Comparación de industrias

Está viendo información sobre las siguientes industrias:

  • Productos de celulosa y papel El sector de productos de celulosa y papel se compone de empresas que fabrican diversos productos de pulpa de madera y papel, como fibra de pulpa, papel de embalaje y papel sanitario, papel para oficina, papel periódico y papel para aplicaciones industriales. Las empresas de la industria suelen funcionar como entidades «empresa a empresa» y pueden operar en múltiples países, como Estados Unidos, Canadá y Brasil. Si bien algunas empresas integradas poseen o gestionan terrenos madereros y se dedican a la gestión forestal, las cuestiones de sostenibilidad resultantes de estas actividades se abordan en el estándar industrial de gestión forestal (RR-FM) de SASB.
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  • Servicios inmobiliarios El sector de servicios inmobiliarios se compone de empresas que proporcionan una gama de servicios a propietarios, inquilinos, inversores y promotores de bienes inmuebles. Los principales servicios son la administración de propiedades, la intermediación, la tasación y la información a los propietarios. Los servicios de administración incluyen el arrendamiento, las relaciones con los inquilinos y el mantenimiento y seguridad de los edificios. Muchas empresas también prestan servicios de intermediación para facilitar las transacciones de venta y arrendamiento. Las tasaciones y otros servicios de asesoramiento o información son otros servicios especializados que suelen prestar a los clientes. Las empresas del sector desempeñan una función importante en la cadena de valor de los bienes inmuebles, que es una parte sustancial de la economía mundial.
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Cuestiones relevantes para ambos Industrias (7 de 26)

¿Por qué algunas cuestiones se muestran atenuadas? Las normas SASB varían según la industria, en función de los diferentes riesgos y oportunidades de sostenibilidad de cada industria. Las cuestiones atenuadas no se identificaron durante el proceso de elaboración de normas como aquellas que pueden afectar al valor de la empresa con mayor probabilidad, por lo que no se incluyen en la norma. Con el tiempo, a medida que el Consejo de Normas SASB siga recibiendo las opiniones del mercado, es posible que se añadan o eliminen algunas cuestiones de la norma. Cada empresa determina por sí misma si una cuestión de sostenibilidad puede afectar a su capacidad de crear valor empresarial. La norma está diseñada para la empresa típica de una industria, pero las empresas individuales pueden optar por informar sobre diferentes cuestiones de sostenibilidad en función de su modelo de negocio único.

Temas de divulgación

¿Cuál es la relación entre la categoría de cuestiones generales y los temas de divulgación? La categoría de cuestiones generales es una versión independiente de la industria de los temas de divulgación que aparecen en cada norma del SASB. Los temas de divulgación representan los impactos específicos de la industria en las categorías de cuestiones generales. Los temas de divulgación específicos de la industria garantizan que cada norma del SASB se adapte a la industria, mientras que las categorías de cuestiones generales permiten la comparación entre industrias. Por ejemplo, Salud y nutrición es un tema de divulgación en la industria de las bebidas sin alcohol, que representa una medida específica de la industria de la cuestión general Bienestar del cliente. Sin embargo, la cuestión Bienestar del cliente se manifiesta como el tema de la divulgación Medicamentos falsificados en la industria Biotecnología y productos farmacéuticos.
  • Productos de celulosa y papel Remove
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    • Emisiones de GEI Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).
      • Emisión de gases de efecto invernadero La fabricación de productos de celulosa y papel genera emisiones directas de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas a la combustión de combustibles fósiles y biomasa en motores fijos y móviles, calderas de cogeneración y otros equipos de procesamiento. Las empresas de este sector también suelen utilizar cantidades importantes de biomasa neutra en carbono para cubrir sus necesidades energéticas, y dicho uso puede reducir los costes relacionados con la compra de combustibles fósiles, además de mitigar el riesgo reglamentario asociado a las emisiones de carbono. Las emisiones procedentes de fuentes de combustibles fósiles pueden provocar costes de cumplimiento normativo, en función de la magnitud de las emisiones y de la normativa vigente al respecto. Las empresas que gestionan de forma rentable las emisiones de GEI mediante una mayor eficiencia energética, el uso de combustibles alternativos o mejoras en los procesos de fabricación pueden beneficiarse de una mayor eficiencia operativa y de la reducción de los costes de cumplimiento normativo.
    • Calidad del aire Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.
      • Calidad del aire Las fábricas de productos de celulosa y papel producen emisiones atmosféricas, como óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno y material particulado. Entre las fuentes de las emisiones se incluyen las calderas de combustible de cogeneración, las cámaras de presión de celulosa y papel, la pulpa de virutas de madera, la recuperación química de pulpa y los motores de proceso. Aunque las emisiones del sector han disminuido considerablemente en los últimos años, los gastos de reducción de las mismas pueden ser considerables y la naturaleza cambiante de los reglamentos sobre la calidad del aire puede provocar una cierta incertidumbre normativa. Las empresas que reducen las emisiones atmosféricas de manera rentable pueden mejorar la eficiencia operativa, beneficiarse de una estructura de costes inferiores y mitigar los riesgos reglamentarios.
    • Gestión de la energía La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.
      • Gestión de la energía La fabricación de productos de celulosa y papel consume una gran cantidad de energía. En la mayoría de las instalaciones, la energía procede principalmente de la combustión de biomasa y de combustibles fósiles, mientras que en algunas instalaciones también se utiliza electricidad adquirida. Las decisiones relativas a la generación de electricidad in situ frente a su obtención de la red, así como el uso de la biomasa y otras energías renovables, pueden crear compensaciones relacionadas con el coste y la fiabilidad del suministro de energía para las operaciones y el alcance de los riesgos reglamentarios derivados del alcance 1 o de otras emisiones atmosféricas. Es probable que la forma en que una empresa gestiona su eficiencia energética, su dependencia de diferentes tipos de energía y los riesgos de sostenibilidad asociados, así como su capacidad para acceder a fuentes de energía alternativas, mitigue los efectos de la variabilidad del coste de la energía.
    • Gestión del agua y las aguas residuales Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.
      • Gestión del agua Normalmente, la fabricación de productos de celulosa y papel es un proceso que requiere mucha agua. Dicho consumo de agua se produce durante el procesamiento de materiales, la refrigeración necesaria durante el proceso y la generación de vapor en las plantas energéticas in situ. Las empresas requieren un suministro de agua abundante y estable, y pueden producir grandes volúmenes de aguas residuales, la mayoría de las cuales se tratan y devuelven al medioambiente. El agua de proceso suele contener compuestos orgánicos disueltos y otros sólidos, lo que subraya la importancia del tratamiento del agua. Además de los efluentes del agua, la disponibilidad de dicho elemento representa una consideración importante para el sector, ya que la escasez podría dar lugar a mayores costes de abastecimiento, interrupciones en el suministro o tensiones con los usuarios locales. Las empresas pueden adoptar diversas estrategias para abordar las cuestiones relativas al abastecimiento y el tratamiento del agua, como mejorar el reciclaje del agua de procesos de manera rentable, mejorar las técnicas de producción para reducir la intensidad del agua y garantizar el cumplimiento de los reglamentos sobre los efluentes del agua.
    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
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    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
      • Gestión de la cadena de suministro Las empresas de productos de celulosa y papel se abastecen de madera y fibra de madera de empresas de gestión forestal o de reciclaje de fibra de papel y de bosques gestionados por las propias empresas. Los riesgos de la cadena de suministro incluyen la disminución de la productividad de los bosques debido a las prácticas de gestión o al cambio climático, los reglamentos en relación con una gestión forestal sostenible y los efectos en la reputación. Para mitigar dichos riesgos y satisfacer la creciente demanda de los clientes de productos sostenibles de fibra y papel, los fabricantes aplican estándares de certificación forestal y de cadena de custodia de la fibra que verifican que la fibra virgen y reciclada procede de bosques gestionados de forma sostenible. Además, los fabricantes de celulosa y papel cuentan con compensaciones por el uso de fibra recuperada. Los productos con contenido reciclado tienen cada vez más demanda, lo que proporciona una posible vía para la diferenciación del producto, mientras que el uso de fibra reciclada puede minimizar la necesidad de fibra virgen. Por el contrario, la fabricación de productos con un mayor contenido reciclado puede aumentar la generación de residuos y el consumo de energía, mientras que la fibra reciclada puede ser más costosa dadas las discrepancias entre la oferta y la demanda. Por ello, las empresas pueden beneficiarse optimizando el uso de la fibra reciclada para equilibrar sus compensaciones medioambientales y económicas.
    • Ética empresarial Esta categoría aborda el enfoque de la empresa para gestionar los riesgos y las oportunidades que rodean la conducta ética en los negocios, incluido el fraude, la corrupción, el soborno y los pagos de facilitación, las responsabilidades fiduciarias y otros comportamientos que pueden tener un componente ético. Esto incluye la sensibilidad a las normas y estándares empresariales, ya que cambian con el tiempo, la jurisdicción y la cultura. Aborda la capacidad de la empresa para prestar servicios que satisfagan las normas profesionales y éticas más estrictas del sector, lo que significa evitar los conflictos de intereses, la tergiversación, la parcialidad y la negligencia mediante la formación adecuada de los empleados y la aplicación de políticas y procedimientos que garanticen que los empleados prestan servicios libres de prejuicios y errores.
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    • Emisiones de GEI Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).
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    • Calidad del aire Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.
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    • Gestión de la energía La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.
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    • Gestión del agua y las aguas residuales Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.
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    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
      • Servicios de sostenibilidad En el sector de los servicios inmobiliarios, los edificios que pertenecen y están ocupados por los clientes suelen tener importantes repercusiones en la sostenibilidad. Los edificios y las actividades que se realizan en ellos aumentan el consumo de energía, las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero (GEI), el consumo de agua, la generación de residuos y las factores de calidad medioambiental interior que pueden afectar a la salud de los ocupantes. Las empresas del sector tienen la oportunidad de reducir los impactos en la sostenibilidad de los edificios y sus operaciones mediante servicios relacionados con la sostenibilidad. Esos servicios pueden incluir la gestión de datos de servicios públicos, la obtención de energía, la evaluación comparativa de la energía y el agua, las mejoras en la eficiencia de los recursos, las actividades relacionadas con las certificaciones de sostenibilidad y la consultoría y formación en materia de sostenibilidad. Las empresas pueden influir aún más en la sostenibilidad de los edificios mediante la concertación de contratos de arrendamiento que incentiven tanto a los propietarios como a los inquilinos a mejorar los resultados en materia de sostenibilidad, al tiempo que producen beneficios financieros para ambas partes. La prestación de estos servicios puede generar nuevos ingresos y aumentar la retención de clientes; los servicios de sostenibilidad eficaces pueden beneficiar a los propietarios y arrendatarios mejorando el valor de los activos, el aumento de la demanda de alquiler, la disminución de los costes de explotación y la mejora de la situación de los arrendatarios.
    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
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    • Ética empresarial Esta categoría aborda el enfoque de la empresa para gestionar los riesgos y las oportunidades que rodean la conducta ética en los negocios, incluido el fraude, la corrupción, el soborno y los pagos de facilitación, las responsabilidades fiduciarias y otros comportamientos que pueden tener un componente ético. Esto incluye la sensibilidad a las normas y estándares empresariales, ya que cambian con el tiempo, la jurisdicción y la cultura. Aborda la capacidad de la empresa para prestar servicios que satisfagan las normas profesionales y éticas más estrictas del sector, lo que significa evitar los conflictos de intereses, la tergiversación, la parcialidad y la negligencia mediante la formación adecuada de los empleados y la aplicación de políticas y procedimientos que garanticen que los empleados prestan servicios libres de prejuicios y errores.
      • Información y gestión transparente de los conflictos de intereses El modelo de negocio de las empresas de servicios inmobiliarios depende de la confianza y la lealtad de los clientes. Para asegurar relaciones a largo plazo y mutuamente beneficiosas, las empresas necesitan proporcionar servicios que satisfagan los más altos estándares profesionales y éticos del sector. La integridad profesional es un asunto clave, ya que la variedad de servicios y el número de profesionales de una sola organización pueden complicar más la gestión de los conflictos de intereses. Los servicios de corretaje y tasación pueden entrañar un riesgo especialmente elevado de conflicto de intereses y negligencia. A fin de gestionar y evitar esos riesgos, las empresas pueden aplicar una serie de medidas fundamentales, como la formación de los empleados, supervisión y políticas, procedimientos y sistemas de aplicación de la ley centrados en la transparencia y la divulgación adecuada de información. La gestión eficaz de esos riesgos puede dar lugar a una mayor confianza de los clientes y a una mejora del valor de la marca en el mercado, lo que contribuye al crecimiento de ingresos a largo plazo. La gestión inadecuada de los riesgos puede dar lugar a multas y sanciones reglamentarias, así como a una disminución de la confianza de los clientes y una pérdida de negocios.

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