Comparación de industrias

Está viendo información sobre las siguientes industrias:

  • Productos de celulosa y papel El sector de productos de celulosa y papel se compone de empresas que fabrican diversos productos de pulpa de madera y papel, como fibra de pulpa, papel de embalaje y papel sanitario, papel para oficina, papel periódico y papel para aplicaciones industriales. Las empresas de la industria suelen funcionar como entidades «empresa a empresa» y pueden operar en múltiples países, como Estados Unidos, Canadá y Brasil. Si bien algunas empresas integradas poseen o gestionan terrenos madereros y se dedican a la gestión forestal, las cuestiones de sostenibilidad resultantes de estas actividades se abordan en el estándar industrial de gestión forestal (RR-FM) de SASB.
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  • Bebidas alcohólicas El sector de las bebidas alcohólicas incluye compañías que elaboran, destilan y manufacturan diferentes bebidas alcohólicas, incluyendo cerveza, vino y licores. Las empresas de esta industria transforman productos agrícolas, incluyendo azúcar, cebada y maíz, en bebidas alcohólicas terminadas. Las empresas más grandes operan a nivel mundial y cuentan con numerosos productos de marca en su oferta. Debido a la regulación en los diferentes mercados, los niveles de integración vertical dentro del sector varían. Las cerveceras suelen tener múltiples instalaciones de fabricación que les proporcionan acceso a diferentes mercados, mientras que los vinicultores y las destilerías suelen estar situados en lugares que cuentan con una tradición de dichas producciones.
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Cuestiones relevantes para ambos Industrias (8 de 26)

¿Por qué algunas cuestiones se muestran atenuadas? Las normas SASB varían según la industria, en función de los diferentes riesgos y oportunidades de sostenibilidad de cada industria. Las cuestiones atenuadas no se identificaron durante el proceso de elaboración de normas como aquellas que pueden afectar al valor de la empresa con mayor probabilidad, por lo que no se incluyen en la norma. Con el tiempo, a medida que el Consejo de Normas SASB siga recibiendo las opiniones del mercado, es posible que se añadan o eliminen algunas cuestiones de la norma. Cada empresa determina por sí misma si una cuestión de sostenibilidad puede afectar a su capacidad de crear valor empresarial. La norma está diseñada para la empresa típica de una industria, pero las empresas individuales pueden optar por informar sobre diferentes cuestiones de sostenibilidad en función de su modelo de negocio único.

Temas de divulgación

¿Cuál es la relación entre la categoría de cuestiones generales y los temas de divulgación? La categoría de cuestiones generales es una versión independiente de la industria de los temas de divulgación que aparecen en cada norma del SASB. Los temas de divulgación representan los impactos específicos de la industria en las categorías de cuestiones generales. Los temas de divulgación específicos de la industria garantizan que cada norma del SASB se adapte a la industria, mientras que las categorías de cuestiones generales permiten la comparación entre industrias. Por ejemplo, Salud y nutrición es un tema de divulgación en la industria de las bebidas sin alcohol, que representa una medida específica de la industria de la cuestión general Bienestar del cliente. Sin embargo, la cuestión Bienestar del cliente se manifiesta como el tema de la divulgación Medicamentos falsificados en la industria Biotecnología y productos farmacéuticos.
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    • Emisiones de GEI Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).
      • Emisión de gases de efecto invernadero La fabricación de productos de celulosa y papel genera emisiones directas de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas a la combustión de combustibles fósiles y biomasa en motores fijos y móviles, calderas de cogeneración y otros equipos de procesamiento. Las empresas de este sector también suelen utilizar cantidades importantes de biomasa neutra en carbono para cubrir sus necesidades energéticas, y dicho uso puede reducir los costes relacionados con la compra de combustibles fósiles, además de mitigar el riesgo reglamentario asociado a las emisiones de carbono. Las emisiones procedentes de fuentes de combustibles fósiles pueden provocar costes de cumplimiento normativo, en función de la magnitud de las emisiones y de la normativa vigente al respecto. Las empresas que gestionan de forma rentable las emisiones de GEI mediante una mayor eficiencia energética, el uso de combustibles alternativos o mejoras en los procesos de fabricación pueden beneficiarse de una mayor eficiencia operativa y de la reducción de los costes de cumplimiento normativo.
    • Calidad del aire Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.
      • Calidad del aire Las fábricas de productos de celulosa y papel producen emisiones atmosféricas, como óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno y material particulado. Entre las fuentes de las emisiones se incluyen las calderas de combustible de cogeneración, las cámaras de presión de celulosa y papel, la pulpa de virutas de madera, la recuperación química de pulpa y los motores de proceso. Aunque las emisiones del sector han disminuido considerablemente en los últimos años, los gastos de reducción de las mismas pueden ser considerables y la naturaleza cambiante de los reglamentos sobre la calidad del aire puede provocar una cierta incertidumbre normativa. Las empresas que reducen las emisiones atmosféricas de manera rentable pueden mejorar la eficiencia operativa, beneficiarse de una estructura de costes inferiores y mitigar los riesgos reglamentarios.
    • Gestión de la energía La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.
      • Gestión de la energía La fabricación de productos de celulosa y papel consume una gran cantidad de energía. En la mayoría de las instalaciones, la energía procede principalmente de la combustión de biomasa y de combustibles fósiles, mientras que en algunas instalaciones también se utiliza electricidad adquirida. Las decisiones relativas a la generación de electricidad in situ frente a su obtención de la red, así como el uso de la biomasa y otras energías renovables, pueden crear compensaciones relacionadas con el coste y la fiabilidad del suministro de energía para las operaciones y el alcance de los riesgos reglamentarios derivados del alcance 1 o de otras emisiones atmosféricas. Es probable que la forma en que una empresa gestiona su eficiencia energética, su dependencia de diferentes tipos de energía y los riesgos de sostenibilidad asociados, así como su capacidad para acceder a fuentes de energía alternativas, mitigue los efectos de la variabilidad del coste de la energía.
    • Gestión del agua y las aguas residuales Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.
      • Gestión del agua Normalmente, la fabricación de productos de celulosa y papel es un proceso que requiere mucha agua. Dicho consumo de agua se produce durante el procesamiento de materiales, la refrigeración necesaria durante el proceso y la generación de vapor en las plantas energéticas in situ. Las empresas requieren un suministro de agua abundante y estable, y pueden producir grandes volúmenes de aguas residuales, la mayoría de las cuales se tratan y devuelven al medioambiente. El agua de proceso suele contener compuestos orgánicos disueltos y otros sólidos, lo que subraya la importancia del tratamiento del agua. Además de los efluentes del agua, la disponibilidad de dicho elemento representa una consideración importante para el sector, ya que la escasez podría dar lugar a mayores costes de abastecimiento, interrupciones en el suministro o tensiones con los usuarios locales. Las empresas pueden adoptar diversas estrategias para abordar las cuestiones relativas al abastecimiento y el tratamiento del agua, como mejorar el reciclaje del agua de procesos de manera rentable, mejorar las técnicas de producción para reducir la intensidad del agua y garantizar el cumplimiento de los reglamentos sobre los efluentes del agua.
    • Prácticas de venta y etiquetado de productos Esta categoría aborda los problemas sociales que pueden surgir por no gestionar la transparencia, la exactitud y la comprensibilidad de las declaraciones de marketing, la publicidad y el etiquetado de los productos y servicios. Incluye, por ejemplo, las normas y reglamentos de publicidad, las prácticas de marketing éticas y responsables, el etiquetado engañoso o confuso, así como las prácticas de venta y préstamo discriminatorias o predatorias. Esto puede incluir prácticas de venta engañosas o agresivas en las que las estructuras de incentivos para los empleados podrían fomentar la venta de productos o servicios que no son del interés de los clientes.
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    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
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    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
      • Gestión de la cadena de suministro Las empresas de productos de celulosa y papel se abastecen de madera y fibra de madera de empresas de gestión forestal o de reciclaje de fibra de papel y de bosques gestionados por las propias empresas. Los riesgos de la cadena de suministro incluyen la disminución de la productividad de los bosques debido a las prácticas de gestión o al cambio climático, los reglamentos en relación con una gestión forestal sostenible y los efectos en la reputación. Para mitigar dichos riesgos y satisfacer la creciente demanda de los clientes de productos sostenibles de fibra y papel, los fabricantes aplican estándares de certificación forestal y de cadena de custodia de la fibra que verifican que la fibra virgen y reciclada procede de bosques gestionados de forma sostenible. Además, los fabricantes de celulosa y papel cuentan con compensaciones por el uso de fibra recuperada. Los productos con contenido reciclado tienen cada vez más demanda, lo que proporciona una posible vía para la diferenciación del producto, mientras que el uso de fibra reciclada puede minimizar la necesidad de fibra virgen. Por el contrario, la fabricación de productos con un mayor contenido reciclado puede aumentar la generación de residuos y el consumo de energía, mientras que la fibra reciclada puede ser más costosa dadas las discrepancias entre la oferta y la demanda. Por ello, las empresas pueden beneficiarse optimizando el uso de la fibra reciclada para equilibrar sus compensaciones medioambientales y económicas.
    • Abastecimiento y eficiencia de los materiales Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con la resistencia de las cadenas de suministro de materiales a los impactos del cambio climático y otros factores ambientales y sociales externos. Plasma las repercusiones de estos factores externos en la actividad operativa de los proveedores, que pueden afectar además a la disponibilidad y el precio de los recursos clave. Aborda la capacidad de una empresa para gestionar estos riesgos a través del diseño, la fabricación y la gestión del final de la vida útil del producto, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de materiales clave (desmaterialización), la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación y la realización de inversiones en I+D en materiales sustitutivos. Además, las empresas pueden gestionar estas cuestiones mediante la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores para garantizar su resistencia a los riesgos externos. No aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por la actividad operativa de los proveedores individuales, que se tratan en una categoría aparte.
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    • Emisiones de GEI Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).
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    • Calidad del aire Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.
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    • Gestión de la energía La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.
      • Gestión de la energía Las empresas del sector de bebidas alcohólicas dependen tanto de la electricidad adquirida como del combustible a modo de insumos fundamentales para la creación de valor. El consumo de combustible fósil y energía eléctrica puede tener consecuencias ambientales, contribuyendo al cambio climático y la contaminación. Estos efectos pueden afectar al valor de las empresas de la industria, ya que las regulaciones de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y los nuevos incentivos para la eficiencia energética y las energías renovables podrían provocar una mayor volatilidad de los precios de los combustibles fósiles y la electricidad convencional y, al mismo tiempo, favorecer la competitividad de los costes de las fuentes alternativas. Las empresas que gestionan su uso general de la energía mediante el aumento de la eficiencia y el uso de fuentes de energía alternativas pueden mejorar la rentabilidad reduciendo los gastos y mitigando los riesgos.
    • Gestión del agua y las aguas residuales Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.
      • Gestión del agua La gestión del agua está relacionada con el uso directo que una empresa hace del agua, si sus operaciones se realizan en regiones con escasez de agua y con su gestión de las aguas residuales. Las empresas del sector de bebidas alcohólicas utilizan una gran cantidad de agua en sus operaciones, ya que el agua es un insumo clave para sus productos acabados. Dada la gran dependencia de las empresas de bebidas alcohólicas de grandes volúmenes de agua salubre y el hecho de que la escasez de agua está aumentando en diferentes regiones del mundo, las empresas podrían estar expuestas a interrupciones del suministro que podrían afectar significativamente a las operaciones y aumentar los costes. Las empresas que operan en regiones con estrés hídrico y que no atienden a las preocupaciones locales al respecto pueden correr un mayor riesgo de perder su licencia social para operar. La mejora de la gestión del agua mediante el aumento de la eficiencia y el reciclaje, en particular en las regiones con niveles de estrés hídrico inicial, puede dar lugar a una reducción de los costes operativos, la reducción de los riesgos y un mayor valor de los activos intangibles.
    • Prácticas de venta y etiquetado de productos Esta categoría aborda los problemas sociales que pueden surgir por no gestionar la transparencia, la exactitud y la comprensibilidad de las declaraciones de marketing, la publicidad y el etiquetado de los productos y servicios. Incluye, por ejemplo, las normas y reglamentos de publicidad, las prácticas de marketing éticas y responsables, el etiquetado engañoso o confuso, así como las prácticas de venta y préstamo discriminatorias o predatorias. Esto puede incluir prácticas de venta engañosas o agresivas en las que las estructuras de incentivos para los empleados podrían fomentar la venta de productos o servicios que no son del interés de los clientes.
      • Consumo de alcohol y marketing responsables El consumo irresponsable de bebidas alcohólicas puede provocar externalidades negativas, como la conducción bajo los efectos del alcohol, la adicción, problemas de salud pública, consumo de alcohol por parte de menores de edad e incluso la muerte. Cada año, el consumo irresponsable de alcohol contribuye a que se produzcan millones de muertes en todo el mundo, buena parte de las cuales se trata de menores de edad y jóvenes. El uso nocivo del alcohol es tema de creciente preocupación, en particular en los países en vías de desarrollo, que no cuentan con leyes que luchen contra sus efectos perjudiciales. Las empresas de bebidas alcohólicas pueden verse obligadas a asumir los costes de esos factores sociales exógenos a través de impuestos, demandas judiciales o daños a la reputación, lo que puede tener importantes repercusiones en las operaciones y los resultados financieros. No gestionar adecuadamente los factores sociales exógenos puede propiciar la aplicación de regulaciones aún más desfavorable y socavar la licencia social del sector para operar. Mediante los programas educativos y de implicación, la cooperación con la comunidad y el marketing responsable, especialmente en lo tocante a los menores de edad, las empresas pueden abordar y mitigar muchos de los factores sociales exógenos asociados con el abuso de alcohol. Las empresas que gestionan eficazmente esta cuestión pueden reducir las probabilidades de incurrir en gastos extraordinarios, mejorar la cuota de mercado y reducir las responsabilidades.
    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
      • Gestión del ciclo de vida de los envases Los materiales de embalaje representan un coste significativo para las empresas del sector de las bebidas alcohólicas. Aunque muchas empresas de bebidas alcohólicas no fabrican sus propias botellas y envases, se arriesgan a que su reputación se vea afectada como resultado de los factores exógenos negativos que los envases de sus productos puedan crear a lo largo de su ciclo de vida. También se ven directamente afectadas por la legislación relativa a la gestión de los envases de bebidas al final de su vida útil. Las empresas de bebidas alcohólicas pueden trabajar junto con los fabricantes en el diseño de los embalajes con la finalidad de ahorrar costes, mejorar la reputación de la marca y reducir los efectos ambientales. Los esfuerzos para reducir la cantidad de materiales utilizados en los envases pueden disminuir los costes de transporte, la exposición a la volatilidad de la oferta y los precios y la cantidad de materiales vírgenes extraídos. En la fase final de la vida útil, los programas y colaboraciones para la recuperación y reciclaje pueden anticiparse a las regulaciones aplicables, contribuir a ahorrar costes y mitigar los efectos sobre el medioambiente. Las empresas que gestionan eficazmente esta cuestión pueden mejorar la rentabilidad y reducir el coste de capital.
    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
      • Impactos ambientales y sociales de la cadena de suministro de ingredientes Las empresas del sector de las bebidas alcohólicas gestionan cadenas de suministro a nivel mundial para abastecerse de una amplia gama de insumos de ingredientes. La forma en que las empresas seleccionan, supervisan y se implican con los proveedores en temas ambientales y sociales afecta a su capacidad para garantizar el suministro y manejar las fluctuaciones en los precios. En caso de que las empresas no sean capaces de encontrar alternativas para los proveedores clave o se provean de ingredientes a un precio más elevado, la interrupción de la cadena de suministro puede causar la pérdida de ingresos y afectar de forma negativa a la cuota de mercado. Los problemas en la gestión de la cadena de suministro relacionados con las prácticas laborales, la responsabilidad ambiental, la ética o la corrupción también pueden dar lugar a multas reglamentarias o al aumento de los costes operativos a largo plazo. El hecho de que la industria se dirija al consumidor aumenta los riesgos para la reputación relacionados con la forma de actuar de los proveedores. Ocuparse de la exposición de una empresa a los riesgos ambientales y sociales puede motivar una mayor resiliencia de la cadena de suministro y una reputación mejor. Las empresas pueden colaborar con los principales proveedores para gestionar los riesgos ambientales y sociales a fin de mejorar la resiliencia de la cadena de suministro, mitigar los riesgos para la reputación y aumentar potencialmente la demanda de los consumidores o captar nuevas oportunidades comerciales.
    • Abastecimiento y eficiencia de los materiales Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con la resistencia de las cadenas de suministro de materiales a los impactos del cambio climático y otros factores ambientales y sociales externos. Plasma las repercusiones de estos factores externos en la actividad operativa de los proveedores, que pueden afectar además a la disponibilidad y el precio de los recursos clave. Aborda la capacidad de una empresa para gestionar estos riesgos a través del diseño, la fabricación y la gestión del final de la vida útil del producto, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de materiales clave (desmaterialización), la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación y la realización de inversiones en I+D en materiales sustitutivos. Además, las empresas pueden gestionar estas cuestiones mediante la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores para garantizar su resistencia a los riesgos externos. No aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por la actividad operativa de los proveedores individuales, que se tratan en una categoría aparte.
      • Suministro de ingredientes Las empresas del sector de bebidas alcohólicas se abastecen de una amplia gama de ingredientes, en gran parte insumos agrícolas, de proveedores de todo el mundo. La capacidad de la industria para proveerse de ingredientes y de hacerlo a determinados precios depende de la oferta disponible, que puede verse afectada por el cambio climático, la escasez de agua, la ordenación de las tierras y otras consideraciones relativas a la escasez de recursos. Esta exposición puede ocasionar la volatilidad de los precios y afectar a la rentabilidad de las empresas. En última instancia, el cambio climático, la escasez de agua y las restricciones en la utilización del suelo presentan riesgos para la capacidad a largo plazo de las empresas para abastecerse de materiales e ingredientes clave. Las empresas que se abastecen de ingredientes más productivos, cultivados con mayor eficacia y con un consumo de recursos menor o que trabajan en estrecha colaboración con los proveedores para aumentar su adaptabilidad al cambio climático y gestionar la exposición a otros riesgos de escasez de recursos estarán mejor protegidas contra la volatilidad de los precios o las interrupciones del suministro.

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