Comparación de industrias
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Está viendo información sobre las siguientes industrias:
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Envases y embalajes
La industria de envases y embalajes convierte las materias primas, incluidos el metal, el plástico, el papel y el vidrio, en productos de embalaje semiterminados o terminados. Las empresas producen una amplia gama de productos, incluidos: envases de cartón corrugado, envases de alimentos y bebidas, botellas para productos domésticos, latas de aluminio, tambores de acero y otras formas de embalaje. Las empresas del sector suelen funcionar como entidades de empresa a empresa y muchas de ellas operan a nivel mundial. -
Bienes inmuebles
El sector inmobiliario está compuesto por compañías que poseen, desarrollan y generalmente manejan activos inmobiliarios que generan ingresos. Las compañías de este sector suelen estructurarse como fondos de inversión inmobiliaria (FII) y operan en una amplia gama de segmentos dentro del sector inmobiliario, que incluyen viviendas, comercios, oficinas, centros sanitarios, industrias y hoteles. Los FII se centran normalmente en la propiedad directa de los activos inmobiliarios, proporcionando así a los inversores la oportunidad de obtener una exposición inmobiliaria sin tener la propiedad de los activos ni gestionarlos directamente. Aunque los FII suelen concentrarse en un segmento del sector inmobiliario, muchos FII se diversifican invirtiendo en varios tipos de inmueble.
Cuestiones relevantes para ambos Industrias (9 de 26)
¿Por qué algunas cuestiones se muestran atenuadas?
Las normas SASB varían según la industria, en función de los diferentes riesgos y oportunidades de sostenibilidad de cada industria. Las cuestiones atenuadas no se identificaron durante el proceso de elaboración de normas como aquellas que pueden afectar al valor de la empresa con mayor probabilidad, por lo que no se incluyen en la norma. Con el tiempo, a medida que el Consejo de Normas SASB siga recibiendo las opiniones del mercado, es posible que se añadan o eliminen algunas cuestiones de la norma. Cada empresa determina por sí misma si una cuestión de sostenibilidad puede afectar a su capacidad de crear valor empresarial. La norma está diseñada para la empresa típica de una industria, pero las empresas individuales pueden optar por informar sobre diferentes cuestiones de sostenibilidad en función de su modelo de negocio único.-
Medio ambiente
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Emisiones de GEI
Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3). -
Calidad del aire
Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente. -
Gestión de la energía
La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación. -
Gestión del agua y las aguas residuales
Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos. -
Gestión de residuos y materiales peligrosos
Esta categoría se ocupa de las cuestiones medioambientales relacionadas con los residuos peligrosos y no peligrosos generados por las empresas. Aborda la gestión de los residuos sólidos de una empresa en la fabricación, la agricultura y otros procesos industriales. Abarca el tratamiento, la manipulación, el almacenamiento, la eliminación y el cumplimiento de la normativa. Esta categoría no incluye las emisiones a la atmósfera ni a las aguas residuales, ni tampoco los residuos del final de la vida útil de los productos, que se tratan en categorías distintas. - Impactos ecológicos
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Capital social
- Derechos humanos y relaciones comunitarias
- Privacidad del cliente
- Seguridad de los datos
- Acceso y asequibilidad
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Calidad y seguridad de los productos
Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con las características no deseadas de los productos vendidos o los servicios prestados que pueden crear riesgos para la salud o la seguridad de los usuarios finales. Se refiere a la capacidad de una empresa para ofrecer productos y/o servicios manufacturados que cumplan las expectativas de los clientes con respecto a sus características de salud y seguridad. Incluye, entre otras, cuestiones relacionadas con la responsabilidad, la gestión de las retiradas del mercado, las pruebas de los productos y la gestión de las sustancias químicas/contenidos/ingredientes de los productos. - Bienestar del cliente
- Prácticas de venta y etiquetado de productos
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Capital humano
- Prácticas laborales
- Salud y seguridad de los empleados
- Compromiso de los empleados, diversidad e inclusión
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Modelo de negocio e innovación
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Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos
La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías. - Resiliencia del modelo de negocio
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Gestión de la cadena de suministro
Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte. - Abastecimiento y eficiencia de los materiales
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Impactos físicos del cambio climático
Esta categoría aborda la capacidad de la empresa para gestionar los riesgos y las oportunidades asociados a la exposición directa de los activos y operaciones que posee o controla a los impactos físicos reales o potenciales del cambio climático. Recoge los problemas medioambientales y sociales que pueden surgir de las interrupciones operativas debidas a los impactos físicos del cambio climático. Además, recoge los problemas socioeconómicos derivados de que las empresas no incorporen la consideración del cambio climático en los productos y servicios que venden, como el caso de las pólizas de seguros y las hipotecas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para adaptarse a la mayor frecuencia y gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos, los cambios climáticos, el riesgo del nivel del mar y otros impactos físicos previstos del cambio climático. La gestión puede implicar la mejora de la resiliencia de los activos físicos y/o de las infraestructuras circundantes, así como la incorporación de consideraciones relacionadas con el cambio climático en las principales actividades empresariales (por ejemplo, la suscripción de hipotecas y seguros, la planificación y el desarrollo de proyectos inmobiliarios).
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Liderazgo y gobernanza
- Ética empresarial
- Comportamiento competitivo
- Gestión del entorno jurídico y reglamentario
- Gestión del riesgo de incidentes críticos
- Gestión del riesgo sistémico
Temas de divulgación
¿Cuál es la relación entre la categoría de cuestiones generales y los temas de divulgación?
La categoría de cuestiones generales es una versión independiente de la industria de los temas de divulgación que aparecen en cada norma del SASB. Los temas de divulgación representan los impactos específicos de la industria en las categorías de cuestiones generales. Los temas de divulgación específicos de la industria garantizan que cada norma del SASB se adapte a la industria, mientras que las categorías de cuestiones generales permiten la comparación entre industrias. Por ejemplo, Salud y nutrición es un tema de divulgación en la industria de las bebidas sin alcohol, que representa una medida específica de la industria de la cuestión general Bienestar del cliente. Sin embargo, la cuestión Bienestar del cliente se manifiesta como el tema de la divulgación Medicamentos falsificados en la industria Biotecnología y productos farmacéuticos.-
Access Standard
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Emisiones de GEI
Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).-
Emisión de gases de efecto invernadero
El sector de los envases y embalajes genera emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) procedentes de la combustión de combustibles fósiles en los procesos de fabricación y cogeneración. Las emisiones de GEI pueden acarrear costes de cumplimiento de la normativa o sanciones y riesgos operativos para las empresas del sector. Sin embargo, las repercusiones financieras resultantes variarán en función de la magnitud de las emisiones y de la normativa vigente en materia de emisiones. El sector puede estar sujeto a reglamentos cada vez más estrictos a medida que las naciones tratan de limitar o reducir las emisiones. Las empresas que gestionan de forma rentable las emisiones de GEI mediante una mayor eficiencia energética, el uso de combustibles alternativos o los avances en los procesos de fabricación podrían beneficiarse de una mayor eficiencia operativa y de la reducción del riesgo normativo, entre otros beneficios económicos.
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Calidad del aire
Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.-
Calidad del aire
Además de los gases de efecto invernadero (GEI), los envases y la fabricación de embalajes pueden producir emisiones atmosféricas, incluidas, por ejemplo, dióxido de azufre (SOx), óxidos de nitrógeno (NOx), y material particulado (PM). Como en el caso de los GEI, estas emisiones por lo general provienen de la combustión de combustibles para producir energía. En relación con otros sectores, el sector de envases y embalajes es una fuente importante de algunas de estas emisiones. Las empresas se enfrentan a costes operativos, costes de cumplimiento de la normativa, sanciones reglamentarias en caso de incumplimiento y gastos de capital relacionados con la gestión de las emisiones, mientras que los efectos financieros relacionados variarán en función de la magnitud de las emisiones y de la normativa vigente. Por ello, la gestión activa de la cuestión mediante mejoras en los procesos tecnológicos u otras estrategias puede mitigar esos efectos, mejorando el desempeño económico y aumentando el valor de la marca.
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Gestión de la energía
La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.-
Gestión de la energía
La fabricación de envases y embalajes requiere mucha energía, que se utiliza para alimentar las unidades de procesamiento, las plantas de cogeneración, la maquinaria y las instalaciones no manufactureras. El tipo de energía utilizada, la magnitud del consumo y las estrategias de gestión de la energía dependen del tipo de productos fabricados. Normalmente, los combustibles fósiles como el gas natural y la biomasa son la forma predominante de energía utilizada, mientras que la electricidad comprada también puede representar una parte importante. Por lo tanto, las compras de energía pueden representar una parte importante de los costes de producción. La combinación de energías de una empresa puede incluir la energía generada in situ, la electricidad comprada de la red y los combustibles fósiles, y la energía renovable y alternativa. Las compensaciones en el uso de esas fuentes de energía incluyen el coste, la fiabilidad del suministro, el uso de agua y las emisiones atmosféricas relacionadas, y el cumplimiento de la normativa y los riesgos. Como tal, la intensidad energética de una empresa y las decisiones de aprovisionamiento de energía pueden afectar a su eficiencia operativa y a su perfil de riesgo a lo largo del tiempo.
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Gestión del agua y las aguas residuales
Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.-
Gestión del agua
La fabricación de envases y embalajes requiere agua para las diversas etapas de la producción, incluso para el procesamiento de las materias primas, la refrigeración de los procesos y la generación de vapor en las plantas de cogeneración in situ. Los aumentos históricos a largo plazo de la escasez y el coste del agua, y las expectativas de aumentos continuos (debido al consumo excesivo y a la limitación de los suministros, resultantes del crecimiento y los cambios de la población, la contaminación y el cambio climático) indican la mayor importancia de la correcta gestión de los recursos hídricos. La escasez de agua puede dar lugar a un mayor riesgo de perturbación de las operaciones de las empresas que realizan operaciones de gran consumo de agua y también puede aumentar los costes de adquisición de agua y los gastos de capital. Mientras tanto, la fabricación de envases y embalajes puede generar aguas residuales de proceso que deben ser tratadas antes de su eliminación. El incumplimiento de las normas de calidad del agua puede dar lugar al cumplimiento de la normativa y a costes de mitigación o gastos legales derivados de los litigios. La reducción del uso y el consumo de agua mediante el aumento de la eficiencia y otras estrategias de gestión del agua puede dar lugar a la disminución de los costes de explotación con el tiempo y puede mitigar los efectos financieros de los reglamentos, la escasez de suministro de agua y las perturbaciones de las operaciones relacionadas con la comunidad.
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Gestión de residuos y materiales peligrosos
Esta categoría se ocupa de las cuestiones medioambientales relacionadas con los residuos peligrosos y no peligrosos generados por las empresas. Aborda la gestión de los residuos sólidos de una empresa en la fabricación, la agricultura y otros procesos industriales. Abarca el tratamiento, la manipulación, el almacenamiento, la eliminación y el cumplimiento de la normativa. Esta categoría no incluye las emisiones a la atmósfera ni a las aguas residuales, ni tampoco los residuos del final de la vida útil de los productos, que se tratan en categorías distintas.-
Gestión de residuos
La fabricación de envases y embalajes puede generar residuos de procesos peligrosos, incluidos, entre otros, metales pesados, ácidos gastados, catalizadores y lodos de tratamiento de aguas residuales. Las empresas se enfrentan a problemas normativos y operacionales en la gestión de los desechos, ya que algunos de ellos están sujetos a reglamentos relativos a su transporte, tratamiento, almacenamiento y eliminación. Las estrategias de gestión de desechos incluyen la reducción de la generación, el tratamiento y la eliminación eficaces, y el reciclado y la recuperación, siempre que sea posible. Esas actividades, si bien requieren una inversión inicial o gastos de funcionamiento, pueden reducir la estructura de costes a largo plazo de las empresas y mitigar el riesgo de responsabilidades de reparación o de sanciones reglamentarias.
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Calidad y seguridad de los productos
Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con las características no deseadas de los productos vendidos o los servicios prestados que pueden crear riesgos para la salud o la seguridad de los usuarios finales. Se refiere a la capacidad de una empresa para ofrecer productos y/o servicios manufacturados que cumplan las expectativas de los clientes con respecto a sus características de salud y seguridad. Incluye, entre otras, cuestiones relacionadas con la responsabilidad, la gestión de las retiradas del mercado, las pruebas de los productos y la gestión de las sustancias químicas/contenidos/ingredientes de los productos.-
Seguridad de los productos
La seguridad de los envases y embalajes es un factor crítico para el sector, ya que muchos productos se utilizan en aplicaciones destinadas al consumidor, como en el caso de las industrias alimentaria y de atención sanitaria. Entre los aspectos de la seguridad de los envases figuran los peligros físicos y la presencia de sustancias químicas. En el caso de un incidente de seguridad de un producto, puede ser necesaria su retirada del mercado o requerir un nuevo diseño, lo que posiblemente aumente los costes para el fabricante y dé lugar a una reducción de los ingresos y a efectos adversos para el valor de la marca. Por ello, las empresas que gestionan proactivamente los riesgos para la seguridad de los productos pueden mejorar la reputación de su marca y reducir el riesgo de repercusiones financieras adversas.
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Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos
La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.-
Gestión del ciclo de vida del producto
Las empresas de envases y embalajes se enfrentan a oportunidades y retos asociados con los posibles efectos ambientales de sus productos a lo largo de su ciclo de vida. El diseño de productos con efectos ambientales reducidos en la fase de uso y al final de la vida útil es una oportunidad importante para los fabricantes. La demanda de envases producidos con productos químicos seguros y utilizando materiales reciclados y renovables sigue creciendo, junto con la demanda de productos reciclables, reutilizables y compostables. Si bien el impacto de los productos durante su ciclo de vida depende en gran medida de su uso y eliminación, las empresas que pueden optimizar eficazmente esas características durante la fase de diseño pueden obtener una gran ventaja competitiva.
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Gestión de la cadena de suministro
Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.-
Gestión de la cadena de suministro
La fabricación de envases y embalajes utiliza grandes cantidades de materias primas, incluida la fibra de madera y aluminio. La producción sostenible de estos materiales es una consideración importante de la cadena de suministro para las empresas del sector, ya que los efectos ambientales adversos podrían aumentar los costes de los materiales y afectar al valor de la marca de las empresas de envases y embalajes. A fin de mitigar esos riesgos, las empresas pueden aplicar prácticas de revisión de la cadena de suministro y aplicar estándares de terceros en las operaciones internas y los proveedores que certifiquen que los materiales que adquieren se produjeron de manera sostenible. Además, esas medidas pueden aumentar el valor de la marca y satisfacer la demanda de los clientes de productos de embalaje producidos de manera sostenible, proporcionando acceso a nuevos mercados y oportunidades de crecimiento.
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Impactos físicos del cambio climático
Esta categoría aborda la capacidad de la empresa para gestionar los riesgos y las oportunidades asociados a la exposición directa de los activos y operaciones que posee o controla a los impactos físicos reales o potenciales del cambio climático. Recoge los problemas medioambientales y sociales que pueden surgir de las interrupciones operativas debidas a los impactos físicos del cambio climático. Además, recoge los problemas socioeconómicos derivados de que las empresas no incorporen la consideración del cambio climático en los productos y servicios que venden, como el caso de las pólizas de seguros y las hipotecas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para adaptarse a la mayor frecuencia y gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos, los cambios climáticos, el riesgo del nivel del mar y otros impactos físicos previstos del cambio climático. La gestión puede implicar la mejora de la resiliencia de los activos físicos y/o de las infraestructuras circundantes, así como la incorporación de consideraciones relacionadas con el cambio climático en las principales actividades empresariales (por ejemplo, la suscripción de hipotecas y seguros, la planificación y el desarrollo de proyectos inmobiliarios).None
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Access Standard
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Emisiones de GEI
Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).None -
Calidad del aire
Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.None -
Gestión de la energía
La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.-
Gestión de la energía
Los activos inmobiliarios consumen cantidades notables de energía, principalmente por el calentamiento de espacios, la ventilación, el aire acondicionado, el calentamiento del agua, la iluminación y el uso de maquinaria y aparatos. El tipo de energía utilizada, la magnitud del consumo y las estrategias de gestión energética dependen, en gran medida, de la clase de activo inmobiliario, entre otros factores. En general, el consumo de electricidad de la red es la forma predominante de energía consumida, aunque la quema de combustible in situ y la producción de energía renovable también cumplen una función importante. Los costes energéticos pueden ser sufragados por las compañías del sector o los ocupantes de los inmuebles; en cualquier caso, la gestión energética es una cuestión importante para el sector. En la medida en que el propietario del inmueble asume la responsabilidad directa de los costes energéticos, esos costes suelen representar importantes gastos operativos, lo que indica intrínsecamente la importancia de la gestión energética. La volatilidad de los precios de la energía y la tendencia general al aumento de los precios de la electricidad, las reglamentaciones relacionadas con la energía, las amplias variaciones de la eficiencia energética de los edificios existentes y las oportunidades de mejorar la eficiencia mediante inversiones de capital económicamente atractivas son otros tantos indicios de la importancia de la gestión energética. No obstante, es probable que los costes energéticos asumidos por los ocupantes, ya sea en su totalidad o en parte, tengan una repercusión significativa sobre las compañías del sector, aunque a través de canales diferentes. La eficiencia energética de los edificios es un motor notable de la demanda de alquileres, ya que les permite controlar los costes de explotación, mitigar los efectos medioambientales de las actividades y, a menudo igualmente importante, mantener la reputación de conservar los recursos. Además, los propietarios de bienes inmuebles podrían exponerse a reglamentos relacionados con la energía, incluso cuando los costes energéticos fueran responsabilidad de los ocupantes. En general, las compañías del sector que gestionen eficazmente la eficiencia energética de sus inmuebles podrán ver reducidos los costes de explotación y los riesgos de incumplimiento normativo, así como aumentar la demanda de alquileres, los precios de los alquileres y las tasas de ocupación, todo lo cual impulsará la apreciación de los ingresos y el valor de los inmuebles. La mejora de la eficiencia energética de los inmuebles depende en gran medida del tipo de inmueble y de su ubicación, el mercado del alquiler al que se destina, los códigos de construcción locales, las oportunidades físicas y jurídicas para instalar energía renovable distribuida, la capacidad de medir el consumo y la eficiencia del parque de edificios existentes, entre otros factores.
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Gestión del agua y las aguas residuales
Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.-
Gestión del agua
Los edificios consumen cantidades importantes de agua en sus servicios, a través de las instalaciones de agua, la maquinaria de construcción, los electrodomésticos y el riego. Los gastos de explotación resultantes del consumo de agua pueden representar costes notables en función del tipo de inmueble, los usos de los arrendatarios, la ubicación geográfica y otros factores. Las compañías del sector pueden ser responsables de los costes de agua de un edificio o de los costes de agua de las zonas comunes, aunque es habitual asignar la totalidad o una parte de esos costes a los ocupantes. En estos acuerdos, la gestión de los recursos hídricos sigue desempeñando un papel importante a través de la demanda de alquileres y la exposición a las reglamentaciones. Los arrendatarios pueden evaluar la eficiencia del uso del agua de los activos inmobiliarios en un esfuerzo por controlar los costes operativos, mitigar los efectos medioambientales de los usos y, a menudo igualmente importante, mantener la reputación de conservar los recursos. Además, los propietarios de los inmuebles pueden estar expuestos a los reglamentos relacionados con el agua incluso cuando los costes del agua sean responsabilidad de los ocupantes. En general, las compañías del sector que gestionan eficazmente la eficiencia del uso del agua de los inmuebles, incluso cuando no están expuestas directamente a los costes del agua, podrán ver reducidos los costes de explotación y la exposición a las reglamentaciones, así como el aumento de la demanda de alquileres, los precios de los alquileres y las tasas de ocupación, todo lo cual impulsará la apreciación de los ingresos y el valor de los inmuebles. Los aumentos históricos a largo plazo de los costes del agua (y las expectativas de que sigan aumentando debido al consumo excesivo y a la limitación de los suministros como consecuencia del crecimiento y los desplazamientos de la población, la contaminación y el cambio climático) indican la elevada importancia de la gestión de los recursos hídricos. La capacidad de mejorar la eficiencia de los recursos hídricos depende, en gran medida, del tipo de inmueble, la disponibilidad de agua en la zona, el mercado del alquiler al que se destina, los códigos de construcción locales, la capacidad de medir el consumo y el nivel de eficiencia actual de los edificios existentes, entre otros factores.
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Gestión de residuos y materiales peligrosos
Esta categoría se ocupa de las cuestiones medioambientales relacionadas con los residuos peligrosos y no peligrosos generados por las empresas. Aborda la gestión de los residuos sólidos de una empresa en la fabricación, la agricultura y otros procesos industriales. Abarca el tratamiento, la manipulación, el almacenamiento, la eliminación y el cumplimiento de la normativa. Esta categoría no incluye las emisiones a la atmósfera ni a las aguas residuales, ni tampoco los residuos del final de la vida útil de los productos, que se tratan en categorías distintas.None -
Calidad y seguridad de los productos
Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con las características no deseadas de los productos vendidos o los servicios prestados que pueden crear riesgos para la salud o la seguridad de los usuarios finales. Se refiere a la capacidad de una empresa para ofrecer productos y/o servicios manufacturados que cumplan las expectativas de los clientes con respecto a sus características de salud y seguridad. Incluye, entre otras, cuestiones relacionadas con la responsabilidad, la gestión de las retiradas del mercado, las pruebas de los productos y la gestión de las sustancias químicas/contenidos/ingredientes de los productos.None -
Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos
La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.-
Gestión de los efectos de los arrendatarios sobre la sostenibilidad
Los activos inmobiliarios generan importantes efectos sobre la sostenibilidad, incluido el consumo de los recursos, es decir, la generación de residuos energéticos e hídricos, y los efectos sobre la salud de los ocupantes a través de la calidad del medioambiente en el interior del inmueble. Si bien las compañías del sector son propietarias de activos inmobiliarios, son las operaciones de arrendamiento de esos inmuebles las que constituyen el motor dominante de los efectos sobre la sostenibilidad producidos por el entorno construido. Los arrendatarios pueden diseñar y construir espacios arrendados de acuerdo con sus necesidades de uso. A su vez, este uso consume importantes cantidades de energía y agua, genera residuos y afecta a la salud de quienes viven, trabajan, compran o visitan los inmuebles. Si bien esos efectos sobre la sostenibilidad suelen generarse por el uso y las actividades de los arrendatarios, los propietarios de los inmuebles tienen un papel importante en la influencia de los efectos sobre la sostenibilidad por parte de los arrendatarios. La manera en que las compañías del sector estructuren sus acuerdos, contratos y relaciones con los arrendatarios será decisiva para gestionar eficazmente los efectos sobre la sostenibilidad por parte de sus arrendatarios y, en última instancia, los impactos de sus inmuebles. La gestión de los efectos sobre la sostenibilidad por parte de los arrendatarios podría incluir la mitigación del problema de los incentivos en pugna mediante la armonización de los intereses financieros de ambas partes con los resultados de la sostenibilidad, el establecimiento de una medición y comunicación sistemáticas de los datos sobre el consumo de recursos, la creación de objetivos de eficiencia compartidos y el establecimiento de requisitos mínimos de eficiencia o diseño de la sostenibilidad, entre otras estrategias. La gestión eficaz de las repercusiones sobre la sostenibilidad por parte de los arrendatarios, en particular, en lo que respecta a la energía, el agua y la calidad medioambiental en el interior del inmueble, podría impulsar la apreciación del valor de los inmuebles, aumentar la demanda de alquileres y la satisfacción de los arrendatarios, reducir los costes directos de explotación o disminuir los riesgos relacionados con los códigos y reglamentos de construcción.
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Gestión de la cadena de suministro
Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.None -
Impactos físicos del cambio climático
Esta categoría aborda la capacidad de la empresa para gestionar los riesgos y las oportunidades asociados a la exposición directa de los activos y operaciones que posee o controla a los impactos físicos reales o potenciales del cambio climático. Recoge los problemas medioambientales y sociales que pueden surgir de las interrupciones operativas debidas a los impactos físicos del cambio climático. Además, recoge los problemas socioeconómicos derivados de que las empresas no incorporen la consideración del cambio climático en los productos y servicios que venden, como el caso de las pólizas de seguros y las hipotecas. Esta categoría se refiere a la capacidad de la empresa para adaptarse a la mayor frecuencia y gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos, los cambios climáticos, el riesgo del nivel del mar y otros impactos físicos previstos del cambio climático. La gestión puede implicar la mejora de la resiliencia de los activos físicos y/o de las infraestructuras circundantes, así como la incorporación de consideraciones relacionadas con el cambio climático en las principales actividades empresariales (por ejemplo, la suscripción de hipotecas y seguros, la planificación y el desarrollo de proyectos inmobiliarios).-
Adaptación al cambio climático
El cambio climático afecta a las compañías del sector a través de fenómenos meteorológicos extremos frecuentes o de gran impacto y de la modificación de los patrones climáticos. Es probable que la manera en que el modelo comercial de una compañía se estructure para incorporar evaluaciones continuas de los riesgos del cambio climático, y la adaptación a esos riesgos, esté cada vez más relacionada con el valor de la compañía a largo plazo. Más concretamente, las estrategias de inversión en inmuebles situados en llanuras inundables y regiones costeras expuestas a las inclemencias del tiempo pueden tener mayores necesidades en cuanto a la mitigación de los riesgos y la adaptación del modelo empresarial al cambio climático a largo plazo. Estas estrategias son especialmente importantes a la luz de los desafíos a largo plazo asociados a las tarifas de seguro de inundación, la estabilidad financiera de los programas de seguros contra inundaciones subvencionados por el gobierno y las estipulaciones de financiación u otras inquietudes de los acreedores. Además de los seguros, otras medidas de mitigación de los riesgos incluyen las mejoras de la resistencia física de los inmuebles y de las condiciones de arrendamiento que transfieren el riesgo a los arrendatarios, aunque estas medidas pueden crear sus propios costes y riesgos para las compañías inmobiliarias. Para garantizar el crecimiento a largo plazo y la protección del valor accionarial, las compañías deberán aplicar estrategias de adaptación al cambio climático que sean integrales, tengan en cuenta las compensaciones entre las diversas estrategias de mitigación de los riesgos e incluyan la ponderación de todos los costes y beneficios proyectados a largo plazo.
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Categoría de cuestiones generales
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Envases y embalajes
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Bienes inmuebles
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Emisiones de GEI
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Emisión de gases de efecto invernadero
El sector de los envases y embalajes genera emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) procedentes de la combustión de combustibles fósiles en los procesos de fabricación y cogeneración. Las emisiones de GEI pueden acarrear costes de cumplimiento de la normativa o sanciones y riesgos operativos para las empresas del sector. Sin embargo, las repercusiones financieras resultantes variarán en función de la magnitud de las emisiones y de la normativa vigente en materia de emisiones. El sector puede estar sujeto a reglamentos cada vez más estrictos a medida que las naciones tratan de limitar o reducir las emisiones. Las empresas que gestionan de forma rentable las emisiones de GEI mediante una mayor eficiencia energética, el uso de combustibles alternativos o los avances en los procesos de fabricación podrían beneficiarse de una mayor eficiencia operativa y de la reducción del riesgo normativo, entre otros beneficios económicos.
Calidad del aire
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Calidad del aire
Además de los gases de efecto invernadero (GEI), los envases y la fabricación de embalajes pueden producir emisiones atmosféricas, incluidas, por ejemplo, dióxido de azufre (SOx), óxidos de nitrógeno (NOx), y material particulado (PM). Como en el caso de los GEI, estas emisiones por lo general provienen de la combustión de combustibles para producir energía. En relación con otros sectores, el sector de envases y embalajes es una fuente importante de algunas de estas emisiones. Las empresas se enfrentan a costes operativos, costes de cumplimiento de la normativa, sanciones reglamentarias en caso de incumplimiento y gastos de capital relacionados con la gestión de las emisiones, mientras que los efectos financieros relacionados variarán en función de la magnitud de las emisiones y de la normativa vigente. Por ello, la gestión activa de la cuestión mediante mejoras en los procesos tecnológicos u otras estrategias puede mitigar esos efectos, mejorando el desempeño económico y aumentando el valor de la marca.
Gestión de la energía
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Gestión de la energía
La fabricación de envases y embalajes requiere mucha energía, que se utiliza para alimentar las unidades de procesamiento, las plantas de cogeneración, la maquinaria y las instalaciones no manufactureras. El tipo de energía utilizada, la magnitud del consumo y las estrategias de gestión de la energía dependen del tipo de productos fabricados. Normalmente, los combustibles fósiles como el gas natural y la biomasa son la forma predominante de energía utilizada, mientras que la electricidad comprada también puede representar una parte importante. Por lo tanto, las compras de energía pueden representar una parte importante de los costes de producción. La combinación de energías de una empresa puede incluir la energía generada in situ, la electricidad comprada de la red y los combustibles fósiles, y la energía renovable y alternativa. Las compensaciones en el uso de esas fuentes de energía incluyen el coste, la fiabilidad del suministro, el uso de agua y las emisiones atmosféricas relacionadas, y el cumplimiento de la normativa y los riesgos. Como tal, la intensidad energética de una empresa y las decisiones de aprovisionamiento de energía pueden afectar a su eficiencia operativa y a su perfil de riesgo a lo largo del tiempo.
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Gestión de la energía
Los activos inmobiliarios consumen cantidades notables de energía, principalmente por el calentamiento de espacios, la ventilación, el aire acondicionado, el calentamiento del agua, la iluminación y el uso de maquinaria y aparatos. El tipo de energía utilizada, la magnitud del consumo y las estrategias de gestión energética dependen, en gran medida, de la clase de activo inmobiliario, entre otros factores. En general, el consumo de electricidad de la red es la forma predominante de energía consumida, aunque la quema de combustible in situ y la producción de energía renovable también cumplen una función importante. Los costes energéticos pueden ser sufragados por las compañías del sector o los ocupantes de los inmuebles; en cualquier caso, la gestión energética es una cuestión importante para el sector. En la medida en que el propietario del inmueble asume la responsabilidad directa de los costes energéticos, esos costes suelen representar importantes gastos operativos, lo que indica intrínsecamente la importancia de la gestión energética. La volatilidad de los precios de la energía y la tendencia general al aumento de los precios de la electricidad, las reglamentaciones relacionadas con la energía, las amplias variaciones de la eficiencia energética de los edificios existentes y las oportunidades de mejorar la eficiencia mediante inversiones de capital económicamente atractivas son otros tantos indicios de la importancia de la gestión energética. No obstante, es probable que los costes energéticos asumidos por los ocupantes, ya sea en su totalidad o en parte, tengan una repercusión significativa sobre las compañías del sector, aunque a través de canales diferentes. La eficiencia energética de los edificios es un motor notable de la demanda de alquileres, ya que les permite controlar los costes de explotación, mitigar los efectos medioambientales de las actividades y, a menudo igualmente importante, mantener la reputación de conservar los recursos. Además, los propietarios de bienes inmuebles podrían exponerse a reglamentos relacionados con la energía, incluso cuando los costes energéticos fueran responsabilidad de los ocupantes. En general, las compañías del sector que gestionen eficazmente la eficiencia energética de sus inmuebles podrán ver reducidos los costes de explotación y los riesgos de incumplimiento normativo, así como aumentar la demanda de alquileres, los precios de los alquileres y las tasas de ocupación, todo lo cual impulsará la apreciación de los ingresos y el valor de los inmuebles. La mejora de la eficiencia energética de los inmuebles depende en gran medida del tipo de inmueble y de su ubicación, el mercado del alquiler al que se destina, los códigos de construcción locales, las oportunidades físicas y jurídicas para instalar energía renovable distribuida, la capacidad de medir el consumo y la eficiencia del parque de edificios existentes, entre otros factores.
Gestión del agua y las aguas residuales
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Gestión del agua
La fabricación de envases y embalajes requiere agua para las diversas etapas de la producción, incluso para el procesamiento de las materias primas, la refrigeración de los procesos y la generación de vapor en las plantas de cogeneración in situ. Los aumentos históricos a largo plazo de la escasez y el coste del agua, y las expectativas de aumentos continuos (debido al consumo excesivo y a la limitación de los suministros, resultantes del crecimiento y los cambios de la población, la contaminación y el cambio climático) indican la mayor importancia de la correcta gestión de los recursos hídricos. La escasez de agua puede dar lugar a un mayor riesgo de perturbación de las operaciones de las empresas que realizan operaciones de gran consumo de agua y también puede aumentar los costes de adquisición de agua y los gastos de capital. Mientras tanto, la fabricación de envases y embalajes puede generar aguas residuales de proceso que deben ser tratadas antes de su eliminación. El incumplimiento de las normas de calidad del agua puede dar lugar al cumplimiento de la normativa y a costes de mitigación o gastos legales derivados de los litigios. La reducción del uso y el consumo de agua mediante el aumento de la eficiencia y otras estrategias de gestión del agua puede dar lugar a la disminución de los costes de explotación con el tiempo y puede mitigar los efectos financieros de los reglamentos, la escasez de suministro de agua y las perturbaciones de las operaciones relacionadas con la comunidad.
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Gestión del agua
Los edificios consumen cantidades importantes de agua en sus servicios, a través de las instalaciones de agua, la maquinaria de construcción, los electrodomésticos y el riego. Los gastos de explotación resultantes del consumo de agua pueden representar costes notables en función del tipo de inmueble, los usos de los arrendatarios, la ubicación geográfica y otros factores. Las compañías del sector pueden ser responsables de los costes de agua de un edificio o de los costes de agua de las zonas comunes, aunque es habitual asignar la totalidad o una parte de esos costes a los ocupantes. En estos acuerdos, la gestión de los recursos hídricos sigue desempeñando un papel importante a través de la demanda de alquileres y la exposición a las reglamentaciones. Los arrendatarios pueden evaluar la eficiencia del uso del agua de los activos inmobiliarios en un esfuerzo por controlar los costes operativos, mitigar los efectos medioambientales de los usos y, a menudo igualmente importante, mantener la reputación de conservar los recursos. Además, los propietarios de los inmuebles pueden estar expuestos a los reglamentos relacionados con el agua incluso cuando los costes del agua sean responsabilidad de los ocupantes. En general, las compañías del sector que gestionan eficazmente la eficiencia del uso del agua de los inmuebles, incluso cuando no están expuestas directamente a los costes del agua, podrán ver reducidos los costes de explotación y la exposición a las reglamentaciones, así como el aumento de la demanda de alquileres, los precios de los alquileres y las tasas de ocupación, todo lo cual impulsará la apreciación de los ingresos y el valor de los inmuebles. Los aumentos históricos a largo plazo de los costes del agua (y las expectativas de que sigan aumentando debido al consumo excesivo y a la limitación de los suministros como consecuencia del crecimiento y los desplazamientos de la población, la contaminación y el cambio climático) indican la elevada importancia de la gestión de los recursos hídricos. La capacidad de mejorar la eficiencia de los recursos hídricos depende, en gran medida, del tipo de inmueble, la disponibilidad de agua en la zona, el mercado del alquiler al que se destina, los códigos de construcción locales, la capacidad de medir el consumo y el nivel de eficiencia actual de los edificios existentes, entre otros factores.
Gestión de residuos y materiales peligrosos
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Gestión de residuos
La fabricación de envases y embalajes puede generar residuos de procesos peligrosos, incluidos, entre otros, metales pesados, ácidos gastados, catalizadores y lodos de tratamiento de aguas residuales. Las empresas se enfrentan a problemas normativos y operacionales en la gestión de los desechos, ya que algunos de ellos están sujetos a reglamentos relativos a su transporte, tratamiento, almacenamiento y eliminación. Las estrategias de gestión de desechos incluyen la reducción de la generación, el tratamiento y la eliminación eficaces, y el reciclado y la recuperación, siempre que sea posible. Esas actividades, si bien requieren una inversión inicial o gastos de funcionamiento, pueden reducir la estructura de costes a largo plazo de las empresas y mitigar el riesgo de responsabilidades de reparación o de sanciones reglamentarias.
Calidad y seguridad de los productos
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Seguridad de los productos
La seguridad de los envases y embalajes es un factor crítico para el sector, ya que muchos productos se utilizan en aplicaciones destinadas al consumidor, como en el caso de las industrias alimentaria y de atención sanitaria. Entre los aspectos de la seguridad de los envases figuran los peligros físicos y la presencia de sustancias químicas. En el caso de un incidente de seguridad de un producto, puede ser necesaria su retirada del mercado o requerir un nuevo diseño, lo que posiblemente aumente los costes para el fabricante y dé lugar a una reducción de los ingresos y a efectos adversos para el valor de la marca. Por ello, las empresas que gestionan proactivamente los riesgos para la seguridad de los productos pueden mejorar la reputación de su marca y reducir el riesgo de repercusiones financieras adversas.
Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos
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Gestión del ciclo de vida del producto
Las empresas de envases y embalajes se enfrentan a oportunidades y retos asociados con los posibles efectos ambientales de sus productos a lo largo de su ciclo de vida. El diseño de productos con efectos ambientales reducidos en la fase de uso y al final de la vida útil es una oportunidad importante para los fabricantes. La demanda de envases producidos con productos químicos seguros y utilizando materiales reciclados y renovables sigue creciendo, junto con la demanda de productos reciclables, reutilizables y compostables. Si bien el impacto de los productos durante su ciclo de vida depende en gran medida de su uso y eliminación, las empresas que pueden optimizar eficazmente esas características durante la fase de diseño pueden obtener una gran ventaja competitiva.
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Gestión de los efectos de los arrendatarios sobre la sostenibilidad
Los activos inmobiliarios generan importantes efectos sobre la sostenibilidad, incluido el consumo de los recursos, es decir, la generación de residuos energéticos e hídricos, y los efectos sobre la salud de los ocupantes a través de la calidad del medioambiente en el interior del inmueble. Si bien las compañías del sector son propietarias de activos inmobiliarios, son las operaciones de arrendamiento de esos inmuebles las que constituyen el motor dominante de los efectos sobre la sostenibilidad producidos por el entorno construido. Los arrendatarios pueden diseñar y construir espacios arrendados de acuerdo con sus necesidades de uso. A su vez, este uso consume importantes cantidades de energía y agua, genera residuos y afecta a la salud de quienes viven, trabajan, compran o visitan los inmuebles. Si bien esos efectos sobre la sostenibilidad suelen generarse por el uso y las actividades de los arrendatarios, los propietarios de los inmuebles tienen un papel importante en la influencia de los efectos sobre la sostenibilidad por parte de los arrendatarios. La manera en que las compañías del sector estructuren sus acuerdos, contratos y relaciones con los arrendatarios será decisiva para gestionar eficazmente los efectos sobre la sostenibilidad por parte de sus arrendatarios y, en última instancia, los impactos de sus inmuebles. La gestión de los efectos sobre la sostenibilidad por parte de los arrendatarios podría incluir la mitigación del problema de los incentivos en pugna mediante la armonización de los intereses financieros de ambas partes con los resultados de la sostenibilidad, el establecimiento de una medición y comunicación sistemáticas de los datos sobre el consumo de recursos, la creación de objetivos de eficiencia compartidos y el establecimiento de requisitos mínimos de eficiencia o diseño de la sostenibilidad, entre otras estrategias. La gestión eficaz de las repercusiones sobre la sostenibilidad por parte de los arrendatarios, en particular, en lo que respecta a la energía, el agua y la calidad medioambiental en el interior del inmueble, podría impulsar la apreciación del valor de los inmuebles, aumentar la demanda de alquileres y la satisfacción de los arrendatarios, reducir los costes directos de explotación o disminuir los riesgos relacionados con los códigos y reglamentos de construcción.
Gestión de la cadena de suministro
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Gestión de la cadena de suministro
La fabricación de envases y embalajes utiliza grandes cantidades de materias primas, incluida la fibra de madera y aluminio. La producción sostenible de estos materiales es una consideración importante de la cadena de suministro para las empresas del sector, ya que los efectos ambientales adversos podrían aumentar los costes de los materiales y afectar al valor de la marca de las empresas de envases y embalajes. A fin de mitigar esos riesgos, las empresas pueden aplicar prácticas de revisión de la cadena de suministro y aplicar estándares de terceros en las operaciones internas y los proveedores que certifiquen que los materiales que adquieren se produjeron de manera sostenible. Además, esas medidas pueden aumentar el valor de la marca y satisfacer la demanda de los clientes de productos de embalaje producidos de manera sostenible, proporcionando acceso a nuevos mercados y oportunidades de crecimiento.
Impactos físicos del cambio climático
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Adaptación al cambio climático
El cambio climático afecta a las compañías del sector a través de fenómenos meteorológicos extremos frecuentes o de gran impacto y de la modificación de los patrones climáticos. Es probable que la manera en que el modelo comercial de una compañía se estructure para incorporar evaluaciones continuas de los riesgos del cambio climático, y la adaptación a esos riesgos, esté cada vez más relacionada con el valor de la compañía a largo plazo. Más concretamente, las estrategias de inversión en inmuebles situados en llanuras inundables y regiones costeras expuestas a las inclemencias del tiempo pueden tener mayores necesidades en cuanto a la mitigación de los riesgos y la adaptación del modelo empresarial al cambio climático a largo plazo. Estas estrategias son especialmente importantes a la luz de los desafíos a largo plazo asociados a las tarifas de seguro de inundación, la estabilidad financiera de los programas de seguros contra inundaciones subvencionados por el gobierno y las estipulaciones de financiación u otras inquietudes de los acreedores. Además de los seguros, otras medidas de mitigación de los riesgos incluyen las mejoras de la resistencia física de los inmuebles y de las condiciones de arrendamiento que transfieren el riesgo a los arrendatarios, aunque estas medidas pueden crear sus propios costes y riesgos para las compañías inmobiliarias. Para garantizar el crecimiento a largo plazo y la protección del valor accionarial, las compañías deberán aplicar estrategias de adaptación al cambio climático que sean integrales, tengan en cuenta las compensaciones entre las diversas estrategias de mitigación de los riesgos e incluyan la ponderación de todos los costes y beneficios proyectados a largo plazo.