. Por ejemplo, Salud y nutrición es un tema de divulgación en la industria de las bebidas sin alcohol, que representa una medida específica de la industria de la cuestión general Bienestar del cliente. Sin embargo, la cuestión Bienestar del cliente se manifiesta como el tema de la divulgación Medicamentos falsificados en la industria Biotecnología y productos farmacéuticos.-
Access Standard
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Emisiones de GEI
Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).None -
Gestión de la energía
La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.-
Gestión de la energía
Las empresas del sector de servicios y suministros de agua requieren importantes insumos de energía para la extracción, transporte, tratamiento y distribución o vertido de agua potable y aguas residuales. Los costes operativos de las empresas de servicios están directamente relacionados con el uso de energía, que suele representar el mayor gasto después de la adquisición de agua, las sustancias químicas y la mano de obra. La energía que más habitualmente suele consumirse es la electricidad adquirida de la red. Para alimentar los equipos de lugares más apartados se utiliza generación in situ. El uso ineficiente de la electricidad adquirida de la red ocasiona factores medioambientales exógenos, como las emisiones de gases de efecto invernadero de alcance 2. Es probable que los reglamentos en relación con las preocupaciones ambientales afecten a la futura combinación energética de la red, lo que provocará que los precios se incrementen. Además, se espera que el cambio climático también afecte a la fiabilidad de la red y a la disponibilidad de los recursos hídricos. Como resultado, es probable que la intensidad energética de los servicios de agua aumente en el futuro a medida que se dificulte el acceso a las fuentes de agua. Los tratamientos alternativos del agua, como el reciclado y la desalinización, también pueden requerir una mayor cantidad de energía. Junto con las decisiones sobre el uso de combustibles alternativos, energías renovables y generación de electricidad in situ, la eficiencia energética puede desempeñar un papel importante tanto en el coste como en la fiabilidad del suministro de energía.
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Gestión del agua y las aguas residuales
Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.-
Eficiencia de la red de distribución
Los servicios de agua desarrollan, mantienen y utilizan complejas redes de infraestructuras interconectadas, entre las que se incluyen extensas tuberías, canales, depósitos y estaciones de bombeo. En la red de distribución se pierden volúmenes significativos de agua (denominada «agua no facturada», ya que se trata de un volumen de agua suministrada que no se refleja en las facturas de los clientes). Dicha agua se pierde principalmente debido a los fallos y la ineficiencia de la infraestructura, como fugas en las tuberías y conexiones de servicio. Las pérdidas reales de agua no facturada pueden afectar negativamente al rendimiento financiero, incrementar las tarifas de los clientes y malgastar el agua y otros recursos como la energía y las sustancias químicas utilizadas para el tratamiento de las aguas. Por el contrario, las mejoras en las infraestructuras y los procesos operativos pueden limitar las pérdidas por agua no facturada, lo que repercute positivamente en los ingresos y, posiblemente, contribuya a reducir los costes. Destinar de una forma eficiente los gastos operativos y de mantenimiento o los gastos de capital a los sistemas de distribución —principalmente la reparación, renovación o sustitución de tuberías y conexiones de servicio— puede mejorar el valor de la empresa y proporcionar un fuerte rendimiento de las inversiones. -
Gestión de la calidad de los efluentes
Las instalaciones de tratamiento de aguas y aguas residuales producen efluentes que plantean posibles riesgos para el medioambiente y la salud humana. Dichos efluentes incluyen residuos y sólidos procedentes de las sustancias químicas utilizadas en el proceso de tratamiento, así como contaminantes retirados del agua no tratada o de las aguas residuales. Los efluentes tratados se vierten de las instalaciones a las aguas superficiales o se bombean a las aguas subterráneas. Los posibles efectos ambientales varían según el proceso de tratamiento y eliminación. Además, existe un interés creciente entre los consumidores y los organismos reguladores por las sustancias, incluidas los alteradores endocrinos, de las que las instalaciones de tratamiento de aguas residuales no suelen ocuparse. Como resultado de los riesgos ambientales asociados a los efluentes, las instalaciones de tratamiento están sujetas a extensas regulaciones ambientales destinadas a controlar y vigilar sus efectos. A medida que el escrutinio público y reglamentario de la calidad de los efluentes aumenta junto con las recientes preocupaciones sobre las sustancias de interés emergente, las empresas se ven obligadas a innovar y a garantizar que los efluentes no sean perjudiciales para el medioambiente o la salud humana. Los vertidos de efluentes que superen los límites máximos pueden ocasionar importantes sanciones reglamentarias, y el hecho de que se produzcan con frecuencia puede poner en peligro la licencia social de funcionamiento de una empresa de servicios públicos. Las empresas pueden gestionar activamente las repercusiones financieras mediante la planificación, operaciones y mantenimiento relacionados con la infraestructura y el equipo, así como mediante el empleo de mano de obra debidamente formada y experimentada.
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Gestión de residuos y materiales peligrosos
Esta categoría se ocupa de las cuestiones medioambientales relacionadas con los residuos peligrosos y no peligrosos generados por las empresas. Aborda la gestión de los residuos sólidos de una empresa en la fabricación, la agricultura y otros procesos industriales. Abarca el tratamiento, la manipulación, el almacenamiento, la eliminación y el cumplimiento de la normativa. Esta categoría no incluye las emisiones a la atmósfera ni a las aguas residuales, ni tampoco los residuos del final de la vida útil de los productos, que se tratan en categorías distintas.None -
Seguridad de los datos
Esta categoría aborda la gestión de los riesgos relacionados con la recopilación, retención y uso de datos sensibles, confidenciales y/o de propiedad de los clientes o usuarios. Incluye los problemas sociales que pueden surgir de incidentes como las violaciones de datos en las que la información personal identificable (IPI) y otros datos de los usuarios o clientes pueden estar expuestos. Aborda la estrategia, las políticas y las prácticas de una empresa relacionadas con la infraestructura informática, la formación del personal, el mantenimiento de registros, la cooperación con las fuerzas del orden y otros mecanismos utilizados para garantizar la seguridad de los datos de los clientes o usuarios.None -
Acceso y asequibilidad
Esta categoría aborda la capacidad de una empresa para garantizar un amplio acceso a sus productos y servicios, específicamente en el contexto de los mercados y/o grupos de población desatendidos. Incluye la gestión de cuestiones relacionadas con las necesidades universales, tales como la accesibilidad y asequibilidad de la atención sanitaria, los servicios financieros, los servicios públicos, la educación y las telecomunicaciones.-
Asequibilidad y acceso al agua
El acceso fiable al agua salubre suele considerarse un derecho humano básico. Que su precio sea razonable y asequible forma parte de dicho derecho. Por lo tanto, estructurar las tarifas de agua de manera que la comunidad perciba que son justas es un aspecto fundamental para el valor de los servicios de agua. Las empresas que colaboren con los organismos reguladores para aplicar estructuras tarifarias que aumenten los niveles de aceptación de la comunidad probablemente propicien una mayor estabilidad financiera y puedan aprovechar las oportunidades de crecimiento, especialmente a la luz de la falta de financiación para las infraestructuras del agua que existe en muchas regiones del mundo. Los servicios de agua que utilicen mecanismos tarifarios que limiten el acceso al agua o que sean prohibitivamente caros para las poblaciones de bajos ingresos pueden provocar la oposición de la comunidad. Las empresas deben garantizar un precio y un acceso equitativos, así como tarifas que permitan financiar adecuadamente las infraestructuras a largo plazo, proporcionar agua potable y un tratamiento adecuado de las aguas residuales, así como obtener una rentabilidad adecuada del capital.
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Calidad y seguridad de los productos
Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con las características no deseadas de los productos vendidos o los servicios prestados que pueden crear riesgos para la salud o la seguridad de los usuarios finales. Se refiere a la capacidad de una empresa para ofrecer productos y/o servicios manufacturados que cumplan las expectativas de los clientes con respecto a sus características de salud y seguridad. Incluye, entre otras, cuestiones relacionadas con la responsabilidad, la gestión de las retiradas del mercado, las pruebas de los productos y la gestión de las sustancias químicas/contenidos/ingredientes de los productos.-
Calidad del agua potable
Las empresas del sector deben asegurarse de que el agua cumpla las regulaciones, satisfaga las expectativas de los clientes y cuente con un suministro fiable. Para proteger la salud humana y salvaguardar el valor de la empresa, las compañías deben proteger las fuentes de agua de la contaminación, lo que puede reducir los procesos y los costes de tratamiento. Para cumplir los estándares de calidad del agua se diseñan, desarrollan y mantienen procesos de tratamiento integral, mientras que la salida de agua tratada se supervisa rutinariamente en lo tocante al cumplimiento y la seguridad. Los fenómenos naturales, como los incendios forestales y las inundaciones, también pueden afectar a la calidad de las fuentes de agua. En general, las empresas invierten importantes recursos para suministrar agua potable segura a los clientes de manera constante. El no suministrar agua de la calidad adecuada puede dar lugar a multas reglamentarias, litigios, un aumento de los costes operativos o de las inversiones de capital, riesgos para la reputación y confiscación de bienes o empresas.
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Bienestar del cliente
La categoría aborda las preocupaciones del bienestar de los clientes sobre cuestiones que incluyen, entre otras, la salud y la nutrición de los alimentos y las bebidas, el uso de antibióticos en la producción animal y la gestión de sustancias controladas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para ofrecer a los consumidores productos y servicios manufacturados que se ajusten a las expectativas de la sociedad. No incluye cuestiones directamente relacionadas con la calidad y los fallos de seguridad de los productos y servicios fabricados, sino que aborda cualidades inherentes al diseño y la prestación de productos y servicios en los que el bienestar del cliente puede estar en entredicho. El alcance de la categoría también capta la capacidad de las empresas para evitar los productos falsificados.None -
Prácticas de venta y etiquetado de productos
Esta categoría aborda los problemas sociales que pueden surgir por no gestionar la transparencia, la exactitud y la comprensibilidad de las declaraciones de marketing, la publicidad y el etiquetado de los productos y servicios. Incluye, por ejemplo, las normas y reglamentos de publicidad, las prácticas de marketing éticas y responsables, el etiquetado engañoso o confuso, así como las prácticas de venta y préstamo discriminatorias o predatorias. Esto puede incluir prácticas de venta engañosas o agresivas en las que las estructuras de incentivos para los empleados podrían fomentar la venta de productos o servicios que no son del interés de los clientes.None -
Prácticas laborales
Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para mantener las normas laborales comúnmente aceptadas en el lugar de trabajo, incluido el cumplimiento de la legislación laboral y de las normas internacionalmente aceptadas. Esto incluye, entre otras cosas, garantizar los derechos humanos básicos relacionados con el trabajo infantil, el trabajo forzoso o en régimen de servidumbre, la explotación laboral, los salarios justos y el pago de horas extras, y otros derechos básicos de los trabajadores. También incluye las políticas de salario mínimo y la provisión de beneficios, que pueden influir en la forma de atraer, retener y motivar a la mano de obra. La categoría también aborda la relación de la empresa con el trabajo organizado y la libertad de asociación.None -
Resiliencia del modelo de negocio
La categoría aborda la capacidad de una industria para gestionar los riesgos y oportunidades asociados a la incorporación de las transiciones sociales, medioambientales y políticas en la planificación del modelo de negocio a largo plazo. Esto incluye la respuesta a la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono y con limitaciones climáticas, así como el crecimiento y la creación de nuevos mercados entre las poblaciones socioeconómicas desatendidas y subatendidas. La categoría destaca los sectores en los que la evolución de las realidades medioambientales y sociales puede obligar a las empresas a adaptarse fundamentalmente o puede poner en peligro sus modelos de negocio.-
Eficiencia del uso final
La eficiencia y la conservación del agua a nivel del consumidor, independientemente de si es producto de los mandatos gubernamentales, de la conciencia medioambiental o de las tendencias demográficas, es cada vez más importante para la disponibilidad de recursos a largo plazo y el rendimiento financiero del segmento de suministro de agua del sector. La eficiencia del uso final aborda la forma en que los servicios públicos trabajan con los organismos reguladores para mitigar la disminución de los ingresos en el contexto de la creciente necesidad de eficiencia en lo tocante a los recursos. Los mecanismos de eficiencia del agua, incluida la disociación de las tarifas, pueden garantizar que los ingresos de una empresa de servicios públicos pueda cubrir adecuadamente los costes fijos y proporcionar los niveles de rentabilidad deseados, independientemente del volumen de ventas, al tiempo que incentivan a los clientes a conservar el agua. Los mecanismos de eficiencia pueden adecuar mejor los incentivos económicos de los servicios públicos con los intereses medioambientales y sociales, incluida la eficiencia en el uso de los recursos, la reducción de las tarifas y el aumento de las inversiones de capital en infraestructuras. Los servicios de agua pueden gestionar su exposición a la repercusión de los mecanismos tarifarios mediante relaciones reglamentarias positivas, casos tarifarios a largo plazo que incorporen la eficiencia y una ejecución sólida de la estrategia de eficiencia.
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Gestión de la cadena de suministro
Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.None -
Abastecimiento y eficiencia de los materiales
Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con la resistencia de las cadenas de suministro de materiales a los impactos del cambio climático y otros factores ambientales y sociales externos. Plasma las repercusiones de estos factores externos en la actividad operativa de los proveedores, que pueden afectar además a la disponibilidad y el precio de los recursos clave. Aborda la capacidad de una empresa para gestionar estos riesgos a través del diseño, la fabricación y la gestión del final de la vida útil del producto, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de materiales clave (desmaterialización), la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación y la realización de inversiones en I+D en materiales sustitutivos. Además, las empresas pueden gestionar estas cuestiones mediante la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores para garantizar su resistencia a los riesgos externos. No aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por la actividad operativa de los proveedores individuales, que se tratan en una categoría aparte.-
Resiliencia del suministro de agua
Los sistemas de suministro obtienen el agua de fuentes de agua subterráneas y superficiales. Se puede acceder a estos suministros directamente o adquirirlos a un tercero, que a menudo es una entidad gubernamental. La escasez de agua, la contaminación de las fuentes de agua, los fallos en las infraestructuras, las restricciones reglamentarias, la competencia entre los usuarios y el consumo excesivo por parte de los clientes son factores que pueden poner en peligro el acceso a un suministro suficiente de agua. Estas cuestiones, unidas al riesgo creciente de sequía extrema y frecuente a causa del cambio climático, pueden dar lugar a suministros inadecuados o a restricciones obligatorias del agua. Las correspondientes repercusiones financieras pueden manifestarse de diferentes maneras dependiendo de la estructura tarifaria, pero lo más probable es que repercutan en el valor de la empresa mediante la disminución de los ingresos. Los problemas de abastecimiento de agua también pueden dar lugar a aumentos en el precio del agua adquirida, lo que podría provocar costes de explotación más elevados. Los fallos de infraestructuras fundamentales, como acueductos y canales, ocasionados por eventos como los terremotos, pueden entrañar riesgos catastróficos para los clientes del sistema de suministro de agua y podrían acarrear consecuencias financieras incalculables. Las empresas pueden mitigar los riesgos relacionados con el abastecimiento de agua (y los riesgos financieros correspondientes) mediante la diversificación de los suministros, la extracción a niveles sostenibles, las mejoras tecnológicas y de las infraestructuras, la planificación de contingencia, las relaciones positivas con los organismos reguladores y otros usuarios importantes, así como las estructuras tarifarias.
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Impactos físicos del cambio climático
Esta categoría aborda la capacidad de la empresa para gestionar los riesgos y las oportunidades asociados a la exposición directa de los activos y operaciones que posee o controla a los impactos físicos reales o potenciales del cambio climático. Recoge los problemas medioambientales y sociales que pueden surgir de las interrupciones operativas debidas a los impactos físicos del cambio climático. Además, recoge los problemas socioeconómicos derivados de que las empresas no incorporen la consideración del cambio climático en los productos y servicios que venden, como el caso de las pólizas de seguros y las hipotecas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para adaptarse a la mayor frecuencia y gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos, los cambios climáticos, el riesgo del nivel del mar y otros impactos físicos previstos del cambio climático. La gestión puede implicar la mejora de la resiliencia de los activos físicos y/o de las infraestructuras circundantes, así como la incorporación de consideraciones relacionadas con el cambio climático en las principales actividades empresariales (por ejemplo, la suscripción de hipotecas y seguros, la planificación y el desarrollo de proyectos inmobiliarios).-
Resiliencia de la red y efectos del cambio climático
Debido a los posibles efectos en las infraestructuras y en las operaciones, es probable que el cambio climático origine incertidumbre comercial para los sistemas de suministro de agua. Además, puede dar lugar a un aumento del estrés hídrico, a una mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos graves, a una reducción de la calidad del agua y a un aumento del nivel del mar que podría perjudicar a los activos de los servicios públicos o a su capacidad operativa. El suministro de agua y la eliminación de aguas residuales son servicios básicos, cuya estabilidad es de suma importancia. El aumento de la frecuencia y la gravedad de las tormentas supone un reto para las instalaciones de tratamiento del agua y aguas residuales, y puede afectar a la continuidad del servicio. Las precipitaciones intensas pueden producir volúmenes de aguas residuales que superen la capacidad de las instalaciones de tratamiento, lo que ocasionaría la liberación de efluentes sin tratar. La reducción al mínimo de los riesgos actuales y futuros de alteraciones del servicio y de que el mismo se realice con una calidad inadecuada puede requerir inversiones de capital y gastos operativos adicionales. Dado que el cambio climático aumenta la probabilidad de que se produzcan fenómenos meteorológicos extremos, las empresas que aborden esos riesgos mediante reducciones de efectivos y planificación estratégica estarán en mejores condiciones de atender a los clientes y proteger el valor para los accionistas.
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Access Standard
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Emisiones de GEI
Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).-
Gestión del combustible de la flota
Las empresas del sector de minoristas y distribuidores de alimentos poseen y operan flotas de vehículos para transportar los productos desde el punto de distribución al de venta al por menor. El consumo de combustible de dichas flotas supone un gasto importante, tanto en términos de costes operativos como de gastos de capital. El consumo de combustibles fósiles puede provocar impactos ambientales, como el cambio climático y la contaminación. Esos impactos ambientales pueden exponer a minoristas y distribuidores de alimentos al riesgo de las regulaciones. La eficiencia lograda por el uso de combustibles puede reducir los costes, mitigar la exposición a la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles y limitar la huella de carbono asociada al almacenamiento y el transporte. A largo plazo, el ahorro operativo y la menor exposición a los riesgos regulatorios pueden compensar los gastos de capital invertidos a corto plazo en flotas de bajo consumo de combustible y en tecnologías más eficientes desde el punto de vista energético. -
Emisiones atmosféricas por la refrigeración
Las emisiones de las sustancias químicas de refrigeración de los equipos utilizados para almacenar y exhibir alimentos perecederos plantean riesgos regulatorios exclusivos para el sector de los minoristas y distribuidores de alimentos. Las regulaciones internacionales sobre los hidroclorofluorocarbonos (HCFC) tienen por objeto mitigar el daño que causan a la capa de ozono. Además, muchos de los HCFC e hidrofluorocarbonos (HFC) comunes son gases de efecto invernadero (GEI) muy potentes, lo que aumenta la exposición del sector a las regulaciones relacionadas con el cambio climático. Los reguladores pueden considerar la imposición de sanciones a empresas que infrinjan la normativa sobre emisiones y obligarlas a actualizar o sustituir los equipos, lo que supone gastos de capital para reducir sus emisiones o sustituir los refrigerantes existentes con alternativas posiblemente más caras, pero menos perjudiciales para el medioambiente.
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Gestión de la energía
La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.-
Gestión de la energía
Las instalaciones de venta minorista y distribución de alimentos suelen consumir más energía que otros tipos de espacios comerciales. La energía se utiliza sobre todo para la refrigeración, la calefacción, la ventilación y el aire acondicionado (HVAC), así como para la iluminación. Las empresas del sector suelen comprar la mayor parte de la electricidad que consumen, aunque algunas están empezando a generar energía propia o añadir energía renovable a su combinación energética. La producción y el consumo de energía tienen impactos ambientales, como el cambio climático y la contaminación, que pueden repercutir indirecta, pero sustancialmente, en las operaciones de los minoristas y distribuidores de alimentos. Las empresas que gestionan su uso general de energía aumentando la eficiencia y el uso de fuentes de energía alternativas pueden aumentar su rentabilidad reduciendo los gastos y disminuyendo el riesgo.
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Gestión del agua y las aguas residuales
Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.None -
Gestión de residuos y materiales peligrosos
Esta categoría se ocupa de las cuestiones medioambientales relacionadas con los residuos peligrosos y no peligrosos generados por las empresas. Aborda la gestión de los residuos sólidos de una empresa en la fabricación, la agricultura y otros procesos industriales. Abarca el tratamiento, la manipulación, el almacenamiento, la eliminación y el cumplimiento de la normativa. Esta categoría no incluye las emisiones a la atmósfera ni a las aguas residuales, ni tampoco los residuos del final de la vida útil de los productos, que se tratan en categorías distintas.-
Gestión de residuos alimentarios
El sector de minoristas y distribuidores de alimentos genera residuos alimentarios en diversas etapas de su actividad. Entre esos residuos están los alimentos comestibles o útiles que no llegan a los consumidores, así como los que se estropean o se dañan durante el transporte o el almacenamiento o en los estantes de las tiendas. La pérdida de alimentos y los residuos alimentarios representan una derroche de mercancías vendibles para las empresas del sector y, en términos más generales, de los recursos utilizados para la producción, como la tierra, el agua, la mano de obra, la energía y las sustancias químicas agrícolas, aparte de contribuir a la inseguridad alimentaria. Además, los residuos de alimentos pueden generar emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) durante su descomposición en los vertederos. La gestión eficaz de los residuos de alimentos puede representar una oportunidad financiera para reducir los costes asociados a la pérdida de existencias, así como ayudar a mejorar la seguridad alimentaria desviando con mayor eficacia los recursos alimentarios hacia fines benéficos.
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Seguridad de los datos
Esta categoría aborda la gestión de los riesgos relacionados con la recopilación, retención y uso de datos sensibles, confidenciales y/o de propiedad de los clientes o usuarios. Incluye los problemas sociales que pueden surgir de incidentes como las violaciones de datos en las que la información personal identificable (IPI) y otros datos de los usuarios o clientes pueden estar expuestos. Aborda la estrategia, las políticas y las prácticas de una empresa relacionadas con la infraestructura informática, la formación del personal, el mantenimiento de registros, la cooperación con las fuerzas del orden y otros mecanismos utilizados para garantizar la seguridad de los datos de los clientes o usuarios.-
Seguridad de los datos
Mediante las transacciones de pago electrónico y el intercambio de datos financieros personales, los minoristas de alimentos establecen una relación de confianza con los consumidores. Se pueden producir filtraciones de datos mediante infracciones en la tecnología de pago físico, denominadas infracciones de los puntos de venta, o mediante ataques a la ciberseguridad. Las filtraciones de datos que ocasionan el robo o la pérdida de los datos privados de los clientes pueden socavar su confianza en la capacidad de una empresa para gestionar con seguridad su información privada. Esta pérdida de confianza podría dar lugar a una reducción del número de visitas de clientes, de ingresos y del valor de la marca. Los minoristas que cuentan con sistemas tecnológicos y de gestión sólidos para evitar o responder a las filtraciones de datos pueden posicionarse favorablemente respecto a los clientes y reducir los posibles litigios y costes consiguientes.
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Acceso y asequibilidad
Esta categoría aborda la capacidad de una empresa para garantizar un amplio acceso a sus productos y servicios, específicamente en el contexto de los mercados y/o grupos de población desatendidos. Incluye la gestión de cuestiones relacionadas con las necesidades universales, tales como la accesibilidad y asequibilidad de la atención sanitaria, los servicios financieros, los servicios públicos, la educación y las telecomunicaciones.None -
Calidad y seguridad de los productos
Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con las características no deseadas de los productos vendidos o los servicios prestados que pueden crear riesgos para la salud o la seguridad de los usuarios finales. Se refiere a la capacidad de una empresa para ofrecer productos y/o servicios manufacturados que cumplan las expectativas de los clientes con respecto a sus características de salud y seguridad. Incluye, entre otras, cuestiones relacionadas con la responsabilidad, la gestión de las retiradas del mercado, las pruebas de los productos y la gestión de las sustancias químicas/contenidos/ingredientes de los productos.-
Seguridad alimentaria
Mantener la calidad y la seguridad de los productos es crucial para el sector de la venta de minoristas y distribuidores de alimentos, ya que la contaminación por agentes patógenos, sustancias peligrosas o el deterioro, puede suponer riesgos para la salud humana. La contaminación puede suceder en cualquier etapa de la cadena de valor de los alimentos, como la producción, el procesamiento, el transporte, la distribución y la venta al por menor. Aunque es posible que las empresas de venta de alimentos al por menor no sean directamente responsables de todos los incidentes relacionados con la seguridad alimentaria y la retirada de productos, participan en el proceso y pueden sufrir ramificaciones financieras, daños al valor de la marca, reducción de ingresos y aumento de costes por retiradas de productos, pérdidas de existencias o litigios. Las medidas para evitar el deterioro y la contaminación incluyen el control de la temperatura, la inspección frecuente de los alimentos y la selección de proveedores.
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Bienestar del cliente
La categoría aborda las preocupaciones del bienestar de los clientes sobre cuestiones que incluyen, entre otras, la salud y la nutrición de los alimentos y las bebidas, el uso de antibióticos en la producción animal y la gestión de sustancias controladas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para ofrecer a los consumidores productos y servicios manufacturados que se ajusten a las expectativas de la sociedad. No incluye cuestiones directamente relacionadas con la calidad y los fallos de seguridad de los productos y servicios fabricados, sino que aborda cualidades inherentes al diseño y la prestación de productos y servicios en los que el bienestar del cliente puede estar en entredicho. El alcance de la categoría también capta la capacidad de las empresas para evitar los productos falsificados.-
Salud y nutrición de los productos
La mayor concienciación de los consumidores sobre el contenido y valor nutricional de alimentos y su posible impacto en la salud está conformando el panorama competitivo del sector de minoristas y distribuidores de alimentos. La demanda de productos alimenticios que se elaboran con ingredientes naturales o que están certificados como ecológicos, con bajo contenido en grasa y azúcar, o elaborados sin organismos genéticamente modificados (OGM), ha impulsado el crecimiento del sector en los últimos años. Aunque los vínculos entre la salud de los consumidores y ciertos alimentos no están bien establecidos, los consumidores muestran preferencia por categorías de alimentos que perciben como más saludables. Los minoristas de alimentos que reconocen los riesgos y oportunidades que representa este cambio en las preferencias y se adaptan a la demanda están en mejores condiciones de aprovechar la oportunidad de obtener ingresos y cuotas de mercado adicionales.
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Prácticas de venta y etiquetado de productos
Esta categoría aborda los problemas sociales que pueden surgir por no gestionar la transparencia, la exactitud y la comprensibilidad de las declaraciones de marketing, la publicidad y el etiquetado de los productos y servicios. Incluye, por ejemplo, las normas y reglamentos de publicidad, las prácticas de marketing éticas y responsables, el etiquetado engañoso o confuso, así como las prácticas de venta y préstamo discriminatorias o predatorias. Esto puede incluir prácticas de venta engañosas o agresivas en las que las estructuras de incentivos para los empleados podrían fomentar la venta de productos o servicios que no son del interés de los clientes.-
Etiquetado y marketing de productos
La comunicación con los consumidores mediante el etiquetado y el marketing de los productos es una faceta importante de la venta al por menor de alimentos. La exactitud y minuciosidad de la información presentada en el etiquetado de los alimentos cada vez tiene más importancia tanto para los compradores como para los reguladores. Sobre todo para la venta de productos de marca propia fabricados para minoristas de alimentos, habida cuenta de las repercusiones directas en la reputación de la marca. Para fundamentar las decisiones de compra, los consumidores buscan hoy en día información adicional sobre los ingredientes de los productos, como el contenido de organismos genéticamente modificados (OGM) y las repercusiones en la salud y la nutrición. Estas cuestiones pueden afectar al panorama competitivo del sector, ya que las empresas pueden enfrentarse a litigios o críticas por formular con declaraciones engañosas o no adaptarse a la exigencia de los consumidores de una mayor transparencia en el etiquetado. Estos factores pueden repercutir en el valor de la marca y el crecimiento de los ingresos de los minoristas. Además, las regulaciones sobre al etiquetado preciso de los productos y sus ingredientes suponen un riesgo de sanciones o litigios para las empresas de venta de alimentos al por menor.
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Prácticas laborales
Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para mantener las normas laborales comúnmente aceptadas en el lugar de trabajo, incluido el cumplimiento de la legislación laboral y de las normas internacionalmente aceptadas. Esto incluye, entre otras cosas, garantizar los derechos humanos básicos relacionados con el trabajo infantil, el trabajo forzoso o en régimen de servidumbre, la explotación laboral, los salarios justos y el pago de horas extras, y otros derechos básicos de los trabajadores. También incluye las políticas de salario mínimo y la provisión de beneficios, que pueden influir en la forma de atraer, retener y motivar a la mano de obra. La categoría también aborda la relación de la empresa con el trabajo organizado y la libertad de asociación.-
Prácticas laborales
El sector de minoristas y distribuidores de alimentos tiene muchos empleados que trabajan por horas. Los bajos salarios medios del sector, que ayudan a las empresas a mantener bajos los precios de los productos, pueden ocasionar riesgos laborales. La insatisfacción de los trabajadores respecto a los salarios y ventajas, junto con las altas tasas de sindicalización, han provocado huelgas en las principales empresas de venta de alimentos al por menor, lo que ocasiona interrupciones del negocio y daños a la reputación. Además, las empresas se han visto involucradas en casos de discriminación racial y de género, lo que a veces ha dado lugar a costosos acuerdos financieros. Las empresas pueden beneficiarse de la adopción de una perspectiva a largo plazo en la gestión de los trabajadores, incluida su remuneración y prestaciones, para proteger así los derechos de los trabajadores y aumentar su productividad, al tiempo que fortalecen su reputación y su valor de marca.
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Resiliencia del modelo de negocio
La categoría aborda la capacidad de una industria para gestionar los riesgos y oportunidades asociados a la incorporación de las transiciones sociales, medioambientales y políticas en la planificación del modelo de negocio a largo plazo. Esto incluye la respuesta a la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono y con limitaciones climáticas, así como el crecimiento y la creación de nuevos mercados entre las poblaciones socioeconómicas desatendidas y subatendidas. La categoría destaca los sectores en los que la evolución de las realidades medioambientales y sociales puede obligar a las empresas a adaptarse fundamentalmente o puede poner en peligro sus modelos de negocio.None -
Gestión de la cadena de suministro
Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.-
Gestión de los impactos ambientales y sociales en la cadena de suministro
Los minoristas y distribuidores de alimentos disponen de una amplia variedad de proveedores que se enfrentan a un sinfín de desafíos en materia de sostenibilidad, como la conservación de recursos, la escasez de agua, el bienestar animal, las prácticas laborales justas o el cambio climático. Si se gestionan de forma deficiente, estos problemas pueden afectar al precio y a la disponibilidad de alimentos. Además, los consumidores están cada vez más preocupados por los métodos de producción, los orígenes y las externalidades asociadas a los alimentos que compran, lo que puede afectar a la reputación de una empresa. Los minoristas y distribuidores de alimentos también pueden colaborar con los proveedores en el diseño del embalaje para ahorrar en los costes de transporte, mejorar la reputación de la marca y reducir el impacto ambiental. Las empresas que puedan hacer frente a los riesgos de abastecimiento mediante la evaluación y el compromiso con los proveedores, la aplicación de directrices de abastecimiento sostenible y el aumento de la transparencia en la cadena de suministro, probablemente estarán mejor posicionadas para fortalecer la cadena de suministro, mitigar los riesgos de reputación y aumentar la demanda de los consumidores o captar nuevas oportunidades de mercado.
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Abastecimiento y eficiencia de los materiales
Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con la resistencia de las cadenas de suministro de materiales a los impactos del cambio climático y otros factores ambientales y sociales externos. Plasma las repercusiones de estos factores externos en la actividad operativa de los proveedores, que pueden afectar además a la disponibilidad y el precio de los recursos clave. Aborda la capacidad de una empresa para gestionar estos riesgos a través del diseño, la fabricación y la gestión del final de la vida útil del producto, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de materiales clave (desmaterialización), la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación y la realización de inversiones en I+D en materiales sustitutivos. Además, las empresas pueden gestionar estas cuestiones mediante la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores para garantizar su resistencia a los riesgos externos. No aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por la actividad operativa de los proveedores individuales, que se tratan en una categoría aparte.None -
Impactos físicos del cambio climático
Esta categoría aborda la capacidad de la empresa para gestionar los riesgos y las oportunidades asociados a la exposición directa de los activos y operaciones que posee o controla a los impactos físicos reales o potenciales del cambio climático. Recoge los problemas medioambientales y sociales que pueden surgir de las interrupciones operativas debidas a los impactos físicos del cambio climático. Además, recoge los problemas socioeconómicos derivados de que las empresas no incorporen la consideración del cambio climático en los productos y servicios que venden, como el caso de las pólizas de seguros y las hipotecas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para adaptarse a la mayor frecuencia y gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos, los cambios climáticos, el riesgo del nivel del mar y otros impactos físicos previstos del cambio climático. La gestión puede implicar la mejora de la resiliencia de los activos físicos y/o de las infraestructuras circundantes, así como la incorporación de consideraciones relacionadas con el cambio climático en las principales actividades empresariales (por ejemplo, la suscripción de hipotecas y seguros, la planificación y el desarrollo de proyectos inmobiliarios).None
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Categoría de cuestiones generales
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Servicios y suministros de agua
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Minoristas y distribuidores de alimentos
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Emisiones de GEI
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Gestión del combustible de la flota
Las empresas del sector de minoristas y distribuidores de alimentos poseen y operan flotas de vehículos para transportar los productos desde el punto de distribución al de venta al por menor. El consumo de combustible de dichas flotas supone un gasto importante, tanto en términos de costes operativos como de gastos de capital. El consumo de combustibles fósiles puede provocar impactos ambientales, como el cambio climático y la contaminación. Esos impactos ambientales pueden exponer a minoristas y distribuidores de alimentos al riesgo de las regulaciones. La eficiencia lograda por el uso de combustibles puede reducir los costes, mitigar la exposición a la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles y limitar la huella de carbono asociada al almacenamiento y el transporte. A largo plazo, el ahorro operativo y la menor exposición a los riesgos regulatorios pueden compensar los gastos de capital invertidos a corto plazo en flotas de bajo consumo de combustible y en tecnologías más eficientes desde el punto de vista energético. -
Emisiones atmosféricas por la refrigeración
Las emisiones de las sustancias químicas de refrigeración de los equipos utilizados para almacenar y exhibir alimentos perecederos plantean riesgos regulatorios exclusivos para el sector de los minoristas y distribuidores de alimentos. Las regulaciones internacionales sobre los hidroclorofluorocarbonos (HCFC) tienen por objeto mitigar el daño que causan a la capa de ozono. Además, muchos de los HCFC e hidrofluorocarbonos (HFC) comunes son gases de efecto invernadero (GEI) muy potentes, lo que aumenta la exposición del sector a las regulaciones relacionadas con el cambio climático. Los reguladores pueden considerar la imposición de sanciones a empresas que infrinjan la normativa sobre emisiones y obligarlas a actualizar o sustituir los equipos, lo que supone gastos de capital para reducir sus emisiones o sustituir los refrigerantes existentes con alternativas posiblemente más caras, pero menos perjudiciales para el medioambiente.
Gestión de la energía
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Gestión de la energía
Las empresas del sector de servicios y suministros de agua requieren importantes insumos de energía para la extracción, transporte, tratamiento y distribución o vertido de agua potable y aguas residuales. Los costes operativos de las empresas de servicios están directamente relacionados con el uso de energía, que suele representar el mayor gasto después de la adquisición de agua, las sustancias químicas y la mano de obra. La energía que más habitualmente suele consumirse es la electricidad adquirida de la red. Para alimentar los equipos de lugares más apartados se utiliza generación in situ. El uso ineficiente de la electricidad adquirida de la red ocasiona factores medioambientales exógenos, como las emisiones de gases de efecto invernadero de alcance 2. Es probable que los reglamentos en relación con las preocupaciones ambientales afecten a la futura combinación energética de la red, lo que provocará que los precios se incrementen. Además, se espera que el cambio climático también afecte a la fiabilidad de la red y a la disponibilidad de los recursos hídricos. Como resultado, es probable que la intensidad energética de los servicios de agua aumente en el futuro a medida que se dificulte el acceso a las fuentes de agua. Los tratamientos alternativos del agua, como el reciclado y la desalinización, también pueden requerir una mayor cantidad de energía. Junto con las decisiones sobre el uso de combustibles alternativos, energías renovables y generación de electricidad in situ, la eficiencia energética puede desempeñar un papel importante tanto en el coste como en la fiabilidad del suministro de energía.
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Gestión de la energía
Las instalaciones de venta minorista y distribución de alimentos suelen consumir más energía que otros tipos de espacios comerciales. La energía se utiliza sobre todo para la refrigeración, la calefacción, la ventilación y el aire acondicionado (HVAC), así como para la iluminación. Las empresas del sector suelen comprar la mayor parte de la electricidad que consumen, aunque algunas están empezando a generar energía propia o añadir energía renovable a su combinación energética. La producción y el consumo de energía tienen impactos ambientales, como el cambio climático y la contaminación, que pueden repercutir indirecta, pero sustancialmente, en las operaciones de los minoristas y distribuidores de alimentos. Las empresas que gestionan su uso general de energía aumentando la eficiencia y el uso de fuentes de energía alternativas pueden aumentar su rentabilidad reduciendo los gastos y disminuyendo el riesgo.
Gestión del agua y las aguas residuales
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Eficiencia de la red de distribución
Los servicios de agua desarrollan, mantienen y utilizan complejas redes de infraestructuras interconectadas, entre las que se incluyen extensas tuberías, canales, depósitos y estaciones de bombeo. En la red de distribución se pierden volúmenes significativos de agua (denominada «agua no facturada», ya que se trata de un volumen de agua suministrada que no se refleja en las facturas de los clientes). Dicha agua se pierde principalmente debido a los fallos y la ineficiencia de la infraestructura, como fugas en las tuberías y conexiones de servicio. Las pérdidas reales de agua no facturada pueden afectar negativamente al rendimiento financiero, incrementar las tarifas de los clientes y malgastar el agua y otros recursos como la energía y las sustancias químicas utilizadas para el tratamiento de las aguas. Por el contrario, las mejoras en las infraestructuras y los procesos operativos pueden limitar las pérdidas por agua no facturada, lo que repercute positivamente en los ingresos y, posiblemente, contribuya a reducir los costes. Destinar de una forma eficiente los gastos operativos y de mantenimiento o los gastos de capital a los sistemas de distribución —principalmente la reparación, renovación o sustitución de tuberías y conexiones de servicio— puede mejorar el valor de la empresa y proporcionar un fuerte rendimiento de las inversiones. -
Gestión de la calidad de los efluentes
Las instalaciones de tratamiento de aguas y aguas residuales producen efluentes que plantean posibles riesgos para el medioambiente y la salud humana. Dichos efluentes incluyen residuos y sólidos procedentes de las sustancias químicas utilizadas en el proceso de tratamiento, así como contaminantes retirados del agua no tratada o de las aguas residuales. Los efluentes tratados se vierten de las instalaciones a las aguas superficiales o se bombean a las aguas subterráneas. Los posibles efectos ambientales varían según el proceso de tratamiento y eliminación. Además, existe un interés creciente entre los consumidores y los organismos reguladores por las sustancias, incluidas los alteradores endocrinos, de las que las instalaciones de tratamiento de aguas residuales no suelen ocuparse. Como resultado de los riesgos ambientales asociados a los efluentes, las instalaciones de tratamiento están sujetas a extensas regulaciones ambientales destinadas a controlar y vigilar sus efectos. A medida que el escrutinio público y reglamentario de la calidad de los efluentes aumenta junto con las recientes preocupaciones sobre las sustancias de interés emergente, las empresas se ven obligadas a innovar y a garantizar que los efluentes no sean perjudiciales para el medioambiente o la salud humana. Los vertidos de efluentes que superen los límites máximos pueden ocasionar importantes sanciones reglamentarias, y el hecho de que se produzcan con frecuencia puede poner en peligro la licencia social de funcionamiento de una empresa de servicios públicos. Las empresas pueden gestionar activamente las repercusiones financieras mediante la planificación, operaciones y mantenimiento relacionados con la infraestructura y el equipo, así como mediante el empleo de mano de obra debidamente formada y experimentada.
Gestión de residuos y materiales peligrosos
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Gestión de residuos alimentarios
El sector de minoristas y distribuidores de alimentos genera residuos alimentarios en diversas etapas de su actividad. Entre esos residuos están los alimentos comestibles o útiles que no llegan a los consumidores, así como los que se estropean o se dañan durante el transporte o el almacenamiento o en los estantes de las tiendas. La pérdida de alimentos y los residuos alimentarios representan una derroche de mercancías vendibles para las empresas del sector y, en términos más generales, de los recursos utilizados para la producción, como la tierra, el agua, la mano de obra, la energía y las sustancias químicas agrícolas, aparte de contribuir a la inseguridad alimentaria. Además, los residuos de alimentos pueden generar emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) durante su descomposición en los vertederos. La gestión eficaz de los residuos de alimentos puede representar una oportunidad financiera para reducir los costes asociados a la pérdida de existencias, así como ayudar a mejorar la seguridad alimentaria desviando con mayor eficacia los recursos alimentarios hacia fines benéficos.
Seguridad de los datos
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Seguridad de los datos
Mediante las transacciones de pago electrónico y el intercambio de datos financieros personales, los minoristas de alimentos establecen una relación de confianza con los consumidores. Se pueden producir filtraciones de datos mediante infracciones en la tecnología de pago físico, denominadas infracciones de los puntos de venta, o mediante ataques a la ciberseguridad. Las filtraciones de datos que ocasionan el robo o la pérdida de los datos privados de los clientes pueden socavar su confianza en la capacidad de una empresa para gestionar con seguridad su información privada. Esta pérdida de confianza podría dar lugar a una reducción del número de visitas de clientes, de ingresos y del valor de la marca. Los minoristas que cuentan con sistemas tecnológicos y de gestión sólidos para evitar o responder a las filtraciones de datos pueden posicionarse favorablemente respecto a los clientes y reducir los posibles litigios y costes consiguientes.
Acceso y asequibilidad
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Asequibilidad y acceso al agua
El acceso fiable al agua salubre suele considerarse un derecho humano básico. Que su precio sea razonable y asequible forma parte de dicho derecho. Por lo tanto, estructurar las tarifas de agua de manera que la comunidad perciba que son justas es un aspecto fundamental para el valor de los servicios de agua. Las empresas que colaboren con los organismos reguladores para aplicar estructuras tarifarias que aumenten los niveles de aceptación de la comunidad probablemente propicien una mayor estabilidad financiera y puedan aprovechar las oportunidades de crecimiento, especialmente a la luz de la falta de financiación para las infraestructuras del agua que existe en muchas regiones del mundo. Los servicios de agua que utilicen mecanismos tarifarios que limiten el acceso al agua o que sean prohibitivamente caros para las poblaciones de bajos ingresos pueden provocar la oposición de la comunidad. Las empresas deben garantizar un precio y un acceso equitativos, así como tarifas que permitan financiar adecuadamente las infraestructuras a largo plazo, proporcionar agua potable y un tratamiento adecuado de las aguas residuales, así como obtener una rentabilidad adecuada del capital.
Calidad y seguridad de los productos
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Calidad del agua potable
Las empresas del sector deben asegurarse de que el agua cumpla las regulaciones, satisfaga las expectativas de los clientes y cuente con un suministro fiable. Para proteger la salud humana y salvaguardar el valor de la empresa, las compañías deben proteger las fuentes de agua de la contaminación, lo que puede reducir los procesos y los costes de tratamiento. Para cumplir los estándares de calidad del agua se diseñan, desarrollan y mantienen procesos de tratamiento integral, mientras que la salida de agua tratada se supervisa rutinariamente en lo tocante al cumplimiento y la seguridad. Los fenómenos naturales, como los incendios forestales y las inundaciones, también pueden afectar a la calidad de las fuentes de agua. En general, las empresas invierten importantes recursos para suministrar agua potable segura a los clientes de manera constante. El no suministrar agua de la calidad adecuada puede dar lugar a multas reglamentarias, litigios, un aumento de los costes operativos o de las inversiones de capital, riesgos para la reputación y confiscación de bienes o empresas.
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Seguridad alimentaria
Mantener la calidad y la seguridad de los productos es crucial para el sector de la venta de minoristas y distribuidores de alimentos, ya que la contaminación por agentes patógenos, sustancias peligrosas o el deterioro, puede suponer riesgos para la salud humana. La contaminación puede suceder en cualquier etapa de la cadena de valor de los alimentos, como la producción, el procesamiento, el transporte, la distribución y la venta al por menor. Aunque es posible que las empresas de venta de alimentos al por menor no sean directamente responsables de todos los incidentes relacionados con la seguridad alimentaria y la retirada de productos, participan en el proceso y pueden sufrir ramificaciones financieras, daños al valor de la marca, reducción de ingresos y aumento de costes por retiradas de productos, pérdidas de existencias o litigios. Las medidas para evitar el deterioro y la contaminación incluyen el control de la temperatura, la inspección frecuente de los alimentos y la selección de proveedores.
Bienestar del cliente
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Salud y nutrición de los productos
La mayor concienciación de los consumidores sobre el contenido y valor nutricional de alimentos y su posible impacto en la salud está conformando el panorama competitivo del sector de minoristas y distribuidores de alimentos. La demanda de productos alimenticios que se elaboran con ingredientes naturales o que están certificados como ecológicos, con bajo contenido en grasa y azúcar, o elaborados sin organismos genéticamente modificados (OGM), ha impulsado el crecimiento del sector en los últimos años. Aunque los vínculos entre la salud de los consumidores y ciertos alimentos no están bien establecidos, los consumidores muestran preferencia por categorías de alimentos que perciben como más saludables. Los minoristas de alimentos que reconocen los riesgos y oportunidades que representa este cambio en las preferencias y se adaptan a la demanda están en mejores condiciones de aprovechar la oportunidad de obtener ingresos y cuotas de mercado adicionales.
Prácticas de venta y etiquetado de productos
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Etiquetado y marketing de productos
La comunicación con los consumidores mediante el etiquetado y el marketing de los productos es una faceta importante de la venta al por menor de alimentos. La exactitud y minuciosidad de la información presentada en el etiquetado de los alimentos cada vez tiene más importancia tanto para los compradores como para los reguladores. Sobre todo para la venta de productos de marca propia fabricados para minoristas de alimentos, habida cuenta de las repercusiones directas en la reputación de la marca. Para fundamentar las decisiones de compra, los consumidores buscan hoy en día información adicional sobre los ingredientes de los productos, como el contenido de organismos genéticamente modificados (OGM) y las repercusiones en la salud y la nutrición. Estas cuestiones pueden afectar al panorama competitivo del sector, ya que las empresas pueden enfrentarse a litigios o críticas por formular con declaraciones engañosas o no adaptarse a la exigencia de los consumidores de una mayor transparencia en el etiquetado. Estos factores pueden repercutir en el valor de la marca y el crecimiento de los ingresos de los minoristas. Además, las regulaciones sobre al etiquetado preciso de los productos y sus ingredientes suponen un riesgo de sanciones o litigios para las empresas de venta de alimentos al por menor.
Prácticas laborales
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Prácticas laborales
El sector de minoristas y distribuidores de alimentos tiene muchos empleados que trabajan por horas. Los bajos salarios medios del sector, que ayudan a las empresas a mantener bajos los precios de los productos, pueden ocasionar riesgos laborales. La insatisfacción de los trabajadores respecto a los salarios y ventajas, junto con las altas tasas de sindicalización, han provocado huelgas en las principales empresas de venta de alimentos al por menor, lo que ocasiona interrupciones del negocio y daños a la reputación. Además, las empresas se han visto involucradas en casos de discriminación racial y de género, lo que a veces ha dado lugar a costosos acuerdos financieros. Las empresas pueden beneficiarse de la adopción de una perspectiva a largo plazo en la gestión de los trabajadores, incluida su remuneración y prestaciones, para proteger así los derechos de los trabajadores y aumentar su productividad, al tiempo que fortalecen su reputación y su valor de marca.
Resiliencia del modelo de negocio
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Eficiencia del uso final
La eficiencia y la conservación del agua a nivel del consumidor, independientemente de si es producto de los mandatos gubernamentales, de la conciencia medioambiental o de las tendencias demográficas, es cada vez más importante para la disponibilidad de recursos a largo plazo y el rendimiento financiero del segmento de suministro de agua del sector. La eficiencia del uso final aborda la forma en que los servicios públicos trabajan con los organismos reguladores para mitigar la disminución de los ingresos en el contexto de la creciente necesidad de eficiencia en lo tocante a los recursos. Los mecanismos de eficiencia del agua, incluida la disociación de las tarifas, pueden garantizar que los ingresos de una empresa de servicios públicos pueda cubrir adecuadamente los costes fijos y proporcionar los niveles de rentabilidad deseados, independientemente del volumen de ventas, al tiempo que incentivan a los clientes a conservar el agua. Los mecanismos de eficiencia pueden adecuar mejor los incentivos económicos de los servicios públicos con los intereses medioambientales y sociales, incluida la eficiencia en el uso de los recursos, la reducción de las tarifas y el aumento de las inversiones de capital en infraestructuras. Los servicios de agua pueden gestionar su exposición a la repercusión de los mecanismos tarifarios mediante relaciones reglamentarias positivas, casos tarifarios a largo plazo que incorporen la eficiencia y una ejecución sólida de la estrategia de eficiencia.
Gestión de la cadena de suministro
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Gestión de los impactos ambientales y sociales en la cadena de suministro
Los minoristas y distribuidores de alimentos disponen de una amplia variedad de proveedores que se enfrentan a un sinfín de desafíos en materia de sostenibilidad, como la conservación de recursos, la escasez de agua, el bienestar animal, las prácticas laborales justas o el cambio climático. Si se gestionan de forma deficiente, estos problemas pueden afectar al precio y a la disponibilidad de alimentos. Además, los consumidores están cada vez más preocupados por los métodos de producción, los orígenes y las externalidades asociadas a los alimentos que compran, lo que puede afectar a la reputación de una empresa. Los minoristas y distribuidores de alimentos también pueden colaborar con los proveedores en el diseño del embalaje para ahorrar en los costes de transporte, mejorar la reputación de la marca y reducir el impacto ambiental. Las empresas que puedan hacer frente a los riesgos de abastecimiento mediante la evaluación y el compromiso con los proveedores, la aplicación de directrices de abastecimiento sostenible y el aumento de la transparencia en la cadena de suministro, probablemente estarán mejor posicionadas para fortalecer la cadena de suministro, mitigar los riesgos de reputación y aumentar la demanda de los consumidores o captar nuevas oportunidades de mercado.
Abastecimiento y eficiencia de los materiales
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Resiliencia del suministro de agua
Los sistemas de suministro obtienen el agua de fuentes de agua subterráneas y superficiales. Se puede acceder a estos suministros directamente o adquirirlos a un tercero, que a menudo es una entidad gubernamental. La escasez de agua, la contaminación de las fuentes de agua, los fallos en las infraestructuras, las restricciones reglamentarias, la competencia entre los usuarios y el consumo excesivo por parte de los clientes son factores que pueden poner en peligro el acceso a un suministro suficiente de agua. Estas cuestiones, unidas al riesgo creciente de sequía extrema y frecuente a causa del cambio climático, pueden dar lugar a suministros inadecuados o a restricciones obligatorias del agua. Las correspondientes repercusiones financieras pueden manifestarse de diferentes maneras dependiendo de la estructura tarifaria, pero lo más probable es que repercutan en el valor de la empresa mediante la disminución de los ingresos. Los problemas de abastecimiento de agua también pueden dar lugar a aumentos en el precio del agua adquirida, lo que podría provocar costes de explotación más elevados. Los fallos de infraestructuras fundamentales, como acueductos y canales, ocasionados por eventos como los terremotos, pueden entrañar riesgos catastróficos para los clientes del sistema de suministro de agua y podrían acarrear consecuencias financieras incalculables. Las empresas pueden mitigar los riesgos relacionados con el abastecimiento de agua (y los riesgos financieros correspondientes) mediante la diversificación de los suministros, la extracción a niveles sostenibles, las mejoras tecnológicas y de las infraestructuras, la planificación de contingencia, las relaciones positivas con los organismos reguladores y otros usuarios importantes, así como las estructuras tarifarias.
Impactos físicos del cambio climático
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Resiliencia de la red y efectos del cambio climático
Debido a los posibles efectos en las infraestructuras y en las operaciones, es probable que el cambio climático origine incertidumbre comercial para los sistemas de suministro de agua. Además, puede dar lugar a un aumento del estrés hídrico, a una mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos graves, a una reducción de la calidad del agua y a un aumento del nivel del mar que podría perjudicar a los activos de los servicios públicos o a su capacidad operativa. El suministro de agua y la eliminación de aguas residuales son servicios básicos, cuya estabilidad es de suma importancia. El aumento de la frecuencia y la gravedad de las tormentas supone un reto para las instalaciones de tratamiento del agua y aguas residuales, y puede afectar a la continuidad del servicio. Las precipitaciones intensas pueden producir volúmenes de aguas residuales que superen la capacidad de las instalaciones de tratamiento, lo que ocasionaría la liberación de efluentes sin tratar. La reducción al mínimo de los riesgos actuales y futuros de alteraciones del servicio y de que el mismo se realice con una calidad inadecuada puede requerir inversiones de capital y gastos operativos adicionales. Dado que el cambio climático aumenta la probabilidad de que se produzcan fenómenos meteorológicos extremos, las empresas que aborden esos riesgos mediante reducciones de efectivos y planificación estratégica estarán en mejores condiciones de atender a los clientes y proteger el valor para los accionistas.