Comparación de industrias

Está viendo información sobre las siguientes industrias:

  • Biocombustibles El sector de los biocombustibles está formado por empresas que producen biocombustibles y procesan materias primas para la producción. Los biocombustibles se fabrican con materias primas orgánicas y se utilizan principalmente como combustible para el transporte. Las empresas suelen obtener las materias primas, como alimentos, cultivos oleaginosos y productos animales, de los distribuidores de productos agrícolas. El etanol y el biodiésel son los biocombustibles más producidos, también existen otros como el biogás, el biohidrógeno y los biocombustibles sintéticos que se producen a partir de diversas materias primas orgánicas. Los clientes de las empresas de biocombustibles son principalmente empresas de mezcla y suministro de combustible, entre ellas importantes petroleras integradas. Se producen biocombustibles en todo el mundo, pero las empresas del sector que cotizan en bolsa operan principalmente en Estados Unidos, aunque algunas tienen operaciones menores en el extranjero, en particular en la India, Brasil y Corea del Sur. Las regulaciones gubernamentales relacionadas con el uso de combustible renovable suponen un fuerte impulso para la demanda en el sector.
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  • Constructoras El sector de las constructoras se compone de empresas que desarrollan nuevas viviendas y comunidades residenciales. Los esfuerzos de desarrollo generalmente incluyen la adquisición y preparación de terrenos, la construcción de viviendas y la venta de las mismas. La mayor parte de la actividad del sector se centra en el desarrollo y la venta de viviendas unifamiliares, que suelen formar parte de comunidades residenciales diseñadas por las empresas. Un segmento más pequeño se centra en las casas adosadas, los bloques de viviendas, las viviendas multifamiliares y el desarrollo de urbanizaciones de uso mixto. Muchas empresas del sector ofrecen servicios de financiación a los compradores individuales. Se trata de un sector variado, ya que hay un gran número de promotores de todos los tamaños, con empresas con diversas estructuras y objetivos geográficos. Las empresas cotizadas tienden a ser considerablemente más grandes e integradas que las numerosas constructoras de propiedad privada.
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Cuestiones relevantes para ambos Industrias (9 de 26)

¿Por qué algunas cuestiones se muestran atenuadas? Las normas SASB varían según la industria, en función de los diferentes riesgos y oportunidades de sostenibilidad de cada industria. Las cuestiones atenuadas no se identificaron durante el proceso de elaboración de normas como aquellas que pueden afectar al valor de la empresa con mayor probabilidad, por lo que no se incluyen en la norma. Con el tiempo, a medida que el Consejo de Normas SASB siga recibiendo las opiniones del mercado, es posible que se añadan o eliminen algunas cuestiones de la norma. Cada empresa determina por sí misma si una cuestión de sostenibilidad puede afectar a su capacidad de crear valor empresarial. La norma está diseñada para la empresa típica de una industria, pero las empresas individuales pueden optar por informar sobre diferentes cuestiones de sostenibilidad en función de su modelo de negocio único.

Temas de divulgación

¿Cuál es la relación entre la categoría de cuestiones generales y los temas de divulgación? La categoría de cuestiones generales es una versión independiente de la industria de los temas de divulgación que aparecen en cada norma del SASB. Los temas de divulgación representan los impactos específicos de la industria en las categorías de cuestiones generales. Los temas de divulgación específicos de la industria garantizan que cada norma del SASB se adapte a la industria, mientras que las categorías de cuestiones generales permiten la comparación entre industrias. Por ejemplo, Salud y nutrición es un tema de divulgación en la industria de las bebidas sin alcohol, que representa una medida específica de la industria de la cuestión general Bienestar del cliente. Sin embargo, la cuestión Bienestar del cliente se manifiesta como el tema de la divulgación Medicamentos falsificados en la industria Biotecnología y productos farmacéuticos.
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    • Calidad del aire Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.
      • Calidad del aire Las refinerías de biocombustibles generan emisiones atmosféricas que pueden incluir contaminantes del aire peligrosos o definidos y compuestos orgánicos volátiles. Las emisiones son generadas por el equipo de manejo de grano, las calderas, el tratamiento de aguas residuales y las unidades de enfriamiento, secado, destilación y fermentación. En la mayoría de las regiones, esas emisiones suelen estar sometidas a regulaciones regionales y estatales que tratan de contener las emisiones bajo determinados umbrales. En consecuencia, las emisiones atmosféricas a menudo están sujetas a permisos de emisiones y reducirlas puede ocasionar costes operativos o gastos de capital. También pueden aumentar los costes por la obligación de cumplir la normativa y por sanciones, así como por restricciones o retrasos en la concesión de permisos por parte de los organismos estatales y locales si las instalaciones incumplen la normativa.
    • Gestión del agua y las aguas residuales Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.
      • Gestión del agua en la fabricación El refinado de biocombustibles suele consumir mucha agua. Las biorrefinerías requieren agua para el procesamiento, la fermentación, la destilación y el enfriamiento de la materia prima. Aunque el uso de agua en las biorrefinerías es modesto comparado con las cantidades consumidas en los cultivos de materias primas, está concentrado y, por tanto, puede tener repercusiones en los recursos hídricos locales. Las instalaciones también pueden generar aguas residuales que contienen sales, compuestos orgánicos, sólidos disueltos, fósforo y otras sustancias, lo que requiere un tratamiento. Las refinerías de biocombustible también pueden estar expuestas al riesgo de una reducción en la disponibilidad de agua con el consiguiente aumento del coste o la interrupción de las operaciones. La extracción de agua de ciertas zonas para las operaciones de refinado, así como la contaminación de los suministros de agua que generan dichas operaciones, también podrían generar riesgos regulatorios y tensiones con las comunidades locales. Por tanto, la eficiencia en el uso del agua en las operaciones y el tratamiento adecuado de los efluentes son factores importantes para el desempeño de las empresas de biocombustibles.
    • Impactos ecológicos Esta categoría aborda la gestión de los impactos de la empresa en los ecosistemas y la biodiversidad a través de actividades que incluyen, entre otras, el uso de la tierra para la exploración, la extracción de recursos naturales y el cultivo, así como el desarrollo, la construcción y el emplazamiento de proyectos. Los impactos incluyen, entre otros, la pérdida de biodiversidad, la destrucción de hábitats y la deforestación en todas las fases: planificación, adquisición de terrenos, obtención de permisos, desarrollo, operaciones y rehabilitación de emplazamientos. La categoría no cubre los impactos del cambio climático en los ecosistemas y la biodiversidad.
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    • Salud y seguridad de los empleados Esta categoría se refiere a la capacidad de una empresa para crear y mantener un entorno de trabajo seguro y saludable, libre de lesiones, muertes y enfermedades (tanto crónicas como graves). Tradicionalmente se consigue mediante la aplicación de planes de gestión de la seguridad, el desarrollo de requisitos de formación para empleados y contratistas, y la realización de auditorías periódicas de sus propias prácticas y de las de sus subcontratistas. La categoría también recoge cómo las empresas garantizan la salud física y mental de los trabajadores a través de la tecnología, la formación, la cultura corporativa, el cumplimiento de la normativa, la supervisión y las pruebas, y los equipos de protección personal.
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    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
      • Balance de emisiones durante el ciclo de vida El rápido crecimiento de la producción mundial de biocombustibles se debe en gran parte a las políticas energéticas oficiales que tratan de reducir las emisiones netas de GEI de los combustibles para el transporte y la dependencia de los combustibles fósiles. La mayoría de las políticas sobre combustibles renovables de todo el mundo exigen que los biocombustibles reduzcan las emisiones de GEI durante el ciclo de vida en relación con los combustibles fósiles de referencia para ajustarse a los umbrales obligatorios de combustibles renovables. El cálculo de las emisiones durante el ciclo de vida de los biocombustibles puede incluir las emisiones directas e indirectas de la producción de cultivos de materias primas y del uso del suelo, el refinado del combustible, el transporte del combustible y las materias primas y las emisiones de gases de escape de los vehículos. Los productores de biocombustibles pueden influir directamente en las emisiones netas durante el proceso de refinado mediante la gestión de la energía (uso de combustible), las innovaciones en los procesos y el uso de materias primas con perfiles de emisión más bajos. Los productos de combustible que logran reducir las emisiones netas pueden calificarse como biocombustibles avanzados que, dada la normativa existente en los Estados Unidos y Europa, pueden tener mayor demanda en el futuro. Las empresas de biocombustibles que reducen de manera rentable las emisiones netas de carbono de sus productos pueden obtener una ventaja competitiva, lo que aumentaría sus ingresos y su cuota de mercado.
    • Resiliencia del modelo de negocio La categoría aborda la capacidad de una industria para gestionar los riesgos y oportunidades asociados a la incorporación de las transiciones sociales, medioambientales y políticas en la planificación del modelo de negocio a largo plazo. Esto incluye la respuesta a la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono y con limitaciones climáticas, así como el crecimiento y la creación de nuevos mercados entre las poblaciones socioeconómicas desatendidas y subatendidas. La categoría destaca los sectores en los que la evolución de las realidades medioambientales y sociales puede obligar a las empresas a adaptarse fundamentalmente o puede poner en peligro sus modelos de negocio.
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    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
      • Suministro e impactos ambientales de la producción de materias primas El sector de los biocombustibles utiliza diversas materias primas vegetales para la producción. La mayoría de las empresas adquieren las materias primas a productores y distribuidores agrícolas. Cada vez aumenta más la proporción de tierra cultivable en el mundo ocupada por cultivos para biocombustibles. Las prácticas de cultivo no sostenibles pueden causar externalidades ambientales negativas, como la deforestación y la pérdida de biodiversidad, la degradación del suelo y la contaminación del agua. Estos factores podrían afectar negativamente al rendimiento de los cultivos de materias primas a corto y largo plazo, lo que a su vez podría influir en el precio y la disponibilidad de dichas materias primas para los productores de biocombustibles. Por tanto, es importante que los productores analicen la sostenibilidad de las cadenas de suministro, por ejemplo mediante certificaciones o el compromiso con los proveedores.
    • Gestión del entorno jurídico y reglamentario Esta categoría aborda el enfoque de una empresa para relacionarse con los reguladores en los casos en los que los intereses corporativos y públicos en conflicto pueden tener un potencial impacto medioambiental y social adverso a largo plazo, directo o indirecto. La categoría aborda el nivel de dependencia de una empresa de la política reguladora o de los incentivos económicos (como las subvenciones y los impuestos), las acciones para influir en la política del sector (como a través de los grupos de presión), la dependencia general de un entorno regulador favorable para la competitividad de la empresa y la capacidad para cumplir la normativa pertinente. Puede estar relacionado con la alineación de los puntos de vista de la dirección y de los inversores sobre el compromiso normativo y el cumplimiento en general.
      • Gestión del entorno jurídico y reglamentario El sector de los biocombustibles depende en gran medida de las políticas y regulaciones oficiales, que generan demanda e incentivan la oferta con exenciones fiscales y otras ayudas a la producción de materias primas. Por ello, el sector apoya ciertas regulaciones y políticas relacionadas con los combustibles renovables, los créditos fiscales a la producción y la producción de materias primas. Aunque el apoyo regulatorio puede generar beneficios a corto plazo, los posibles efectos ambientales adversos a largo plazo de la producción de materias primas y biocombustibles pueden ocasionar un retroceso en las políticas que les benefician, lo que crearía un entorno normativo más incierto. Por consiguiente, las empresas de biocombustibles podrían sacar partido de la elaboración de una estrategia clara de colaboración con los reguladores que esté en consonancia con los resultados comerciales sostenibles a largo plazo y que tenga en cuenta las externalidades ambientales.
    • Gestión del riesgo de incidentes críticos Esta categoría se refiere a la utilización por parte de la empresa de sistemas de gestión y planificación de escenarios para identificar, comprender y prevenir o minimizar la ocurrencia de accidentes y emergencias de baja probabilidad y alto impacto con potenciales externalidades ambientales y sociales significativas. Se refiere a la cultura de seguridad de una empresa, a sus sistemas de gestión de la seguridad y controles tecnológicos pertinentes, a las posibles implicaciones humanas, medioambientales y sociales de la ocurrencia de estos sucesos y a los efectos a largo plazo para una organización, sus trabajadores y la sociedad en caso de que se produzcan.
      • Seguridad operativa, preparación y respuesta ante emergencias La producción de biocombustibles presenta riesgos de seguridad operativa debido a la presencia de sustancias inflamables y explosivas, a las altas temperaturas y al equipo presurizado. Los incidentes en la seguridad de procesos pueden dañar las instalaciones, causar lesiones a los trabajadores y afectar al medioambiente y a las comunidades locales. Aunque la frecuencia de accidentes en el sector es relativamente baja, cuando se producen, los resultados pueden ser graves y tener importantes repercusiones en los resultados financieros. Las instalaciones dañadas pueden quedar inutilizadas durante períodos prolongados, con la consiguiente pérdida de ingresos y el aumento de gastos de capital para reparaciones. Las empresas consideradas como más expuestas a incidentes relacionados con la seguridad de procesos pueden tener un coste de capital más elevado, mientras que las lesiones de los empleados pueden dar lugar a litigios y sanciones reglamentarias. Y a la inversa, las empresas con una sólida cultura de seguridad y una supervisión de la seguridad operativa pueden detectar y responder más eficazmente a esos incidentes, mitigando los posibles riesgos financieros y mejorando la eficiencia operativa.
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    • Calidad del aire Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.
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    • Gestión del agua y las aguas residuales Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.
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    • Impactos ecológicos Esta categoría aborda la gestión de los impactos de la empresa en los ecosistemas y la biodiversidad a través de actividades que incluyen, entre otras, el uso de la tierra para la exploración, la extracción de recursos naturales y el cultivo, así como el desarrollo, la construcción y el emplazamiento de proyectos. Los impactos incluyen, entre otros, la pérdida de biodiversidad, la destrucción de hábitats y la deforestación en todas las fases: planificación, adquisición de terrenos, obtención de permisos, desarrollo, operaciones y rehabilitación de emplazamientos. La categoría no cubre los impactos del cambio climático en los ecosistemas y la biodiversidad.
      • Uso del suelo y efectos ecológicos Las constructoras se enfrentan a desafíos directamente relacionados con los efectos ecológicos de las actividades de edificación. Los proyectos suelen desarrollarse en terrenos que previamente no estaban urbanizados, y las empresas deben ocuparse de las alteraciones que las actividades de construcción provoquen en el ecosistema, así como de las regulaciones y los procesos de concesión de permisos correspondientes en lo que se refiere a la urbanización en terrenos vírgenes. Independientemente de las decisiones referentes a la ubicación que tomen las empresas, las actividades de edificación del sector generalmente conllevan riesgos relacionados con la contaminación del suelo y el agua, la mala gestión de los residuos y una presión excesiva sobre los recursos hídricos durante las fases de construcción y utilización. La violación de los reglamentos medioambientales puede dar lugar a costosas multas y a demoras que disminuyen los beneficios financieros y, al mismo tiempo, perjudicar la reputación de la empresa. Las empresas con violaciones repetidas o antecedentes de actividades anteriores con efectos ecológicos excesivos pueden tener dificultades para recibir la autorización de las comunidades locales para llevar a cabo nuevos proyectos de urbanización, disminuyendo así los ingresos y la cuota de mercado futuros. Las empresas que concentran sus esfuerzos de edificación en regiones con estrés hídrico pueden tener más dificultades para obtener los correspondientes permisos, y también se enfrentan a riesgos relacionados con la depreciación de los terrenos o viviendas debido a la escasez de agua. Los procedimientos de control de la calidad medioambiental, las estrategias de «crecimiento inteligente» (incluida una especial atención a las zonas de reurbanización) y las estrategias de conservación pueden ayudar a garantizar el cumplimiento de las leyes ambientales y, por lo tanto, a mitigar los riesgos financieros, mejorando al mismo tiempo las oportunidades de crecimiento futuro.
    • Salud y seguridad de los empleados Esta categoría se refiere a la capacidad de una empresa para crear y mantener un entorno de trabajo seguro y saludable, libre de lesiones, muertes y enfermedades (tanto crónicas como graves). Tradicionalmente se consigue mediante la aplicación de planes de gestión de la seguridad, el desarrollo de requisitos de formación para empleados y contratistas, y la realización de auditorías periódicas de sus propias prácticas y de las de sus subcontratistas. La categoría también recoge cómo las empresas garantizan la salud física y mental de los trabajadores a través de la tecnología, la formación, la cultura corporativa, el cumplimiento de la normativa, la supervisión y las pruebas, y los equipos de protección personal.
      • Salud y seguridad de la fuerza laboral La construcción de viviendas requiere una cantidad significativa de trabajo manual por parte de los empleados y subcontratistas de una empresa. Las actividades de excavación y de construcción de viviendas son físicamente exigentes, y exponen a los trabajadores a riesgos de caídas y de accidentes relacionados con la maquinaria pesada, lo que provoca tasas de lesiones y de mortalidad relativamente altas entre los trabajadores. Las lesiones y fallecimientos ocasionan costes internos y externos que pueden afectar significativamente a los resultados de las operaciones y a su licencia social para llevarlas a cabo. Entre las posibles consecuencias se incluyen multas, sanciones, costes de indemnización a los trabajadores, costes extra relacionados con el cumplimiento de las normativas a causa de una vigilancia más estricta, primas de seguro más elevadas y retrasos e interrupciones en los proyectos. Para evitar dichos costes, las empresas pueden promover una cultura de seguridad mediante la elaboración de planes de gestión proactiva de la seguridad, la formación de los empleados y contratistas y la realización de auditorías periódicas.
    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
      • Diseño para la eficiencia de los recursos Cuando están ocupados, los edificios residenciales consumen cantidades significativas de energía y agua. Las empresas del sector pueden mejorar la eficiencia de los recursos durante el ciclo de vida de las viviendas mediante la elección de materiales y prácticas de diseño sostenible. Los productos y las técnicas para ahorrar energía, como el diseño de viviendas destinado a lograr una calefacción y refrigeración eficientes, pueden ayudar a reducir la dependencia de la energía, provenga esta de la red eléctrica o del uso de combustible in situ. Estas medidas, que tienen por objeto mejorar la eficiencia de los recursos de las viviendas, pueden disminuir los costes de propiedad gracias a la reducción de las facturas de los servicios. Los elementos para el ahorro de agua, como los grifos de bajo caudal, alivian la presión sobre las comunidades locales y es probable que también reduzcan los costes. El hecho de que los compradores de viviendas estén concienzados sobre la importancia de la eficiencia energética y del agua facilita que las empresas aumenten la demanda en su mercado objetivo, aumentando así los ingresos o los márgenes de beneficio. La aplicación eficaz y rentable de principios de diseño basados en la eficiencia de los recursos favorecen la ventaja competitiva, especialmente cuando las empresas logran inculcar sistemáticamente a los clientes los beneficios a largo plazo de dichas viviendas.
      • Efectos de las nuevas edificaciones en la comunidad La planificación comunitaria y urbanística da a los constructores de viviendas la oportunidad de diseñar cuidadosamente nuevas urbanizaciones residenciales de manera que beneficien a sus clientes y a la comunidad circundante preexistente. La edificación de nuevas viviendas puede ocasionar crecimiento económico y oportunidades laborales y, al mismo tiempo, moderar el aumento del coste de vida, así como proporcionar a las comunidades vecindarios seguros y dinámicos. Las empresas pueden esforzarse por mejorar los efectos ambientales y sociales de las comunidades facilitando el uso del transporte público o evitando sobrecargar las infraestructuras de transporte o servicios públicos existentes, proporcionando acceso a los espacios verdes, desarrollando espacios de uso mixto y creando comunidades más aptas para los peatones. Estas estrategias pueden ayudar a aumentar la demanda general y los precios de venta de las viviendas, así como a reducir los riesgos relacionados con la concesión de permisos y la oposición de la comunidad o de los grupos de interés en relación con los proyectos de urbanización actuales o futuros. Cuando las empresas utilizan estrategias de edificación que integran inadecuadamente a las nuevas comunidades en las comunidades vecinas preexistentes, corren el riesgo de que los precios de venta sean insuficientes, de que los costes resulten excesivos en relación con las necesidades y evaluaciones de las infraestructuras y de que se produzcan retrasos, problemas en la concesión de permisos o se pierda el apoyo de la comunidad para futuros proyectos.
    • Resiliencia del modelo de negocio La categoría aborda la capacidad de una industria para gestionar los riesgos y oportunidades asociados a la incorporación de las transiciones sociales, medioambientales y políticas en la planificación del modelo de negocio a largo plazo. Esto incluye la respuesta a la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono y con limitaciones climáticas, así como el crecimiento y la creación de nuevos mercados entre las poblaciones socioeconómicas desatendidas y subatendidas. La categoría destaca los sectores en los que la evolución de las realidades medioambientales y sociales puede obligar a las empresas a adaptarse fundamentalmente o puede poner en peligro sus modelos de negocio.
      • Adaptación al cambio climático Los efectos del cambio climático, incluidos los fenómenos meteorológicos extremos y el cambio de los patrones climáticos, pueden afectar a los mercados que las empresas seleccionan para edificar viviendas y comunidades residenciales. Es probable que las empresas con modelos de negocio que incluyan evaluaciones continuas de los riesgos del cambio climático y se adapten a esos riesgos aumenten más eficazmente el valor de la empresa a largo plazo, en parte gracias la reducción de los riesgos. Más concretamente, las estrategias centradas en actividades de desarrollo de viviendas en llanuras aluviales y regiones costeras expuestas a fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones, tienen una mayor necesidad de que sus modelos de negocio se adapten al cambio climático, especialmente teniendo en cuenta los desafíos a largo plazo, como las tasas de seguro contra inundaciones, la estabilidad financiera de los programas de seguro contra inundaciones subvencionados por el gobierno, la concesión de permisos y las condiciones de financiación. El aumento de los riesgos climáticos y el coste cada vez mayor de la ocupación de propiedades en regiones inestables puede traducirse en una reducción de la demanda a largo plazo, la depreciación del valor del terreno e incertidumbre por los costes subestimados a largo plazo para los propietarios. Además, las empresas que construyen urbanizaciones en regiones con estrés hídrico corren el riesgo de perder el valor de la tierra y pueden tener problemas para obtener los correspondientes permisos. La evaluación activa de los riesgos del cambio climático y una visión holística de la demanda de viviendas a largo plazo pueden permitir a las empresas adaptarse con éxito a esos riesgos.
    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
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    • Gestión del entorno jurídico y reglamentario Esta categoría aborda el enfoque de una empresa para relacionarse con los reguladores en los casos en los que los intereses corporativos y públicos en conflicto pueden tener un potencial impacto medioambiental y social adverso a largo plazo, directo o indirecto. La categoría aborda el nivel de dependencia de una empresa de la política reguladora o de los incentivos económicos (como las subvenciones y los impuestos), las acciones para influir en la política del sector (como a través de los grupos de presión), la dependencia general de un entorno regulador favorable para la competitividad de la empresa y la capacidad para cumplir la normativa pertinente. Puede estar relacionado con la alineación de los puntos de vista de la dirección y de los inversores sobre el compromiso normativo y el cumplimiento en general.
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    • Gestión del riesgo de incidentes críticos Esta categoría se refiere a la utilización por parte de la empresa de sistemas de gestión y planificación de escenarios para identificar, comprender y prevenir o minimizar la ocurrencia de accidentes y emergencias de baja probabilidad y alto impacto con potenciales externalidades ambientales y sociales significativas. Se refiere a la cultura de seguridad de una empresa, a sus sistemas de gestión de la seguridad y controles tecnológicos pertinentes, a las posibles implicaciones humanas, medioambientales y sociales de la ocurrencia de estos sucesos y a los efectos a largo plazo para una organización, sus trabajadores y la sociedad en caso de que se produzcan.
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