Comparación de industrias

Está viendo información sobre las siguientes industrias:

  • Transporte por carretera El sector del transporte por carretera incluye empresas que prestan servicios de transporte de carga en camiones de corta y larga distancia. Entre sus principales actividades está el envío de carga en contenedores y a granel, incluidos bienes de consumo y una amplia variedad de productos básicos. El sector se suele dividir en dos categorías: de carga completa (los vehículos transportan mercancías de un solo cliente) y de carga consolidada (los vehículos transportan mercancías de varios clientes). Los propietarios/operadores constituyen la gran mayoría del sector, debido a la relativa facilidad de entrada, mientras que unos pocos grandes operadores mantienen la cuota de mercado mediante contratos con los principales transportistas. Las grandes empresas suelen subcontratar a los propietarios/operadores para complementar su flota propia.
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  • Productos de cuidado personal y para el hogar El sector de productos de cuidado personal y para el hogar incluye empresas que fabrican una amplia gama de bienes para el consumo personal y comercial, como cosméticos, productos de limpieza del hogar y la industria, jabones y detergentes, papel higiénico, pilas para el hogar, cuchillas o utensilios de cocina. Las empresas de productos de cuidado personal y para el hogar operan a nivel mundial y suelen vender sus productos a mayoristas, tiendas de comestibles, tiendas de clubes de socios, farmacias, quioscos, distribuidores y minoristas de comercio electrónico. Algunas empresas venden sus productos a través de representantes independientes en lugar de establecimientos minoristas de terceros.
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Cuestiones relevantes para ambos Industrias (8 de 26)

¿Por qué algunas cuestiones se muestran atenuadas? Las normas SASB varían según la industria, en función de los diferentes riesgos y oportunidades de sostenibilidad de cada industria. Las cuestiones atenuadas no se identificaron durante el proceso de elaboración de normas como aquellas que pueden afectar al valor de la empresa con mayor probabilidad, por lo que no se incluyen en la norma. Con el tiempo, a medida que el Consejo de Normas SASB siga recibiendo las opiniones del mercado, es posible que se añadan o eliminen algunas cuestiones de la norma. Cada empresa determina por sí misma si una cuestión de sostenibilidad puede afectar a su capacidad de crear valor empresarial. La norma está diseñada para la empresa típica de una industria, pero las empresas individuales pueden optar por informar sobre diferentes cuestiones de sostenibilidad en función de su modelo de negocio único.

Temas de divulgación

¿Cuál es la relación entre la categoría de cuestiones generales y los temas de divulgación? La categoría de cuestiones generales es una versión independiente de la industria de los temas de divulgación que aparecen en cada norma del SASB. Los temas de divulgación representan los impactos específicos de la industria en las categorías de cuestiones generales. Los temas de divulgación específicos de la industria garantizan que cada norma del SASB se adapte a la industria, mientras que las categorías de cuestiones generales permiten la comparación entre industrias. Por ejemplo, Salud y nutrición es un tema de divulgación en la industria de las bebidas sin alcohol, que representa una medida específica de la industria de la cuestión general Bienestar del cliente. Sin embargo, la cuestión Bienestar del cliente se manifiesta como el tema de la divulgación Medicamentos falsificados en la industria Biotecnología y productos farmacéuticos.
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    • Emisiones de GEI Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).
      • Emisión de gases de efecto invernadero El sector del transporte por carretera genera emisiones principalmente a través de la combustión de diésel y otros combustibles en los motores de los camiones. Los gases de efecto invernadero (GEI), incluido el dióxido de carbono (CO2), revisten una especial importancia para los reguladores gubernamentales preocupados por el cambio climático y para los consumidores que exigen soluciones de transporte con bajo contenido en carbono o sin él. Dado que las emisiones de GEI de los camiones constituyen una parte significativa de las emisiones relacionadas con el transporte, el sector está en el punto de mira de las regulaciones para limitar las emisiones de GEI. Los cambios operativos que aumentan la eficiencia del combustible son eficaces para que las empresas reduzcan el gasto de combustible y, al mismo tiempo, limiten la volatilidad de los precios del combustible, los costes regulatorios y otras consecuencias de las emisiones de GEI. Si bien los camiones más modernos son más eficientes en cuanto al consumo de combustible, se pueden adoptar medidas para mejorar la eficiencia y reducir las emisiones en las flotas existentes.
    • Calidad del aire Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.
      • Calidad del aire En comparación con otros medios de transporte, el transporte de mercancías por carretera tiene un efecto negativo más localizado sobre la calidad del aire debido a sus emisiones de óxido de azufre (SOx), óxido de nitrógeno (NOx) y material particulado (MP). La gran dependencia del combustible diésel es motivo de especial preocupación; aunque los motores diésel tienen un mayor rendimiento por km que los de gasolina, generan más contaminantes nocivos del aire. El uso de combustibles alternativos y el filtrado previo de las emisiones puede ayudar a las empresas a cumplir con las regulaciones de calidad del aire y evitar el aumento de la polución en ciudades y centros de población densos, lo que podría afectar a su licencia social para operar.
    • Gestión del agua y las aguas residuales Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.
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    • Calidad y seguridad de los productos Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con las características no deseadas de los productos vendidos o los servicios prestados que pueden crear riesgos para la salud o la seguridad de los usuarios finales. Se refiere a la capacidad de una empresa para ofrecer productos y/o servicios manufacturados que cumplan las expectativas de los clientes con respecto a sus características de salud y seguridad. Incluye, entre otras, cuestiones relacionadas con la responsabilidad, la gestión de las retiradas del mercado, las pruebas de los productos y la gestión de las sustancias químicas/contenidos/ingredientes de los productos.
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    • Salud y seguridad de los empleados Esta categoría se refiere a la capacidad de una empresa para crear y mantener un entorno de trabajo seguro y saludable, libre de lesiones, muertes y enfermedades (tanto crónicas como graves). Tradicionalmente se consigue mediante la aplicación de planes de gestión de la seguridad, el desarrollo de requisitos de formación para empleados y contratistas, y la realización de auditorías periódicas de sus propias prácticas y de las de sus subcontratistas. La categoría también recoge cómo las empresas garantizan la salud física y mental de los trabajadores a través de la tecnología, la formación, la cultura corporativa, el cumplimiento de la normativa, la supervisión y las pruebas, y los equipos de protección personal.
      • Condiciones de trabajo del conductor El sector del transporte por carretera debe hacer frente al problema de la contratación y retención de conductores. La creciente escasez de mano de obra, debida en parte a las pobres condiciones de trabajo del sector y a las regulaciones que limitan las horas de trabajo, puede elevar los costes laborales y reducir los ingresos. Las entregas donde el tiempo es un factor crítico exigen mucho a los conductores, que pueden pasar largas horas al volante, a menudo en horario nocturno, largos períodos fuera de casa, y experimentar falta de sueño y sentimiento de aislamiento. Estos factores, en combinación con las altas tasas de lesiones y enfermedades en gran parte debidas a accidentes, dificultan la contratación de nuevos conductores y la retención del personal existente. Las empresas que ofrecen mejores condiciones de trabajo a los conductores presentan menor tasa de rotación, mayor productividad y capacidad de contratación de personal adicional para ampliar las operaciones y aumentar los ingresos.
    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
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    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
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    • Gestión del riesgo de incidentes críticos Esta categoría se refiere a la utilización por parte de la empresa de sistemas de gestión y planificación de escenarios para identificar, comprender y prevenir o minimizar la ocurrencia de accidentes y emergencias de baja probabilidad y alto impacto con potenciales externalidades ambientales y sociales significativas. Se refiere a la cultura de seguridad de una empresa, a sus sistemas de gestión de la seguridad y controles tecnológicos pertinentes, a las posibles implicaciones humanas, medioambientales y sociales de la ocurrencia de estos sucesos y a los efectos a largo plazo para una organización, sus trabajadores y la sociedad en caso de que se produzcan.
      • Gestión de accidentes y seguridad El transporte por carretera conlleva peligros inherentes, incluidos los accidentes debidos a fallos mecánicos o errores humanos. Las empresas del sector toman medidas para formar a los conductores y al personal de mantenimiento y reducir al mínimo los accidentes. La evidencia de las tasas de lesiones y mortalidad, los costes asociados y la inversión en tecnologías de seguridad respaldan la importancia de esta cuestión. Las empresas que gestionan mejor la seguridad mejoran la eficiencia operativa, retienen a los conductores, reducen los retrasos y evitan los costes asociados a los accidentes graves. En cambio, las que presentan una gestión deficiente de la seguridad, pueden sufrir sanciones reglamentarias, primas de seguro más elevadas e interrupciones del servicio que reduzcan los ingresos y el valor de la marca.
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    • Emisiones de GEI Esta categoría se refiere a las emisiones directas (alcance 1) de gases de efecto invernadero (GEI) que una empresa genera a través de sus operaciones. Esto incluye las emisiones de GEI procedentes de fuentes estacionarias (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), bien sea como resultado de la combustión de combustible o de liberaciones directas sin combustión durante actividades como la extracción de recursos naturales, la generación de energía, el uso de la tierra o los procesos biogénicos. La categoría incluye además la gestión de los riesgos normativos, el cumplimiento de la normativa medioambiental y los riesgos y oportunidades para la reputación, ya que están relacionados con las emisiones directas de GEI. Los siete GEI contemplados en el Protocolo de Kioto están incluidos en esta categoría: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC), hexafluoruro de azufre (SF6) y trifluoruro de nitrógeno (NF3).
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    • Calidad del aire Esta categoría aborda la gestión de los efectos en la calidad del aire resultantes de fuentes fijas (por ejemplo, fábricas, centrales eléctricas) y móviles (por ejemplo, camiones, vehículos de reparto, aviones), así como de las emisiones industriales. Los contaminantes atmosféricos relevantes incluyen, entre otros, los óxidos de nitrógeno (NOx), los óxidos de azufre (SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV), los metales pesados, las partículas y los clorofluorocarbonos. La categoría no incluye las emisiones de GEI, que se abordan en una categoría independiente.
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    • Gestión del agua y las aguas residuales Esta categoría aborda el uso del agua por parte de la empresa, el consumo de agua, la generación de aguas residuales y otros efectos de las operaciones en los recursos hídricos, que pueden verse influidos por las diferencias regionales en la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos y la competencia por ellos. Más concretamente, aborda estrategias de gestión que incluyen, entre otras, la eficiencia, la intensidad y el reciclaje del agua. Por último, la categoría también aborda la gestión del tratamiento y el vertido de las aguas residuales, incluida la contaminación de las aguas subterráneas y los acuíferos.
      • Gestión del agua El agua es vital para el sector de los productos de cuidado personal y para el hogar, tanto como refrigerante en procesos de fabricación, como insumo principal de muchos de los productos. El agua se está convirtiendo en un recurso cada vez más escaso en todo el mundo debido al aumento del consumo por el crecimiento de la población, la rápida urbanización y la reducción de suministros debido a las sequías y al cambio climático. Muchas empresas del sector operan en regiones que se enfrentan a la escasez de agua. Sin una planificación cuidadosa, podrían enfrentarse a un aumento del coste o, lo que es peor, perder el acceso al agua en esas regiones, lo que pondría en peligro la producción. El establecimiento de controles rigurosos para garantizar un suministro constante de agua a todas las fábricas, así como la inversión en tecnología para aumentar la eficiencia en el uso del agua, ayudará a las empresas a mantener un perfil de riesgo más bajo a medida que el problema de la escasez se vaya agudizando.
    • Calidad y seguridad de los productos Esta categoría aborda cuestiones relacionadas con las características no deseadas de los productos vendidos o los servicios prestados que pueden crear riesgos para la salud o la seguridad de los usuarios finales. Se refiere a la capacidad de una empresa para ofrecer productos y/o servicios manufacturados que cumplan las expectativas de los clientes con respecto a sus características de salud y seguridad. Incluye, entre otras, cuestiones relacionadas con la responsabilidad, la gestión de las retiradas del mercado, las pruebas de los productos y la gestión de las sustancias químicas/contenidos/ingredientes de los productos.
      • Desempeño del producto en materia de medioambiente, salud y seguridad El sector de los productos de cuidado personal y para el hogar se enfrenta a una creciente presión de los consumidores y de la reglamentación sobre el uso de sustancias químicas preocupantes que se han vinculado a externalidades ambientales negativas y efectos en la salud humana. Algunas de estas sustancias químicas incluyen elementos persistentes, bioacumulativos y tóxicos (PBT) y productos químicos cancerígenos, mutágenos o teratógenos, todos los cuales están siendo objeto de un mayor escrutinio reglamentario. Aislar y determinar los canales causantes de los impactos negativos sobre la salud y el medioambiente es difícil, por lo que a menudo hay un desfase importante entre el lanzamiento al mercado de un producto y el momento en que la reglamentación y la opinión pública obligan a la empresa a reformularlo. Las directivas de la Unión Europea y la legislación estadounidense imponen restricciones o sugieren alternativas al uso de sustancias químicas dañinas en el sector. Por otra parte, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) en los EE. UU. podría asegurar mayor poder regulador sobre las sustancias químicas usadas por la industria cosmética, lo que muy probablemente aumentaría los costes del sector de cuidados personales y del hogar. Los grandes minoristas han aplicado programas para prohibir las sustancias químicas preocupantes en los productos que venden, lo que ejerce una mayor presión sobre el sector. Las empresas que sean capaces de anticiparse a los cambios en el panorama normativo y aplicar procesos y pruebas más estrictos tienen más probabilidades de obtener una ventaja competitiva. Los primeros en adoptar innovaciones en la química verde y reducir las sustancias químicas preocupantes podrían mejorar su rentabilidad ya que captan mejor los cambios en la demanda y evitan las cargas regulatorias.
    • Salud y seguridad de los empleados Esta categoría se refiere a la capacidad de una empresa para crear y mantener un entorno de trabajo seguro y saludable, libre de lesiones, muertes y enfermedades (tanto crónicas como graves). Tradicionalmente se consigue mediante la aplicación de planes de gestión de la seguridad, el desarrollo de requisitos de formación para empleados y contratistas, y la realización de auditorías periódicas de sus propias prácticas y de las de sus subcontratistas. La categoría también recoge cómo las empresas garantizan la salud física y mental de los trabajadores a través de la tecnología, la formación, la cultura corporativa, el cumplimiento de la normativa, la supervisión y las pruebas, y los equipos de protección personal.
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    • Gestión del diseño y el ciclo de vida de los productos La categoría aborda la incorporación de consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en las características de los productos y servicios proporcionados o vendidos por la empresa. Incluye, entre otras cosas, la gestión de los impactos del ciclo de vida de los productos y servicios, como los relacionados con el envasado, la distribución, la intensidad de los recursos en la fase de uso y otras externalidades medioambientales y sociales que pueden producirse durante su fase de uso o al final de su vida. Esta categoría refleja la capacidad de una empresa para responder a la demanda de los clientes y de la sociedad de productos y servicios más sostenibles, así como para cumplir la normativa medioambiental y social en evolución. No aborda las repercusiones medioambientales o sociales directas de las operaciones de la empresa ni los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores derivados del uso de los productos, que se tratan en otras categorías.
      • Gestión del ciclo de vida de los envases El sector de productos de cuidado personal y para el hogar utiliza gran cantidad de materiales para el embalaje de los productos, lo que a menudo constituye una parte importante del gasto de las empresas. Además, el diseño del embalaje, en particular su peso, tiene un impacto directo en los gastos de transporte, que pueden ser significativos. Al mismo tiempo, el sector se enfrenta a la presión tanto de los consumidores como de los grandes minoristas para ocuparse de las características ambientales del embalaje, ya que la extracción de materiales y los residuos contribuyen a las externalidades medioambientales. La sostenibilidad de los embalajes depende en gran medida del tipo, uso y eliminación final de los materiales. Sin embargo, las empresas que gestionan eficazmente la sostenibilidad del embalaje de sus productos (incluyendo la reducción del peso de los materiales, el uso de contenido reciclado y materiales reciclables y el uso de materiales de origen sostenible) pueden posicionarse mejor para captar los cambios en la demanda de los consumidores y evitar (o mitigar) los efectos de la regulación relacionada con la ampliación de la responsabilidad del productor. También tienen posibilidades de reducir los gastos en insumos y transporte.
    • Gestión de la cadena de suministro Esta categoría aborda la gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza dentro de la cadena de suministro de una empresa. Aborda las cuestiones relacionadas con las externalidades medioambientales y sociales creadas por los proveedores a través de sus actividades operativas. Estas cuestiones incluyen, entre otras, la responsabilidad medioambiental, los derechos humanos, las prácticas laborales y la ética y la corrupción. La gestión puede implicar el cribado, la selección, el seguimiento y el compromiso con los proveedores sobre sus impactos ambientales y sociales. Esta categoría no aborda las repercusiones de los factores externos, tales como el cambio climático y otros factores medioambientales y sociales, en las operaciones de los proveedores y/o en la disponibilidad y el precio de los recursos clave, que se tratan en una categoría aparte.
      • Impactos ambientales y sociales de la cadena de suministro del aceite de palma Debido a su bajo precio, el sector de productos de cuidado personal y para el hogar ha adoptado rápidamente el uso del aceite de palma en una amplia variedad de productos, como artículos de limpieza, velas y cosméticos. La cosecha de aceite de palma en regiones concretas del mundo puede contribuir a la deforestación, las emisiones de GEI y otros problemas sociales y ambientales. Si las empresas no actúan con responsabilidad en la obtención de materiales de aceite de palma, contribuyen a provocar externalidades medioambientales y sociales que pueden suponer un riesgo en términos regulatorios y de daño a la reputación. De hecho, las empresas de este sector se exponen a interrupciones en la cadena de suministro, aumentos en el precio de los insumos y daños a la reputación asociados a las externalidades medioambientales y sociales de la obtención del aceite de palma. Así pues, se ven presionadas a vigilar el proceso de extracción y actuar con responsabilidad. También a garantizar unas condiciones de trabajo mínimas en la cadena de suministro, ya que la producción de aceite de palma se asocia a menudo con conflictos laborales. Aplicar las estándares de abastecimiento e innovar en la fase de diseño de los productos para reducir la dependencia de materiales controvertidos como el aceite de palma puede contribuir a reducir los riesgos.
    • Gestión del riesgo de incidentes críticos Esta categoría se refiere a la utilización por parte de la empresa de sistemas de gestión y planificación de escenarios para identificar, comprender y prevenir o minimizar la ocurrencia de accidentes y emergencias de baja probabilidad y alto impacto con potenciales externalidades ambientales y sociales significativas. Se refiere a la cultura de seguridad de una empresa, a sus sistemas de gestión de la seguridad y controles tecnológicos pertinentes, a las posibles implicaciones humanas, medioambientales y sociales de la ocurrencia de estos sucesos y a los efectos a largo plazo para una organización, sus trabajadores y la sociedad en caso de que se produzcan.
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