Comparación de industrias

Está viendo información sobre las siguientes industrias:

  • Maquinaria y bienes industriales El sector de la maquinaria y los bienes industriales fabrica equipos para una serie de sectores, como la construcción, la agricultura, la energía, los servicios públicos, la minería, la fabricación, la automoción y el transporte. Los productos incluyen motores, maquinaria para el movimiento de tierras, camiones, tractores, barcos, bombas industriales, locomotoras y turbinas. Los fabricantes de maquinaria utilizan para la producción grandes cantidades de materias primas, como acero, plásticos, caucho, pinturas y vidrio. Los fabricantes también pueden mecanizar y fundir las piezas antes del montaje final. La demanda del sector está estrechamente vinculada a la producción industrial, aunque los estándares estatales sobre las emisiones y la demanda de los clientes están impulsando innovaciones para mejorar la eficiencia energética y limitar las emisiones a la atmósfera durante el uso de los productos.
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  • Productos de celulosa y papel El sector de productos de celulosa y papel se compone de empresas que fabrican diversos productos de pulpa de madera y papel, como fibra de pulpa, papel de embalaje y papel sanitario, papel para oficina, papel periódico y papel para aplicaciones industriales. Las empresas de la industria suelen funcionar como entidades «empresa a empresa» y pueden operar en múltiples países, como Estados Unidos, Canadá y Brasil. Si bien algunas empresas integradas poseen o gestionan terrenos madereros y se dedican a la gestión forestal, las cuestiones de sostenibilidad resultantes de estas actividades se abordan en el estándar industrial de gestión forestal (RR-FM) de SASB.
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Cuestiones relevantes para ambos Industrias (8 de 26)

¿Por qué algunas cuestiones se muestran atenuadas? Las normas SASB varían según la industria, en función de los diferentes riesgos y oportunidades de sostenibilidad de cada industria. Las cuestiones atenuadas no se identificaron durante el proceso de elaboración de normas como aquellas que pueden afectar al valor de la empresa con mayor probabilidad, por lo que no se incluyen en la norma. Con el tiempo, a medida que el Consejo de Normas SASB siga recibiendo las opiniones del mercado, es posible que se añadan o eliminen algunas cuestiones de la norma. Cada empresa determina por sí misma si una cuestión de sostenibilidad puede afectar a su capacidad de crear valor empresarial. La norma está diseñada para la empresa típica de una industria, pero las empresas individuales pueden optar por informar sobre diferentes cuestiones de sostenibilidad en función de su modelo de negocio único.

Temas de divulgación

¿Cuál es la relación entre la categoría de cuestiones generales y los temas de divulgación? La categoría de cuestiones generales es una versión independiente de la industria de los temas de divulgación que aparecen en cada norma del SASB. Los temas de divulgación representan los impactos específicos de la industria en las categorías de cuestiones generales. Los temas de divulgación específicos de la industria garantizan que cada norma del SASB se adapte a la industria, mientras que las categorías de cuestiones generales permiten la comparación entre industrias. Por ejemplo, Salud y nutrición es un tema de divulgación en la industria de las bebidas sin alcohol, que representa una medida específica de la industria de la cuestión general Bienestar del cliente. Sin embargo, la cuestión Bienestar del cliente se manifiesta como el tema de la divulgación Medicamentos falsificados en la industria Biotecnología y productos farmacéuticos.
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    • Emisiones de GEI Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).
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    • Calidad del aire Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.
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    • Gestión de la energía La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.
      • Gestión de la energía La energía es un insumo esencial para la fabricación de maquinaria industrial. La compra de electricidad representa la mayor parte de los gastos energéticos del sector, seguida de la compra de combustibles. El tipo de energía utilizada, la magnitud del consumo y las estrategias de gestión energética dependen del tipo de productos que se fabrica. La combinación energética de una compañía, incluido el uso de la electricidad generada in situ, la electricidad de la red y el uso de energías alternativas, puede desempeñar un papel importante que influya sobre el coste y la fiabilidad del suministro de energía y, en última instancia, afecte a la estructura de costes de la compañía y al riesgo de incumplimiento de la normativa.
    • Gestión del agua y las aguas residuales Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.
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    • Salud y seguridad de los empleados Esta categoría se refiere a la capacidad de una empresa para crear y mantener un entorno de trabajo seguro y saludable, libre de lesiones, muertes y enfermedades (tanto crónicas como graves). Tradicionalmente se consigue mediante la aplicación de planes de gestión de la seguridad, el desarrollo de requisitos de formación para empleados y contratistas, y la realización de auditorías periódicas de sus propias prácticas y de las de sus subcontratistas. La categoría también recoge cómo las empresas garantizan la salud física y mental de los trabajadores a través de la tecnología, la formación, la cultura corporativa, el cumplimiento de la normativa, la supervisión y las pruebas, y los equipos de protección personal.
      • Salud y seguridad de los empleados Los empleados de las plantas de fabricación de maquinaria industrial se enfrentan a riesgos para la salud y la seguridad generados por la exposición a maquinaria pesada, maquinaria en movimiento y riesgos eléctricos, entre otros. La creación de una eficaz cultura de la seguridad es fundamental para mitigar de forma proactiva los incidentes de seguridad, que podrían incrementar los costes de la atención médica, los litigios y la interrupción del trabajo. Mediante la aplicación de sólidos protocolos de seguridad, como la notificación e investigación de los incidentes, así como la promoción de una cultura de la seguridad, las compañías podrán minimizar los gastos relacionados con la seguridad y mejorar potencialmente la productividad a largo plazo.
    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
      • Ahorro de combustible y emisiones en fase de uso Muchos de los productos del sector de la maquinaria y los bienes industriales funcionan con combustibles fósiles y, durante su uso, por lo tanto, liberan gases de efecto invernadero (GEI) y otras emisiones a la atmósfera. Las preferencias de los clientes por un mayor ahorro del combustible, combinadas con las reglamentaciones que abordan las emisiones, están aumentando la demanda de productos de bajo consumo y bajas emisiones en el sector. Por ello, las compañías que fabriquen productos que tengan estas características podrán estar bien posicionadas para captar la creciente cuota de mercado, reducir el riesgo de incumplimiento de la normativa y mejorar el valor de la marca.
    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
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    • Abastecimiento y eficiencia de los materiales Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con la resistencia de las cadenas de suministro de materiales a los impactos del cambio climático y otros factores ambientales y sociales externos. Plasma las repercusiones de estos factores externos en la actividad operativa de los proveedores, que pueden afectar además a la disponibilidad y el precio de los recursos clave. Aborda la capacidad de una empresa para gestionar estos riesgos a través del diseño, la fabricación y la gestión del final de la vida útil del producto, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de materiales clave (desmaterialización), la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación y la realización de inversiones en I+D en materiales sustitutivos. Además, las empresas pueden gestionar estas cuestiones mediante la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores para garantizar su resistencia a los riesgos externos. No aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por la actividad operativa de los proveedores individuales, que se tratan en una categoría aparte.
      • Suministro de materiales Las compañías de maquinaria industrial están expuestas a riesgos en la cadena de suministro cuando se utilizan materiales críticos en los productos. Las compañías del sector fabrican productos utilizando materiales críticos con pocos o ningún sustituto disponible, muchos de los cuales proceden de depósitos concentrados en unos pocos países que están sujetos a la incertidumbre geopolítica. Las compañías de este sector también se enfrentan a la competencia, debido a la creciente demanda mundial de estos materiales por parte de otros sectores, lo que puede dar lugar al incremento de los precios y a riesgos de suministro. Las compañías que puedan limitar el uso de materiales críticos utilizando alternativas y garantizarse el suministro, podrán mitigar las posibles repercusiones financieras derivadas de las interrupciones de la oferta y la volatilidad de los precios de los insumos.
      • Diseño y servicios de refabricación La maquinaria industrial y la fabricación de bienes utiliza grandes cantidades de acero, hierro, aluminio, vidrio, plásticos y otros materiales. La refabricación de los sistemas de maquinaria industrial (llamados «núcleos») es una oportunidad para que las compañías de maquinaria industrial limiten la cantidad de materias primas necesarias para fabricar nueva maquinaria, así como el tiempo y otros recursos necesarios para fabricar productos acabados. Los productos refabricados también pueden crear valor a partir de productos que, de otro modo, se destinarían a la eliminación o el reciclaje. Las compañías de maquinaria industrial pueden conseguir ahorrar costes mediante la reutilización de piezas al final de su vida útil para construir máquinas refabricadas que puedan revenderse a los clientes. Así pues, la refabricación, en el proceso y el diseño, puede reducir la demanda de materias primas, reducir los costes de fabricación y crear nuevos canales de venta.
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    • Emisiones de GEI Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).
      • Emisión de gases de efecto invernadero La fabricación de productos de celulosa y papel genera emisiones directas de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas a la combustión de combustibles fósiles y biomasa en motores fijos y móviles, calderas de cogeneración y otros equipos de procesamiento. Las empresas de este sector también suelen utilizar cantidades importantes de biomasa neutra en carbono para cubrir sus necesidades energéticas, y dicho uso puede reducir los costes relacionados con la compra de combustibles fósiles, además de mitigar el riesgo reglamentario asociado a las emisiones de carbono. Las emisiones procedentes de fuentes de combustibles fósiles pueden provocar costes de cumplimiento normativo, en función de la magnitud de las emisiones y de la normativa vigente al respecto. Las empresas que gestionan de forma rentable las emisiones de GEI mediante una mayor eficiencia energética, el uso de combustibles alternativos o mejoras en los procesos de fabricación pueden beneficiarse de una mayor eficiencia operativa y de la reducción de los costes de cumplimiento normativo.
    • Calidad del aire Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.
      • Calidad del aire Las fábricas de productos de celulosa y papel producen emisiones atmosféricas, como óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno y material particulado. Entre las fuentes de las emisiones se incluyen las calderas de combustible de cogeneración, las cámaras de presión de celulosa y papel, la pulpa de virutas de madera, la recuperación química de pulpa y los motores de proceso. Aunque las emisiones del sector han disminuido considerablemente en los últimos años, los gastos de reducción de las mismas pueden ser considerables y la naturaleza cambiante de los reglamentos sobre la calidad del aire puede provocar una cierta incertidumbre normativa. Las empresas que reducen las emisiones atmosféricas de manera rentable pueden mejorar la eficiencia operativa, beneficiarse de una estructura de costes inferiores y mitigar los riesgos reglamentarios.
    • Gestión de la energía La categoría aborda los impactos ambientales asociados al consumo de energía. Aborda la gestión de la energía por parte de la empresa en la fabricación y/o para el suministro de productos y servicios derivados de proveedores de servicios públicos (red eléctrica) que no son propiedad de la empresa ni están controlados por ella. Más concretamente, incluye la gestión de la eficiencia e intensidad energética, la combinación de energías y la dependencia de la red. El uso de la energía en las fases anteriores (por ejemplo, los proveedores) y posteriores (por ejemplo, el uso de los productos) no está incluido en el ámbito de aplicación.
      • Gestión de la energía La fabricación de productos de celulosa y papel consume una gran cantidad de energía. En la mayoría de las instalaciones, la energía procede principalmente de la combustión de biomasa y de combustibles fósiles, mientras que en algunas instalaciones también se utiliza electricidad adquirida. Las decisiones relativas a la generación de electricidad in situ frente a su obtención de la red, así como el uso de la biomasa y otras energías renovables, pueden crear compensaciones relacionadas con el coste y la fiabilidad del suministro de energía para las operaciones y el alcance de los riesgos reglamentarios derivados del alcance 1 o de otras emisiones atmosféricas. Es probable que la forma en que una empresa gestiona su eficiencia energética, su dependencia de diferentes tipos de energía y los riesgos de sostenibilidad asociados, así como su capacidad para acceder a fuentes de energía alternativas, mitigue los efectos de la variabilidad del coste de la energía.
    • Gestión del agua y las aguas residuales Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.
      • Gestión del agua Normalmente, la fabricación de productos de celulosa y papel es un proceso que requiere mucha agua. Dicho consumo de agua se produce durante el procesamiento de materiales, la refrigeración necesaria durante el proceso y la generación de vapor en las plantas energéticas in situ. Las empresas requieren un suministro de agua abundante y estable, y pueden producir grandes volúmenes de aguas residuales, la mayoría de las cuales se tratan y devuelven al medioambiente. El agua de proceso suele contener compuestos orgánicos disueltos y otros sólidos, lo que subraya la importancia del tratamiento del agua. Además de los efluentes del agua, la disponibilidad de dicho elemento representa una consideración importante para el sector, ya que la escasez podría dar lugar a mayores costes de abastecimiento, interrupciones en el suministro o tensiones con los usuarios locales. Las empresas pueden adoptar diversas estrategias para abordar las cuestiones relativas al abastecimiento y el tratamiento del agua, como mejorar el reciclaje del agua de procesos de manera rentable, mejorar las técnicas de producción para reducir la intensidad del agua y garantizar el cumplimiento de los reglamentos sobre los efluentes del agua.
    • Salud y seguridad de los empleados Esta categoría se refiere a la capacidad de una empresa para crear y mantener un entorno de trabajo seguro y saludable, libre de lesiones, muertes y enfermedades (tanto crónicas como graves). Tradicionalmente se consigue mediante la aplicación de planes de gestión de la seguridad, el desarrollo de requisitos de formación para empleados y contratistas, y la realización de auditorías periódicas de sus propias prácticas y de las de sus subcontratistas. La categoría también recoge cómo las empresas garantizan la salud física y mental de los trabajadores a través de la tecnología, la formación, la cultura corporativa, el cumplimiento de la normativa, la supervisión y las pruebas, y los equipos de protección personal.
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    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
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    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
      • Gestión de la cadena de suministro Las empresas de productos de celulosa y papel se abastecen de madera y fibra de madera de empresas de gestión forestal o de reciclaje de fibra de papel y de bosques gestionados por las propias empresas. Los riesgos de la cadena de suministro incluyen la disminución de la productividad de los bosques debido a las prácticas de gestión o al cambio climático, los reglamentos en relación con una gestión forestal sostenible y los efectos en la reputación. Para mitigar dichos riesgos y satisfacer la creciente demanda de los clientes de productos sostenibles de fibra y papel, los fabricantes aplican estándares de certificación forestal y de cadena de custodia de la fibra que verifican que la fibra virgen y reciclada procede de bosques gestionados de forma sostenible. Además, los fabricantes de celulosa y papel cuentan con compensaciones por el uso de fibra recuperada. Los productos con contenido reciclado tienen cada vez más demanda, lo que proporciona una posible vía para la diferenciación del producto, mientras que el uso de fibra reciclada puede minimizar la necesidad de fibra virgen. Por el contrario, la fabricación de productos con un mayor contenido reciclado puede aumentar la generación de residuos y el consumo de energía, mientras que la fibra reciclada puede ser más costosa dadas las discrepancias entre la oferta y la demanda. Por ello, las empresas pueden beneficiarse optimizando el uso de la fibra reciclada para equilibrar sus compensaciones medioambientales y económicas.
    • Abastecimiento y eficiencia de los materiales Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con la resistencia de las cadenas de suministro de materiales a los impactos del cambio climático y otros factores ambientales y sociales externos. Plasma las repercusiones de estos factores externos en la actividad operativa de los proveedores, que pueden afectar además a la disponibilidad y el precio de los recursos clave. Aborda la capacidad de una empresa para gestionar estos riesgos a través del diseño, la fabricación y la gestión del final de la vida útil del producto, por ejemplo, mediante el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de materiales clave (desmaterialización), la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación y la realización de inversiones en I+D en materiales sustitutivos. Además, las empresas pueden gestionar estas cuestiones mediante la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores para garantizar su resistencia a los riesgos externos. No aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por la actividad operativa de los proveedores individuales, que se tratan en una categoría aparte.
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