Comparación de industrias

Está viendo información sobre las siguientes industrias:

  • Biocombustibles El sector de los biocombustibles está formado por empresas que producen biocombustibles y procesan materias primas para la producción. Los biocombustibles se fabrican con materias primas orgánicas y se utilizan principalmente como combustible para el transporte. Las empresas suelen obtener las materias primas, como alimentos, cultivos oleaginosos y productos animales, de los distribuidores de productos agrícolas. El etanol y el biodiésel son los biocombustibles más producidos, también existen otros como el biogás, el biohidrógeno y los biocombustibles sintéticos que se producen a partir de diversas materias primas orgánicas. Los clientes de las empresas de biocombustibles son principalmente empresas de mezcla y suministro de combustible, entre ellas importantes petroleras integradas. Se producen biocombustibles en todo el mundo, pero las empresas del sector que cotizan en bolsa operan principalmente en Estados Unidos, aunque algunas tienen operaciones menores en el extranjero, en particular en la India, Brasil y Corea del Sur. Las regulaciones gubernamentales relacionadas con el uso de combustible renovable suponen un fuerte impulso para la demanda en el sector.
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  • Alimentos procesados El sector de los alimentos procesados incluye compañías que procesan y envasan alimentos como el pan, los alimentos congelados, los tentempiés, los alimentos para mascotas y los condimentos para el consumo minorista. Normalmente, estos productos se preparan para el consumo, se comercializan para los consumidores minoristas y pueden encontrarse en los estantes de tiendas de alimentación. El sector se caracteriza por las grandes y complejas cadenas de suministro de los ingredientes, ya que muchas compañías se abastecen de ingredientes procedentes de todo el mundo. Las grandes compañías trabajan a nivel mundial, y las oportunidades internacionales están impulsando el crecimiento.
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Cuestiones relevantes para ambos Industrias (11 de 26)

¿Por qué algunas cuestiones se muestran atenuadas? Las normas SASB varían según la industria, en función de los diferentes riesgos y oportunidades de sostenibilidad de cada industria. Las cuestiones atenuadas no se identificaron durante el proceso de elaboración de normas como aquellas que pueden afectar al valor de la empresa con mayor probabilidad, por lo que no se incluyen en la norma. Con el tiempo, a medida que el Consejo de Normas SASB siga recibiendo las opiniones del mercado, es posible que se añadan o eliminen algunas cuestiones de la norma. Cada empresa determina por sí misma si una cuestión de sostenibilidad puede afectar a su capacidad de crear valor empresarial. La norma está diseñada para la empresa típica de una industria, pero las empresas individuales pueden optar por informar sobre diferentes cuestiones de sostenibilidad en función de su modelo de negocio único.

Temas de divulgación

¿Cuál es la relación entre la categoría de cuestiones generales y los temas de divulgación? La categoría de cuestiones generales es una versión independiente de la industria de los temas de divulgación que aparecen en cada norma del SASB. Los temas de divulgación representan los impactos específicos de la industria en las categorías de cuestiones generales. Los temas de divulgación específicos de la industria garantizan que cada norma del SASB se adapte a la industria, mientras que las categorías de cuestiones generales permiten la comparación entre industrias. Por ejemplo, Salud y nutrición es un tema de divulgación en la industria de las bebidas sin alcohol, que representa una medida específica de la industria de la cuestión general Bienestar del cliente. Sin embargo, la cuestión Bienestar del cliente se manifiesta como el tema de la divulgación Medicamentos falsificados en la industria Biotecnología y productos farmacéuticos.
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    • Calidad del aire Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.
      • Calidad del aire Las refinerías de biocombustibles generan emisiones atmosféricas que pueden incluir contaminantes del aire peligrosos o definidos y compuestos orgánicos volátiles. Las emisiones son generadas por el equipo de manejo de grano, las calderas, el tratamiento de aguas residuales y las unidades de enfriamiento, secado, destilación y fermentación. En la mayoría de las regiones, esas emisiones suelen estar sometidas a regulaciones regionales y estatales que tratan de contener las emisiones bajo determinados umbrales. En consecuencia, las emisiones atmosféricas a menudo están sujetas a permisos de emisiones y reducirlas puede ocasionar costes operativos o gastos de capital. También pueden aumentar los costes por la obligación de cumplir la normativa y por sanciones, así como por restricciones o retrasos en la concesión de permisos por parte de los organismos estatales y locales si las instalaciones incumplen la normativa.
    • Gestión de la energía La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.
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    • Gestión del agua y las aguas residuales Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.
      • Gestión del agua en la fabricación El refinado de biocombustibles suele consumir mucha agua. Las biorrefinerías requieren agua para el procesamiento, la fermentación, la destilación y el enfriamiento de la materia prima. Aunque el uso de agua en las biorrefinerías es modesto comparado con las cantidades consumidas en los cultivos de materias primas, está concentrado y, por tanto, puede tener repercusiones en los recursos hídricos locales. Las instalaciones también pueden generar aguas residuales que contienen sales, compuestos orgánicos, sólidos disueltos, fósforo y otras sustancias, lo que requiere un tratamiento. Las refinerías de biocombustible también pueden estar expuestas al riesgo de una reducción en la disponibilidad de agua con el consiguiente aumento del coste o la interrupción de las operaciones. La extracción de agua de ciertas zonas para las operaciones de refinado, así como la contaminación de los suministros de agua que generan dichas operaciones, también podrían generar riesgos regulatorios y tensiones con las comunidades locales. Por tanto, la eficiencia en el uso del agua en las operaciones y el tratamiento adecuado de los efluentes son factores importantes para el desempeño de las empresas de biocombustibles.
    • Calidad y seguridad de los productos Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con las características no deseadas de los productos vendidos o los servicios prestados que pueden crear riesgos para la salud o la seguridad de los usuarios finales. Se refiere a la capacidad de una empresa para ofrecer productos y/o servicios manufacturados que cumplan las expectativas de los clientes con respecto a sus características de salud y seguridad. Incluye, entre otras, cuestiones relacionadas con la responsabilidad, la gestión de las retiradas del mercado, las pruebas de los productos y la gestión de las sustancias químicas/contenidos/ingredientes de los productos.
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    • Bienestar del cliente La categoría aborda las preocupaciones del bienestar de los clientes sobre cuestiones que incluyen, entre otras, la salud y la nutrición de los alimentos y las bebidas, el uso de antibióticos en la producción animal y la gestión de sustancias controladas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para ofrecer a los consumidores productos y servicios manufacturados que se ajusten a las expectativas de la sociedad. No incluye cuestiones directamente relacionadas con la calidad y los fallos de seguridad de los productos y servicios fabricados, sino que aborda cualidades inherentes al diseño y la prestación de productos y servicios en los que el bienestar del cliente puede estar en entredicho. El alcance de la categoría también capta la capacidad de las empresas para evitar los productos falsificados.
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    • Prácticas de venta y etiquetado de productos Esta categoría aborda los problemas sociales que pueden surgir por no gestionar la transparencia, la exactitud y la comprensibilidad de las declaraciones de marketing, la publicidad y el etiquetado de los productos y servicios. Incluye, por ejemplo, las normas y reglamentos de publicidad, las prácticas de marketing éticas y responsables, el etiquetado engañoso o confuso, así como las prácticas de venta y préstamo discriminatorias o predatorias. Esto puede incluir prácticas de venta engañosas o agresivas en las que las estructuras de incentivos para los empleados podrían fomentar la venta de productos o servicios que no son del interés de los clientes.
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    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
      • Balance de emisiones durante el ciclo de vida El rápido crecimiento de la producción mundial de biocombustibles se debe en gran parte a las políticas energéticas oficiales que tratan de reducir las emisiones netas de GEI de los combustibles para el transporte y la dependencia de los combustibles fósiles. La mayoría de las políticas sobre combustibles renovables de todo el mundo exigen que los biocombustibles reduzcan las emisiones de GEI durante el ciclo de vida en relación con los combustibles fósiles de referencia para ajustarse a los umbrales obligatorios de combustibles renovables. El cálculo de las emisiones durante el ciclo de vida de los biocombustibles puede incluir las emisiones directas e indirectas de la producción de cultivos de materias primas y del uso del suelo, el refinado del combustible, el transporte del combustible y las materias primas y las emisiones de gases de escape de los vehículos. Los productores de biocombustibles pueden influir directamente en las emisiones netas durante el proceso de refinado mediante la gestión de la energía (uso de combustible), las innovaciones en los procesos y el uso de materias primas con perfiles de emisión más bajos. Los productos de combustible que logran reducir las emisiones netas pueden calificarse como biocombustibles avanzados que, dada la normativa existente en los Estados Unidos y Europa, pueden tener mayor demanda en el futuro. Las empresas de biocombustibles que reducen de manera rentable las emisiones netas de carbono de sus productos pueden obtener una ventaja competitiva, lo que aumentaría sus ingresos y su cuota de mercado.
    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
      • Suministro e impactos ambientales de la producción de materias primas El sector de los biocombustibles utiliza diversas materias primas vegetales para la producción. La mayoría de las empresas adquieren las materias primas a productores y distribuidores agrícolas. Cada vez aumenta más la proporción de tierra cultivable en el mundo ocupada por cultivos para biocombustibles. Las prácticas de cultivo no sostenibles pueden causar externalidades ambientales negativas, como la deforestación y la pérdida de biodiversidad, la degradación del suelo y la contaminación del agua. Estos factores podrían afectar negativamente al rendimiento de los cultivos de materias primas a corto y largo plazo, lo que a su vez podría influir en el precio y la disponibilidad de dichas materias primas para los productores de biocombustibles. Por tanto, es importante que los productores analicen la sostenibilidad de las cadenas de suministro, por ejemplo mediante certificaciones o el compromiso con los proveedores.
    • Abastecimiento y eficiencia de los materiales Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con la resistencia de las cadenas de suministro de materiales a los impactos del cambio climático y otros factores ambientales y sociales externos. Plasma las repercusiones de estos factores externos en la actividad operativa de los proveedores, que pueden afectar además a la disponibilidad y el precio de los recursos clave. Aborda la capacidad de una empresa para gestionar estos riesgos a través del diseño, la fabricación y la gestión del final de la vida útil del producto, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de materiales clave (desmaterialización), la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación y la realización de inversiones en I+D en materiales sustitutivos. Además, las empresas pueden gestionar estas cuestiones mediante la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores para garantizar su resistencia a los riesgos externos. No aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por la actividad operativa de los proveedores individuales, que se tratan en una categoría aparte.
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    • Gestión del entorno jurídico y reglamentario Esta categoría aborda el enfoque de una empresa para relacionarse con los reguladores en los casos en los que los intereses corporativos y públicos en conflicto pueden tener un potencial impacto medioambiental y social adverso a largo plazo, directo o indirecto. La categoría aborda el nivel de dependencia de una empresa de la política reguladora o de los incentivos económicos (como las subvenciones y los impuestos), las acciones para influir en la política del sector (como a través de los grupos de presión), la dependencia general de un entorno regulador favorable para la competitividad de la empresa y la capacidad para cumplir la normativa pertinente. Puede estar relacionado con la alineación de los puntos de vista de la dirección y de los inversores sobre el compromiso normativo y el cumplimiento en general.
      • Gestión del entorno jurídico y reglamentario El sector de los biocombustibles depende en gran medida de las políticas y regulaciones oficiales, que generan demanda e incentivan la oferta con exenciones fiscales y otras ayudas a la producción de materias primas. Por ello, el sector apoya ciertas regulaciones y políticas relacionadas con los combustibles renovables, los créditos fiscales a la producción y la producción de materias primas. Aunque el apoyo regulatorio puede generar beneficios a corto plazo, los posibles efectos ambientales adversos a largo plazo de la producción de materias primas y biocombustibles pueden ocasionar un retroceso en las políticas que les benefician, lo que crearía un entorno normativo más incierto. Por consiguiente, las empresas de biocombustibles podrían sacar partido de la elaboración de una estrategia clara de colaboración con los reguladores que esté en consonancia con los resultados comerciales sostenibles a largo plazo y que tenga en cuenta las externalidades ambientales.
    • Gestión del riesgo de incidentes críticos Esta categoría se refiere a la utilización por parte de la empresa de sistemas de gestión y planificación de escenarios para identificar, comprender y prevenir o minimizar la ocurrencia de accidentes y emergencias de baja probabilidad y alto impacto con potenciales externalidades ambientales y sociales significativas. Se refiere a la cultura de seguridad de una empresa, a sus sistemas de gestión de la seguridad y controles tecnológicos pertinentes, a las posibles implicaciones humanas, medioambientales y sociales de la ocurrencia de estos sucesos y a los efectos a largo plazo para una organización, sus trabajadores y la sociedad en caso de que se produzcan.
      • Seguridad operativa, preparación y respuesta ante emergencias La producción de biocombustibles presenta riesgos de seguridad operativa debido a la presencia de sustancias inflamables y explosivas, a las altas temperaturas y al equipo presurizado. Los incidentes en la seguridad de procesos pueden dañar las instalaciones, causar lesiones a los trabajadores y afectar al medioambiente y a las comunidades locales. Aunque la frecuencia de accidentes en el sector es relativamente baja, cuando se producen, los resultados pueden ser graves y tener importantes repercusiones en los resultados financieros. Las instalaciones dañadas pueden quedar inutilizadas durante períodos prolongados, con la consiguiente pérdida de ingresos y el aumento de gastos de capital para reparaciones. Las empresas consideradas como más expuestas a incidentes relacionados con la seguridad de procesos pueden tener un coste de capital más elevado, mientras que las lesiones de los empleados pueden dar lugar a litigios y sanciones reglamentarias. Y a la inversa, las empresas con una sólida cultura de seguridad y una supervisión de la seguridad operativa pueden detectar y responder más eficazmente a esos incidentes, mitigando los posibles riesgos financieros y mejorando la eficiencia operativa.
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    • Calidad del aire Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.
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    • Gestión de la energía La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.
      • Gestión de la energía El sector de los alimentos procesados depende, en gran medida, de la energía y el combustible como principales insumos para crear valor durante la fabricación de productos alimenticios. La energía es necesaria para hacer funcionar grandes instalaciones de fabricación para la cocción, la refrigeración y el envasado. La producción y el consumo energéticos provocan importantes efectos medioambientales, como el cambio climático y la contaminación, que pueden repercutir indirectamente, aunque sustancialmente, sobre los resultados de explotación de las compañías procesadoras de alimentos. La eficiencia energética durante la producción y la distribución podrá mitigar la exposición a la volatilidad de los costes energéticos y limitar la contribución de las compañías a las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero (GEI). Los productores podrán reducir aún más el riesgo que suponen los costes volátiles de la energía procedente de los combustibles fósiles (en particular, el gas natural, que se utiliza mucho en el sector) diversificando su cartera energética entre distintas fuentes. Las decisiones relativas al uso de combustibles alternativos, energías renovables y generación de electricidad in situ frente a la compra a la red, podrán desempeñar un papel importante que influya tanto en los costes como en la fiabilidad del suministro de energía.
    • Gestión del agua y las aguas residuales Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.
      • Gestión del agua Las compañías procesadoras de alimentos dependen de un gran suministro de agua para cocinar, procesar y limpiar los productos acabados. Además, las compañías del sector generan y deben gestionar sus descargas de aguas residuales procedentes de las actividades de procesamiento. A medida que la escasez de agua se convierte en un tema de creciente importancia, las compañías procesadoras de alimentos, especialmente las que trabajan en regiones en las que hay estrés hídrico, podrían enfrentarse a riesgos operativos cada vez mayores. Las compañías del sector podrían afrontar superiores costes operativos así como la escasez de agua, debido a la disponibilidad física o a los reglamentos. Las compañías podrán gestionar los riesgos y las oportunidades relacionados con el agua mediante inversiones de capital y evaluando la ubicación de las instalaciones en cuanto a los riesgos de escasez de agua, las mejoras de la eficiencia operativa y las asociaciones con los organismos reguladores y las comunidades en cuestiones relacionadas con el acceso al agua y los efluentes.
    • Calidad y seguridad de los productos Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con las características no deseadas de los productos vendidos o los servicios prestados que pueden crear riesgos para la salud o la seguridad de los usuarios finales. Se refiere a la capacidad de una empresa para ofrecer productos y/o servicios manufacturados que cumplan las expectativas de los clientes con respecto a sus características de salud y seguridad. Incluye, entre otras, cuestiones relacionadas con la responsabilidad, la gestión de las retiradas del mercado, las pruebas de los productos y la gestión de las sustancias químicas/contenidos/ingredientes de los productos.
      • Seguridad alimentaria La seguridad alimentaria, en lo que respecta a la calidad de la producción, los desperdicios, la contaminación, la trazabilidad de la cadena de suministro y el etiquetado de las alergias, puede afectar sustancialmente a las compañías procesadoras de alimentos. Las retiradas del mercado por seguridad alimentaria pueden producirse por numerosas razones, entre ellas, los defectos del envasado, la contaminación de los alimentos, los desperdicios y el etiquetado erróneo. Los problemas de seguridad alimentaria que surgen en la cadena de suministro de una compañía suelen dar lugar a retiradas de productos finales y también pueden influir en la reputación de la marca, las operaciones y los ingresos de las compañías procesadoras de alimentos. La trazabilidad de la cadena de suministro es una gran preocupación para las compañías del sector, en particular, a raíz de las nuevas reglamentaciones. Una gestión deficiente de la calidad y la seguridad de los alimentos puede perjudicar el valor de la marca, disminuir los ingresos y aumentar los costes asociados a las retiradas de los productos, las multas, las pérdidas de inventario o los litigios. Obtener certificaciones de seguridad alimentaria o garantizar que los proveedores cumplan las directrices de seguridad alimentaria podrá ayudar a las compañías del sector a salvaguardar la seguridad de los productos y a comunicar la calidad de sus productos a los minoristas y los consumidores.
    • Bienestar del cliente La categoría aborda las preocupaciones del bienestar de los clientes sobre cuestiones que incluyen, entre otras, la salud y la nutrición de los alimentos y las bebidas, el uso de antibióticos en la producción animal y la gestión de sustancias controladas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para ofrecer a los consumidores productos y servicios manufacturados que se ajusten a las expectativas de la sociedad. No incluye cuestiones directamente relacionadas con la calidad y los fallos de seguridad de los productos y servicios fabricados, sino que aborda cualidades inherentes al diseño y la prestación de productos y servicios en los que el bienestar del cliente puede estar en entredicho. El alcance de la categoría también capta la capacidad de las empresas para evitar los productos falsificados.
      • Salud y nutrición Los problemas nutricionales y sanitarios importantes, como la obesidad, la seguridad de los ingredientes y el valor nutricional están conformando el panorama competitivo del sector de los alimentos procesados. Las características sanitarias y nutricionales de los productos e ingredientes del sector son motivo de creciente preocupación tanto para los consumidores como para los organismos reguladores, lo que crea la posibilidad de que estas cuestiones afecten a la reputación de una compañía procesadora de alimentos y a su licencia de explotación. Las nuevas reglamentaciones, incluidos los impuestos sobre los alimentos procesados, pueden afectar a la rentabilidad del sector y plantear riesgos a largo plazo en forma de reducción de la demanda de los productos del sector. Las compañías que se adapten a las cambiantes preferencias de los consumidores para promover ofertas más saludables y nutritivas podrán estar mejor posicionadas para ganar cuota de mercado en un segmento cada vez más amplio, lo que evitará, al mismo tiempo, los riesgos asociados a la posible reglamentación y a las fluctuaciones de la demanda.
    • Prácticas de venta y etiquetado de productos Esta categoría aborda los problemas sociales que pueden surgir por no gestionar la transparencia, la exactitud y la comprensibilidad de las declaraciones de marketing, la publicidad y el etiquetado de los productos y servicios. Incluye, por ejemplo, las normas y reglamentos de publicidad, las prácticas de marketing éticas y responsables, el etiquetado engañoso o confuso, así como las prácticas de venta y préstamo discriminatorias o predatorias. Esto puede incluir prácticas de venta engañosas o agresivas en las que las estructuras de incentivos para los empleados podrían fomentar la venta de productos o servicios que no son del interés de los clientes.
      • Etiquetado y marketing de productos La comunicación con los consumidores mediante el etiquetado y la comercialización de los productos es una faceta importante de las compañías procesadoras de alimentos. La exactitud y la profundidad de la información presentada en el etiquetado de los alimentos es importante para los reguladores y los consumidores. Las reglamentaciones sobre el etiquetado obligan a proporcionar una información específica y detallada del producto, para garantizar la seguridad alimentaria e informar a los consumidores sobre el contenido nutricional. Además, para ayudarse a tomar decisiones de compra, los consumidores están cada vez más interesados en obtener más información sobre los ingredientes utilizados en los alimentos procesados, como el contenido de organismos modificados genéticamente (OMG), así como los métodos de producción que se han utilizado. Otra esfera de preocupación pública son las prácticas de marketing de las compañías procesadoras de alimentos, especialmente las dirigidas a los niños o las que se refieren a las alegaciones nutricionales, y si ofrecen información potencialmente falsa o engañosa. Las cuestiones relativas al etiquetado y el marketing de los productos pueden afectar al panorama competitivo del sector, ya que las compañías pueden ser objeto de litigios o críticas a causa de declaraciones engañosas o por no adaptarse a la demanda de los consumidores de una mayor transparencia en el etiquetado. Además, los reglamentos sobre el etiquetado y el marketing de productos introducen costes a corto plazo para su cumplimiento y entrañan el riesgo de sanciones o litigios. Todos estos factores pueden repercutir en el valor de la marca de una compañía, los costes de explotación y el crecimiento de los ingresos.
    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
      • Gestión del ciclo de vida de los envases Los materiales de embalaje representan un importante coste comercial e intervienen en la huella ambiental de las compañías procesadoras de alimentos. Cada etapa del ciclo de vida de un paquete, como el diseño, el transporte y la eliminación, plantea sus propios y únicos desafíos y oportunidades medioambientales. Las empresas pueden verse afectadas por las reglamentaciones sobre los materiales de envasado permitidos o la gestión del final de la vida útil de los envases. Las compañías procesadoras de alimentos pueden trabajar con los fabricantes de envases en el diseño de los mismos para ahorrar costes, mejorar la reputación de la marca y reducir el impacto medioambiental. Innovaciones como los materiales ligeros también pueden generar beneficios en el coste del transporte de mercancías. Otras innovaciones pueden mejorar la gestión de los productos al final de su vida útil, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclables o compostables, que pueden mitigar los posibles riesgos relacionados con los costes y el cumplimiento.
    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
      • Impactos ambientales y sociales de la cadena de suministro de ingredientes Las compañías del sector de los alimentos procesados gestionan las cadenas de suministro mundiales para abastecerse de una amplia gama de insumos de ingredientes. La forma en que las compañías seleccionan, supervisan y se comprometen con los proveedores en temas medioambientales y sociales afecta a la capacidad de las compañías para mantener un suministro constante y gestionar las fluctuaciones de los precios. Los problemas de gestión de la cadena de suministro relacionados con las prácticas laborales y medioambientales, la ética o la corrupción también pueden derivar en multas reglamentarias o en el aumento de los costes de explotación a largo plazo para las compañías. La naturaleza del sector, orientada al consumidor, aumenta los riesgos de reputación asociados al la actuación de los proveedores. Las compañías podrán colaborar con los proveedores clave para gestionar los riesgos medioambientales y sociales, para mejorar la resistencia de la cadena de suministro, mitigar los riesgos de reputación y aumentar potencialmente la demanda de los consumidores o captar nuevas oportunidades de mercado.
    • Abastecimiento y eficiencia de los materiales Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con la resistencia de las cadenas de suministro de materiales a los impactos del cambio climático y otros factores ambientales y sociales externos. Plasma las repercusiones de estos factores externos en la actividad operativa de los proveedores, que pueden afectar además a la disponibilidad y el precio de los recursos clave. Aborda la capacidad de una empresa para gestionar estos riesgos a través del diseño, la fabricación y la gestión del final de la vida útil del producto, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de materiales clave (desmaterialización), la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación y la realización de inversiones en I+D en materiales sustitutivos. Además, las empresas pueden gestionar estas cuestiones mediante la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores para garantizar su resistencia a los riesgos externos. No aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por la actividad operativa de los proveedores individuales, que se tratan en una categoría aparte.
      • Suministro de ingredientes Las compañías del sector de los alimentos procesados se abastecen de una amplia gama de ingredientes, en gran parte insumos agrícolas, suministrados por proveedores mundiales. La capacidad del sector para abastecerse de ingredientes y a ciertos niveles de precios fluctúa con la disponibilidad de la oferta, que puede verse afectada por el cambio climático, la escasez de agua, la ordenación de la tierra y otras consideraciones relativas a la escasez de recursos. Esta exposición puede dar lugar a una volatilidad de los precios que a su vez afecta a la rentabilidad de las compañías. El cambio climático, la escasez de agua y las restricciones para el uso de la tierra presentan riesgos para la capacidad a largo plazo de una compañía de abastecerse de materiales e ingredientes esenciales. Las compañías que se abastezcan de ingredientes que sean más productivos y menos intensivos en recursos, o que trabajen en estrecha colaboración con los proveedores para aumentar su adaptabilidad al cambio climático y a otros riesgos de escasez de recursos, estarán mejor protegidas contra la volatilidad de los precios o las interrupciones del suministro.
    • Gestión del entorno jurídico y reglamentario Esta categoría aborda el enfoque de una empresa para relacionarse con los reguladores en los casos en los que los intereses corporativos y públicos en conflicto pueden tener un potencial impacto medioambiental y social adverso a largo plazo, directo o indirecto. La categoría aborda el nivel de dependencia de una empresa de la política reguladora o de los incentivos económicos (como las subvenciones y los impuestos), las acciones para influir en la política del sector (como a través de los grupos de presión), la dependencia general de un entorno regulador favorable para la competitividad de la empresa y la capacidad para cumplir la normativa pertinente. Puede estar relacionado con la alineación de los puntos de vista de la dirección y de los inversores sobre el compromiso normativo y el cumplimiento en general.
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    • Gestión del riesgo de incidentes críticos Esta categoría se refiere a la utilización por parte de la empresa de sistemas de gestión y planificación de escenarios para identificar, comprender y prevenir o minimizar la ocurrencia de accidentes y emergencias de baja probabilidad y alto impacto con potenciales externalidades ambientales y sociales significativas. Se refiere a la cultura de seguridad de una empresa, a sus sistemas de gestión de la seguridad y controles tecnológicos pertinentes, a las posibles implicaciones humanas, medioambientales y sociales de la ocurrencia de estos sucesos y a los efectos a largo plazo para una organización, sus trabajadores y la sociedad en caso de que se produzcan.
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