Comparación de industrias

Está viendo información sobre las siguientes industrias:

  • Transporte ferroviario El sector del transporte ferroviario consta de empresas que proporcionan servicios de transporte de carga por ferrocarril y servicios auxiliares. Entre las principales actividades figuran el transporte de carga en contenedores y a granel, incluidos los bienes de consumo y los productos básicos. Las empresas ferroviarias suelen ser propietarias, mantener y explotar sus redes ferroviarias, lo que puede requerir importantes gastos de capital. Los Estados Unidos gestionan la red ferroviaria más larga del mundo, seguidos de cerca por Rusia, China, India, Canadá, Alemania y Francia. El sector presenta economías de densidad a causa de sus efectos de red, lo que se presta a condiciones de monopolio natural. Junto con los grandes costes irrecuperables de la infraestructura ferroviaria, esto proporciona una ventaja competitiva a las empresas ya establecidas en el sector y crea barreras de entrada para las nuevas empresas.
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  • Constructoras El sector de las constructoras se compone de empresas que desarrollan nuevas viviendas y comunidades residenciales. Los esfuerzos de desarrollo generalmente incluyen la adquisición y preparación de terrenos, la construcción de viviendas y la venta de las mismas. La mayor parte de la actividad del sector se centra en el desarrollo y la venta de viviendas unifamiliares, que suelen formar parte de comunidades residenciales diseñadas por las empresas. Un segmento más pequeño se centra en las casas adosadas, los bloques de viviendas, las viviendas multifamiliares y el desarrollo de urbanizaciones de uso mixto. Muchas empresas del sector ofrecen servicios de financiación a los compradores individuales. Se trata de un sector variado, ya que hay un gran número de promotores de todos los tamaños, con empresas con diversas estructuras y objetivos geográficos. Las empresas cotizadas tienden a ser considerablemente más grandes e integradas que las numerosas constructoras de propiedad privada.
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Cuestiones relevantes para ambos Industrias (8 de 26)

¿Por qué algunas cuestiones se muestran atenuadas? Las normas SASB varían según la industria, en función de los diferentes riesgos y oportunidades de sostenibilidad de cada industria. Las cuestiones atenuadas no se identificaron durante el proceso de elaboración de normas como aquellas que pueden afectar al valor de la empresa con mayor probabilidad, por lo que no se incluyen en la norma. Con el tiempo, a medida que el Consejo de Normas SASB siga recibiendo las opiniones del mercado, es posible que se añadan o eliminen algunas cuestiones de la norma. Cada empresa determina por sí misma si una cuestión de sostenibilidad puede afectar a su capacidad de crear valor empresarial. La norma está diseñada para la empresa típica de una industria, pero las empresas individuales pueden optar por informar sobre diferentes cuestiones de sostenibilidad en función de su modelo de negocio único.

Temas de divulgación

¿Cuál es la relación entre la categoría de cuestiones generales y los temas de divulgación? La categoría de cuestiones generales es una versión independiente de la industria de los temas de divulgación que aparecen en cada norma del SASB. Los temas de divulgación representan los impactos específicos de la industria en las categorías de cuestiones generales. Los temas de divulgación específicos de la industria garantizan que cada norma del SASB se adapte a la industria, mientras que las categorías de cuestiones generales permiten la comparación entre industrias. Por ejemplo, Salud y nutrición es un tema de divulgación en la industria de las bebidas sin alcohol, que representa una medida específica de la industria de la cuestión general Bienestar del cliente. Sin embargo, la cuestión Bienestar del cliente se manifiesta como el tema de la divulgación Medicamentos falsificados en la industria Biotecnología y productos farmacéuticos.
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    • Emisiones de GEI Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).
      • Emisión de gases de efecto invernadero El sector del transporte ferroviario genera emisiones principalmente a través de la combustión de diésel en los motores de las locomotoras. A pesar de que las emisiones son relativamente bajas en comparación con otros sectores del transporte, la gestión de los combustibles tiene consecuencias para las empresas del sector en lo que respecta a los costes de explotación y el cumplimiento de la normativa. Los gases de efecto invernadero (GEI), incluido el dióxido de carbono (CO2), son de particular importancia para los reguladores gubernamentales preocupados por el cambio climático. La intensificación de la reglamentación de las emisiones contaminantes de las locomotoras y los elevados costes del combustible proporcionan incentivos a las empresas ferroviarias para que inviertan en mejorar el rendimiento del combustible para gestionar las emisiones. Esto puede aumentar la eficiencia operativa y repercutir en la estructura de costes de las empresas ferroviarias, con repercusiones crónicas y graves sobre el valor y la posición competitiva tanto dentro del sector como en comparación con otros medios de transporte.
    • Calidad del aire Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.
      • Calidad del aire Las operaciones ferroviarias emiten varios tipos de contaminantes atmosféricos que están regulados por las leyes nacionales e internacionales, incluidos los contaminantes atmosféricos peligrosos (CAP), los contaminantes criterio atmosféricos (CCA) y los compuestos orgánicos volátiles (COV). Estos contaminantes tienden a ejercer impactos ambientales y sanitarios localizados. Por ejemplo, los motores de las locomotoras que están al ralentí en las estaciones ferroviarias pueden ser una preocupación para la salud de las poblaciones humanas cercanas, ya que se sabe que los CAP como el benceno son carcinógenos para los humanos, mientras que los óxidos de nitrógeno (NOx) son un importante componente de la niebla tóxica y la lluvia ácida. Al mismo tiempo, el combustible supone un coste significativo para el sector. Las compañías ferroviarias que implementan mejoras en el rendimiento del combustible y gestionan las emisiones podrán ver los impactos en sus costes tanto a corto como a largo plazo.
    • Impactos ecológicos Esta categoría aborda la gestión de los impactos de la empresa en los ecosistemas y la biodiversidad a través de actividades que incluyen, entre otras, el uso de la tierra para la exploración, la extracción de recursos naturales y el cultivo, así como el desarrollo, la construcción y el emplazamiento de proyectos. Los impactos incluyen, entre otros, la pérdida de biodiversidad, la destrucción de hábitats y la deforestación en todas las fases: planificación, adquisición de terrenos, obtención de permisos, desarrollo, operaciones y rehabilitación de emplazamientos. La categoría no cubre los impactos del cambio climático en los ecosistemas y la biodiversidad.
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    • Salud y seguridad de los empleados Esta categoría se refiere a la capacidad de una empresa para crear y mantener un entorno de trabajo seguro y saludable, libre de lesiones, muertes y enfermedades (tanto crónicas como graves). Tradicionalmente se consigue mediante la aplicación de planes de gestión de la seguridad, el desarrollo de requisitos de formación para empleados y contratistas, y la realización de auditorías periódicas de sus propias prácticas y de las de sus subcontratistas. La categoría también recoge cómo las empresas garantizan la salud física y mental de los trabajadores a través de la tecnología, la formación, la cultura corporativa, el cumplimiento de la normativa, la supervisión y las pruebas, y los equipos de protección personal.
      • Salud y seguridad de los empleados El transporte de mercancías por ferrocarril está asociado al riesgo de accidentes y a la emisión involuntaria de materiales peligrosos. Estos pueden perjudicar la salud y el bienestar de los empleados, así como tener repercusiones financieras negativas en las empresas, como la reducción de la productividad, el aumento de la rotación de los empleados y el incremento de los costes de los seguros. Es probable que las compañías ferroviarias se vean afectadas por accidentes y, en algunos casos, la mala salud también podría provocar accidentes. Una fuerza laboral saludable, una fuerte cultura de la seguridad, un método exhaustivo y sistemático de control de la seguridad, los programas de gestión de riesgos (incluida la preparación y la respuesta ante las emergencias) y la integridad operativa en todos los niveles de una empresa pueden contribuir a reducir la probabilidad y la magnitud de los accidentes ferroviarios.
    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
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    • Resiliencia del modelo de negocio La categoría aborda la capacidad de una industria para gestionar los riesgos y oportunidades asociados a la incorporación de las transiciones sociales, medioambientales y políticas en la planificación del modelo de negocio a largo plazo. Esto incluye la respuesta a la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono y con limitaciones climáticas, así como el crecimiento y la creación de nuevos mercados entre las poblaciones socioeconómicas desatendidas y subatendidas. La categoría destaca los sectores en los que la evolución de las realidades medioambientales y sociales puede obligar a las empresas a adaptarse fundamentalmente o puede poner en peligro sus modelos de negocio.
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    • Comportamiento competitivo Esta categoría abarca los problemas sociales asociados a la existencia de monopolios, que pueden incluir, entre otros, precios excesivos, mala calidad del servicio e ineficiencias. Aborda la gestión de una empresa de las expectativas legales y sociales en torno a las prácticas monopolísticas y anticompetitivas, incluidas las cuestiones relacionadas con el poder de negociación, la colusión, la fijación o manipulación de precios y la protección de las patentes y la propiedad intelectual.
      • Comportamiento competitivo La consolidación del sector y las denuncias previas de prácticas de competencia desleal de los transportistas cautivos, entre otras razones, crean presión sobre la inmunidad antimonopolio concedida a los ferrocarriles en algunas regiones. Algunos de los cambios de política propuestos podrían generar costes considerables o impedir que se invirtiera en el sector. Es probable que las empresas ferroviarias que operan en los límites de las tarifas permitidas en las zonas en que podrían tener una posición dominante en el mercado, o las que no cumplen los reglamentos sobre tarifas razonables, se enfrenten a un mayor escrutinio reglamentario. Las multas o sanciones correspondientes podrían afectar negativamente a la tasación de una empresa al aumentar su coste de capital. En un entorno de creciente preocupación por la posición dominante y las prácticas de fijación de precios de las empresas ferroviarias, les conviene seguir garantizando la competitividad de los precios y la transparencia en la fijación de las tarifas, por lo que conseguirán al mismo tiempo que sus inversiones generen una rentabilidad adecuada.
    • Gestión del riesgo de incidentes críticos Esta categoría se refiere a la utilización por parte de la empresa de sistemas de gestión y planificación de escenarios para identificar, comprender y prevenir o minimizar la ocurrencia de accidentes y emergencias de baja probabilidad y alto impacto con potenciales externalidades ambientales y sociales significativas. Se refiere a la cultura de seguridad de una empresa, a sus sistemas de gestión de la seguridad y controles tecnológicos pertinentes, a las posibles implicaciones humanas, medioambientales y sociales de la ocurrencia de estos sucesos y a los efectos a largo plazo para una organización, sus trabajadores y la sociedad en caso de que se produzcan.
      • Gestión de accidentes y seguridad Los accidentes ferroviarios y las emisiones involuntarias de materiales peligrosos pueden tener repercusiones en el medioambiente y las comunidades situadas a lo largo de las vías férreas, así como repercusiones financieras en las propias empresas. Las normas de seguridad cada vez más estrictas y la posibilidad de que se generen importantes costes después de los accidentes graves constituyen un incentivo para que las empresas gestionen sus resultados en materia de seguridad mediante un sólido sistema de gestión de la seguridad. Además, la pérdida de confianza de los consumidores después de esos acontecimientos puede dar lugar a la disminución de los ingresos y dañar potencialmente la licencia social de una empresa para operar, por lo que se incrementaría su coste de capital.
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    • Emisiones de GEI Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).
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    • Calidad del aire Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.
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    • Impactos ecológicos Esta categoría aborda la gestión de los impactos de la empresa en los ecosistemas y la biodiversidad a través de actividades que incluyen, entre otras, el uso de la tierra para la exploración, la extracción de recursos naturales y el cultivo, así como el desarrollo, la construcción y el emplazamiento de proyectos. Los impactos incluyen, entre otros, la pérdida de biodiversidad, la destrucción de hábitats y la deforestación en todas las fases: planificación, adquisición de terrenos, obtención de permisos, desarrollo, operaciones y rehabilitación de emplazamientos. La categoría no cubre los impactos del cambio climático en los ecosistemas y la biodiversidad.
      • Uso del suelo y efectos ecológicos Las constructoras se enfrentan a desafíos directamente relacionados con los efectos ecológicos de las actividades de edificación. Los proyectos suelen desarrollarse en terrenos que previamente no estaban urbanizados, y las empresas deben ocuparse de las alteraciones que las actividades de construcción provoquen en el ecosistema, así como de las regulaciones y los procesos de concesión de permisos correspondientes en lo que se refiere a la urbanización en terrenos vírgenes. Independientemente de las decisiones referentes a la ubicación que tomen las empresas, las actividades de edificación del sector generalmente conllevan riesgos relacionados con la contaminación del suelo y el agua, la mala gestión de los residuos y una presión excesiva sobre los recursos hídricos durante las fases de construcción y utilización. La violación de los reglamentos medioambientales puede dar lugar a costosas multas y a demoras que disminuyen los beneficios financieros y, al mismo tiempo, perjudicar la reputación de la empresa. Las empresas con violaciones repetidas o antecedentes de actividades anteriores con efectos ecológicos excesivos pueden tener dificultades para recibir la autorización de las comunidades locales para llevar a cabo nuevos proyectos de urbanización, disminuyendo así los ingresos y la cuota de mercado futuros. Las empresas que concentran sus esfuerzos de edificación en regiones con estrés hídrico pueden tener más dificultades para obtener los correspondientes permisos, y también se enfrentan a riesgos relacionados con la depreciación de los terrenos o viviendas debido a la escasez de agua. Los procedimientos de control de la calidad medioambiental, las estrategias de «crecimiento inteligente» (incluida una especial atención a las zonas de reurbanización) y las estrategias de conservación pueden ayudar a garantizar el cumplimiento de las leyes ambientales y, por lo tanto, a mitigar los riesgos financieros, mejorando al mismo tiempo las oportunidades de crecimiento futuro.
    • Salud y seguridad de los empleados Esta categoría se refiere a la capacidad de una empresa para crear y mantener un entorno de trabajo seguro y saludable, libre de lesiones, muertes y enfermedades (tanto crónicas como graves). Tradicionalmente se consigue mediante la aplicación de planes de gestión de la seguridad, el desarrollo de requisitos de formación para empleados y contratistas, y la realización de auditorías periódicas de sus propias prácticas y de las de sus subcontratistas. La categoría también recoge cómo las empresas garantizan la salud física y mental de los trabajadores a través de la tecnología, la formación, la cultura corporativa, el cumplimiento de la normativa, la supervisión y las pruebas, y los equipos de protección personal.
      • Salud y seguridad de la fuerza laboral La construcción de viviendas requiere una cantidad significativa de trabajo manual por parte de los empleados y subcontratistas de una empresa. Las actividades de excavación y de construcción de viviendas son físicamente exigentes, y exponen a los trabajadores a riesgos de caídas y de accidentes relacionados con la maquinaria pesada, lo que provoca tasas de lesiones y de mortalidad relativamente altas entre los trabajadores. Las lesiones y fallecimientos ocasionan costes internos y externos que pueden afectar significativamente a los resultados de las operaciones y a su licencia social para llevarlas a cabo. Entre las posibles consecuencias se incluyen multas, sanciones, costes de indemnización a los trabajadores, costes extra relacionados con el cumplimiento de las normativas a causa de una vigilancia más estricta, primas de seguro más elevadas y retrasos e interrupciones en los proyectos. Para evitar dichos costes, las empresas pueden promover una cultura de seguridad mediante la elaboración de planes de gestión proactiva de la seguridad, la formación de los empleados y contratistas y la realización de auditorías periódicas.
    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
      • Diseño para la eficiencia de los recursos Cuando están ocupados, los edificios residenciales consumen cantidades significativas de energía y agua. Las empresas del sector pueden mejorar la eficiencia de los recursos durante el ciclo de vida de las viviendas mediante la elección de materiales y prácticas de diseño sostenible. Los productos y las técnicas para ahorrar energía, como el diseño de viviendas destinado a lograr una calefacción y refrigeración eficientes, pueden ayudar a reducir la dependencia de la energía, provenga esta de la red eléctrica o del uso de combustible in situ. Estas medidas, que tienen por objeto mejorar la eficiencia de los recursos de las viviendas, pueden disminuir los costes de propiedad gracias a la reducción de las facturas de los servicios. Los elementos para el ahorro de agua, como los grifos de bajo caudal, alivian la presión sobre las comunidades locales y es probable que también reduzcan los costes. El hecho de que los compradores de viviendas estén concienzados sobre la importancia de la eficiencia energética y del agua facilita que las empresas aumenten la demanda en su mercado objetivo, aumentando así los ingresos o los márgenes de beneficio. La aplicación eficaz y rentable de principios de diseño basados en la eficiencia de los recursos favorecen la ventaja competitiva, especialmente cuando las empresas logran inculcar sistemáticamente a los clientes los beneficios a largo plazo de dichas viviendas.
      • Efectos de las nuevas edificaciones en la comunidad La planificación comunitaria y urbanística da a los constructores de viviendas la oportunidad de diseñar cuidadosamente nuevas urbanizaciones residenciales de manera que beneficien a sus clientes y a la comunidad circundante preexistente. La edificación de nuevas viviendas puede ocasionar crecimiento económico y oportunidades laborales y, al mismo tiempo, moderar el aumento del coste de vida, así como proporcionar a las comunidades vecindarios seguros y dinámicos. Las empresas pueden esforzarse por mejorar los efectos ambientales y sociales de las comunidades facilitando el uso del transporte público o evitando sobrecargar las infraestructuras de transporte o servicios públicos existentes, proporcionando acceso a los espacios verdes, desarrollando espacios de uso mixto y creando comunidades más aptas para los peatones. Estas estrategias pueden ayudar a aumentar la demanda general y los precios de venta de las viviendas, así como a reducir los riesgos relacionados con la concesión de permisos y la oposición de la comunidad o de los grupos de interés en relación con los proyectos de urbanización actuales o futuros. Cuando las empresas utilizan estrategias de edificación que integran inadecuadamente a las nuevas comunidades en las comunidades vecinas preexistentes, corren el riesgo de que los precios de venta sean insuficientes, de que los costes resulten excesivos en relación con las necesidades y evaluaciones de las infraestructuras y de que se produzcan retrasos, problemas en la concesión de permisos o se pierda el apoyo de la comunidad para futuros proyectos.
    • Resiliencia del modelo de negocio La categoría aborda la capacidad de una industria para gestionar los riesgos y oportunidades asociados a la incorporación de las transiciones sociales, medioambientales y políticas en la planificación del modelo de negocio a largo plazo. Esto incluye la respuesta a la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono y con limitaciones climáticas, así como el crecimiento y la creación de nuevos mercados entre las poblaciones socioeconómicas desatendidas y subatendidas. La categoría destaca los sectores en los que la evolución de las realidades medioambientales y sociales puede obligar a las empresas a adaptarse fundamentalmente o puede poner en peligro sus modelos de negocio.
      • Adaptación al cambio climático Los efectos del cambio climático, incluidos los fenómenos meteorológicos extremos y el cambio de los patrones climáticos, pueden afectar a los mercados que las empresas seleccionan para edificar viviendas y comunidades residenciales. Es probable que las empresas con modelos de negocio que incluyan evaluaciones continuas de los riesgos del cambio climático y se adapten a esos riesgos aumenten más eficazmente el valor de la empresa a largo plazo, en parte gracias la reducción de los riesgos. Más concretamente, las estrategias centradas en actividades de desarrollo de viviendas en llanuras aluviales y regiones costeras expuestas a fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones, tienen una mayor necesidad de que sus modelos de negocio se adapten al cambio climático, especialmente teniendo en cuenta los desafíos a largo plazo, como las tasas de seguro contra inundaciones, la estabilidad financiera de los programas de seguro contra inundaciones subvencionados por el gobierno, la concesión de permisos y las condiciones de financiación. El aumento de los riesgos climáticos y el coste cada vez mayor de la ocupación de propiedades en regiones inestables puede traducirse en una reducción de la demanda a largo plazo, la depreciación del valor del terreno e incertidumbre por los costes subestimados a largo plazo para los propietarios. Además, las empresas que construyen urbanizaciones en regiones con estrés hídrico corren el riesgo de perder el valor de la tierra y pueden tener problemas para obtener los correspondientes permisos. La evaluación activa de los riesgos del cambio climático y una visión holística de la demanda de viviendas a largo plazo pueden permitir a las empresas adaptarse con éxito a esos riesgos.
    • Comportamiento competitivo Esta categoría abarca los problemas sociales asociados a la existencia de monopolios, que pueden incluir, entre otros, precios excesivos, mala calidad del servicio e ineficiencias. Aborda la gestión de una empresa de las expectativas legales y sociales en torno a las prácticas monopolísticas y anticompetitivas, incluidas las cuestiones relacionadas con el poder de negociación, la colusión, la fijación o manipulación de precios y la protección de las patentes y la propiedad intelectual.
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    • Gestión del riesgo de incidentes críticos Esta categoría se refiere a la utilización por parte de la empresa de sistemas de gestión y planificación de escenarios para identificar, comprender y prevenir o minimizar la ocurrencia de accidentes y emergencias de baja probabilidad y alto impacto con potenciales externalidades ambientales y sociales significativas. Se refiere a la cultura de seguridad de una empresa, a sus sistemas de gestión de la seguridad y controles tecnológicos pertinentes, a las posibles implicaciones humanas, medioambientales y sociales de la ocurrencia de estos sucesos y a los efectos a largo plazo para una organización, sus trabajadores y la sociedad en caso de que se produzcan.
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